TOPÓNIMOS COMENTADOS DE LANZAROTE

A Rosario, mi mujer, el pedestal de mi vida.
 
 
 
Topónimos comentados de Lanzarote
 
 
Introducción
 
 
La isla como soporte de la toponimia
 
La toponimia de una región o conjunto de nombres de sus diferentes accidentes geográficos, asentamientos humanos y demás lugares susceptibles de ser nominados, requiere la existencia previa de un soporte físico de naturaleza geológica en que sustentarse, es decir, de un territorio, comarca o país que se forma en el curso de un periodo larguísimo de tiempo. Veamos cuál fue, a grandes rasgos, el proceso de constitución del soporte territorial de la toponimia de Lanzarote que aquí vamos a tratar, o dicho de otro modo, cómo nació o surgió la isla del océano y cómo se formó luego en un largo proceso geológico hasta quedar con la configuración con que la vemos en la actualidad.
Lanzarote, llamada por antonomasia 'la isla de los volcanes', constituye en conjunto un fabuloso museo natural en el que pueden contemplarse toda una rica gama de materiales, estructuras y edificios volcánicos de la más variada tipología y colorido que confieren a su paisajística un carácter singular y distintivo entre todos los lugares del planeta.
Mucho se ha escrito, con mayor o menor fundamento científico, sobre su origen, conjuntamente con el de sus hermanas del archipiélago canario. De todas las teorías desarrolladas para explicar su nacimiento y formación la que goza de mayor predicamento entre los geólogos que la han estudiado más a fondo es la que le atribuye una génesis esencialmente volcánica. Esta versión, que está avalada por las pertinentes constataciones geodinámicas refrendadas con los correspondientes estudios de campo y las debidas comprobaciones de gabinete, que le confieren un carácter de manifiesto rigor científico, podría formularse a grandes rasgos en los siguientes términos:
Se cree que al producirse en época geológica muy remota, hace alrededor de ciento ochenta millones de años, la apertura del océano Atlántico como consecuencia de haberse escindido de un bloque continental unificado preexistente la parte que constituye en la actualidad el subcontinente norteamericano, llegó un momento en que tras una lenta y continuada separación de dicho bloque hacia el O, el continente africano al que había estado unido y que hasta entonces había permanecido más o menos estático, comenzó a derivar también en igual dirección, de forma tal que su frente noroccidental comprimió la corteza terrestre suboceánica contigua relativamente delgada que frenaba su desplazamiento formando una serie de plegamientos corticales paralelos entre sí y a la costa del continente, arrumbados, más o menos, de NE a SO.
Materiales producto de estos plegamientos incorporados a tierra firme dieron origen, en la parte noroccidental del continente, al conjunto orográfico del Atlas. Más hacia el S, en el lecho del océano, y como prolongación de estas cordilleras norteafricanas, comenzaron a surgir a lo largo de las crestas o dorsales formadas, emisiones sucesivas del magma incandescente del interior de la Tierra, las cuales, al irse superponiendo unas a otras en el curso de múltiples erupciones submarinas durante un proceso que duró muchos millones de años, llegaron a aflorar finalmente a la superficie de las aguas. Así se produjo el nacimiento de las distintas islas del archipiélago.
En lo que a Lanzarote en concreto concierne, ese momento crucial de su historia geológica debió verificarse, según las estimaciones más aproximativas, en el Mioceno, hace unos quince millones de años, o quizás algo más, según se cree. Es nuestra isla la segunda más antigua del archipiélago canario, lo cual se halla en principio en concordancia con su proximidad a dicho continente, pues se ha observado que existe una correlación bien definida entre la edad de cada isla y su distancia a África, de tal manera que son más antiguas cuanto más cerca se hallan del continente, circunstancia que parece venir en apoyo de la referida teoría de los plegamientos de la corteza terrestre suboceánica.
A partir de la emersión de los primeros materiales del océano el proceso eruptivo continuó con las normales intermitencias, configurando la sucesiva acumulación o apilamiento de las coladas emitidas el edificio insular.
Este proceso de formación de la isla, que va desde la aparición de los primeros materiales subaéreos hasta el desarrollo alcanzado en nuestros días después de un gran periodo recesivo producto de la erosión, es dividido normalmente en dos etapas principales bien definidas, la precuaternaria o miocénica y la cuaternaria, cada una subdividida a su vez en series eruptivas separadas entre sí por intervalos de calma volcánica de larga duración.
Las erupciones que dieron origen a los dos macizos miocénicos fueron eminentemente fisurales. Esto quiere decir que el magma, muy fluido, brotó a través de grandes grietas abiertas en el suelo de la isla, expandiéndose en capas subhorizontales en torno a las mismas. Estas deyecciones magmáticas fueron superponiéndose unas a otras hasta formar las grandes mesetas tabulares que constituyeron en principio estos dos macizos cuando alcanzaron su mayor desarrollo. Testimonio elocuente de tales erupciones fisurales es la red filoniana o conjunto de raíces de estas grietas de salida del magma que ha quedado al descubierto en forma de diques que sobresalen del terreno encajante a causa de la erosión diferencial.
Pero aparte de estos conductos de salida principales en forma de fisuras hubo también algunos centros de emisión puntuales de carácter explosivo que formaron el correspondiente cono de piroclastos, los cuales terminaron por ser sepultados por materiales eyectados en episodios eruptivos fisurales posteriores. Algunos de estos conos han quedado parcialmente al descubierto en los grandes cortes verticales de los acantilados producidos por la abrasión marina.
Es asimismo perfectamente visible en esos escarpes la secuencia de las coladas superpuestas estratificadamente, bien distinguibles las unas de las otras por la clara diferenciación cromática que presentan entre sí. Resulta patente en especial este fenómeno en los acantilados y en las laderas en que el acentuado declive del terreno no les ha permitido conservar la capa de productos residuales que de otra forma lo ocultaría. Tal ocurre en todo el norteño Risco de Famara y en grandes sectores del conjunto orográfico de Los Ajaches, en el S de la isla, por su vertiente O.
Intercaladas entre estas series estratigráficas destacan de vez en cuando unas franjas de coloración rojizo-ferruginosa. Son de almagre, especie de arcilla recocida por la intensísima temperatura de la colada incandescente que en su momento la recubrió. Tiene una contextura algo compacta y friable, siendo fácil desprenderle trozos a mano, los cuales suelen presentar figura poliédrica irregular. Al tratarse de polvo residual que se fue depositando a lo largo de los siglos, su espesor puede ser un indicativo de la duración relativa del periodo de inactividad efusiva que separó a las dos coladas entre las que se encuentra aprisionado.
Este primer periodo precuaternario se inició en el S de la isla, dando nacimiento a la misma con lo que luego habría de constituir el macizo de Los Ajaches. Se cree que estos primeros materiales volcánicos subaéreos surgieron del océano, tal como se ha dicho anteriormente, hace quizás algo más de quince millones de años, completándose el proceso de formación de esta parte S de la isla en unos tres millones de años más o menos.
En la actualidad el macizo de Los Ajaches lo forman en relieve cuatro ramales que constituyen el esqueleto, por así decirlo, de lo que fue el primitivo edificio basáltico de esta parte sur de la isla cuando alcanzó su mayor desarrollo, más el basamento en que los mismos se apoyan, parte del cual queda visible en los fondos de los valles que se forman entre algunos de ellos. Del nudo central del conjunto, que es el punto ocupado por el pueblo de Femés con el descollante volcán de La Atalaya al O –de formación mucho más reciente– y El Pico de la Aceituna al E, irradian dichos ramales según la siguiente disposición: uno mayor dirigido hacia el S, de unos 5 Km de longitud, que llega hasta la zona de Papagayo, y es el que lleva propiamente el nombre de Los Ajaches a nivel popular. Un segundo ramal que partiendo de El Pico de la Aceituna, se dirige hacia el NE terminando en Pico Nago, con un largo de algo más de 4 Km, llamado El Filo de los Cuchillos, que cierra al Valle de Femés por su lado de naciente. Un tercero, de unos 3 Km de longitud, que parte de la montaña de La Atalaya y termina en Caldera Gritana, conocido por Los Lomos, que constituye al mismo tiempo el flanco O del Valle de Femés y el del E del valle contiguo de Fenauso. Y el último de los ramales, que se inicia asimismo en La Atalaya y finaliza en La Montaña de la Cinta con sus prolongaciones El Piñero y El Lomo del Cura, junto a Yaiza, y forma el flanco de poniente del antedicho Valle de Fenauso.
Transcurridos un par de millones de años después de la formación de este macizo más antiguo se inició la construcción del de Famara, en el extremo N de la isla. Posiblemente durante el intervalo que hubo entre ambos episodios volcánicos se formó la zona intermedia que a modo de plataforma baja o rasa marina enlaza a estos dos edificios de mayor relieve, parte de la cual asoma aún por algunos puntos del solar de la isla que no fueron cubiertos por materiales de erupciones cuaternarias.
La construcción de este segundo macizo precuaternario de Famara se completó en otros seis millones de años aproximadamente. Su forma en la actualidad es alargada, alcanzando una longitud máxima entre Punta Fariones, extremo septentrional de Lanzarote, y El Morro del Hueso, su punto más meridional, situado a un par de quilómetros al O de Teguise, de unos 11 Km. Buena parte de la plataforma superior de este gran edificio basáltico norteño rebasa la cota de los 450 m.
Sin embargo, cuando alcanzó su máximo desarrollo o volumen, el macizo de Famara tuvo unas dimensiones mucho mayores que las actuales, sobre todo en anchura. Prueba inequívoca de ello es la serie de profundos barrancos perpendiculares al acantilado cuyos cursos han quedado bruscamente interrumpidos al formarse el risco por efecto de la abrasión marina o por un derrumbe masivo que lo cortó casi verticalmente, barrancos que sin duda alguna se prolongaban antes bastante más hacia poniente que ahora sobre terreno ya desaparecido.
Pasado un nuevo lapso de intermisión eruptiva, de alrededor de otros tres millones de años, se reanudó, ya dentro del Cuaternario, la actividad volcánica, aunque sin alcanzar globalmente tanta intensidad y volumen como en la fase terciaria descrita.
Ha sido en esta última serie eruptiva cuando aparecieron en la isla los conos volcánicos que podemos ver salpicando su superficie. Son en su mayoría alineaciones o grupos de conos de cínder, es decir, formados por amontonamientos de piroclastos surgidos por centros de emisión abiertos a lo largo de quilométricas fracturas que rasgaron el subsuelo de la isla siguiendo por lo general un arrumbamiento ENE-OSO, sensiblemente coincidente con el sentido longitudinal de la misma.
Pero estas alineaciones de volcanes no se formaron siempre en un mismo episodio eruptivo. Ocurrió a veces que la misma fractura se reactivó o se prolongó posteriormente dando lugar al nacimiento de nuevos volcanes.
Por otro lado, estas erupciones, en contra de lo que pudiera hacer pensar la abundancia de conos diseminados por el suelo de la isla, no fueron ni mucho menos frecuentes. Por el contrario, a tenor de la pauta que suelen seguir en su desarrollo estos fenómenos telúricos en Canarias, debieron sucederse por lo general a través del tiempo en forma arrítmica y muy espaciadamente, mediando entre unas y otras periodos de calma eruptiva de muchos años o siglos, durante los cuales los volcanes acallaron el estruendo de sus violentas convulsiones.
Los volcanólogos han distinguido cuatro etapas o series eruptivas bien diferenciadas entre sí separadas por largos intervalos de inactividad volcánica: la etapa miocénica o serie basáltica I, que se acaba de discribir, y las cuaternarias II, dividida en las subseries A y B, seguidas de la III, y la actual o IV. De cada una de estas etapas cuaternarias sólo es posible hacer un cálculo en cuanto a su duracion respecta muy grosso modo. Podría admitirse todo lo más que la serie inicial, o II de la historia geológica general de la isla, se extendiera por gran parte de la mitad del Cuaternario, con lo que su comienzo se remontaría a algo más de un millón y medio de años; que la serie III siguiente, ya en la segunda mitad del Cuaternario, tendría una duración de unos pocos cientos de miles de años, y que el comienzo de la tercera y última, aún en proceso de desarrollo en nuestros días, quedaría incluida ya dentro de la época subhistórica o algo anterior.
Ha sido así, entre avances o acrecentamientos del territorio insular producidos por nuevos materiales expulsados por los volcanes y retrocesos en el relieve provocados por la incesante acción erosiva, cómo se ha terminado por modelar la topografía que ha servido de soporte a la toponimia de Lanzarote, habiéndose configurado de este modo toda la suerte de accidentes geográficos que han ido recibiendo nombre desde el momento mismo en que el ser humano se instaló en la isla de forma permanente, transcendental hecho que en mi opinión debió producirse en el primer o segundo siglo de nuestra era con la traída a las islas por los romanos de aquellos súbditos circunstanciales bereberes suyos con los que se fraguó la ‘leyenda’ de las lenguas cortadas.
 
 
Glosario de voces propias del habla popular de Lanzarote que se emplean en esta obra
A continuación, a fin de que el lector quede impuesto de sus respectivos significados que les facilite la comprensión de lo que en la obra se expone, se ofrece un glosario de los nombres más usuales referidos a los accidentes topográficos y obras humanas que se encuentran nominados toponimicamente en Lanzarote, nombres de plantas y animales, así como cualquier otra voz propia del habla popular de la isla, unas veces como términos privativos lanzaroteños y otras en las que, aunque son palabras que ya existen en el castellano común, tienen aquí significado diferente, lo que me exonerará de explicarlos en las entradas correspondientes de forma reiterada cada vez que se dé el caso de tener que comentarlos. Dichos nombres irán referenciados con un asterisco.
 
ABRIGO. Cerco de piedra para proteger a una planta del viento.
 
AJULAGA. La planta Launaea arborescens.
 
ALGO(D)A(D)ERA. La planta Bassia tomentosa.
 
ARENADO. Forma popular de enarenado.
 
BAJA. Bajo, arrecife o escollo.
 
BAJO. Es el tramo de costa intermareal, de roca desnuda, ancho, y de escaso declive por tanto, de piso allanado o de poco relieve, que queda anegado o al descubierto con las mareas.
 
BAJÓN. Bajío o banco de rocas de cierta extensión, retirado de tierra, que no llega a velar en las bajamares, sobre el que normalmente rompen las olas.
 
BARRANCO. Se emplea este término en la isla, más que referido al barranco propiamente dicho o gran tajo profundo abierto en la tierra, a su álveo o fondo por donde corren las aguas de lluvia, así como a lo que en castellano normativo se denomina barranquera. El auténtico barranco es conocido en la isla con el nombre de valle.
 
BARRILLA. La Planta Mesembryanthemum crystallinum.
 
BEBEDERO. Campo de cultivo que se rodea de muretes de tierra de contención con objeto de retener el agua con que se encharca cuando llueve. (Vid. gavia)
 
BEROL. La Planta Kleinia neriifolia.
 
BOBO. La planta Nicotiana glauca.
 
BUCIO. Los moluscos Caronia lampas y C. lampas lampas.
 
BUFADERO. Agujero en la roca, en la zona intermareal, conectado con una cavidad o covacha, por el que sale un violento chorro de agua pulverizada debido a la presión ejercida por las olas al entrar con fuerza en dicha cavidad cerrando la entrada. Puede darse el caso de que carezca de agujero y el agua pulverizada salga por la parte superior de la entrada. Tiene la variante 'bufiadero'.
 
BURGAO. Los moluscos Osilinus atratus y Gibbula candei.
 
CABEZO. Frontal, más o menos redondeado, de un terreno alomado, más bien angosto.
 
CABOCO. Cueva vertical en forma de sima o foso de origen natural abierta en terreno rocoso..
 
CALDERA. El cráter del volcán. Es término incorporado a las ciencias geológicas mundiales. Tiene el diminutivo 'caldereta'.
 
CALETA. Pequeño entrante costero, de aguas poco profundas, caracterizado en especial por tener en su final o rincón interno un acúmulo de cantos rodados, guijarros o arena.
 
CALETÓN. Ensenada no demasiado amplia, aunque mayor normalmente que la 'caleta', de la que se diferencia esencialmente por carecer de los materiales sueltos en su rincón final (los cantos, guijarros o arena citados para aquélla), por sus márgenes averiladas y por la mayor profundidad de sus aguas.
 
CALICANTO. Roca muy friable formada por lapilli compactado con arcilla.
 
CALLAO. Se da este nombre al canto rodado o guijarro y, por extensión, a la playa formada por esta clase de piedras.
 
CAMBUESA. Corral amplio destinado al encierro del ganado al hacer las ‘apañadas’. En Lanzarote siempre lo he oído pronunciar así, bien distintamente, con /c/ en lugar de /g/ como generalmente se ve escrito.
 
CANA(D)ÍLLA. El molusco Thais haemastoma.
 
CANGREJO COLORADO. El crustáceo Grapsus grapsus. Nunca se le llama cangrejo rojo.
 
CASA HONDA. Vivienda típica usada por los majos* o aborígenes en forma de choza enterrada parcialmente en el suelo.
 
CERCA. Terreno de cultivo de cierta extensión rodeado de una pared de piedra.
 
CHA. Tratamiento, deformación de ‘tía’, dado a las mujeres de edad de la clase popular.
 
CHABOCO. Hoyo en forma de foso abierto artificialmente en la lava hasta alcanzar la tierra vegetal subyacente, para plantar árboles en él.
 
CHIRRIMIL. El molusco Littorina striata.
 
CHO. Tratamiento, deformación de ‘tío’, dado a los hombres de edad de la clase popular.
 
CHUCHAINA o CHUCHANGA. El caracol terrestre Theba pisana.
 
CLACA. El crustáceo cirrípedo Megabalanus azoricus.
 
COHOMBRILLO. (En pronunciación vulgar, ‘cojombrillo’). La planta Citrullus colocynthis.
 
COSCO. La planta Mesembryanthemum nodiflorum. En citas antiguas figura escrito ‘cofecofe’.
 
COSTA. Extensión de terreno erial que comienza un poco por encima de la orilla del mar y se extiende varios quilómetros tierra adentro.
 
DEGOLLADA. Collado, paso elevado en forma de depresión entre dos montañas.
 
DISE. No se sabe con certeza lo que era un ‘dise’, ya que es un término caído en desuso desde hace mucho tiempo, que sólo se conserva en algunos topónimos. Según las investigaciones que he llevado a cabo parece que se trataba de una pileta o pequeño reservorio de agua natural o artificial (Vid. A. Pallarés: ‘Topónimos guanches de Lanzarote inéditos para la investigación’, en II Jornadas de Historia de Lanzarote y Fuerteventura, t. II).
 
ERIZO CACHERO. El equinodermo Arbasia lixula.
 
ERIZO COMÚN. El equinodermo Paracentrotus lividus.
 
ESCÁN o ESCANE. El liquen Ramalina bourgeana.
 
FRONTÓN. Parte frontal, más o menos vertical y de cierta elevación, de un saliente de la costa.
 
FUGA. Precipicio alto vertical o cortado a pico.
 
GARAJAO. El ave Sterna hirundo.
 
GAVIA. Terreno de labor rodeado de una paredita de tierra y piedras preparado para que se inunde y absorba agua cuando llueve.
 
GUELDE. El pez Atherina presbyter.
 
GUINCHO. El ave Pandion haliaetus.
 
GUIRRE. El ave neophron percnopterus.
 
HIGUERILLA (pronunciado ‘jiguerilla’). La planta Euphorbia regis-jubae. También se le llama ‘tabaiba salvaje’.
 
HUERTA. Terreno cercado destinado al cultivo de las tuneras para la cría de la cochinilla.
 
ISLOTE. Porción de terreno antiguo rodeado por las lavas de las erupciones de época histórica.
 
JABLE. Arena de playa introducida tierra adentro por el viento y el terreno cubierto con ella. En esta última acepción tiene las variantes ‘jablillo’ y ‘jablito’.
 
JAMEO. Parte o tramo de una gruta volcánica, de interior amplio, que queda al descubierto por el desplome del techo.
 
JURADO. Horado, en este caso agujero de algunos decímetros de abertura que atraviesa una roca de parte a parte en la zona intermareal.
 
LOMO. Loma generalmente alargada, como las formadas por los interfluvios entre dos barrancos. A veces, las menos, puede ser de planta redondeada.

MAJO. Nombre de los primitivos habitantes de la isla. Se usa también como adjetivo aplicado a cosas propias de los ‘majos’.
 
MALPÉIS. Terreno erial lleno de pedruscos, de formación antigua, que aunque invadido de tierra es inadecuado para el cultivo, en el que medran sin embargo arbustos xerófilos y hierbas adaptadas a sus condiciones edáficas. La forma 'malpaís' en que normalmente suele verse escrita esta voz es un cultismo, aplicado por cierto indebidamente a las coladas de las erupciones históricas, a las que la gente del pueblo llano llama siempre volcán*.
 
MARETA. Depósito destinado a la recogida de las aguas de lluvia. Se distingue del aljibe en que tiene mayor capacidad y en que normalmente está desprovista de cubierta o techo.
 
MATO MORO. La planta Suaeda vera.
 
MORRA. Montículo apeñascado mayor que un morro.
 
MORRO. Montículo o conglomerado peñascoso.
 
PAJERO. Almiar, montón de paja de forma cónica dispuesta por el agricultor al aire libre.
 
PARDELA. El ave Calonectris diomedea.
 
PAREDÓN. Amontonamiento de piedras rodeado de una pared elemental de piedra seca.
 
PERINQUÉN. El reptil Tarentola angustimentalis. Es un error llamarlo ‘perenquén’, nombre que se da a especies afines en otras islas del archipiélago.
 
PICÓN. Lapilli, rofe*.
 
PIEDRA. Por la zona de Tinajo, Mala y Guatiza, lugar rocoso a la orilla del mar desde el que se puede pescar a caña.
 
PUNTILLA. Punta, o saliente costero, muy pequeña.
 
QUEBRADA. Paso estrecho entre dos arrecifes.
 
RASO. Por la comarca de Órzola, espacio de suelo, más o menos horizontal y allanado, en los campos de lava abruptos.
 
ROFE. Arena volcánica, lapilli, picón*, especialmente el más grueso, que se extrae de los roferos.
 
ROFERO, mina de rofe.
 
ROSTRO. Frente o talud alargado, de un par de decenas de metros de altura, que se forma entre dos niveles del terreno. Debe ser nombre de origen portugués, pues en esa lengua tiene esta voz un significado afín en cierto modo al que se le da aquí.
 
SEÑALO. Vereda, por terreno pedregoso, apenas insinuada, hecha por el repetido hollar de personas y bestias al transitarla.
 
SOLAPÓN. Hueco grande a modo de covacha no muy profunda, de boca alargada en sentido horizontal, que se forma al pie de un risco.
 
TABAIBA (DULCE). La planta Euphorbia balsamifera.
 
TABLERO. Un 'tablero', con su aumentativo 'tablón' y su diminutivo ‘tablerito’, es una porción de terreno, sea erial o cultivable, de superficie aplanada, que queda delimitado por taludes más o menos pronunciados o que está rodeado por otros terrenos más abruptos y accidentados.
 
TABLÓN. (V. tablero).
 
TARO. Construcción de origen prehispánico, en forma de torreón redondo, de piedra seca por lo general, con un tablado interior de pared a pared, situado a conveniente altura para que no alcancen las alimañas, en que se colocaba el queso, carne u otro alimento que se quería airear.
También se han usado como apostaderos desde los que vigilar alguna propiedad particular, especialmente campos de cultivo.
 
TEGALA. Corralillo semicircular sin techo que se construía sobre eminencias que dominaban un amplio territorio, desde el que el pastor vigilaba el ganado que tenía a su cargo.
 

TOSCA. Toba, la roca, y el lugar formado con ella.
 
TOSCÓN. Peñasco grande de toba o tosca*.
 
TROJA. Troj, compartimento hecho en alto dentro de una habitación con un entablado como piso y una escalera de madera para subir. Suele servir para guardar el queso, productos agrícolas, etc. También se le llama ‘tronja’.
 
UVILLA. La planta Zygophyllum fontanesii.
 
VALICHUELO. Diminutivo hipocorístico de valle, a veces deformado en varichuelo, marichuelo y otras variantes.
 
VERIL. Formación escalonada, de poca altura, a la orilla del mar.
 
VIEJA. El pez Sparisoma cretense.
 
VOLCÁN. Colada o campo de lava formado en las erupciones de época histórica.
 
 
Instrucciones para el mejor manejo de la obra
Un asterisco colocado a la derecha de una palabra significa que se trata de un vocablo propio del habla popular de la isla.
Los nombres de los diferentes lugares siguen un orden alfabético riguroso, usándose siempre en este sentido la última palabra o componente del mismo aunque se trate de un simple apelativo.
Para que la localización de los topónimos quede debidamente clara, que es uno de los fines primordiales de esta obra, he procurado siempre, aparte de hacer una descripción suficientemente detallada de cada uno de los lugares con ellos designados, aportar cuantos datos complementarios puedan ayudar a su identificación. Asimismo, tratándose de una obra dedicada fundamentalmente a la toponimia, no podían faltar en ella los oportunos comentarios sobre el origen y etimología de los nombres en ella estudiados, recurriendo para ello tanto a la tradición popular, cuando eso sea lo procedente, como a las obras de diferentes autores que se ocupan de ellos, aventurando, cuando estos recursos fallan, conclusiones de mi propia cosecha basadas en argumentaciones de simple lógica o sentido común, quizás no siempre, me temo, presididas de la debida ortodoxia que los cánones de tan compleja materia exigen.
Como se observará al comparar muchos de los topónimos que aquí comento con los correspondientes que figuran en el mapa militar de escala 1:25.000 editado entre los años 1984-1987, al que he tomado como referente básico en las conclusiones onomásticas de los lugares que describo, y al que en adelante para abreviar citaré con las letras M.M., las abundantes irregularidades detectadas oscilan entre las consistentes en defectos de escritura y las referidas a desplazamientos de los nombres con respecto a su situación real, que a veces suponen distancias considerables.
La moderna toponimia cartográfica de Lanzarote se ha nutrido de dos fuentes principales: una primera que tiene su base en los mapas anteriores a los años cuarenta del siglo pasado, que pueden ser considerados como antiguos dadas las deficientes técnicas empleadas en su confección, muy pobres además en su corpus toponímico, y una segunda fuente a partir de dicha fecha cuyos resultados culminantes se hallan reflejados en la última edición de 1984-87 del mapa militar citado, muy mejorado en todos los aspectos, en especial, que es lo que aquí interesa, en el número de topónimos incorporados al mismo.
No obstante, y pese a la sensible mejora introducida en el aspecto toponímico en esa nueva edición del mapa, es lo cierto –sin que ello se haya de interpretar como demérito a la misma–, que gran parte de ese nuevo aporte de topónimos se obtuvo sin las debidas garantías de fiabilidad. En tan deficiente resultado han influido diferentes factores, entre los que deben considerarse como más probables y determinantes la premura de tiempo empleado en su recogida por los encargados de este cometido; el no haberse escogido siempre a los informantes entre las personas que estuvieran debidamente impuestas en los nombres de las zonas recorridas; el desconocimiento de los términos usuales entre los campesinos y pescadores de la isla por parte de los encargados de recopilar los topónimos, etc., a lo que hay que sumar la facilidad con que se cometen errores, tanto al escribirlos a mano sobre la marcha como luego al pasarlos en limpio, por mala lectura de los mismos.
El trabajo realizado en este libro pretende no sólo corregir cuantas anomalías o defectos toponímicos he podido detectar en el mapa de referencia –en cuya última edición citada, por cierto, ya se subsanaron algunos de estos errores por indicación mía al ser solicitada mi ayuda por los responsables de su confección– valiéndome de los resultados obtenidos tras una labor de campo tan extensa, minuciosa y concienzuda como me ha sido posible, que he llevado a cabo durante muchos años, sino además en la consecución de un buen número de nuevos topónimos que he recogido personalmente que no figuraban en la cartografía oficial, muy importantes algunos de ellos por lo conocidos que son por la gente de la comarca en que se encuentran, e incluso algunos practicamente a nivel insular.
Para alcanzar estos resultados me ha sido desde luego fundamental e imprescindible la colaboración de los múltiples informantes a que he recurrido en cada localidad de la isla, siempre elegidos entre personas de edad más o menos avanzada. Ellos, los moradores de esas áreas o territorios en que han desenvuelto su cotidiano vivir, son los auténticos depositarios y trasmisores de los topónimos menores que en ellas existen –que son los que forman el núcleo principal de esta obra–, muy especialmente los que no están 'contaminados' con lecturas y mapas que, para desgracia de esta actividad de investigación toponímica, paradójicamente, muchas veces en lugar de ayudar en la labor de esclarecimiento de esos nombres lo que hacen, llevados de un afán de erudición mal entendido, es aportar confusión y negativismo. Para ellos, para cuantos campesinos y pescadores de la isla me han ayudado en la recopilación de topónimos, siempre con la mayor amabilidad y desinterés, mi más expresivas y sinceras gracias. A continuación, como pequeño homenaje a los mismos y para que quede constancia y garantía del conocimiento toponímico que tenían sobre las respectivas áreas que dominaban, va una relación de sus nombres, al menos de los que he podido dejar constancia, muchos de ellos ya tristemente desaparecidos por ese imperativo llamado ley de vida que a todos nos toca.
 
Berriel Clavijo, Francisco (Mala)
Bonilla de León, José Luis (Tao).
Bravo, Francisco (La Hoya)
Cabrera Robaina, Francisco (Teguise).
Cáceres Hernández, Marcial (Soo).
Delgado Betancort, Martín (Guatiza).
Dorta Caraballo, Benito (conocido por Pancho) (Órzola).
González Gil, Jorge (Mala).
González Gil, Juan (Mala).
Gopar Barrios, Juan (Arrecife).
Guadalupe Quesada, José (Punta Mujeres).
Guillén Barrios, José (Tinajo).
Gutiérrez Reyes, Pedro (La Degollada).
Hernández, Ángel (Playa Quemada).
Hernández Fernández, Manuel (Uga).
Hernández García, Víctor (Las Breñas).
Hernández Marrero, Luciano (Tías).
Lemes, Pablo (Mácher).
Martín Bravo, Marcial (Las Breñas).
Martín Gutiérrez, Alejo (La Santa).
Martín, Serafín (Mala).
Medina Cáceres, Guillermo (Berrugo).
Medina Cácerez, Juan (Berrugo).
Morales Batista, Felipe (La Caleta de Famara).
Ortega Tejera, Víctor (Nazaret).
Paz Noda, Virgilio (Haría).
Perdomo Perdomo, Claudio (Ye)
Perdomo Rodríguez, Francisco (Tinajo)
Pérez Placeres, Juan Pedro (Guatiza).
Pérez Sánchez, Vicente (Soo).
Pineda, José (La Caleta de las Ajulagas).
Ramírez Dorta, Manuel (Órzola).
Ribera Simón, José (Tinajo).
Ribera Simón, Juan (Tinajo).
Robaina Betancort, Elías (Tahíche).
Rojas Martín, Tomás (Soo).
Sánchez Quevedo, Manuel (Arrecife).
Toribio Tavío, Félix (Tinguatón).
Torres, Domingo (Punta Mujeres).
 
 
De los nombres antiguos que ha tenido la isla
 
Antes de entrar de lleno en el tratamiento de los topónimos de la isla creo oportuno dedicar unas páginas a comentar los diferentes nombres que a través del tiempo le han sido atribuidos a la misma, unos auténticos o comprobados y otros problemáticos o discutibles.
Si nos remontamos a la más remota antigüedad nos encontramos con que sólo se tienen noticias muy vagas e imprecisas de denominaciones genéricas aplicadas al archipiélago en conjunto o de algunas de las islas constituidas en grupos aparte, pero no de islas individualizadas, nombres sobre los cuales ni siquiera hay seguridad absoluta de que hicieran siempre referencia a las Canarias. Son estos nombres generales más conocidos los de Makaron nesoi de los griegos, Fortunatae Insulae de los romanos y Al-Jalidat de los árabes, con diferentes variantes cada uno de ellos, los tres semanticamente relacionados con el significado de 'Islas Felices' o concepto afín.
El primer texto que se tiene como genuinamente histórico referido a las Canarias es el célebre pasaje de Plinio el Viejo en el que se recogen datos geográficos del rey Juba II de Mauritania, subsidiario de Roma, relativos a las Islas Afortunadas, si bien en él se mencionan sólo seis islas de las incluidas en ese grupo, contándose aparte el de las Purpurarias. En ese texto interesa para el presente estudio el nombre de la isla Canaria por lo que luego habría de afectar a Lanzarote como isla integrante del archipiélago al hacerse extensivo al mismo con el nombre de Islas Canarias o de Canaria, y el que en tal grupo pudiera corresponderle a ella a título individual.
Sobre el origen del nombre Canaria de la tal isla, sin duda alguna la actual Gran Canaria, se han expuesto variadas opiniones. Si nos hemos de atener a lo que dice el propio pasaje de Plinio, dicho nombre obedece al hecho de haber encontrado los expedicionarios por él enviados a dicha isla un gran número de perros, 'canis' en latín, lengua a la que el texto fue traducido por Plinio, pues el original de Juba estaba escrito en griego. De este 'canis' surgiría por derivación el apelativo Canaria. Sin embargo, ultimamente ha tomado cuerpo la teoría de que este nombre de Canaria proviene del de una tribu bereber del NO de África llamada los canarii. Mas, aparte del inconveniente que supone el que este etnónimo canarii fuera de origen latino, según el propio Plinio declara –aunque también se barajan otras opciones que lo hacen bereber–, desde mi punto de vista existe un impedimento insalvable para la aceptación de esta etimologia africana, sea latina o bereber, y es, simple y llanamente, que cuando Juba mandó la expedición exploratoria al archipiélago, que fue en los años circunvecinos al comienzo de la era, éste, por lo que se deduce, se hallaba todavía despoblado, por lo que tal explicación, de ser así, quedaría invalidada sin remisión posible.
También se ha argumentado sobre este supuesto de los canes, rizando el rizo del despropósito, que los tales no eran perros sino lobos marinos, de la especie Monacus monacus por supuesto, pero esto, aparte de resultar una componenda difícil de aceptar, presenta la improbabilidad de que le fueran llevados dos ejemplares a Juba, pues es sabido que esta especie de foca era común en la antigüedad en el Mediterráneo y no ofrecía, en consecuencia, ningún aliciente especial para el monarca mauritano, en tanto que los perros podrían constituir una raza o variante surgida en la isla que sí podría suponer una novedad entre los canes.
Pasando al nombre que pudiera corresponder a Lanzarote de los varios citados por Juba en su escrito, el más probable a mi juicio debe ser el de una de las Purpurarias, en cuyo grupo se incluirían además la de Fuerteventura y las islitas de La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara y Lobos.
Se ha especulado con que tal denominación correspondiera a los islotes de Mogador, pero últimamente se ha comprobado que en tales islotes no ha habido nada de caracoles productores de púrpura como se venía afirmando hasta ahora. Y así debe ser, pues si no, ¿dónde incluir entonces a Lanzarote?
Del resto de los nombres, los de Canaria y Ninguaria están sobradamente acreditados como pertenecientes a Gran Canaria y a Tenerife; Junonia Mayor tiene todas las trazas de ser La Palma; Junonia Menor, La Gomera, mientras que Capraria, la que estaba "llena de grandes lagartos", nombre que sería un error de transcripción del original griego Sauraria, correspondería al Hierro. Un dato que viene en apoyo de esta distribución nominal de las tres últimas islas, que nunca que yo sepa se ha tenido en cuenta y que en mi opinión tiene un no despreciable valor verificativo, es el hecho expresamente declarado en el texto pliniano de que las mismas se hallaban "a la vista" de Tenerife, lo que efectivamente ocurre como fenómeno visual apreciable en la realidad y no se da por contra con las otras tres islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote conjuntamente consideradas.
La restante, llamada Ombrios, ‘la inaccesible’ como se la califica en el texto, pudiera ser, como algunos autores creen, La Gran Salvaje, que por cierto en algunos mapas antiguos figura exageradamente agrandada, equiparable en tamaño a algunas de las siete canarias principales.
Finalmente, Pluvialia sería Madeira, y Capraria Porto Santo. Conviene precisar a este respecto que el adjetivo latino 'pluvialia' no significa, como generalmente se ha pretendido, "que sólo disponía de agua de lluvia", sino que su significado correcto es "lluviosa", y preciso es reconocer que en este aspecto la isla de Madeira se hace sobradamente acreedora a tal apelativo, pues su pluviometría es realmente alta y descuella con mucho en este aspecto sobre cualquiera de las que componen el archipiélago canario. En cuanto al nombre Capraria aplicado a Porto Santo, no deja de ser significativo a su favor lo que dice el autor portugués Valentim Fernandes a principios del siglo XVI de que con anterioridad a la colonización de la isla por Portugal acostumbraban abordarla navegantes de aquella nación, así como castellanos, con objeto de aprovisionarse de carne de cabra, animales que por lo visto abundaban en ella entonces en estado salvaje, a saber desde cuando. Vendría asimismo en apoyo de esa situación geográfica de las Madeiras lo que dice Juba de que Pluvialia y Capraria se hallaban situadas unos 250 mil pasos hacia poniente de las Afortunadas, asignándoles a ambos archipiélagos la misma distancia de 750 mil pasos desde Cádiz, que es el punto de referencia que el autor toma, circunstancia ésta que aunque no sea totalmente exacta dado que la medición hasta las Afortunadas la hace sobre Junonia Mayor o La Palma, y a pesar de que las distancias computadas en aquellos lejanos tiempos son poco fiables, tampoco difería gran cosa.
Sería poco después de la intervención del rey Juba en el archipiélago canario, según nos lo hacen saber practicamente todos los cronistas e historiadores del pasado de Canarias haciéndose eco del conocido episodio de los norteafricanos deportados por Roma a nuestras islas con las lenguas cortadas, cuando éstas fueron pobladas de forma permanente. Este crucial evento se produjo, según se indica en la referida noticia, que encaja a grandes rasgos con las conclusiones extraídas de los estudios modernos sobre la prehistoria de Canarias, por el primer o segundo siglo de la era, y más concretamente, si hemos de hacer caso al testimonio del autor portugués Frutuoso, durante el reinado del emperador Trajano, que abarcó desde el año 98 al 117 de la era.
En cada una de las islas por separado permanecieron aquellas gentes, desconocedoras de la navegación, practicamente incomunicadas del resto del mundo hasta la edad media en que las potencias marítimas europeas reanudaron los viajes de exploración del Atlántico. Sabemos que a la llegada a Lanzarote de la expedición francesa de conquista en los albores del siglo XV comandada por Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle, la isla, de acuerdo a la crónica Le Canarien en que se narran aquellos hechos, era llamada por los nativos Tyterogaka, según figura escrito el nombre en la versión favorable a Gadifer de la Salle de aquel manuscrito, más fiable en cuanto a la grafía de los topónimos y antropónimos aborígenes se refiere que la de Bethencourt. En la otra versión de la crónica, mucho más defectuosa en la escritura de esos nombres, se escribe Titheroygaka, luego convertida por Viera y Clavijo en Tite-roy-gatra, que al quedar posteriormente por otros autores desprovista de los guiones que separaban los tres elementos en que Viera lo subdividió, ha dado finalmente la defectuosa forma Titerroygatra, que ha gozado injustificadamente, por desconocimiento de la versión gadiferiana, de manifiesta preferencia.
En contra de la variante betancuriana, además de los argumentos expuestos, podrían esgrimirse estos otros cuyo valor invalidatorio no es de despreciar: en todo el corpus toponímico prehispánico lanzaroteño, que asciende a más de ciento setenta nombres, en los que se supone que deban conservarse, aunque más o menos corrompidos, los rasgos fonéticos propios del habla de los 'majos', o al menos los más parecidos del idioma castellano con que se transcribieron aquellas voces en la época en que fueron incorporadas a nuestra lengua, no se encuentra ninguna en que se dé el sonido de la /r/ fuerte ni aparecen en ellas sílabas directas dobles o consonantes líquidas como ocurre en el nombre Titerroygatra, particularidades fonéticas de que se halla exenta la forma Tyterogaka dada por Gadifer.
Pero a pesar de las razones aducidas favorables a la forma consignada en el manuscrito gadiferiano ello no significa, por supuesto, que la misma deba tomarse sin más como auténtica o genuinamente representativa de la voz que los franceses oyeron de labios de los nativos –que quizás pudo haberlo sido– sino simplemente como más próxima a esa captación auditiva. Sobre esto cabría tener en cuenta múltiples consideraciones. Llama la atención, por ejemplo, el hecho un tanto incomprensible de que siendo la /k/ una letra exótica al idioma francés desde aquellas épocas, al igual que lo ha sido en el español, se empleara en lugar de la /c/, que hubiera sido lo natural y procedente. ¿Podría ser esta terminación -ka- un error de escritura por -tia- o -tía- de forma tal que debiera leerse Titerogatia o Titerogatía, finales éstas mucho más concordantes con las de las voces guanches reconocidas como tales? Obsérvese que en la versión betancuriana el final se escribe precisamente con /t/ seguida de /r/ en posición líquida anómala de acuerdo a lo que más arriba decía, por lo que es posible que la misma pudiera haber sido una /i/ como aquí apunto.
Tampoco sabemos cuál sería la sílaba con mayor fuerza de voz, tal como acabo de indicar en ese hipotético final /tia/, o incluso si el acento tónico recaía en otra sílaba distinta a las de este final. Ni siquiera sabemos si el nombre era simple o compuesto, como podria deducirse de la división en tres partes separadas por los correspondientes guiones que de él hace Viera y Clavijo. Recordemos que tanto Gómez Escudero como Marín de Cubas dicen que la isla se llamaba Tite, como también parece desprenderse de la forma en que lo presenta Viera, por lo que de ser así, el resto del nombre que figura en Le Canarien tendría que consistir en otros componentes del mismo cuya función gramatical ignoramos.
Finalmente cabe preguntarse por el significado que tendría este nombre en la lengua 'maja'. Pese a la clara aseveración expresada por sus primitivos moradores recogida de primera mano en Le Canarien de que la isla "se llama en su lengua Tyterogaka", es lo cierto que expertos berberólogos pasan tan importante testimonio por alto y se empeñan en extraerle al nombre por su cuenta y riesgo dispares significados, incluso de ámbito local restringido territorialmente al lugar e inmediaciones del campamento levantado por los franceses a su llegada a la isla, cosa verdaderamente incomprensible si tenemos en cuenta que los europeos tenían que conocer, incluso antes de su llegada a la isla, su nombre aborigen por información personal y directa de los lenguas que traían con ellos llamados Alfonso e Isabel que habían sido capturados en Lanzarote años antes. Así, después de intrincadas disquisiciones lingüísticas, J Álvarez Delgado lo traduce por "la rojiza montaña" o "las lomas coloradas" considerándolo aplicable sólo a la zona de emplazamiento de lo que los franceses dieron en llamar Rubicón. J. Marcy por "la que está quemada, la ardiente", sin parar mientes en que el fenómeno geotérmico al que sin duda hace alusión sería inexistente con toda probabilidad en aquellos lejanos tiempos, pues Las Montañas del Fuego en que se producen de forma ostensible aún no se habían formado. Y D. J. Wölfel lo traduce por "buen caminante", frase nada fácil de relacionar semanticamente con un topónimo, y también por el "hecho de estar podrida" (¿?), de mayor incongruencia semántica aún si cabe.
Como se ve, estos tres conocidos berberólogos ofrecen interpretaciones del nombre de difícil aceptación, con la agravante de que discrepan abiertamente entre sí, lo que acrecienta la desconfianza que las mismas inspiran. Y, por si ello no bastara, los tres caen en el burdo dislate de extraer por el bereber el significado de la partícula final /et/ que ellos suponen parte integrante del nombre, siendo así que la misma no es otra cosa que la conjunción francesa equivalente a la española /y/, que en la escritura cursiva del manuscrito quedaría seguramente enlazada o casi unida al nombre en cuestión.
 No sabemos cuándo nacería este topónimo denominador del mundo cerrado aborigen constituido por la isla. De haberle sido impuesto por aquellos primeros bereberes traídos por los romanos el mismo habría gozado de unos trece siglos de existencia, pues fue con la cristianización de los habitantes de la isla cuando perdió vigencia oficial, terminando pronto por desvanecerse en el olvido.
No obstante, antes de la desaparición definitiva de este nombre aborigen, la isla ya había adoptado para el mundo europeo el de Lanzarote que aún ostenta en la actualidad. Surgió este nuevo nombre como consecuencia de la estancia en la isla, por lo que parece en el primer tercio del siglo XIV, del marino genovés Lanzaroto Malocello, el cual, por lo visto, arribó a sus playas en 1312 y residió en ella unos veinte años hasta ser expulsado o muerto por sus habitantes, según viejos textos.
En principio el nombre fue propagado por los navegantes que por aquellos años tuvieron trato y comercio con los isleños, terminando por ser oficializado en la cartografía que salió a la luz durante el resto de aquella centuria y parte de la siguiente.
El patronímico Lanzarote del tal aventurero genovés parece tener alguna relación etimológica con el arma arrojadiza en él inscrita, mientras que el apellido Malocello se cree que tiene su origen en el malus angelus o mochuelo de la tradición latina. El escudo de armas de Celle, municipio de la provincia de Savona colindante con la de Génova, ostenta todavía la figura de esta pequeña rapaz nocturna en recuerdo de la señoría de los Malocello.
Han sido múltiples las formas en que el nombre de la isla, Lanzarote, se ha escrito. El portulano de Angelino Dulcert, de 1339, que es el documento más antiguo conocido en que se registra, lo escribe Lanzarotus; el Libro del Conosçimiento, de unos años más tarde, lo grafía Lançarote; el Canarien, de comienzos del XV, Lancelot, que era la versión francesa del mismo, y luego, otros autores posteriores lo han escrito Lanceloto, Lancelotto, Lanceroto, Lancerotto o Lancilotto y otras variantes más.
Ha habido un par de nombres más, un tanto fantasmagóricos, atribuidos también a Lanzarote: el de Torcusa, con la variante Toicusa, que según se dice le daban los habitantes prehispánicos de la vecina isla de Fuerteventura; el Maoh de Torriani, que debe ser uno de esos desbarros del ingeniero italiano al interpretar, con toda seguridad, el gentilicio 'maho' (por 'majo', que es cómo se escribe ahora) como topónimo designativo de la isla, y el enrevesado Dolatelac, que figura en una bula papal de 1431 dirigida a la iglesia de Rubicón, que al estar seguido de la frase "alias de Canaria" no puede ser otra cosa que un engendro de escritura por Lancelot.

Expuestas las consideraciones que anteceden procede desarrollar a continuación el cuerpo principal de la obra, a saber, dar por orden alfabético, para facilitar la consulta, la relación de topónimos que he recopilado en mis múltiples caminatas por la isla realizadas con tal fin, labor de campo que he llevado a cabo por espacio de un buen puñado de años con el mayor rigor posible, para lo cual he procurado siempre contrastar los datos que me han suministrado los muchos informantes que he consultado, escogidos en todos los casos entre las gentes de más edad vecinas de los respectivos lugares, de forma que la autenticidad de los topónimos quedara debidamente garantizada.

A –

 
Abajo, El Lajerito de. Tramo de costa, de unos 300 m de largo, situado unos 800 m al N de la urbanización Castillo de Papagayo, al E de Mala. Forma un piso allanado rodeado de terreno rocoso más alto, de modo que el lugar queda como hundido.
 
Abajo, El Paso de. Pequeño promontorio o puntilla* alterosa, algo puntiaguda, no muy saliente, de flancos arriscados de unos 10 m de altura sobre el nivel medio de las mareas, situado 1 Km al N del caserío de El Golfo. Su costado N se prolonga casi en línea recta unos 100 m hacia dentro sin constituir ya parte integrante de la propia punta.
Desde esta puntilla* se divisa perfectamente La Playa del Paso, de color azabache, situada unos 300 m más al N.
Terminan en este lugar, por el S, los linderos del Parque Nacional de Timanfaya.
 
Abajo, La Playa de. Mide algo más de 50 m de largo. Sus arenas son negras como todas las de este lado de la isla. Sigue a la mayor de El Golfo por su extremo N, hallándose separada de ésta por un apéndice rocoso que semeja una tosca pared de poca altura que se proyecta mar adentro perpendicularmente a la costa.
En esta asocada* playita, protegida de los vientos dominantes de componente N por un saliente apeñascado de la costa llamado La Punta de la Peña, han venido varando sus barquillos*, desde al menos la fundación del caserío de El Golfo, los pescadores de Playa Blanca que iban a hacer temporada allí durante los meses de verano.
Antes de construirse la carretera turística que permite la visita del Charco de los Clicos por el lado S se accedía a dicha laguna bajando por una escalera de piedra hecha por el Cabildo en la década de los sesenta del siglo pasado en el risco a cuyo pie se encuentra esta playa.
 
Abajo, La Vuelta. Parte de la isla que se extiende desde Teguise hacia el SO. Es designación popular muy antigua. Al resto de la isla que sigue hacia el NE se le llama La Vuelta Arriba. Igual denominación divisoria se hace en la isla de Cuba desde por lo menos principios del siglo XVII con respecto a La Habana, lo que hace pensar que tales nombres fueran llevados allí por lanzaroteños al ser la única isla de Canarias donde se da esta división del territorio insular.
 
Abajo, Los Lomitos Altos de. Parte central ensanchada del gran islote* de suelo pedregoso más bien allanado, de algo más de 2 Km de largo, que se extiende de NO a SE próximo a Los Picos del Marichuelo, al NO de los mismos. Está a unos 7 Km al OSO de Tinajo. En este terreno se alzan varias eminencias pétreas de escaso relieve que son las que le dan nombre.
 
Abrigada, La. Pequeña ensenada en la costa de Guatiza, a 2 Km al E de este pueblo. Es de planta cuadrada, de unos 100 m de abertura en la boca, por fuera de la cual hay una baja* grande. Por su extremo E termina en La Punta de Marcos y por el O sigue otra ensenada algo parecida, pero un poco más pequeña, llamada La Camuesa. Sus paredes son escarpadas, de 6 a 8 m de altura.
 
Acantilado, La Peña del. Peñasco de unos 10 m de altura, algo redondeado a modo de torreón, que se levanta junto a la orilla del mar a unos 3.5 Km al NO de Playa Blanca y a 0.5 Km a naciente de Punta Gorda. A sus pies hay unos charcos grandes a los que llegan las olas facilmente.
 
Aceituna, El Pico de la. Primero de los picos o cumbres que forman la sierra de Los Ajaches, el que está junto a Femés. Termina en una cresta afilada de trazado curvilíneo que parece la pared O de un cráter bastante amplio que se halla abierto hacia el E, cuya concavidad es la cabecera del barranco conocido por El Valle del Higueral. Sin embargo, al ser esta montaña parte integrante del macizo miocénico más antiguo de la isla parece que deba tratarse de un edificio consecuencia del modelado erosivo de millones de años sobre el bloque primigenio y no de los restos de un cono de cínder de origen explosivo.
En la cima, que alcanza la cota de los 482 m s. n. m., se veían en 1980 en que estuve en ella, vestigios de lo que parecía haber sido una pequeña construcción de piedra seca de apariencia muy antigua, posiblemente prehispánica, ya que a su alrededor había, mezclados con los derrubios de la presunta edificación, trocitos de vasijas de barro cocido de indudable factura aborigen, pedacitos de hueso y conchas de moluscos marinos de los comunes en la isla (lapas, burgaos*, chirrimiles* y canadillas*), todos muy degradados por efecto de la prolongada exposición a la intemperie. ¿Un altar de ofrendas al dios de los ‘majos? En lanzarote, según nos hacen saber los viejos cronistas, los isleños prehispánicos elegían las cumbres de algunas montañas para rendir culto al altísimo ofrendándole sus mejores viandas. Y con esta montaña se da la circunstancia de que desde su cumbre se divisa el horizonte marino tanto hacia el naciente como hacia el poniente, de solsticio a solsticio, lo que les permitía seguir el curso del sol –materialización para ellos del ente divino– a lo largo de toda la bóveda celeste desde el orto hasta el ocaso en cualquier época del año.
El nombre es tan antiguo que nadie ha sabido explicarme su significado. Sin embargo antes, en siglos pasados, al olivo silvestre, entonces no raro en la isla, además de acebuche se le llamó también aceituno, y de ese arbolito, debe venirle, cambiado el género por pérdida de la noción del nombre aceituno por la gente una vez extinguida esta especie de arbolito y consiguiente adoptación del femenino por tratarse de una palabra perfectamente conocida por todos. En un documento de 1797 (Quintana Andrés, P.C., y Perera Betancort, F. Mª, 2003: 236), se cita, efectivamente, a la montaña con ese nombre de ‘Pico del Aseituno’ –si bien con /s/– en masculino.
 
Acuche. Zona de suelo ligeramente resaltado dentro de la gran llanura de El Jable de Arriba, de más de 0.5 Km2 de extensión, situada 2 Km al SSO de La Caleta de Famara. Es de naturaleza arenosa con algunos calveros calizos.
En esta llanada de Acuche se ha construido una pequeña urbanización turística a la que han puesto el nombre de Vista Graciosa. A unos 100 o 200 m al NE de los apartamentos se encontraban Los Corrales de Acuche, ya desaparecidos, y próximas a éstos Las Peñas de Acuche, unos montículos rocosos que caen por el E hacia la llanura de jable* circundante.
Acuche se tiene como nombre aborigen. No obstate, J.D.Wölfel dice que no encuentra paralelos bereberes que lo expliquen.
 
Afe, La Playa de. Ocupa esta playa, situada a un par de Km a naciente de Playa Blanca, el fondo de una amplia ensenada de unos 400 m de abertura en la boca, limitada al O por La Punta del Espejo y al E por Risco Negro. Su arena no es rubia como en las llamadas playas de Papagayo que siguen a continuación hacia naciente, sino oscura, de origen aluvial, mezclada con cantos rodados y guijarros menudos, si bien todo esto ha sido muy transformado ultimamente con la construcción de un hotel.
Este nombre de Afe dado en la actualidad a esta playa es con seguridad una alteración por apócope de un primitivo Ásife, pues en esta forma, a veces escrito con /z/, lo tengo recogido de tres documentos de los siglos XVIII y XIX. El más antiguo de ellos es el escrito de Simancas de 29-XII-1730, donde se escribe ‘Azife’, referido además a los pozos que están en sus inmediaciones. El segundo documento por orden de antigüedad, ya que data de los comienzos de la década de los cuarenta del mismo siglo, es la obra del ingeniero militar A. Riviere (1997:192,193), en la que figura escrito tres veces en la forma ‘Asifee’. Y el último texto es una noticia que apareció en el periódico de Santa Cruz de Tenerife El Eco del Comercio en 1868 que se recoge en la edición de Le Canarien de 1965 comentada por E. Serra y A. Cioranescu, donde figura escrito ‘Aeifé, con toda seguridad, en lo que a la /e/ primera concierne, una errata por /c/.
Para reducir el nombre a la grafía más próxima a la original habría que rechazar en primera instancia el empleo de la letra /z/ en su escritura (Vid. Tenésara, Montaña). Quedaría luego por saber si esa forma de tres sílabas era esdrújula o aguda, pues la condición de llana parece descartable si nos hemos de atener a las leyes que rigen en estos casos en la fonética castellana. De las dos opciones que restan parece la más plausible la primera, es decir, suponer a la actual Afe surgida de un Ásife esdrújulo una vez perdida la sílaba intermedia /si/. No obstante, llama poderosamente la atención el que en los otros dos casos en uno figure graficamente acentuado en la /e/ final y en el otro termine en esa doble /e/, que así leído lo hace pracicamente agudo.
Esta voz, de claro abolengo guanche, no la recogen los más completos léxicos de la lengua aborigen, ni en su forma más antigua Asife ni en la actual Afe.
Otro nombre por el que se conoce también a esta playa a nivel popular es el de La Cruz por uno de estos símbolos que estuvo colocado en Risco Negro en memoria, según me han contado, de alguien que se ahogó allí. De la antigüedad de este luctuoso suceso puede servir de referencia lo que nos cuenta el investigador tinerfeño J. Bethencourt Alfonso (1985:280) en el siguiente relato que debió recoger en los últimos decenios del siglo XIX: En la Playa de la Cruz, cerca del Castillo de las Coloradas, se ve por las noches un hacho encendido que el público atribuye a que está penando el alma de un marinero que se apoderó de los brazos de una cruz que había en aquel lugar para que le sirviera de combustible.
Pero el nombre que es cuestionable es el de Playa de las Coloradas que se le da en la cartografía oficial, proveniente sin duda de mapas y textos antiguos, que nadie de los que viven en esta comarca sureña lo ha oído jamás de sus mayores aplicado a esta playa. Sí existe el lugar costero de Las Coloradas, así llamado sin otro aditamento, bien conocido por las gentes de aquella comarca, pero aunque cercano a la playa que nos ocupa, su localización está bien definida, pues comprende sólo el tramo litoral que va desde La Punta del Águila hasta La Punta del Pasito, situada unos 300 m más al naciente.
Esas citas de siglos pasados nombran al lugar de Las Coloradas identificándolo a veces con esta playa, aunque no siempre esa identificación resulta tan clara, titulándolo en ocasiones de playa y en otras de puerto. Un argumento que demostraría la inconsistencia de ese nombre cartográfico aplicado a la playa es que no resulta creíble que el de Afe, obviamente más antiguo dada su índole prehispánica, haya podido resurgir en el uso popular después de tanto tiempo de haber sido sustituido por el de Las Coloradas. En consecuencia habría que concluir que el nombre de Las Coloradas dado en esos documentos a la playa debió nacer de una confusión con el del lugar vecino así llamado, error que luego se encargarían de propalar subsiguientes autores.

Áfite, Las Peñas de. Nombre de incuestionable abolengo guanche, no incluido sin embargo en los diccionarios de voces indígenas canarias. En el M.M. figura escrito en la forma alterada Agite, sin que ni siquiera sea posible advertir su esdrujulismo. Pero es así, ‘Áfite’, cómo lo pronuncia la gente de la comarca.
Se trata de un conglomerado rocoso de naturaleza basáltica, probablemente parte de un dique perteneciente a la época miocénica, que ha quedado al descubierto en la base misma del volcán La Corona por su lado S. Su color verde amarillento es debido a los líquenes crustáceos que lo recubren.
 
Aganá, Montaña. No se trata, pese a su nombre, de lo que en puridad se entiende en Lanzarote por una montaña o elevación considerable del terreno con entidad propia, como un cono volcánico por ejemplo. Consiste en realidad en un gran bloque del macizo precuaternario del N de la isla esculpido por efecto de la erosión de millones de años, con cumbre a modo de planicie elevada de forma cuadrilonga de 1 Km aproximado de longitud en el sentido NNE-SSO por unos 350 de anchura como promedio. Su lado de poniente forma parte del acantilado de Famara, por lo que por allí alcanza unos 585 m s.n.m. Por el N cae hacia El Rincón, amplio valle colateral del de Haría. Por el E hacia El Valle del Malpaso, asimismo subsidiario del de Haría, mientras que por el S se une por una especie de istmo a la altiplanicie llamada La Montaña, el territorio más elevado de la isla.
En su amesetada y extensa cumbre crecen en buen número los más lozanos y desarrollados arbustos de la isla llamados cientificamente Echium decasnei, una hermosa borraginácea canaria de vistosas inflorescencias blanco-azuladas, y en las laderas orientadas hacia el N se encuentra una nutrida colonia del endemismo lanzaroteño Argyranthemum ochroleucum, una compuesta de buen porte con flores de un amarillo desvaído, tal como indica su nombre específico.
Aganá, agudo, debió ser el nombre aborigen, o en todo caso el más parecido al que oirían los europeos de labios de los indígenas, pues así figura escrito en algunos documentos de siglos pasados, como es el caso del Plan beneficial de Lanzarote de 1806, el Diccionario de P. Madoz, de hacia 1845, tanto en la entrada Gayo como en la de Haría, en ambos casos debidamente acentuado graficamente en la última /a/, lo mismo que hace P. de Olive, también en su Diccionario de 1860 y el doctor Chil y Naranjo en su obra. En la actualidad, aunque el nombre se ha generalizado en la forma ‘Ganada’, sin duda por asimilación al participio español homónimo, hay muchos que lo pronuncian todavía Aganada, con la primitiva /a/ del principio, y he encontrado incluso algunos, por lo general gente de edad avanzada, que la conocen aún por el nombre antiguo de Aganá.
Wölfel ofrece como paralelo bereber de este nombre el de ‘aggan’, con el significado de ‘cuesta o pendiente’. Manuel Hernández gonzález, en nota al estudio que hace de la obra de Sabino Berthelot Misceláneas canarias, en su edición de 1997, dice en nota que “en la mayor parte de las zonas mazigiohablantes –berberófonas– de Marruecos, tagana significa bosque”. Interesante es también el comentario que sobre esta voz hace J Álvarez Delgado en la antigua Revista de Historia, nº 68, de La Laguna, explicándola por el bereber ‘agán’ o ‘agana’, con el significado de ‘roque, tajo o cerro’.
 
Agrio, El. Amplio territorio ligeramente amesetado que se extiende a naciente de la Montaña de Zonzamas limitado al N y al E por la corriente de lava de 1733 llamada El Volcán de Tahíche, que pasa rozando a este pueblo, y al S por Montaña Maneje. Su suelo es escabroso e improductivo, de donde le viene el nombre, pues eso es lo que significa en ocasiones esa voz en la isla. En él se levantan algunos pequeños montículos pedregosos.
 
Agua, El Barranco del. Nace entre las montañas Casa y Mojón, a 1 Km al ESE de Uga, y después de un curso de unos 4 Km, con algunas curvas poco pronunciadas, desemboca a un par de cientos de metros a poniente de Puerto Calero en el lugar de la costa que lleva por él su nombre.
 
Agua, El Caero del. Caletón* situado en el rincón interno de la ensenada de La Hondura, al NE de Mala. Es de planta algo cuadrada, con un rincón interior en el que hay un bufadero* bastante espectacular. En la boca mide algo más de 100 m y un poco menos hacia dentro, siendo sus paredes arriscadas, de una altura de unos 3 a 4 m.
Se le llama así porque en él vierte al mar el barranco continuación del de Tenegüime, cuando corre al llover, salvando un risquete o desnivel brusco, que es el verdadero ‘caero’ –por ‘caedero’–que le da nombre, formando una pequeña cascada. Al veril O de este caletón*, que forma un remanso a modo de muellito o atracadero, lo llaman La Cocinita. Hacia el E sigue El Caletón de la Hondura, que queda separado del Caero del Agua por una punta algo elevada que recibe el nombre de El Morro de la Hondura.
 
Agua, La Caldera del. Hoya o depresión profunda, a modo de jameo*, de planta en forma de abanico con el vértice dirigido hacia el mar, desde el que se mide un radio de unos 20 a 25 m hasta la orilla opuesta. Sus paredes, por el lado exterior o del vértice, son verticales de más de 10 m de altura, mientras que por el lado opuesto o de tierra forma rampa.
El agua que la ocupa, de considerable profundidad por el lado del mar, le entra por un amplio pasadizo submarino que atraviesa un trecho rocoso de unos 30 m, que es la distancia a la que el jameo* se encuentra del mar abierto. La costa por fuera, donde está la entrada subacuática, forma un profundo caletón* de altas paredes verticales.
Se encuentra esta singular formación geológica al ESE de Guatiza, a poco más de 0.5 Km al N de Los Cocoteros.
 
Agua, La Peña del. Pequeño mogote rocoso, de unos 4 m de altura, que se levanta sobre la parte alta de El Lomo de En Medio, por encima del pueblo de Los Valles, a 1.120 m al al SE de la ermita de Las Nieves. Es fácil de localizar porque no hay ningún otro de estas características y tamaño en sus inmediaciones.
Está constituido por grandes bloques basálticos que adoptan en conjunto forma burdamente cónica –¿un viejo hornito?– cuarteados o desgajados, en algunos de cuyos paneles hay grabados rupestres.
A sus pies, por el lado N, se abre la boca de una covacha hundida, de 1’5 m de profundidad, que luego, por lo que se alcanza a ver, continúa horizontalmente varios metros más, rodeada de grandes piedras a modo de tosco brocal que parecen haber sido colocadas por mano del hombre. En su fondo me han contado que había, hasta no hace muchos años, una fuentecilla que manaba un hilo de agua, sobre todo cuando los inviernos eran lluviosos, que parece haberse secado definitivamente, de la cual le venía el nombre a la peña.
 
Agua, Los Jameos del. Tramo de unos 300 m de longitud del gran Tubo Volcánico de los Jameos, distante 1.5 Km de Punta Mujeres en dirección NE. Se extiende la caverna de este nombre desde El Jameo Redondo al O hasta El Jameo Chico al E, encontrándose entre ambos el mayor de los que le dan nombre, en el que se construyó la piscina que hay en este lugar.
En un principio, cuando la gruta se hallaba en estado natural, antes de ser habilitada para el turismo bajo la dirección artística de César Manrique, Los Jameos del Agua consistían solamente en el Jameo Grande o del Agua, en la cámara de la laguna y en El Jameo Chico, por el que luego se hizo la entrada principal. Una vez debidamente acondicionado se abrió al público en 1966, añadiéndosele más tarde la parte del Auditorio y El Jameo Redondo, que fue techado con una artística cúpula de cristal, más la Casa de los Volcanes construida exteriormente en la parte alta.
En lo tocante a su formación geológica, aparte de lo explicado a este respecto sobre el Tubo Volcánico de los Jameos en general, del que es parte integrante, cabría añadir que también intervino para este tramo de Los Jameos del Agua la presión ejercida por el vapor generado por el enorme calor desprendido por la lava aún semiincandescente al penetrar en la gruta el agua del mar, ejerciendo tal presión sobre sus paredes que luego de abombarle el techo llegó a abrirle un agujero en lo más alto del mismo haciéndole saltar un trozo a modo de tapón que quedó depositado justo a su lado como si hubiera girado sobre un gozne. También debió producirse en esa fase primaria, cuando la lava estaba aún caliente, la apertura del Jameo Redondo, que por sus bordes romos se ve que es contemporáneo al proceso de formación de la caverna.
De los animalillos acuáticos que viven en la laguna destaca sobre cualquier otro por la notoriedad que ha adquirido, el llamado popularmente ‘cangrejito ciego’, de alba librea que, en mi opinión debe ser, con toda probabilidad, una especie surgida por adaptación a aquel medio cavernícola de otro cangrejillo de igual tamaño muy parecido, del que apenas difiere en caracteres ínfimos, el denominado cientificamente Galathea squamifera, nada raro en la zona intermareal de la isla, y no, como se pretende, de una especie abisal.
 
Aguaita, La Peña de la. Gran peñasco de naturaleza errática, del volumen de una habitación grande que quedó anclado a 1.5 Km al SE de Ye, entre el volcán La Corona y La Peña de las Siete Lenguas, más próximo a esta última, no muy lejos y a naciente de Las Peñas de Tao, de la apertura de cuya boca eruptiva probablemente proceda.
El nombre, según opinión de la gente de la zona, está ligado a la expresión popular ‘aguaitar’, verbo aún usado en la isla como equivalente a ‘esperar al acecho’.
 
Aguda, Peña. Otero de unos 10 m de altura, situado a algo menos de 1 Km al NE de Güime, de forma cónico-apuntada, de dónde el nombre que ostenta. Es de roca maciza con algunos grandes bloques sueltos de color rojizo en la cima, entre los cuales, en la parte SE, se forma un hueco cuadrado natural que parece talmente un asiento. La parte baja de sus flancos está cubierta de ripios y jable*. Destaca mucho en la llanura en que se levanta porque en todo lo que alcanza la vista en derredor no se divisa ningún otro altozano de sus características y dimensiones.
La gente suele pronunciarlo Agúa.
 
Águila, La Punta del. Gran saliente afilado de paredes acantiladas de color rojizo de unos 15 m de altura, situado en la costa S de la isla, a 1.5 Km a naciente de Playa Blanca.
En su arranque se levanta el castillo o torre que lleva su nombre. Dicho edificio castrense, también llamado de Las Coloradas, fue construido en los primeros años cuarenta del siglo XVIII bajo la dirección del ingeniero militar Claudio de Lisle, siendo Comandante General de Canarias Andrés Bonito Pignatelli. Consiste en un sencillo edificio troncocónico con un diámetro de unos 15 m en la base por 9 de altura, de gruesas y sólidas paredes de cantería reforzada con argamasa. Interiormente se halla dividido en dos compartimentos principales superpuestos separados entre sí mediante un piso entablado sostenido por un pilar central. A la puerta de entrada, abierta a mitad de altura de la pared que mira hacia tierra se accede por un pequeño puente levadizo que se tendía hasta apoyarse sobre una grada de manpostería que llegaba hasta el mismo nivel de la puerta.
En 1749 fue quemado su interior por una banda de argelinos llegados en dos jabeques, siendo reparada y mejorada en algunos aspectos en 1769, esta vez por el arquitecto Alejandro de los Ángeles. Con ocasión de esta reparación se le puso sobre la puerta de entrada la siguiente inscripción, que aún conserva: REINANDO EL SR. D. CARLOS III, MANDANDO ESTAS ISLAS EL EXMO. SR. D. MIGUEL LOPEZ FERNANDEZ DE HEREDIA, MARISCAL DE CAMPO, SE REEDIFICO ESTA TORRE DE SAN MARCIAL, PUERTO DE LAS COLORADAS, PUNTA DEL AGUILA, AÑO DE 1769.
Ese nombre de Torre de San Marcial, que se le ha atribuido en ocasiones en tiempos pasados, se debe a un error que circuló por esos años al ser confundido su emplazamiento con el del castillo betancuriano, cuya capilla se encontraba bajo esa advocación, situado unos quilómetros más hacia el E.
 
Agujerado, El Jameo. Se encuentra a un par de quilómetros al NNO del caserío de Punta Mujeres, contiguo al Jameo Cumplido, a naciente de él, del que se halla separado por una especie de puente natural constituido por una porción del techo del túnel de unos 45 m de anchura que quedó sin caer. Es bastante grande, de unos 70 m de longitud, pero sobre todo de una considerable profundidad relativa, pues la altura de sus paredes, que son muy verticales, debe oscilar entre los 10 y los 12 m, mientras que su anchura ha de andar por los 30 m. Por la cabecera de naciente es acuevado, de boca muy amplia al principio, que luego se va estrechando hacia dentro hasta llegar a la conexión con el tubo volcánico general, que es allí de sección algo cuadrada, de unos 6 a 7 m de altura y una anchura algo menor.
En la parte S más sombreada de este jameo* crece en grupos la cucurbitácea endémica de Canarias llamada botanicamente Bryonia verrucosa y por la gente de la isla ‘perejil venenoso’, ‘colombrillo’, ‘cojombrillo’ o ‘higos del diablo’. Allí, en aquella húmeda umbría, sus ramas, semejantes a larguísimos cordeles que pueden llegar a medir hasta 20 m, se agarran a las rocas con sus característicos zarcillos espiraliformes, formando a veces auténticas marañas entre las ramas de otras plantas arbustivas (ajulagas*, beroles* y bobos*).
El agujero al que hace alusión su nombre debe ser el correspondiente al ojo del puente que lo comunica con el Jameo Cumplido.
 
Agujeros, Los. Lugar costero al SE de Guatiza donde se incurva la costa formando un saliente a unos 200 m al S de Los Cocoteros. Tiene una covacha en la que entra el mar en cuyo techo se abren los agujeros que le dan nombre. Justo por tierra de este lugar están las salinas por él llamadas de Los Agujeros.
 
Ahogadera, La. (Ajogadera en dicción popular). Saliente de la costa a modo de pequeño promontorio de forma redondeada que está entre La Playa de los Pozos y La Playa de las Eritas, distante unos 3 Km de Playa Blanca, hacia el naciente de este pueblo.
 
Ajaches, Los. Es nombre sin duda aborigen. El único intento de interpretación por la lengua bereber que he encontrado es el que hace M. Suárez Rosales en la revista LA SORRIBA de febrero-marzo de 1986, donde dice: “En el dialecto bereber de Mauritania ‘suelo, tierra, arena’ se dice aguech”, palabras que sin embargo aplicadas a este caso lanzaroteño bien poca cosa aclaran.
Abarca este topónimo, según opinión mayoritaria de las gentes de las localidades próximas, al ramal montañoso del gran macizo terciario del S de la isla que se inicia con El Pico de la Aceituna, junto a Femés, y termina en Ajache Chico, en tierras de Papagayo, contándose además entre ambas alturas, de N a S, las de Pico Redondo y Ajache Grande, limitando por naciente con la costa y por poniente con la gran llanura de Rubicón. Esta extensión parece confirmarla el Compendio brebe y famosso de 1776 con las siguientes palabras: “De este lugar [Femés] así al S hasta sobre el mar, quassi corre una elevada piramidal Colina que en cumbre entre muchos cerros se forman algunos vallesitos y se llaman estos los Axaches”.

Ajey. (V. Bartolomé, San).
 
Ajitado, El. Es la zona que corre a sotavento del rostro* o talud que forma a poniente de la carretera Yaiza-Playa Blanca, a 2 Km al SO de La Hoya, la colada de frontis elevado que se detuvo allí proveniente del volcán La Atalaya, talud de trayectoria curvilínea que está arrumbado de ONO a ESE.
'Ajitado’ es vulgarismo por ‘ahitado’, pero no se sabe de qué pueda venirle al lugar tal nombre.
 
Ajulagado, Morro. Apéndice o contrafuerte en forma de promontorio, de 1 Km de longitud aproximadamente, que sale de la parte S del conjunto montañoso Pico Nago-El Frontón en esa misma dirección, a 0.5 Km al SSE de Las Casitas. Por el lado E cae hacia La Majada de cho Luis Díaz y por el del O hacia La Majada del Cuervo.
 
Ajulagas*, La Caleta de las. Se encuentra a 3 Km al N de Punta Mujeres, a continuación de la del Guincho. Hay en ella unas chozas o casas con algunos corrales.
 
Albarrán, el Cortijo de. Está en la parte alta del flanco derecho del Valle del Palomo, en el borde N de la altiplanicie de Los Tablones, a unos 2.5 Km al SO de Tabayesco. Junto a este cortijo se levanta La Peña de la Iglesia. La pista de tierra que baja a lo largo del flanco derecho del antedicho valle pasa muy cerca de este cortijo.
Albarrán, según me han contado, es el apellido de su primer propietario, del siglo pasado.
 
Alcaidero, El. Es la cabecera o rincón que se forma entre la ermita de Las Nieves y La Peña Guantevén en que se inicia El Valle de Abajo, uno de los dos en que se asienta el pueblo de Los Valles.
 
Alcalde, La Peña del. Es la que está a 300 m al SO de la llamada La Peña del Rubio, que es la más conocida de las llamadas conjuntamente Las Peñas de Zonzamas. Alcanza unos pocos metros de altura.
 
Aljibes, La Caldera de los. Caldera que se forma entre La Montaña de las Campanas por el S y Pico Colorado por el N, situado detrás mismo del pueblo de Soo. Su planta es semicircular casi perfecta, con un largo de unos 700 m de NO a SE y algo más de la mitad de ancho en su parte central, hallándose abierta por los dos extremos, por el de poniente hasta ras del suelo y a unos 10 m de altura por el de naciente.
En su interior hay varios depósitos de los que le dan nombre, y en su ladera meridional se encuentra un litófono (Vid. La Montaña de las Campanas).
 
Alonso, El Valle de. Gran rincón de algo más de 0’5 Km2 de extensión que se forma a poca distancia al N de Femés rodeado por las alturas de Los Lomos, El Tablero y el espigón de El Dise, que queda abierto hacia El Valle de Femés por el lado SE.
 
Alonso, La Punta de. Es la que cierra por el lado E la ensenada de unos 300 m de amplitud en cuyo rincón O se encuentra La Playa de Tenésara con su pequeño caserío de igual nombre, situado hacia el NO de Tinajo. Por fuera, a unos 15 m de distancia mar adentro, hay unas bajas* o escollos de regular tamaño.
 
Alperdiceros, Los. Tramo de costa situado a unos 3 Km al NO de Playa Blanca, de unos 400 m de largo, comprendido entre Punta Gorda al O y La Punta del Bravío al E, que forma un ligero seno en su mitad oriental. En la zona supramareal a donde sólo llega el mar cuando hay oleaje fuerte, tiene una especie de explanada corrida todo a lo largo que queda aislada de la tierra que sigue hacia el interior de la isla por un risco vertical de unos 15 m de altura.
El nombre es un claro derivado del vulgarismo canario alperdiz*, pero no alcanzo a ver qué relación pueda tener este lugar con tales aves, ya que las perdices no buscan que yo sepa la orilla del mar, y mucho menos este lugar que parece de difícil acceso para ellas. Ni siquiera el terreno que queda por encima en tierra firme parece apropiado para estos volátiles, pues se trata de una llanura pedregosa y árida.
 
Alta, El Caletón de Piedra. Se abre al OSO de Las Breñas, entre La Punta del Viento al N y Piedra Alta, de la que toma el nombre, al S. Está bordeado de altos paredones basálticos, y en su rincón interno tiene una cueva de amplia boca a la entrada de la cual hay un charco muy vistoso por el colorido de las piedras y huecos que tiene en el fondo.
 
Alta, Los Frontones* de Piedra. Sigue este lugar costero a continuación del de Piedra Alta, la que está al O de Tinajo, de la que toma el nombre. Está por tanto situado a unos 900 m a barlovento de El Callao de la Mesa, punto en que se inician por el N los linderos del Parque Nacional de Timanfaya. Se halla constituido, tal como corresponde a su nombre, por una serie de risquetes más o menos verticales, de 6 a 7 m de altura en casi todo su trayecto.
 
Alta, Piedra. Punta rocosa, alta, afilada, de unos 50 m de largo, en la costa de Mala, a un par de cientos de metros al S de La Pila del Gallo, frente a la urbanización de nudistas Castillo de Papagayo.
 
Alta, Piedra. Lugar en la costa de Tinajo situado a 4 Km al S de La Playa de las Malvas y a poco más de 1 Km al N de El Paretén. Se trata de un peñasco relativamente alto para la zona costera en que se levanta, que se adentra algo en el mar, cuya pared NE es lisa y vertical. Por tierra de él, en lo alto, por donde pasa la vereda, el terreno rebasa en altura unos cuantos metros en varios quilómetros a uno y otro lado. Al pie de la propia roca de Piedra Alta sale una puntilla* que se adentra en el mar unos 6 o 7 m, pero tan baja que queda anegada al subir la marea. Inmediatamente al N siguen Los Frontones de Piedra Alta.
El mapa militar anterior a la declaración del Parque Nacional de Timanfaya colocaba este topónimo 1 Km más al N de su posición real y desde él se iniciaron en la costa los límites del Parque por su lado N, cometiéndose con ello una grave irregularidad, la cual fue subsanada en la edición de 1986 por indicación mía situándolo en su emplazamiento verdadero. El punto desde el que comienzan en realidad, según se señalan en los mapas correspondientes, los linderos del Parque por este lado se llama El Callao de la Mesa.
 
Alta, Piedra. Peñasco destacado por su altura que se levanta a la orilla del mar en el extremo S del caleton* de su nombre al OSO de Las Breñas, del municipio de Yaiza.
 
Alto, El. Trozo de pared más elevada de un semicráter, ya que está totalmente abierto hacia el E, que está adosado a Montaña Tisalaya por su costado SSO. Su altitud, pese al nombre, es escasa, pues apenas alcanza los 60 m sobre el suelo. Esta eminencia de El Alto continúa a más baja altura hasta unirse con Montaña Tisalaya, formando así el sector arqueado del semicráter antedicho, de casi 0.5 Km de longitud.
Se halla practicamente cubierto de lapilli negro de la erupción del siglo XVIII, en cuyos terrenos se han plantado vides, pero el edificio formado por este incompleto volcán es antiguo, de la serie efusiva III.
 
Alto, El Caletón de Morro. Está a 0.5 Km al N de La Playa de Janubio. Sus paredes son altas y verticales. Está cerrado por el lado N por el saliente apeñascado que le da nombre y por el S por el saliente de Morro Negro, más largo que el anterior, quedando una abertura o separación entre ambos de unos 30 m, con flancos en disposición casi paralela. Al final o parte interior tiene un covachón lleno de callaos* y frente a su boca, a unos 70 m mar adentro, emerge La Baja de la Pila, así llamada por tener una de estas oquedades en su parte alta.
 
Alto, Morro. Pequeña eminencia rocosa en que remata el brazo o lado derecho del cráter de Montaña Tenésara (Tinajo), que es recto, a una distancia de 1 Km de la cúspide de la montaña. En su cima hay un afloramiento rocoso basáltico con inscripciones rupestres alfabetiformes en algunas de sus caras más lisas.
 
Alto, Morro. Peñasco en forma de península que se levanta a la orilla del mar, de unos 30 m de largo, situado a poco más de 1.5 Km al N de las casas de El Golfo y a unos 250 de La Playa del Paso. Es alto, como lo indica su nombre, y tiene en su parte central superior un agujero de 1 m de diámetro, bien visible desde tierra, que atraviesa la roca de parte a parte. Al S, a menos de 40 m de distancia, hay otro saliente llamado Las Puentecillas, y al N, a 150 m, otro que lleva por nombre Morro Negro.
 
Alto, Morro. Promontorio costero estrecho, de algo más de 20 m de largo, situado a 0.5 Km al N de La Playa de Janubio, que cierra por el N al caletón* al que da nombre. En su arranque, donde hay unos callaos*, tiene un agujero a modo de ojo de puente, de unos 3 m de ancho por 2 de alto.
 
Amarilla, Baja*. Bajío amplio y aplanado, unido a tierra, que queda al descubierto sólo a marea baja, momento en que presenta con mayor claridad el color amarilloso que le dan las algas que lo recubren que le ha valido su denominación. Su situación es casi 1 Km al N de La Playa de Janubio, al final del callao* al que da nombre.
 
Amarilla, El Callao* de Baja*. Zona litoral de poco menos de 300 m de longitud comprendida entre la baja* de la que recibe el nombre, al N, y La Punta de la Baja* del Veril, al S. Se halla constituida por un conglomerado de grandes cantos rodados o callaos* producto del pulido por abrasión de sendos trozos de roca desprendidos del risco de unos 6 a 8 m de altura que lo cierra por tierra, en el que sólo hay un par de bajaderos que permiten el acceso al lugar.
 
Amarillitos, Los. Promontorio elevado que cierra por el S a La Playa de la Arena, a 0.5 Km a sotavento de Playa Quemada.
 
Ámbar, El Roque del. Pequeño promontorio rocoso costero, de no más de 7 a 8 m de altura por su cara frontal que mira hacia el mar, cuya plataforma superior apenas rebasa en 1 m o poco más la cota del terreno que corre por encima y a ambos lados de él. Se encuentra a unos 130 m a sotavento del Hotel San Antonio, en Puerto del Carmen, siendo facilmente identificable por hallarse coronado por un mojón de argamasa cilíndrico cirdundado por un murete de obra de fábrica.
Se sabe que este lugar costero tomó el nombre de El Roque del Ámbar en el siglo XVI por un bloque de esta sustancia, el ámbar gris de los cachalotes, que tuvo la fortuna de encontrar en él un vecino de la isla llamado Lucas Gutiérrez Perdomo, descendiente directo por cierto del último rey majo* Guardafía, hallazgo que tuvo como colofón un sonado pleito judicial que este personaje entabló al señor de la isla entonces, el célebre marqués de Lanzarote don Agustín de Herrera y Rojas, al pretender éste quedarse bajo intimidación o engaño con el ámbar por un precio irrisorio. Mas, sabiéndose Lucas víctima de un despótico atropello recurrió ante las altas magistraturas del Reino logrando un fallo favorable que obligó al marqués a indemnizarlo según justipreciación judicial, para lo cual tuvo que entregar al demandante, en palabras de Viera y Clavijo, que es quien refiere el caso, “La Vega de Tahíche, parte de la Dehesa de Ye y del Cortijo de Iguadén con otros territorios”, lo que prueba la altísima cotización que alcanzaba entonces este producto, que era usado entonces en la industria de la cosmética.
En la actualidad este nombre de El Roque del Ámbar está casi irreconocible al haber quedado transformado por corrupción en El Roque Lama, siendo más conocido incluso por el de La Peñita.
En mapas antiguos, sobre todo del siglo XVIII, se muestra este saliente costero exageradamente grande y afilado con el nombre de Roque del Ámbar, siendo así que, por el contrario, no es nada conspicuo, limitándose en él la línea costera a hacer una ligera inflexión en ángulo obtuso.
 
Américas, Las. Nombre que han venido dando desde tiempo atrás los pescadores de La Tiñosa al saliente rocoso que se forma a la orilla del mar entre el hotel Los Fariones y La Playa Blanca.
 
Amor, El islote del. Mitad oriental del compuesto islote-arrecife que en tiempos pasados se llamó en conjunto El Islote del Quebrado, nombre que ha conservado la parte occidental más baja o arrecife propiamente dicho separada por la quebrada* que dio origen a esta denominación. Posteriormente, en buena parte del siglo pasado, ostentó el nombre de El Islote de Fermina (y no ‘de la Fermina’, como algunos suelen escribir) por haber instalado en él la empresaria de este nombre un pequeño astillero en que se construyeron algunos barcos, entre ellos, unos años más tarde, el llamado como su dueña, ‘La Fermina’, y se repararon otros, pero a mediados del siglo se comenzó a llamarlo El Islote del Amor a causa de la costumbre de algunas parejas desinhibidas de ir a desahogar en él sus urgencias genésicas.
Se extiende este islote frente al viejo Puerto del Arrecife en una longitud de unos 300 m, alcanzando una altura sobre el nivel del mar, en su estado primitivo natural, de entre 2 y 3 m. En la década pasada de los 80 se comenzó a construir en este islote, concebido por César Manrique, un proyecto de balneario y dependencias anejas, que ya se ha terminado, pero no se ha abierto al público.
 
Ana, Los Bebederos de doña. Llanos de tierra, muy lisos, situados a 2 Km al SSO de Las Breñas que ocupan el rincón más oriental del paraje de Las Casillas, por cuya razón se le llama también Los Bebederos de las Casillas.
 
Ancones, Los. Territorio de unos 2 Km de E a O por más de 1 de N a S que se extiende a un Km al N de Costa Teguise. Comprende la mayor parte de una lengua o colada de lava arrojada por el volcán de Montaña Tinaguache, con intervención quizás del contiguo de Montaña Téjida, que forma un terreno amesetado. Dicha colada terminó introduciéndose en el mar formando un frente litoral acantilado, casi vertical, de perfil convexo de unos 2 Km de largo, con una altura de entre 15 y 20 m. Diseminados en su allanado solar se alzan varios montículos alterosos, muy conspicuos, que le confieren un aspecto singular único en la paisajística de Lanzarote, entre los más importantes de los cuales se cuentan el grupo llamado Los Morros del Hierro, Morro Redondo y el de Majada Vieja.
En las últimas décadas se ha construido en la parte S de este territorio un grupo de casas que están siendo llamadas las Casas de los Ancones.
 
Andenes, Los. Ladera que se extiende desde El Chiquero –nacimiento del llamado Valle de Arriba, uno de los dos en que se asienta el pueblo de Los Valles– hasta la base S de La Peña Guantevén.
 
Andrés, El Lomo de San. Eminencia montañosa de planta casi circular de casi 2 Km de diámetro y curiosa morfología por su escasa altura sobre el suelo en relación con la amplitud de la base, unos 120 m por su lado E, que es el más alto, y la mitad de altura por el O, de forma tal que vista a distancia semeja un gran casquete esférico emergiendo de aquel territorio.
Precisamente por esta forma redondeada y baja, y sobre todo por no distinguírsele concavidad cratérica alguna –su cumbre es una planice amplia y despejada–, la explicación de su formación se presenta un tanto enigmática, pues si bien existen conos volcánicos con esta especial configuración deprimida que reciben el nombre técnico de volcanes en escudo, no es este el caso del que nos ocupa, al menos en la constitución de sus estratos superiores hasta una considerable profundidad, cuya naturaleza se puede comprobar por examen visual directo. Efectivamente, por medio de los roferos* abiertos en sus flancos se puede apreciar que esos estratos son tres, uno superior, de menos de 1 m de espesor, de tierra residual con algunas piedras sueltas entremezcladas; un segundo o intermedio mucho más grueso, de rofe* o lapilli negro y espesor variable, que puede oscilar entre varios metros y alrededor de uno según el lado por el que se mida, material que procede del vecino volcán de Tamia, y un tercero o inferior, cuyo espesor desconozco, formado por arenas eólicas de origen marino, el típico jable* de la isla, compactado por un incipiente proceso de fosilización, que la gente llama calicanto*.
Debajo de estas tres capas o estratos visibles debe encontrarse el edificio primigenio de origen volcánico, probablemente dotado del correspondiente cráter, pues no es presumible, dada su gran extensión y escasa altura, que se trate de un pitón residual. De haber sido así, el proceso de formación de esta prominencia topográfica debió producirse del modo siguiente: en primer término se formaría lo que popularmente llaman en la isla una ‘caldereta’, cuyas paredes serían muy bajas; luego quedaría el cráter colmatado, si es que lo hubo, o recubierta la prominencia volcánica existente, con las arenas eólicas de la costa N arrastradas tierra adentro por los vientos alisios; a continuación el lapilli arrojado por Montaña Tamia durante su erupción, por lo que se puede comprobar, en cantidades ingentes, cubriría todo lo antecedentemente formado, con una capa de varios metros de espesor, y finalmente se depositaría sobre ésta, con el paso de los años, un último estrato de material compuesto por nuevos aportes de ‘jable’ y polvo residual o tierra, capa superficial que constituye el suelo actual natural, pues hay también en su cumbre extensos campos de cultivo enarenados artificialmente.
Que la segunda capa de rofe* o lapilli procede del vecino volcán de Montaña Tamia es fácil de colegir contrastando el espesor de dicho material del lado O, más próximo a dicha montaña, de una potencia de varios metros, con el del E, de apenas uno, lo que logicamente prueba que el lapilli vino de dicho volcán, situado justo a poniente del Lomo de San Andrés, fenómeno que, a mayor abundamiento, se produce en iguales términos y por las mismas razones en el próximo Lomo de Camacho.
El nombre de San Andrés le viene de un caserío que existió a sus pies por el lado N, cuya ermita fue puesta bajo la advocación del apóstol de Betsaida, los moradores del cual terminaron por pasarse a la vecina aldea de Tao a causa de los efectos disturbadores de las arenas voladoras. Dicha ermita, según testimonio del obispo Dávila y Cárdenas, cuando estuvo en la isla en visita pastoral el año 1733, “estaba caída mucho tiempo ha”.
La cita más antigua que he encontrado sobre la existencia de la ermita se remonta al año 1627. Figura en un documento de venta de un bulto de Nuestra Señora de los Remedios que se encontraba en ella en esa fecha (M. Lobo C. y P. Quintana A, Arquitectura de Lanzarote en el siglo XVII, p. 82). Más tarde, en 1669, en otro documento transcrito en la misma obra (p. 114), se la cita de nuevo aún en pie, aunque “pobre y muy desbalida”.
Ha existido la confusion en algunos autores de considerar que este desaparecido caserío y Tao eran la misma cosa, pero existen varios documentos cuyo contenido desmienten de forma tajante tal posibilidad al mencionar a ambas localidades por separado. Uno de ellos es el que se acaba de mencionar. En su pág. 114 puede leerse la frase “la bereda que sale de las casas del dicho Lomo de San Andrés para la mareta de Tao”, cuyo enunciado ‘casas’ deja, sin embargo, en el aire si las mismas constituían algún pequeño complejo cortijero o un incipiente poblado. Otro documento que prueba esa diferenciación entre los dos localidades es el de Simancas de fecha 29-XII-1730. En él, al referirse al número de vecinos de cada pueblo, se lee: “Tao y Cercado con veinte; Mosaga y el Lomo de San Andrés con diez y seis”. Por otra parte también aclaran la cuestión, de forma esta vez que no deja lugar a dudas, dos mapas en que se consignan ambas aldeas por separado, con la favorable circunstancia de situarlas en las posiciones que guardan entre sí ambos topónimos en la actualidad. Son dichos mapas el de Simancas de 1730 y el de Francisco Coello, de mediados del siglo XIX, éste con la novedad de consignar de forma independiente los nombres Tao, Lomo de San Andrés y San Andrés, situando a este último al N del segundo y al E del primero.
En cuanto al hecho de que no se vean en la actualidad restos de las viviendas del poblado de San Andrés al N del Lomo, caso de que se hallara allí, puede explicarse perfectamente por haberse llevado las gentes de las localidades vecinas las piedras de las casas para construir con ellas sus nuevas moradas, y que los pocos vestigios que de ellas quedaran hayan sido cubiertos por la abundante arena de aquellos territorios. Algo análogo ocurrió con otro pequeño caserío de esta zona de jable* llamado Fiquinineo.
En gran parte de la zona cumbrera, como se ha dicho, especialmente por el sector que mira hacia el pueblo de Mozaga, se ven esparcidos en superficie en un área extensa, una cantidad impresionante de restos arqueológicos de los considerados comunmente como propios de la cultura aborigen, sobre todo cascotes de vasijas de barro cocido de todos los grosores, las clásicas conchas de moluscos marinos, en particular de lapas, trozos de huesos e incluso lascas de basalto muy oscuro, casi negro, material este ajeno a la naturaleza litológica de aquel suelo, las cuales, con sus bordes afilados, hacen pensar en los primitivos ‘tafiagues’ o cuchillos de piedra de los majos*. Pero, aparte de esos objetos adscribibles a la cultura maja*, se ven también entremezclados otros trozos cerámicos cuya coloración viva y textura en general delatan su elaboración con técnicas europeas. Quizás este lugar correspondiera al emplazamiento de la ermita. Según algunos autores estas relaciones se deben a la construcción de algunos templos cristianos en el mismo emplazamiento que ocuparon los adoratorios de los primitivos majos* con vistas a facilitar la catequización de aquellas gentes.
 
Ánimas, El caletón de las. Cerca de Risco Negro, como a 0.5 Km al N de él, pasados Los Veriles, a la orilla de Las Cambuesas, se encuentra esta pequeña y abierta ensenada que mide 150 m de amplitud en la bocana, de bordes averilados y nombre tan inquietante y lúgubre –las ánimas de los difuntos, del Purgatorio–. Se ignora el motivo de la imposición de tan tétrico nombre, muy antiguo por lo que se deduce, –que, por cierto, se da en otras islas del archipiélago– ni cuándo ello ocurrió. Las razones pudieron ser varias. L. Afonso P. (Góngaro, 1997, p. 100) dice que “suele aplicarse a un lugar que produce temor”. Por otro lado se sabe de un barco de este nombre que tocaba en Lanzarote a comienzos del setecientos. Y también he leído que varios roques llevan este nombre en las islas por haberse matado en ellos algunos orchilleros.
Lo que sí requiere la debida aclaración es que El Caleton de Las Ánimas no es, como quiere hacer ver por la colocación del nombre el M.M., toda la amplia ensenada que se forma a lo largo de Risco Negro, sino, como explico al principio, un caletón* mucho más pequeño situado como decía a 0.5 Km aproximadamente más arriba de dicho risco.
 
Anselmo, Los Morros de cho. Pequeñas eminencias unidas entre sí que se forman al pie de La Torre por su lado S a la derecha o naciente de Los Morros de las Canteras. Algunas casas de las que están a más alto nivel de la barriada Oasis de Nazaret ocupan parte de estas pequeñas alturas.
 
Aramaso, Los Peñones de. Lugar en la costa donde hay unos grandes peñascos, con un nido de ametralladoras en medio, situado a unos 2.5 Km al S de Playa Quemada, un poco por debajo de La Playa de los Dises.
El último componente del nombre tiene todos los visos de ser guanche, si bien precedido del artículo español y pluralizado en el topónimo siguiente de Los Aramasos. Pero que yo sepa no ha sido nunca objeto de análisis lingüístico por parte de especialistas en las hablas aborígenes.
 
Aramasos, Los. Tramo de costa aterrazado situado al OSO de Las Breñas, de más de 200 m de longitud, que sigue inmediatamente al S de La Punta del Convento. Su orilla o veril, de considerable profundidad, semeja toscamente la línea de atraque de un muelle. En la parte aterrazada, que queda como la explanada de un muelle unos pocos metros por encima del nivel de las aguas, se abre una serie de grandes y profundas charcas a modo de piscinas o acuarios naturales, casi redondas algunas, en las que pululan un buen número de peces y otros animales marinos de variadas especies. Dicha terraza o explanada, de unos 20 a 30 m de anchura, queda cerrada todo a lo largo por el lado de tierra por un risco vertical de seis o más metros de altura.
 
Arena, La Cueva de la. Lugar a la orilla del mar, situado a menos de 0.5 Km por encima de la urbanización Los Cocoteros, donde la costa hace un recodo pronunciado con El Jurado de la Vieja, saliente de algo más de 100 m, de manera que queda así protegido de los vientos alisios dominantes. Lo curioso con respecto al nombre es que la cueva se reduce a una covacha insignificante y que la arena no es nada abundante allí. En este lugar se construyó por las décadas finales del siglo pasado una casa de recreo moderna.
Siguen a continuación de este lugar, hacia el S, Los Tableritos* de la cueva de la Arena, de unos 100 m de longitud, en el que hay unos salientes aplanados que son los que le dan el nombre.
 
Arenillas. Territorio que se extiende al S del morro que de él toma el nombre, situado a 1.5 Km a naciente de Teguise, a mano derecha de la carretera que sube hacia Los Valles. En este lugar se encontraba la ‘mareta’ de su nombre, muy nombrada en documentos antiguos, que luego degeneró en Jarnillas, que es como se le conoce en la actualidad por la gente de los alrededores.
 
Arenillas, El Morro de. Montículo de naturaleza exterior terrosa que está por encima del lugar de Arenillas, del que recibe el nombre, junto mismo a la carretera que va a Los Valles, por su lado S. Su forma es acusadamente cónica y su altura de unos 30 m por su lado S más elevado.
 
Argana. Barriada de Arrecife situada en su extremo NO, dividida en Argana Alta, a la derecha de la carretera que sube hacia San Bartolomé, y Argana Baja, a la izquierda de dicha carretera. Antiguamente se les llamaba Argana de Arriba y Argana de Abajo respectivamente.
Como lugar poblado es mencionado ya desde el siglo XVIII. En una carta dirigida por el Cabildo de Lanzarote a la Real Audiencia de Canarias en 1730 con ocasión del inicio de las erupciones volcánicas de aquellos años, se le asigna cuatro familias o vecinos, población que se había cuadruplicado cuarenta y dos años más tarde según el ingeniero José Ruiz Cermeño, si bien el Compendio Brebe y Famosso de 1776, la rebaja a once vecinos.
En la actualidad ambos núcleos poblacionales constituyen sendos barrios periféricos de la ciudad capital con múltiples casas tanto uno como el otro, si bien mayor el primero.
El nombre, como designativo del lugar, debió ser muy antiguo, sobre todo si le admitimos un origen bereber o guanche, como parece lo procedente por su morfología. Tal posibilidad le conceden expertos berberólogos, entre los que se cuenta el profesor austriaco D. J. Wölfel, quien para extracción de paralelos remite a la voz ‘argona’, en la que, con diversas variantes, ofrece soluciones para todos los gustos, desde ‘roca’ a ‘granja’, pasando, entre otras, por ‘meseta de montaña’, ‘depresión del terreno’, ‘barranco’ y ‘muro de sostén’, ninguno de cuyos accidentes topográficos al menos, encaja, ni de lejos, con las características del lugar.
Se ha hablado también de su posible relación con ‘argán’, árbol común en algunos sitios de Marruecos, pretendiendo así hacerlo provenir del habla de los primitivos habitantes de la isla, oriundos de esta parte de África arribados por los comienzos de la era. Pero se da el caso de que ese nombre es de origen árabe, por lo que no sería posible que tal nombre fuera introducido por aquellos primeros pobladores. En todo caso quienes sí pudieron traerlo son los moriscos capturados en Berbería en los siglos de la caza de esclavos, pues aunque se trataba de gente mayoritariamente de sangre bereber ya había sido arabizada en buena parte de su habla. Parece ser, según comentarios que se oyen de personas antiguas por San Bartolomé, que hasta hace un par de siglos existió precisamente por esta zona de Argana este arbolito conocido además con el mismo nombre de ‘argán’. Se dice que su madera se usaba en pequeñas piezas de los barquillos que requerían especial dureza, y que los últimos ejemplares desaparecieron a principios del siglo pasado.
Otros autores piensan que esta voz pudo significar campo de mieses por suponer que estos terrenos se dedicaron en tiempos antiguos al cultivo de cereales, para lo cual la relacionan con ‘argana’ en su significado de arista del grano del trigo o la cebada, lo que nos retrotraería al inicio de la colonización española, en cuya lengua, así como en la portuguesa, se encuentra dicha voz desde siglos atrás, que en Canarias se conoce más con /p/ protética en la forma pargana. No obstante se me antoja un recurso demasiado expeditivo este de derivar etimologicamente el topónimo en cuestión con ese significado de campo de cereales de un elemento botánico tan anodino.
 
Armas, El Cortijo de Domingo. Se encuentra este viejo edificio a poco más de 1 Km al SE de Las Peñas del Chache, el territorio más elevado de la isla, próximo y a la derecha de la pista de tierra que baja hacia El Valle del Palomo.
 
Armusia, Montaña. Así es como he oído pronunciar normalmente este nombre por la gente de campo más veterana de Yaiza. La forma con la que se ve en los mapas, ‘Almurcia’, debe ser adaptación al nombre de Murcia, la provincia levantina, por simple analogía, por el cartógrafo que lo registró. Como prueba de lo que digo es que en P. de Olive, Chil y Naranjo, J. Bethencourt Alfonso y en otros escritores citados por Wölfel figura en la forma Armucia, pero no existe razón alguna desde un punto de vista lingüístico para escribirlo con /c/. Dicho autor, por cierto, no ofrece ninguna interpretación por el bereber.
Se trata de un volcán de pequeño tamaño, en forma de cerro alargado tendido de OSO a ESE, ligeramente curvado como si fuera un sector de la pared de un gran cráter, que está casi dando con las casas de Yaiza por el lado NO del pueblo. Sus medidas son 550 m de largo incluyendo un apendice alargado que tiene por su extremo de naciente, y una anchura máxima de poco más de 200 m, en tanto que su elevación sobre el suelo que lo rodea apenas alcanza desde su cima, situada hacia el centro de su mitad occidental, los 50 m por el lado S, más elevado, y 30 por el del N. Por el lado que mira hacia el pueblo, que corresponde a la cara cóncava, le sale casi en su parte central un apéndice en forma de península, formando a uno y otro lado del montículo en que termina unos pequeños semicráteres, mientras que por el opuesto convexo su ladera es todo a lo largo suave y redondeada, de roca arenisca y algo de escoria suelta, de color rojizo en su mayor parte.
Aunque incluido por los volcanólogos en la serie general III, su aspecto da la impresión de ser bastante reciente. De la lava que pudo haber arrojado no es posible saber nada por hallarse totalmente rodeado del vasto manto de lava moderna que cubre toda aquella zona de la isla.
 
Arquito, El. Caletilla situada en la costa de Guatiza entre Los Cocoteros y La Cueva de la Arena, a unos 300 m o poco más al S de esta última. El nombre se lo da una puntilla de una media docena de m de longitud, que la cierra por su costado de sotavento, que está atravesada por un ojo de puente a modo de arco de unos 4 m de anchura por casi 2 de alto, llamada por ello La Punta del Arquito.
 
Arrabales, Los. Es el territiorio de un par de Km de largo por medio de ancho que se extiende a lo largo del pie del macizo norteño de Famara desde el poniente de Mala hasta La Vega de Guatiza.
Es nombre muy antiguo, ya que lo registran documentos de por lo menos principios del siglo XVII.
 
Arrecife. Ciudad capital de la isla, situada en su costa E en terrens ganados al mar por materiales emitidos por el volcán de la Montaña de Zonzamas. Ocupa poco más o menos la zona litoral que en tiempos de la preconquista llamaron los nativos Elguinaguaria, ya que según parece por los escasos datos que sobre el mismo se tienen el paraje de este nombre comprendía toda la zona costera, con los islotes que la desbordaban, que se extiende desde Puerto Naos al N hasta El Reducto al S. Así se acredita en un inventario fechado en la villa de Teguise en el año 1835 en el que se hace una relación de los bienes comunales de la hermandad de monjes dominicos de Lanzarote. En dicho documento, en la parte alusiva a unos edificios que tenían en Arrecife se puede leer:”La parte de Elguinaguaria que desde no hay memoria comprende la orilla e islas del Arrecife y Naos”.
El notario de Arrecife Antonio María Manrique declara por su parte no serle extraño tal topónimo como nombre primitivo de esa zona litoral de Arrecife, pues en un léxico de palabras guanches que compiló hacia 1896 afirma que “así consta en varios documentos que he podido encontrar”.
En concordancia con la versión del inventario de los monjes dominicos está la interpretación que del nombre hace Malte Brun, quien lo traduce por ‘La bahía de los Islotes’, fundamentando tal interpretación en los términos bereberes ‘güin’, bahía y ‘guaria’, arrecife o islote. Por el contrario, el berberólogo austriaco D. J. Wölfel no ve en esta voz elementos de juicio suficientes en que apoyarse para extraer de ella un significado convincente por las lenguas bereberes.
Arrecife debió nacer como topónimo en las últimas décadas del siglo XIV. Cuando los franceses de la expedición de conquista llegaron a la isla era ya un nombre consolidado.
Siempre se ha tenido como un hecho incontrovertible el que esta ciudad debió recibir su nombre de alguno o algunos de los arrecifes que orlan su marina. Sin embargo, tan acomodaticia postura no es fácil de sostener. Veamos.
Los significados que los etimólogos asignan al nombre común español ‘arrecife’ se reducen en esencia a dos, cuyos origenes se encuentran en el árabe ‘alrasif’. Son tales acepciones, por orden de incorporación a nuestra lengua, las de ‘calzada o camino empedrado’, cuyo registro más antiguo conocido se remonta a 1280 o años próximos, y el de ‘línea de escollos o banco rocoso casi a flor de agua’, de la que existe constancia documental conocida desde 1498 como fecha más antigua.
Se sabe por otra parte que el topónimo Arrecife aplicado al lugar en que se asienta la ciudad se halla consignado desde el año 1402 en el conocido manuscrito Le Canarien, si bien los más autorizados historiadores de Canarias se muestran contestes en sostener que este topónimo tenía que existir ya desde bastantes años antes de la llegada de los mílites franceses impuesto por los marinos españoles, quienes venían visitando la isla desde la segunda mitad del siglo XIV con cierta asiduidad, pues ni figuraba tal étimo entonces en la lengua francesa, ni en la catalana o mallorquina, ni tampoco en la italiana, de cuyos países también nos visitaron algunos de sus navegantes por aquellos años. Sí existía en la portuguesa, pero los navegantes de esta nación no tuvieron, que se sepa, intervención alguna en Lanzarote durante aquella centuria.
Hay que decir que es una incoherencia, tal como hacen algunos autores, aplicar al conjunto de tales accidentes geográficos que desbordan la costa de este sector de la isla el singular convirtiendo lo que en puridad tendría que dar el plural Los Arrecifes en el sigular El Arrecife.
Otra postura discutible es la de los que forzando el nombre semanticamente atribuyen el significado de 'arrecife' a lo que en realidad es un islote, ente geográfico que siempre se ha distinguido perfectamente por difinición de un arrecife dada la clara diferenciación en altura que existe con aquél.
Tampoco es correcto considerar a este topónimo Arrecife en su concepción primaria como comprensivo de toda la zona litoral de esta parte de la isla circundada por los islotes y arrecifes con inclusión de Puerto Naos, el cual siempre ha tenido entidad nominal propia por separado. Desde los más remotos tiempos en que existe testimonio documental sobre el mismo el verdadero y genuino Puerto del Arrecife se ha circunscrito a la bahía limitada al N por la tierra firme, al E por El Islote del Castillo y los bajos* o arrecifes en que éste se prolonga hacia fuera, y al O por el del Quebrado, quedando la bocana o entrada principal por el lado S. Todo lo más se podrían considerar como anexos suyos la ensenada contigua llamada Juan Rejón, o más concretamente su parte interna conocida en el pasado como El Charco de la Destila, y El Charco de San Ginés, este último actuando de dársena de reparaciones o de refugio de embarcaciones menores.
En este sentido lo define L. Torriani (1978:51-52), en cuya obra Descripción de las Islas Canarias se halla la relación más antigua que se conoce del viejo Puerto del Arrecife. Aparte de los datos escritos con que lo delimita explicitamente en la forma que acabo de señalar, lo representa además claramente con los mismos límites en dos gráficos o planos que se incluyen en la obra, uno de ellos en perspectiva.
Pero lo que a mi modo de ver supone una baza decisiva a favor de la adscripción del topónimo al término arrecife en su sentido de calzada o camino empedrado es el emplazamiento del mismo en tierra firme que se infiere del encabezamiento del capítulo XV de la obra de este autor italiano, que dice: “Sobre edificar la villa encima del Arrecife”. El adverbio de lugar encima referido a la tierra firme donde se hallaban las casas deja bien patente que ese era el lugar que ocupaba El Arrecife que daba nombre al puerto, y que en consecuencia no se refería a un islote como se ha venido dando siempre por seguro. Para mayor claridad de identificación del lugar en cuestión Torriani lo representa en un plano rodeado de las murallas que propone construir a lo largo de su periferia. Dicho territorio rodeado por las referidas murallas corresponde a la mitad oriental del casco viejo de la ciudad de Arrecife en el que caen de lleno la Calle de León y Castillo y la ribera del mar frontera al Puente de las Bolas, lugar este último en que se encontraba el muelle en el que se solían efectuar las operaciones de embarque y desembarque en aquellos siglos.
Por lo que se lleva expuesto resulta obvio que son muchos más los pros favorables a un origen del topónimo derivado del significado más antiguo del nombre de calzada o camino empedrado que los contras que pudieran oponérsele en apoyo de la opción marítima más tardía del mismo. La objeción, empero, que cabría hacérsele al planteamiento de índole etimologíca que aquí propongo es la dificultad de probar la existencia de tal camino empedrado en época tan lejana. No obstante, la respuesta podría darla, con una cierta perspectiva de verosimilitud, la estancia en la isla, allá por el primer tercio del siglo XIV, del navegante genovés Lanzaroto Malocello. La construcción de una torre o casa-fuerte por parte de este personaje y el haber infundido su nombre a la isla son pruebas evidentes de su prolongada estancia en ella. Según las referencias más fiables esa torre se encontraría situada hacia la zona central de la isla, con toda probabilidad por las inmediaciones de Teguise. Precisamente en el lugar llamado significativamente La Torre, una altiplanicie o meseta adosada al volcán Guanapay por su lado S, fueron encontrados en agosto de 2004 unos restos arqueológicos en superficie (V. Lancelot, 20-VIII-2004), que bien pudieran pertenecer a dicho edificio, descubrimiento que unido al hallazgo de un documento en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas que lo sitúa de manera explícita en dicho paraje, apuntan hacia una acertada localización del mismo.
Habida cuenta de esta estancia del genovés en la isla, nada de extraño tendría que hiciera construir un camino para comunicar la torre con el puerto de mejores condiciones naturales y más próximo a su residencia, haciéndolo empedrar en aquellos tramos en que la naturaleza del terreno lo exigiera, con miras a facilitar la circulación de un vehículo rodado. ¿Que no se ha encontrado señal alguna de ese camino? El que aún se conservara algún vestigio suyo después de más de seis siglos de su construcción sería lo sorprendente. Téngase en cuenta además que sería precisamente en el tramo primero consecutivo al puerto, en que dejara la impronta de su nombre, donde las obras de urbanización posteriores más lo habrán borrado. Pero sí serían bien visibles aún, unos cuantos decenios después de que Lanzaroto abandonara la isla definitivamente o muriera en ella, cuando los marinos españoles comenzaron a visitarla, siéndoles motivo suficiente la existencia de aquel ‘arracife’ o camino empedrado, que pondría en comunicación el puerto con la torre y la Gran Aldea –un castellanismo más, por cierto– para que su nombre se hiciera extensivo al puerto.
Y aunque lo que se expone a continuación no pueda tomarse como prueba fehaciente de la pasada existencia de esta vía, no deja de ser sintomático y digno de atención el hecho de que al ser transformada en peatonal hace unos años la calle León y Castillo, antaño conocida por el Camino de las Carretas, que parte precisamente de la antigua zona portuaria indicada, y quitársele el asfalto que la cubría, se encontró que debajo de los viejos adoquines sobre los que se había echado el asfalto existía en algunos sitios un empedrado anterior cuya fecha de colocación se ignora.
Para poner funto final a este aspecto lingüístico relativo al supuesto camino empedrado conviene también tener en cuenta que fue esta forma ‘arracife’, con /a/ en la segunda sílaba, tal como se escribe en Le Canarien versión G más fiable, la que se empleó para significar esta opción más antigua, y la forma ‘arrecife’, con /e/ en la misma sílaba, la que se adoptó cuando esta voz tomó el significado posterior de escollo o banco de rocas a flor de agua.
Más tarde el topónimo así creado se haría extensivo al incipiente poblado que se formó a su amparo e iría luego aumentando paulatinamente su ámbito espacial a medida que el pueblo crecía hasta llegar a la ciudad y aledaños que tiene en los tiempos actuales.
Hay que decir que para los habitantes del resto de la isla Arrecife era normalmente conocido como El Puerto.
De modo que Arrecife no fue en origen más que un puerto natural, el más socorrido de la isla en este aspecto, no sólo por sus condiciones naturales sino por ser el que se encontraba más próximo a los centros urbanos más importantes de la isla entonces, señaladamente La Gran Aldea, que podría ser considerada, por lo que de su nombre cabe conjeturar, como la capital de la isla en aquella época epigonal de la Titerogaca prehispánica.
Arrecife debió nacer como ente poblacional, tal como puede apreciarse en un gráfico en perspectiva de la obra de Torriani, con unas cuantas casas construidas en el siglo XVI en los terrenos adyacentes al muelle en que siglos más tarde se habría de levantar el Puente de las Bolas. Si ya existía con anterioridad alguna casa, o más bien choza, en dicho lugar debió ser en número ínfimo.
En el siglo XVII sí se contaban ya entre esos edificios algunos de cierta categoría, entre los que destacaban unas casas pertenecientes a los señores feudales y un mesón, lo que parece dar a entender que ya había un tráfico de mareantes de cierto nivel.
Según el documento de Simancas de 29-XII-1730 el número de vecinos de Arrecife se elevaba entonces a 18. Sin embargo el obispo Dávila y Cárdenas le da, sólo unos pocos años más tarde, 28, diferencia notable que, si no es producto de error, pudiera deberse a la transmigración interna insular ocasionada por las erupciones.
He aquí una síntesis de su historial demográfico a partir de lo que se acaba de reseñar: J. Ruiz Cermeño, en 1772, dice que tenía 65 vecinos, unos 290 habitantes, mientras que el Compendio Brebe y Famosso, de sólo cuatro años más tarde, le da ya 72, y añade: Este puerto, que antes era un lugar muy reducido y como de 15 a 20 vecinos se adelanta aprisa. A partir de estas fechas la población de Arrecife comenzó a crecer de forma vertiginosa, aumento debido mayormente al tráfico por su puerto de la barrilla que se recogía en la isla. Así tenemos que en 1.802 (Escolar y Serrano) la población había ascendido a 1393 habitantes, y que hacia finales de esta primera mitad del siglo (P. Madoz) la ciudad se componía de 571 casas, “el mayor número reunidas en varias calles y plazas espaciosas y bien empedradas”, en las que se avecindaban 2.363 personas. Pocos años más tarde, en 1860, Olive le da 2699 hab.; Kerhallet (1876) en su Derrotero, 2.761; Puerta Canseco (1897), 3.268; el A B C de las slas Canarias (1913), 3.764, y el ‘Censo de la población de España’ (1940), 6.890.
Mientras tanto, en 1798 se había producido un señalado hito histórico por partida doble en los anales de la ciudad, ya que se emancipó de Teguise tanto en el plano administrativo civil como en el religioso al lograr acceder a los grados de ayuntamiento autónomo y al de parroquia independiente.
Un segundo hecho histórico relevante en el plano administrativo de Arrecife fue la obtención virtual de la capitalidad de la isla al ser declarada por real orden de noviembre de 1847 cabeza del partido judicial compuesto por Lanzarote y Fuerteventura.
En las últimas décadas del mismo siglo A. Millares Torres nos describe la ciudad en los siguientes términos: “Tiene dos o tres calles de regular aspecto con algunas buenas casas. El resto se compone de callejuelas angostas y tortuosas en su mayor parte con viviendas pobres y de miserable construcción”, a lo que añade que el número de habitantes era de 3.220 en toda la jurisdicción municipal, lo que era tanto como decir de la ciudad, porque como pago sólo tenía a Argana, de media docena de vecinos como mucho. Comparando este cómputo demográfico con el anterior se aprecia el auge poblacional que va adquiriendo Arrecife en esta centuria.
Este continuado crecimiento de la ciudad supone, como es natural, un considerable aumento territorial del topónimo. De un espacio reducido limitado al primitivo puerto natural del que partiría el ‘arracife’ o camino empedrado hacia el interior de la isla se ha llegado a la expansión actual que abarca por mar desde el edificio del cabildo de nueva construcción por el S hasta el puerto de Los Mármoles por el N en un largo de más de 4 Km, en tanto que tierra adentro hasta Argana Alta, su barrio más exterior en esa dirección, rebasa los 3 Km.
Son sus barrios tradicionales los siguientes: El Lomo, NO del Charco de San Ginés y parte más alta que sigue en esa dirección y hacia el N. Valterra, situado en la parte E de la ciudad, surgido a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado como consecuencia de unas casas construidas oficialmente para los pescadores de la flota pesquera de la isla bajo la égida del marqués de Valterra, quien se hallaba a la sazón al frente del Instituto Social de la Marina. Por cierto que de unos años a esta parte, en una división oficial administrativa de la ciudad hecha por su ayuntamiento se ha incluido en esta denominación de Valterra, con manifiesta injusticia toponímica, al antiguo y tradicional barrio de El Lomo, con lo que este nombre de rancio abolengo histórico pierde practicamente vigencia, siendo así que, sólo por razón de orden cronológico, debió de haberse hecho lo contrario. La Puntilla, casas en torno a la iglesia parroquial de San Ginés. Toma el nombre de la puntilla* que se formaba a la izquierda de la entrada al Charco de San Ginés. Titerroygatra, en las afueras, llamado luego Titerroy, un adefesio toponímico sin paliativo alguno.
A lo largo de su desarrollo poblacional se produjeron en Arrecife, aparte de los ya reseñados, los adelantos y mejoras siguientes más destacados: Por los años 70 del XVIII se construyen los primeros molinos de viento, los cuales suponen un avance técnico considerable en orden a la molturación de los granos que se habrían de convertir en gofio, elemento básico en la alimentación popular de la isla. En 1796 se traslada de La Villa de Teguise a Arrecife el Juzgado Militar. En 1841 se establece la primera farmacia. Un hecho de decisiva importancia administrativa para Arrecife fue su ascensión a la categoría de capital de la isla en detrimento de Teguise, que la venía ostentando desde siglos atrás. Lo paradójico de este crucial acontecimiento es que pasó totalmente inadvertido no sólo para el pueblo en general sino incluso para las propias autoridades de la isla, por lo que parece, por falta de la debida interpretación del documento en que constaba, una R.O. expedida el 26 de septiembre de 1847. En 1884 se instala el telégrafo, que supuso un gran avance en las comunicaciones con el exterior. En 1885 se establece la primera comunicación telegráfica con el exterior de la isla. En 1912 se terminan de construir los depósitos para recoger el agua de lluvia llamadas las Maretas del Estado, se establece la línea regular de vapores interinsulares y se empieza a suministrar la luz eléctrica, aunque sólo de forma reducida. En 1915 se instalan los primeros teléfonos interurbanos. En 1918 se inaugura el muelle comercial o de Arrecife. En 1929 se inaugura el edificio del Cabildo de la calle León y Castillo. En 1937 se construye el Centro de Higiene en la Avenida Coll. En 1946 se construye, frente a Puerto Naos, el Hospital Insular. También en ese mismo año empieza a utilizarse para uso civil el aeropuerto militar que se hallaba en funciones desde unos años antes. En 1952 entra en servicio el Instituto de Segunda Enseñanza Agustín Espinosa. En 1953 llega a la ciudad el agua canalizada procedente de las galerías abiertas en el Risco de Famara. En 1958 se construye la primera parte del Puerto de los Mármoles; y en 1964 entra en servicio la planta dual productora de agua y energía eléctrica de la empresa Termolanza.
 
Arriba, El Lajerito de. Tramo costero que se extiende al E de Mala entre Los Barranquillos al N y Risco Negro al S.

Arriba, La Vuelta. Parte NE de la división convencional que se hace –o se hacía– de la isla a nivel popular a partir de Teguise. A la parte de la isla que queda hacia el SO se le llama La Vuelta Abajo.
 
Arriba, Los Jameos* de. Son tres, próximos entre sí, llamados de Pablo Rodríguez el más al N y de Los Rodríguez los otros dos. Están a un par de Km al SE de Ye.
 
Arriba, Los Lomitos Altos de. Se encuentra este lugar a 6 Km al O de Mancha Blanca, entre Montaña Bermeja de los Betancores y el grupo de Caldera Blanca. Consiste en uno de los típicos islotes* terrestres, alargado en el sentido N-S, de unos 800 m de largo, situado al S y próximo a otro islote* aún mayor que lleva por nombre, dada su ubicación con respecto al anterior, Los Lomitos Altos de Abajo, de parecida calidad de suelo, el terreno pedregoso llamado en la isla malpéis*.
En él, en concordancia con el nombre que ostenta, se alzan varios montículos que, pese a su nombre, alcanzan poca elevación. El M.M. lo titula Lomo Alto de Arriba, lo que no se ajusta a la realidad popular, y lo coloca a más de 1 Km hacia el SE.
 
Arrieta. Pago de Haría situado en la costa E de su término municipal. El Compendio Brebe y Famosso de 1776 lo califica de “puertecillo de poca consideración”, y lo llama Arriete, de lo que cabe deducir que no formaba aún poblado. Con la misma grafía figura tanto en el mapa de Francisco Coello como en el Diccionario de P. Madoz, autores coetáneos, de mediados del siglo XIX. En la obra de Pedro de Olive (1860) se le asigna una casa y cuatro chozas. A comienzos del siglo pasado, el geólogo español E. Hernández-Pacheco describe el lugar, al visitarlo, con las siguientes palabras: “El poblado se compone de unas cuantas casuchas de pescadores alineadas a la orilla del mar”. En la actualidad, con el desarrollo turístico insular, se ha constituido en un núcleo poblacional de varios cientos de habitantes.
Las casas de su extremo NE forman el barrio de Los Morros.
Parece ser que el nombre deriva del de Arriete Proudhomme, apellido castellanizado luego en la forma Perdomo, personaje de la época del dominio francés en la isla, de quien se dice que casó con una hija de Maciot de Bethencourt y la princesa maja* Teguise.
 
Artesas, Las. Par de cráteres casi gemelos, contiguos entre sí, formados en las erupciones del siglo XVIII, situados a unos 6 Km casi al NNE de Yaiza, al pie de La Montaña de los Miraderos por su lado de poniente. Tiene cada uno de ellos unos 200 m de diámetro, fondos aplanados, si bien cubiertos de pedruscos escoriáceos, y paredes muy bajas.
No tienen nombre popular, por lo que les doy éste tal como los llama Telesforo Bravo en su Geografía de Canarias.
  
Artisco, La Peña del. Gran roca errática que se alza donde termina Lomo blanco, como a 1 Km al E del volcán La quemada de Ye.
 
Asomada, La. Aldea en el municipio de Tías situada a un par de Km a poniente de la capital del mismo y uno al N de Mácher.
En un documento de 1618 (Salvador de Quintana, p. 93) se nombra un lugar de este nombre, después de mencionar a “Tegoy” y “Conil”, que debe ser la localidad que nos ocupa, en el que había unas casas y maretas. El ingeniero Ruiz Cermeño, en 1772, le da 8 vecinos. En 1860, según P. de Olive, tenía 75 casas y 7 chozas. En la actualidad constituye un amplio caserío de unos cientos de habitantes.
Una ‘asomada’ en Canarias es un lugar de cierta extensión, elevado, desde el que se descubre una vista amplia, o también la vista que se aparece desde ese lugar alto, que es lo que ocurre en este caso.
 
Atalaya, La. Montaña situada junto al pueblo de Haría por su parte NE, correspondiente a la subserie basáltica II-a. Está coronada por tres picos o eminencias, la más alta y puntiaguda al NO, otra algo inferior en altura hacia el SE, y la más baja hacia el ESE más o menos. Entre las tres se forma una superficie allanada, ligeramente cóncava, bastante espaciosa, que corresponde al fondo del cráter.
Crece en lo alto y en las laderas de esta montaña, a veces formando colonias bastante densas, la Santa María o margarita endémica de Lanzarote llamada cientificamente Argyranthemum ochroleucum.
Formó parte del conjunto atalayero de la isla dedicado al avizoramiento de barcos sospechosos en siglos pasados.
 
Atalaya, La. Lugar de la costa en el extremo N de la parte frontal o marítima de Los Ancones (NE de Costa Teguise), a unos 150 m al NO del saliente costero peñascoso llamado El Roque Jurado. Es una especie de pequeño montículo ligeramente eminente con relación al terreno que lo circunda, que tiene en lo alto un pequeño corral de gruesas y bien engarzadas piedras, que debe ser la atalaya propiamente dicha. Hasta él llega, del interior de la isla, proveniente del NO, una pared de piedra de 1 Km de largo más o menos.
 
Atalaya, La. Gran volcán del término de Yaiza, perteneciente a la serie eruptiva II del Cuaternario, situado junto al pueblo de Femés. Su altura es de 608 m s. n. m., el tercer punto de mayor elevación de la isla después de Las Peñas del Chache y La Corona, pero como la montaña se alza sobre el macizo antiguo de esta parte S de la isla, que aquí alcanza una altura de al menos 200 a 300 m según el lado por que se mida, esa altura hay que restársela al volcán propiamente dicho.
Este volcán vertió lava hacia el tercer y cuarto cuadrantes, introduciéndose incluso en Valle Fenauso. Hacia el NO quedó cubierta posteriormente por coladas de época histórica a la altura del paralelo del Charco de Janubio, en tanto que hacia el SO se detuvo en una línea que va desde Berrugo hasta un poco por debajo de Janubio, línea esta perfectamente distinguible no sólo por el contraste de colores entre las lavas del volcán y los viejos territorios de la llanura de Rubicón formados por los materiales eyectados por el viejo volcán de Montaña roja, sino por el escalonamiento que las mismas forman al sobreponerse a las últimas.
La cumbre de la montaña está constituida por una cresta semicircular que corre de E a O pasando por el S correspondiente al cráter principal, que queda cerrado en el resto de su circuito por una pared mucho más baja. El fondo del cráter así formado es una depresión en forma de cuenco semiesférico del tamaño de una plaza de toros. En el interior de este cráter principal se abre un subcráter dentro del cual había cuando estuve allí en 1973 unas paredes que parecían corresponder a edificaciones muy antiguas, quizás aborígenes. Más llamativos aún eran otros restos que se encontraban en otra caldereta o cráter secundario contiguo al anterior situado a más bajo nivel, hacia el NE de él, que tiene una amplia escotadura por su lado NO, pues su fondo se hallaba circundado por una pared circular, casi toda derruida, dentro de la cual se veían unos cimientos de una construcción cuadrangular y varios pequeños túmulos también de piedra seca diseminados por el suelo con uno mayor en el centro.
El nombre, evidentemente, le viene de haber servido de atalaya en el pasado para prevenir desembarcos furtivos tal como se acredita en varios documentos antiguos.
En su cumbre se colocaron las antenas que en principio sirvieron de enlace telefónico con el mundo exterior a través de Gran Canaria, instalación que estuvo atendida por el novelista canario Rafael Arozarena, tiempo durante el cual se inspiró para la composición de su obra maestra Mararía. En la actualidad son múltiples los sistemas de comunicación inalámbricos que tienen instalados en ella sus antenas.
 
Atalayas, El Morro de las. Amplia elevación del terreno a modo de montaña truncada, situada a 1.5 Km de Playa Quemada y a 0.5 Km de la orilla del mar, en cuya extensa cima más o menos aplanada se levanta una serie de pequeños montículos redondeados, desde algunos de los cuales se domina un amplio sector de la costa y del mar, que deben ser los que le dan nombre.
 
Atalayas, Las. Conjunto de eminencias rocosas situadas a unos 3 Km al E de Máguez, a la izquierda de la carretera que sube de Arrieta a Ye, casi frente al arranque de la pista que se dirige a La Cueva de los Verdes.
 
Atlántida, El Túnel. Parte del Tubo Volcánico de los Jameos que discurre bajo el mar. Se inicia en Los Jameos del Agua y termina a una profundidad de poco más de 50 m después de un recorrido de 1.600 m. Sus dimensiones interiores son parecidas a las del tubo volcánico terrestre del que es continuación. En su interior se han encontrado pequeños crustáceos de filiación muy antigua de sumo interés científico, tales como Gesiella jameensis, endémico de este lugar como su nombre específico indica, así como Morlockia ondinae, y algunos otros pertenecientes a diversos grupos zoológicos de escala inferior.
 
Atracadero, El. Caletita situada a 0.5 Km hacia naciente del faro de Pechiguera, al fondo del recodo resguardado que hace allí la costa, dotada de un veril* a modo de muellito donde atracaba la lancha del buque que traía el suministro desde Las Palmas al personal de los faros de la provincia durante el tiempo en que existió este servicio oficial.
 
Atrás, La Montañeta de. Es la más al N de las dos de parecidas características que se levantan, unidas por sus bases, al NO de Caldera Trasera, al N de Soo. Su cumbre es relativamente lisa y redondeada, sin apreciársele cráter alguno. La otra se llama La Montañeta del Aljibe del Viejo Ignacio.
 
Atravesado, Morro. Montañeta o loma alargada en el sentido E-O, de unos 200 m de longitud y poco más de 15 de altura, unida a La Montaña del Islote de la Vieja por su lado O.
 
Aves, El Islote de las. Es el nombre que dan los pescadores viejos de Arrecife al que se forma al E de donde comienza el muelle comercial, justo detrás del edificio que se construyó para depósito del agua traída en los correíllos. En él se forma un gran charco al bajar la marea que Agustín de la Hoz registra en un texto inédito con el nombre de El Charcón de Erinia citando varios documentos en que dice haberlo leído, sin serle posible saber su origen.
Suele ser muy frecuentado por aves de orilla, tanto chorlitos como garzas y gaviotas de variadas especies. Crece en él el mato moro* o Suaeda vera formando tupidos matorrales.
 
Ávila, La Bahía de. Gran ensenada limitada al E por La Puntilla y al O por Los Amarillitos, a cuyo fondo se extiende el caserío de Playa Quemada, con una amplitud, por lo tanto, de 1 Km.
En textos antiguos se suele ver escrito el último componente de este topónimo en la forma ‘Dávila’ las más de las veces, pero en mis investigaciones de campo siempre lo he oído decir ‘de Ávila’ como lo escribo aquí.
Quién fuera el personaje que le dio nombre no se sabe. Todo lo más cabe pensar que sea el mismo Juan de Ávila que dio nombre al pozo situado en sus cercanías.
 
Avutarda, El Morro de la. Loma poco eminente de color terroso situada a unos 3 Km al NE de Tahíche y a unos 300 m a la derecha de la carretera que va desde este pueblo al de Guatiza. La avutarda de Lanzarote, de la que recibe el nombre, es la Chlamydotis undulata.
 
Ayuntamiento, El Jameo del. Es el primero o situado a más altura de los cuatro llamados de Arriba. Su forma es redondeada, no muy regular, con un largo de N a S de unos 30 m. Sus paredes, salvo en el sector S en que son verticales, con una altura de unos 5 a 6 m, están casi derruidas. Lo sigue hacia abajo, a menos de 20 m de distancia, el de Pablo Rodríguez.
Una nota de color que embellece a este ’jameo’ es la gran cantidad de geranios asilvestrados normalmente floridos que crecen en su interior.
Se le llama del Ayuntamiento por no tener propietario particular y pertenecer por tanto a la corporación municipal.
 
Azufre, El Lomo del. Lugar en lo alto de La Montaña de Timanfaya, por donde pasa La Ruta de los Volcanes en su punto más oriental. En este sitio se estuvo extrayendo azufre para echarle a las parras hace años, y todavía, tiempo después de construida esta carretera turística, podían verse claramente las manchas amarillas aflorando en algunos puntos de este lugar.
 
Azul, Caleta. Caletoncito situado a 0’5 Km al O de Las Casas de Tenésara, en la costa de Tinajo, que se abre entre Punta Morín y el caletón* llamado Barranco Salinero. El nombre le viene de las aguas profundas del llamado Hoyo Azul adyacente.
 
 
B –
 
Bahía, La.xxxxxxxx Pequeña cala situada al NO de Guinate en la que hay unas chocitas de piedra seca. Tiene la boca o entrada, de menos de 100 m de amplitud, orientada hacia el OSO, lo que le supone un cierto resguardo contra los vientos dominantes del primer cuadrante.
Bahía es término poco usado por los pescadores de la isla, que suelen pronunciarlo ‘badía’.
 
Bailadero, El. Lugar situado a poco más de 2.5 Km al S del puertito de Órzola, frente al extremo final de Lomo Blanco, junto y a la derecha de la carretera que baja hacia el citado pueblito donde hace una curva muy cerrada.
Dicen los más viejos que segun se contaba allí iban a bailar las brujas, pero según sostienen los estudiosos de la etnografía prehispánica canaria, este nombre es corrupción de ‘baladero’ por la costumbre que los aborígenes tenían de hacer balar las cabras para propiciar la caída de la lluvia. Esto, sin embargo, parece quedar contradicho por el hecho de que en Lanzarote el campesino dice siempre ‘belar’.
 
Baja*, La Punta de la. Es la que cierra por el lado E a La Playa Grande, la que está a naciente del barrio de La Tiñosa. Le da nombre una baja* que emerge frente a ella al bajar la marea.
 
Bajamar, El Cortijo de. Existe todavía en estado ruinoso un poco por encima de La Playa de San Juan, a poniente de La Caleta de Famara. Lo he visto citado en documentos de principios del siglo XVII.
 
Bajamares, Los. Tramo de costa al NO de Tinajo, abrupta y alta, de unos 300 m de largo, que se extiende desde Punta Jamú al E y El Barranco de la Manteca al O, es decir, todo el frente N del lugar de Las Cambuesas.
En lo que al nombre respecta hay que resaltar la discordancia en género que presenta con el artículo que lo precede.
 
Bajas*, La Punta de las. Es el punto de la costa más saliente que hay entre La Playa de los Robainas al O y La Hondura al E. Tiene por fuera cuatro escollos o bajas*, dos de mayor tamaño, una de las cuales está muy próxima a la orilla, y otras dos más pequeñas, todas las cuales quedan más o menos sumergidas al subir la marea. Está al NE de Mala y en ella se inicia por la costa la extensión de arena que se introduce isla adentro llamada El Jable de En medio.
 
Bajas, Las. Son unos grandes escollos que afloran en la gran ensenada llamada La Boca de Famara, a unos 3 km al NE del poblado marinero de La caleta de Famara. Cuando se requiere una mayor precisión del nombre se las denomina Las Bajas de Famara.
 
Bajos, Los Miraderos. Son dos montañetas cubiertas de lapilli negro próximas a La Montaña de los Miraderos (Tinajo) por su lado N. Una de ellas, de un par de cientos de metros de diámetro en la base, es continuación de un brazo que parte del extremo O de dicha montaña, mientras que la otra, algo mayor y situada un poco más al N, está separada de la misma, a un par de cientos de metros de distancia de dicho brazo.
Desde ellos debía dominarse un extenso campo visual antes de las grandes erupciones históricas que trastornaron aquel territorio haciendo surgir varios de los conos volcánicos que los rodean, cuando dichos terrenos eran planicies cubiertas de herbaje para el ganado, lo que le valdría el nombre.
 
Balcón, La Montañeta del. Volcancillo en Las Montañas del Fuego contiguo al conocido Islote de Hilario por su lado NO. Su forma es bastante cónica, con unas dimensiones de unos 100 m de diámetro en la base y una altura de unos 20 m por su parte más elevada. Por el lado N pierde altura a causa de un rebaje por rotura de la pared producida por la salida de lava que vertió hacia el cuarto cuadrante hasta una distancia de casi 100 m. Esta colada, de un color ocráceo particular como el propio cono, está cruzada en la mayor parte de su longitud por una serie de grietas sinuosas de hasta 1 m de anchura en algunos puntos, cuyo fondo, por su profundidad, no es fácil de alcanzar a ver a simple vista.
El cráter, pese a sus reducidas dimensiones, deja al descubierto en su centro al tubo central de la chimenea, cilíndrico, de casi 10 m de diámetro, de un color rojo intenso, con el interior obturado con material lávico a unos 6 m de profundidad. El borde superior de esta especie de pozo está rematado por un reborde entre el cual y la pared del cráter, más elevada, corre una galería de 2 a 3 m de anchura en casi todo su circuito.
En enero de 1983 en que la reconocí exhalaba esta montañeta un olor como a carburante industrial o a azufre claramente perceptible, olor que según me manifestaron los guardas del Parque era constante y normal.
El nombre lo recibe por el hecho de tener en lo alto, por el lado SSO, por fuera de la cresta del cráter, una especie de pequeño rellano o hueco de piso aplanado que por su disposición o forma recuerda a un balcón, al que se accede por un pequeño portillo abierto en el borde superior del cráter, siendo el flanco del volcancillo por debajo de este imaginario balcón casi vertical.
 
Ballena, El Callao* de la. Es una caleta de paredes averiladas con callaos* al fondo, a lo que alude su nombre, que se abre en el costado izquierdo de la bahía de La Hondura, al NE de Mala. Sus dimensiones son unos 40 m de largo por 30 de anchura. Su flanco izquierdo es algo curvado y semeja la línea de atraque de un muelle, siendo su extremo más saliente La Punta de la Hondura. A continuación, hacia el S, sigue El Caero del Agua.
Un señor del pueblo de Mala de edad avanzada que encontré allí en 1982 el día en que recorrí aquel litoral me contó que él le oyó decir a su abuelo, e incluso a su bisabuelo, que en aquel lugar había aparecido uno de estos mamíferos marinos, cuyas vértebras eran tan grandes que se estuvieron usando como banquetas.
 
Ballena, La. Pequeña caleta con sus correspondientes callaos* situada al O de Órzola en la parte occidental del territorio de La Quemadita. Frente a ella, a corta distancia de la orilla, emerge a toda marea un escollo o peñasco que facilita su identificación. A su derecha, a poca distancia, esta La Peña de Catalina Cabrera, y a su izquierda, a un par de cientos de metros, La Playa de la Cantería.
También en este lugar se dice que apareció uno de estos grandes cetáceos hace mucho años.
 
Banco, El. Tramo de costa de unos 200 m de longitud situado al SSE de Guatiza, de trazado algo rectilíneo, recordando un poco la línea de atraque de un muelle. Está comprendido entre El Soco de las Clacas al N y El Majarastito al S. Forma como una explanada rodeada de terreno más alto.
También se le llama El Banquete.
 
Banega, La Laja. Punta situada a poniente de Guinate, al pie de El Jorao, en el extremo S de Bajo el Risco. Es el saliente costero más pronunciado de aquel sector litoral con sus casi 100 m de largo.
Banega se dice en la isla, por el vulgo, de una persona algo estúpida y poco inteligente, pero no sé qué relación puede haber entre esa palabra y este lugar.
 
Bárbara, La Caleta de Seña. Es la que se forma justo a sotavento del gran saliente costero llamado El Bajo de Punta Mujeres, en pleno pueblo de este nombre. Modernamente se le está llamando La Playa Grande pese a no pasar de una simple caleta, más bien pequeña, con un poco de arena.
 
Barqueta, La. Lugar en la costa situado a poco menos de 4 km al N de Las Casas del Golfo. Consiste simplemente en una puntilla* que se mete mar adentro en sentido oblicuo con respecto a la línea de costa, que queda anegada en mareas altas. A unos 200 m más al N destaca el conspicuo saliente llamado La Baja de los Cangrejos.
Este lugar no tiene otro interés como topónimo que el nombre que lo distingue, por demás curioso y de difícil catalogación. Barqueta, con variante en género masculino y en diminutivo se da en varios otros puntos del litoral de la isla, e incluso en La Graciosa y Alegranza. Cuál haya podido ser su significado originario no lo sé. Si se trata de un diminutivo de barca debe ser muy antiguo, pues ni lo he oído nunca decir ni lo he visto escrito en documentos del pasado, y que esté relacionado con barqueta, cesto cuadrado con asa, vigente aún en Canarias, no le veo la relación, pues en los respectivos lugares que conozco con este nombre no se ve ninguna formación natural que pueda hacer pensar en tal recipiente, además de darse la circunstancia inexplicable de que siempre se hallan a la orilla del mar.
 
Barranco, La Caleta del. Se abre esta caleta a cosa de 0.5 Km al NNO del pequeño caserío de Caleta Caballo, con la boca orientada al N. Su orilla derecha u oriental es algo recta y averilada, de unos 150 m de largo, en tanto que la otra es de trazado más irregular y más baja. La caleta, cuya bocana tiene unos 100 m de anchura, va estrechándose gradualmente hacia el interior hasta terminar en un rincón con una playita de callaos*.
Lo de barranco debe obedecer a su parecido con uno de estos accidentes topográficos por donde discurre el agua cuando llueve.
 
Barros, La Punta de los. Es la que se forma frente mismo al hotel San Antonio, en Puerto del Carmen, que cierra por el S a La Playa de los Pocillos.
 
Bartolomé, San. Ciudad capital del municipio de su nombre, el cual evidentemente le viene del santo homónimo entronizado en el pueblo como patrono a finales del siglo XVI por lo que parece.
Este pueblo de San Bartolomé es continuación de una aldea aborigen de nombre Ajey de la que aún quedan reminiscencias entre la gente vieja.
El nombre Ajey se registra ya en documentos del siglo XVI como término o lugar, pero el más antiguo que lo acredita de forma expresa como aldea se remonta al 14 de febrero de 1619 y fue otorgado ante Juan de Higueras escribano público de la isla. Reza dicho documento, en extracto, como sigue: “Gaspar Perdomo, vecino de esta isla, vendo a Leandro Perdomo fanega y media de tierra donde dicen Ajey, que linda por una parte saliendo de la mareta de Ángel y el camino en la mano que va de la dicha aldea para esta villa”.
Pero aunque Torriani, que estuvo en Lanzarote en 1591, no registra este nombre en su mapa en esta forma Ajey sí figura en él un caserío grafiado ‘Teguei’ inidentificable en la actualidad. Es, sin embargo, el nombre de lugar más parecido a Ajey de cuantos hay en dicho mapa, único topónimo de los de este documento terminado en el diptongo /ei/. Conviene tener en cuenta que Torriani escribió muchos de los nombres de su mapa de forma defectuosa, algunos tanto o más que este de ‘Teguei’, por lo que es practicamente seguro que el mismo se trate de uno de esos casos. Cabe incluso la posibilidad de que la enigmática aldea ‘Eque’, de 1455, que figura en la Pesquisa de Cabitos sea el nombre Ajey muy desfigurado, cosa que ocurre en dicha obra con otros nombres de pueblos que a pesar de ello son identificables.
El hecho de que el topónimo Teguei –o en su caso Ajey– no apareciera más en la cartografía de Lanzarote puede obedecer a haber sido sustituido por el de San Bartolomé después de pasadas las décadas centrales del siglo XVII en que se usaron los dos nombres indistintamente para designar al caserío, hasta prevalecer el de su santo patrono como consecuencia de haber sido entronizado en la ermita, construida hacia finales del siglo XVI. Todavía en el mapa de Próspero Cassola, de 1634, se registra, con ubicación más o menos coincidente con la de Torriani, el topónimo ‘Togo’, que debe ser el nombre ‘Teguei’ del arquitecto cremonés aún más corrompido, nombre que el historiador canario Pedro Agustín del Castillo transforma en su mapa de 1686 –reproducción casi exacta del de Cassola–, en ‘Toga’.
También debe ser error la posición excesivamente desplazada que ocupa el topónimo en el mapa de Torriani, pues el mismo se da, tan exagerado o más que en este caso, en varios otros pueblos bien conocidos de la isla. Al fin y al cabo no lo coloca muy distante de Güime, lo que no deja de ser un dato que juega a favor de que se tratara en efecto de Ajey.
A comienzos del siglo XVIII algunos de sus vecinos, acuciados por las molestias que les ocasionaban las arenas voladoras del Jable, en cuya zona se hallaban situadas sus casas, las abandonaron y trasladaron sus viviendas más hacia poniente, donde hoy se levanta el casco de la ciudad.
Son citas demográficas referidas a esta localidad, a lo largo de la historia, las siguientes: En las Sinodales del obispo Dávila y Cárdenas (1737) figura con 81 vecinos; en el Informe de José Ruiz Cermeño (1772) se registra con 127 vecinos; el Compendio brebe y famosso de 1776 le da 144 v.; Escolar y Serrano (1802), 1.393 habitantes; Madoz dice que tenía 1906 hab., y añade que de sus 460 casas “una gran parte están arruinadas alrededor de la parr.”; en el censo de 1860 (Olive) figura con 1.050 habitantes; en la Descripción de Puerta Canseco (1897) esta cifra se había reducido a 1572 almas; en 1913 el A B C de las Islas Canarias le da 2.067 habitantes; Delgado Marrero (1929), 2.498, y el Censo de la Población de España de 1940, 1.930 h.
En cuanto a la interpretación etimológica del nombre Ajey nada positivo se ha logrado por los berberólogos más acreditados.
 
Bastián, Playa. Se localiza esta pequeña playa en plena urbanización turística de Costa Teguise, a sotavento del pronunciado saliente costero rematado por La Punta del Jablillo.
En la actualidad toda esta parte de la isla se halla urbanizada. Es nombre muy antiguo.
 
Bayón, Lomo. Es el lomo o interfluvio situado a algo más de 1 Km al SE de Los Valles que baja de Las Peñas de Bonilla en dirección a La Vega de Guatiza. Tiene una longitud de más de 1 Km, cerrando así al Valle de Juana Gutiérrez por su lado izquierdo. Destaca del terreno circundante por su color claro al hallarse recubierto de piedras calizas.
¿Del apellido Bayón? Existió en la isla en tiempos pasados.
 
Bayona, La. Lugar en la costa de Guatiza correspondiente al flanco S de la ensenada cuyo interior ocupa La Playa de cha Vicenta. En este sitio está La Cueva de los Barqueros.
Posiblemente de alguna mujer de apellido Bayón.
 
Bebedero*, El. Hoya u hondonada del terreno, de unos 100 m de largo por la mitad de anchura, abierta hacia el E, que está próxima y al NE del pueblo de Tiagua, en el frente en declive en que termina el terreno más elevado y accidentado que cae hacia los extensos arenales que lo bordean, a unos 300 m al SO de Montaña Berrugo, formando como una prolongación hacia arriba, que gira al final hacia poniente, de otra hondonada mayor llamada La Hoya de Lino.
Este lugar ha adquirido gran renombre en los medios científicos por su yacimiento arqueológico en el que se han encontrado muestras de la cultura romana vinculadas a la sociedad aborigen.
 
Bebederos, Los. Terreno de cierta extensión, con campos de cultivo, ligeramente ahondado, situado un poco al N de Los Llanos, en pleno mar de jable*, a 1.5 Km aproximadamente al NE de la parte S del pueblo de Tao, a un par de cientos de metros a poniente de la colada de lava del siglo XVIII que baja por allí y a unos 300 m al SE del paraje de Fiquinineo.
 
Bebederos, Los. Territorio allanado que ocupa la parte más deprimida de la gran llanura que se extiende a poniente de Nazaret. Está situado aproximadamente a 1 Km de dicho pueblo comenzando la medición en el punto en que parte la carretera agrícola de la general del norte. Hay en él un cortijo viejo que lleva su nombre.
 
Bebederos, Los. Terreno en el jable* que pasa entre Montaña Mina y san Bartolomé, que forma una depresión no muy pronunciada, con plantaciones de batatas en buena parte de su fondo. Se inicia desde casi los pies de Montaña Mina por su lado SO y se extiende por espacio de varios cientos de metros en dirección a la parte SE de San Bartolomé.
 
Bello, Juan. Amplio territorio que se extiende al N de la montaña de su nombre y al O de El Sobaco. P. Madoz (1845) dice de él que “consta de unas 50 fan. de viña y algunos frutales pertenecientes a distintos dueños”, y que “su calidad es de la mejor del país, aunque cubierto de arena volcánica”, lo que puede aceptarse como coincidente con la realidad actual. También P. de Olive lo registra como cortijo.
Bello se tiene como castellanización del apellido portugués Velho, el cual está documentado en Lanzarote desde bastantes siglos atrás.
 
Bello, La Montaña de Juan. Se localiza este volcán a escasa distancia al N del pueblo de Masdache. Está formado por un cuerpo principal casi redondo, de unos 500 m de diámetro en la base, y otro adosado por su lado O, mucho más pequeño y de forma irregular, que parece haber sido un acúmulo de material expulsado por el volcán, en cuya parte frontal, a unos 20 m de altura sobre el campo de lava moderna que se extiende a sus pies, hay dos casas en estado ruinoso distantes unos 100 m una de la otra, y un tercero por el lado SO en forma de montañeta, completamente cubierto de arena negra, que queda unido a la montaña por una especie de istmo.
El cráter, circular, con un rebaje o portillo pronunciado por el lado O, se abre en el centro del cuerpo principal, alcanzando unos 300 m de diámetro y algo más de 60 de profundidad, en tanto que la altura de la montaña sobre el suelo exterior circundante es de casi el doble de esta medida. El interior del cráter está cubierto de arena negra y se halla rodeado por dos paredes circulares concéntricas, muy viejas, desaparecidas en partes. También las laderas están cubiertas en las zonas menos inclinadas por el característico lapilli negro de las erupciones del setecientos, pero en otras partes aflora la roca escoriácea rojiza más o menos oscura que suele caracterizar a los volcanes de la isla de la serie III, a la que éste pertenece. En lo alto de la pared N del cráter destaca una gran roca, más visible desde el interior del cráter.
La mayor parte del contorno del volcán está ocupado por viñedos plantados en el fondo de los típicos hoyos abiertos en el lapilli negro.
Desde el punto de vista botánico destaca en esta montaña la enorme cantidad de ejemplares de la especie Aeonium lancerottense que crece tanto dentro del cráter como en las laderas exteriores orientadas hacia los cuadrantes de componente N sobre todo. En la S, cuando estuve allí en los años ochenta últimos, existia una colonia bastante importante de esta misma planta, pero que presentaba una curiosa morfología y coloración, pues sus hojas formaban un conjunto globoso, casi esférico, de color achocolatado rojizo, hasta el punto de que vistas desde una cierta distancia daban la impresión de ser piedras coloradizas. También, por debajo de una de las casas citadas se veían algunos especímenes de la congénero de inflorescencia amarilla A. balsamifera, muy desarrollados, por cierto.
El nombre de Juan Bello lo viene ostentando la montaña de algunos siglos a esta parte, pues en documentos más antiguos figura con el de El Sobaco, que aún ostenta el territorio que se extiende hacia el NE de ella.
 
Berbería, El Charco de. Se encuentra casi contiguo al Charco Cumplido, por su lado de naciente. Es el más amplio y destacado de los situados en el saliente intermareal de Raso Berbería, al lado de Órzola, del que toma el nombre. Aunque no tan largo como el Cumplido, ocupa mayor superficie que él, pues su forma algo redondeada alcanza un diámetro de un poco más de 100 m como promedio, llegando su profundidad a casi 2 m hacia la parte central, siendo su fondo en parte arenoso y en parte rocoso.
 
Berbería, Raso. Gran raso* o extensa zona de piso rocoso allanado que forma un saliente costero de más de 0.5 km de largo por unos 300 m de anchura media, situada a 1 km al E del puertito de Órzola. En ella, cuando baja la marea, se forman multitud de charcos, algunos de gran tamaño. En las pleamares queda totalmente anegado por el mar.
Este nombre no consta en la cartografía oficial.
 
Bermeja (la de los Charcos), El Lajiar de Montaña. Zona de lava moderna alisada, o ‘pahoehoe’, que destaca de la abrupta o fragosa llamada ‘aa’ en volcanología que la rodea, hasta el punto de que contemplada desde lo alto de la montaña de la que recibe el nombre parece una ancha pista asfaltada. Se extiende a cosa de 0.5 Km por encima o NNE de dicho cono volcánico.
 
Bermeja, El valle de Montaña. Es el barranco que nace al pie de Pico Nago por su lado SO y después de pasar junto a la montaña de la que toma el nombre desagua en pleno caserío de Playa Quemada.
 
Bermeja (de la Santa), Montaña. Pequeño cono volcánico, de unos 400 m de diámetro en la base, situado a la misma orilla del mar a menos de 1 Km al SO del caserío de La Santa. Sus laderas son muy pendientes y su altura de algo más de 70 m. El punto culminante de la montaña se localiza en la parte S de la pared del cráter, el cual tiene una abertura estrecha pero profunda hasta alcanzar el nivel del suelo por su lado N. Su interior es escabroso, con acumulaciones de piedras en el centro a modo de morretes. Exteriomente, por su lado NE, al pie del volcán, se ha extraído bastante arena, quedándole por ello unos grandes socavones. Por el lado SO tiene un color rojo subido, y debido a la secular abrasión del oleaje y subsiguientes desprendimientos de la ladera se le ha formado un escarpe muy pendiente que llega hasta lo alto de la montaña.
Su expulsión de lava se redujo a un amontonamiento muy abrupto de unos cuantos cientos de metros, conocida por Las Bermejitas, que vertió hacia el NE a lo largo de la costa, aparte de la de la misma emisión que pudo meterse en el mar.
El color bermejo acentuado que la caracteriza denuncia claramente su juventud, ya que este volcán pertenece a la serie última o IV de los volcanólogos.
También es conocida por el nombre de La Montaña del Picacho.
Bermeja (de los Betancores), Montaña. Pequeño cono volcánico, de planta rotunda de poco más de 300 m de largo en su eje mayor y 45 de altura aproximadamente sobre el suelo, enclavado en pleno mar de lava, a poco menos de 7 Km al O de Mancha Blanca, cuya formación data de la segunda serie efusiva del Cuaternario.
Este de Montaña Bermeja, y no Caldera Bermeja como lo registra el mapa militar de 1953 –que fue corregido a instancias mías en la edición de 1986–, es su auténtico nombre popular, al que todavía suele agregársele el complemento ‘de los Betancores’, tal como lo recoge el geólogo español E. Hernández-Pacheco a principios del siglo pasado y figura en diversos documentos antiguos, añadido que se le da por el apellido de unos personajes que por lo visto debieron tener alguna relación estrecha con aquellos terrenos incluidos dos islotes* próximos que llevan también el mismo nombre.
Lo de caldera que se le ha aplicado en la cartografía oficial es un evidente error, pues el cráter es tan poco pronunciado que en absoluto se hace acreedor a tal calificación dada en la isla a estas concavidades volcánicas.
Su nombre hace honor al color que la montaña ostenta, ya que es acusadamente rojizo en la mayor parte de sus laderas y cumbre, fenómeno cromático que se da en varios volcanes más de la isla distinguidos con igual denominación.
El cráter, ya se dijo, es muy pequeño. Queda reducido a una ligera depresión en forma de silla de montar, con una de las partes prominentes al SO y la otra al NE, algo más elevada la primera, que sobresale por encima del fondo apenas una veintena de metros, pues el mismo se halla a más de la mitad de altura del cono, y sólo media docena de metros la más al N, quedando por tanto abierto por los lados NO y SE.
En la cima afloran rocas rojizas escoriáceas cubiertas por lo general de abundante liquen verde amarilloso del llamado en la isla escán*, el Ramalina burgeana de los botánicos. Por la ladera SO queda al descubierto la roca arenisca rojiza desde lo alto hasta la base, aunque no es de tono tan subido como la de la cumbre, y por toda la mitad de la montaña expuesta a los vientos de componente N está casi exenta de arena, mostrándose por allí la roca desnuda.
Alegran un poco la vista en aquel vasto yermo de lavas en que el volcán se halla enclavado las abundantes higuerillas* o tabaibas salvajes* (Euphorbia regis-jubae) que crecen en el interior del cráter, con sus lechosos troncos ornados de verdes hojuelas en rosetas terminales.
 
Bermeja, Montaña. Se alza este pequeño cono volcánico a unos cientos de metros al NE del caserío de Conil. Su base es casi circular, de unos 600 m de diámetro, y su altura, de unos 100 m. Posee tres cráteres, uno mayor de forma embudada, aunque abierto hacia el N, que se abre más hacia el centro, de unos 250 m de diámetro, y dos más pequeños situados un poco más hacia el N.
La formación de este volcán es visiblemente más reciente que la mayoría de los de la serie III en que los volcanólogos lo incluyen. Basta con compararlo con sus vecinos tenidos como coetáneos para notar la diferencia en aspecto, que le viene dada precisamente por el color bermejo que le da nombre y sus aristas o bordes menos erosionados. Asimismo puede apreciarse al primer golpe de vista que la importante colada que de él fluyó pendiente abajo hasta alcanzar el mar resalta claramente del terreno sobre el que discurrió por su color más oscuro y su naturaleza más abrupta.
 
Bermeja, Montaña. Se alza este volcán de la serie III a menos de 0.5 Km por encima del caserío costero de Playa Quemada. Puede catalogarse como de tamaño medio, ya que mide unos 700 a 800 m de diámetro en la base y una altura sobre el terreno muy desigual dada la acusada pendiente del mismo en que se asienta con caída hacia el S. El color que ostenta, sobre todo por la parte S y en la cumbre, justifican el nombre por el que es conocido. La cima, que corresponde al sector S del filo del cráter, éste de unos 300 m de anchura, es de roca arenisca, o más bien escoriácea, y desde esta parte más elevada va perdiendo altura hacia el lado opuesto, hallándose abierto hacia el NE hasta el mismo fondo, el cual se halla ocupado por un barranco cuyo álveo forma un surco bien marcado que sale por la abertura anteriormente citada.
 
Bermeja, Montaña. Pequeño cono volcánico, de color bermejo tirando a rosado, de forma irregular, que se encuentra próximo a la orilla del mar a algo menos de 5 Km al O de Yaiza y poco más de 2 al N de Janubio. El largo máximo en la base, de planta irregular, es de unos 500 m y su altura alcanza algo menos de los 100 m. La cumbre, estrecha y alargada de E a O, está constituida por grandes rocas rojizas separadas por grietas El cráter no se muestra claramente, aunque su ladera N, algo cóncava, parece ser parte integrante del mismo. El flanco O que, mira al mar, está desgastado por la acción de las olas, ofreciendo una inclinación muy pronunciada. En contacto con el mar estuvo hasta que se produjeron las grandes erupciones del setecientos, momento en que las lavas procedentes, por lo que parece, de Montaña Rajada, la rebasaron penetrando en el mar unos cientos de metros, siendo finalmente recubiertas por lapillis negros que terminaron por formar una extensa playa que lleva el nombre de la propia montaña. En esa zona se forman unas grandes charcas que quedan afectadas por los ciclos de las mareas: una al pie mismo de la montaña, de poca profundidad, y otra próxima a la orilla del mar, mayor y más profunda, de aguas verdosas, perfectamente visible desde la carretera que conduce a El Golfo, que pasa próxima a ella, en torno a las cuales crecen un buen número de matas de uvilla* (Zygophyllum fontanesii).
Por este lado de poniente, en su extremo S, se abre la boca de una cueva hundida, de bastante amplitud interior.
 
Bermeja, Montañeta. Cono volcánico de la serie II B situado a poco más de 1 Km al O de Güime y muy cerca, casi a sus pies, al SE del gran volcán de Montaña Blanca. Es, como se desprende de su nombre (Montañeta como lo titulo aquí y no ‘Montaña’ como pone el M.M.), de reducidas dimensiones (0.5 Km de diámetro en la base y 70 m de altura por su flanco S más elevado) y coloración algo rojiza. El cráter vierte hacia el SE y de él salió una corriente de lavas fluidas que tras recorrer una distancia de casi 5 Km ganó la orilla del mar por La Playa de Matagorda, que quedó al descubierto en toda su longitud a modo de estrecha banda sinuosa luego de haber sido cubiertos sus márgenes en parte por coladas de volcanes de la serie III siguiente.
 
Bermejitas, Las. Eminencias rocosas contiguas a la costa, de unos 300 m de extensión y una altura máxima de 35 m, producto de la emisión de lava del vecino volcán de Montaña Bermeja, que están próximas y al SO del poblado marinero de La Santa.
 
Bermejo, El Rincón. Tajo o barranco corto, profundo y pendiente, que se forma a algo más de 1 Km al S de Femés entre Pico Redondo y El Morro de los Dises, por la cara O de Los Ajaches.
 
Bermejos, La Fuga* de los. Precipicio que se forma en el borde de Los Bermejos, extremo NO de la meseta de Guatifay, al N del Valle de Guinate, constituyendo por tanto un pequeño sector del Risco de Famara de un par de cientos de metros de amplitud al tiempo que cae a pico en vertical, varios cientos de metros, de tal manera que no es posible ver desde su orilla la propia fuga* o acantilado que sigue hacia abajo.
'Fuga' es canarismo que se conoce desde antiguo con el significado de precipicio o despeñadero muy aplomado, pero no he visto ninguna explicación plausible de su origen. Puede darse el caso de que sea incluso un guanchismo.
 
Bermejos, Los. Llano de 'tierra bermeja' (arcilla) que ocupa el rincón NO de la altiplanicie de Guatifay, al N de Guinate, cuyo borde N es llamado La Fuga de los Bermejos.
 
Berrugo. Territorio a la orilla del mar, de unos cuantos cientos de metros de extensión, situado al E de la localidad de Playa Blanca, 0.5 Km antes de llegar a La Punta del Águila.
La cita más antigua de este topónimo llegada a mi conocimiento se remonta a 1532. En ese año, el entonces señor de la isla Sancho de Herrera hizo merced a su sobrino Juan de Saavedra de "un término que se dice Montaña Roja que empieza por un cabo por encima de La Casilla, ende por el camino real que va a Berrugo y del canto abajo camino real de la Tarja y de ende por el barranco al mar". Otras menciones antiguas de este nombre, por orden cronológico, son: en 1744 en el mapa levantado por el equipo de ingenieros militares dirigido por A. Riviere, en que figura escrito Playa de Berugo, así con una sola /r/. Unos años más tarde, en 1767, en otro mapa de la isla, probablemente confeccionado por Alejandro de los Ángeles, ingeniero militar también, se escribe Pª de Berrugo. También lo encasilla como punta P. Madoz (1845-50/1986: 51). Otro tanto hace el geógrafo F. Coello en el mapa que elaboró por estas mismas fechas. Y unos años más tarde, por 1860, P. de Olive, en su Diccionario, dice que "en el lugar de Berrugo" había varias chozas habitadas por unas catorce personas. Dichas casitas seguían aún ocupadas en 1907 cuando pasó por allí el geólogo español E. Hernández-Pacheco, cuyos moradores, dice, eran pescadores. Hacia 1920 se hallaban ya, sin embargo, desocupadas y medio desmanteladas. Por entonces había en este lugar dos viejos almacenes que habían sido utilizados para depositar en ellos las 'piedras' de barrilla que se embarcaban por aquellas mismas orillas, y una casita que ocupaba una familia de agricultores que sembraba entre otras parcelas una ligera hondonada del terreno con fondo de tierra arcillosa en que luego se construirían las salinas.
Éstas fueron hechas entre 1921 y 1922. Fue fundador y primer propietario de las mismas Ginés Días Suárez en comandita con su hermano José y dos señores de Tenerife apellidados Castro. Ocupaba este complejo salinero entre cocederos, tajos y demás dependencias una superficie de más de 5 Ha. Su explotación cesó definitivamente hacia mediados de los setenta.
Hace un par de años se construyó en este lugar, ocupándolo totalmente, un puerto deportivo que lleva por nombre Marina Rubicón.
En cuanto al nombre no se sabe de qué pueda venirle. Sólo, como posible origen, se sabe que vivió en Lanzarote un moro de ese apellido, cristianizado luego como Pedro, que llego por 1520 de Berbería por su voluntad y que luego tuvo problemas con la inquisición.
Es un error craso, como se ha visto por las citas que de él hago, anteponerle el artículo como suele verse escrito modernamente.
 
Berrugo, Montaña. Al NE del pueblo de Tiagua, a 0.5 Km de distancia, medio enterrado en la frontal de la fragosa colada despedida por el volcán de Montaña Tamia que cae hacia los abiertos arenales que se extienden hacia el N, se localiza este solitario y pequeño cono volcánico que no es más que una montañeja de aspecto muy viejo y desgastado, pese a la serie III que le asignan los geólogos, cubierta de abundante tierra suelta con piedras entremezcladas, de no más de 400 m de largo por 300 de ancho. Su forma recuerda la de una silla de montar con la protuberancia N ligeramente más elevada que la S, quedando entre ambas una depresión con caída hacia el E que probablemente corresponda al cráter casi irreconocible del volcán. Por el lado S tiene sólo unos pocos metros de altura por hallarse adosado a la potente colada antedicha, y por el N cae de lleno sobre el gran arenal de jable* que se extiende hasta la costa, alcanzando una altura de una cincuentena de metros.
 
Betancoras, Las. Zona de varios centenares de metros de extensión, lindante con la costa, situada a unos 200 m a poniente del caserío de La Santa, entre El Roque y El Lajiar. En las últimas décadas se han construido un poco por encima o tierra adentro de este territorio un grupo de casas a las que se ha hecho extensivo el mismo nombre de Las Betancoras.
No es raro en Canarias la feminización de algunos apellidos.
 
Betancores, Los Islotes de los. Se trata de dos de esos típicos espacios de terreno antiguo que quedan en medio del mar de lava reciente, llamados respectivamente de Arriba y de Abajo.
El primero, de planta cuadrilonga, con un largo de unos 200 m en sentido N-S, y una anchura de la mitad aproximadamente, se localiza a poco más de 0.5 Km al NO del pequeño volcán de Montaña Bermeja, el que está al O de Mancha Blanca, y el segundo, de planta más ancha, y un diámetro parecido al anterior, con algo más de superficie por lo tanto, a 1 Km al NNO del mismo volcán.
En ambos islotes* crecen abundantes higuerillas* (Euphorbia regis-juba), los cuales, con sus rosetas de hojuelas verdes terminales, les prestan una bonita nota de color, especialmente en la estación de las lluvias en que estos arbustos reverdecen.
La denominación de Arriba y Abajo que los distingue responde a la distancia que ocupan con respecto a la costa y consiguiente subida del terreno hacia el interior de la isla. El M.M. pone por esta zona, en posición imprecisa, Islote de los Betancores, en singular.
 
Bilbao. Terreno alomado, de al menos 0.5 Km de extensión, continuación hacia el N de las faldas del volcán Caldera Gaida, situado a cosa de 1 Km al NO del caserío de La Asomada. Se halla todo cubierto de una espesa capa de arena volcánica negra. Tiene en medio una vieja casa cortijo, aún en explotación, que lleva su nombre.
Su vertiente O, la que cae hacia La Geria, recibe el nombre de La Cuesta de Bilbao.
El nombre debe venirle de algún personaje de este apellido, el cual se registra con cierta fracuencia en documentos de siglos pasados.
 
Blanca, Caldera. A 4 Km al SO de Tinajo alza su rotunda mole, inmersa en el vasto campo de lava del siglo XVIII, Caldera Blanca, el mayor volcán de circuito cerrado de Lanzarote con sus 1.130 m de diámetro máximo, si bien mostrando notable diferencia de altura entre los sectores S y N, pues mientras en el primero se registra su cota máxima, de unos 200 m sobre la base, en el N no llega a los 150, quedando el fondo del cráter por debajo del nivel del suelo exterior.
La redondez casi perfecta de este voluminoso cono se ve alterada por una especie de gran pegote adosado a su costado de poniente, consistente en lo que parecen ser dos volcanes adventicios consecutivos llamados Risco Quebrado el primero y mayor, que está unido a Caldera Blanca, y Los Picos del Marichuelo el que sigue hacia fuera fusionado a su vez al anterior.
Una característica distintiva que le vale el nombre a este volcán es su color blancuzco, que allí resalta de forma impactante por el constraste que produce contra el fondo casi negro del campo de lava basáltica que lo rodea, palidez cromática debida al caliche que lo recubre como ocurre con muchos otros volcanes de esta misma época en la isla.
La formación de este coloso de la orografía lanzaroteña, ocurrida en la serie efusiva III, estuvo marcada por la intervención del agua del mar al interaccionar con el magma en su tumultuosa salida.
En viejos textos y documentos antiguos se llama a este volcán Montaña Blanca, con el añadido frecuente de ‘de Perdomo’, que parece venirle de un tal Juan de este apellido que según A. de la Hoz fue hijo de la célebre Ana Vicioso, rica propietaria de extensos territorios de esta parte occidental de la isla.
La abundancia de productos piroclásticos que este volcán expulsó queda bien patentizada en el formidable cono truncado con amplia caldera que formó. En cuanto a su emisión lávica hay que decir que los terrenos antiguos que descienden hacia el mar por su lado N, luego recubiertos salvo en algunos islotes* por coladas del siglo XVIII, deben ser, al menos en buena parte, el resultado de emisiones magmáticas fluidas de este volcán y sus adláteres citados.
 
Blanca, Costa. Es el territorio que se extiende desde el poblado de La Caleta de Famara, con un ancho de 1 Km o poco menos, por encima de la línea litoral hasta el paraje de Lomos Blancos, situado a unos 3 Km de distancia hacia poniente.
El nombre costa* se refiere aquí al canarismo homónimo y no al término ‘costa’ del castellano general. En cuanto a lo de ‘blanca’ hace alusión al color del jable* o arena que cubre al territorio que abarca el topónimo.
 
Blanca, La Playa. Es la grande –también así se le llama–, de 1 Km de longitud, que está a unos cientos de metros a naciente del puertito de La Tiñosa, entre Las Américas al O y La Punta de la Baja al E. Lo curioso, en cuanto al nombre atañe, es que sus arenas no son muy blancas que digamos, sino más bien ocres, como algo tostadas.
 
Blanca, Mancha. Barriada de Tinajo, situada al SO del pueblo, sede de la ermita de la Virgen de los Dolores o de los Volcanes, como también se le llama.
Cuenta la tradición que dicha virgen fue entronizada aquí en la ermita que se le construyó como respuesta a un supuesto milagro obrado por una imagen de la misma que fue traída a este lugar en procesión por la multitud enfervorizada para que detuviera la corriente de lava que amenazaba con caer sobre Tinajo a finales de las erupciones del siglo XVIII.
Sobre este pío suceso, si lo hemos de considerar como hecho histórico, hay al menos que retrasar la fecha que se ha venido dando como cierta para su acaecimiento en un año, haciendo esta corrección extensiva a la fecha de 16 de abril de 1736 que da L. Von Buch, –sin duda relacionada con este ‘milagro’–, como la de finalización de las erupciones de aquellos años, pues es practicamente seguro que tales hechos no ocurrieron en 1736 como se ha venido creyendo hasta ahora, sino un año antes. En efecto, se conoce un documento (J. de León y Mª. A. Perera: VI Jornadas de estudios de fuerteventura y Lanzarote), fechado el 1º de abril de 1735, que dice en extracto, sobre un acuerdo tomado por algunos vecinos destacados de Tinajo”:...en nombre de los demás vecinos dijeron que nombran por patrona de este lugar a la Virgen María con el título de Los Dolores para que por su intercesión libre este lugar del volcán de que se halla amenazado”, comprometiéndose luego la gente del pueblo, si la lava se detenía, a erigirle templo en este lugar, lo que se llevó a efecto, después de algunas posposiciones, años más tarde.
Es decir, que un par de semanas antes del día 16 de abril se dirigía una corriente de lava hacia Tinajo, lo que hace bastante probable que fuera en ese día 16 cuando se detuviera, aunque no en el año 1736 sino en el 35.
Pero ya en esta época debían existir algunas casas en esta barriada, seguramente en el lugar en que se forma el agrupamiento principal de casas en la actualidad a menos de 1 Km al O de donde se halla la ermita, pues el nombre de Mancha Blanca que ostenta este caserío es herencia de otro homónimo que fue destruido por los primeros volcanes de las citadas erupciones, el cual se hallaba dividido en dos pequeños núcleos poblacionales, Mancha Blanca la Grande y Mancha Blanca Chiquita, como se les denomina en documentos de la época, los cuales debieron hallarse muy próximos el uno al otro a un par de quilómetros al S de la actual Mancha Blanca, y cuya población, según las Sinodales del obispo Dávila y Cárdenas, ascendía en conjunto a 44 vecinos, buena parte de los cuales debieron trasladarse a vivir en este nuevo emplazamiento una vez perdidas sus viviendas, como parece deducirse de la imposición del mismo nombre al nuevo poblado.
En 1776, según el Compendio brebe y famosso, tenía este nuevo asentamiento, agregando en el cómputo que tal obrita hace, a Tinguatón, 18 vecinos, y a mediados del siglo siguiente P. Madoz le asigna unas 115 almas.
 
Blanca, Montaña. Pago de San Bartolomé situado al SO de este pueblo, en el espacioso valle que se forma entre el volcán que le da nombre y el de Montaña Guatisea.
Uno de los Documentos de Simancas, el de 29-XII-1730, le da 12 vecinos. Dávila y Cárdenas, poco despúes, en sus Sinodales, dice tener 14 vec. Sin embargo Ruiz Cermeño, unos cuarenta años más tarde le asigna sólo 2 vec. Posiblemente esta severa reducción en el número de habitantes fuera debida al efecto de las arenas volcánicas que llovieron sobre ella durante las erupciones del setecientos cubriendo tierras labradías y pastizales, que ahuyentaron a sus moradores. Sin embargo, apenas dos años más tarde el Compendio Brebe y Famosso, le asigna 4 vec. Ya en la centuria siguiente, mediada la misma, Madoz dice que tiene 96 almas, en tanto que P. de Olive le adscribe 24 edificios y 1 choza.
 
Blanca, Montaña. Se alza este encumbrado volcán a menos de 1 Km al NNE de Tías, en cuyo término queda comprendido en su mayor parte, y al doble de distancia al SO de San Bartolomé, al que corresponde la mitad inferior de la falda que da frente a él. A sus pies, por el lado NNE, en el valle que se forma entre esta montaña y la de Guatisea, se extienden las casas de la aldea de Montaña Blanca, a la que da nombre.
Es de los volcanes más imponentes de la isla con sus 1.500 m aproximadamente de diámetro en la base y 596 de altura s. n. m., de los que unos 250 corresponden al cono o volcán propiamente dicho, lo que le supone una acentuada inclinación de las faldas. Su forma es bastante regular, quedando apenas afectada su conicidad por el hueco de su único cráter, o por mejor decir, semicráter, que se abre en el lado N de su parte más alta, en cuya dirección está totalmente abierto, siendo su tamaño pequeño en proporción al volumen de la montaña, pues no mide más de 400 m de anchura.
Queda encuadrado este volcán en la serie eruptiva III. Si bien la abundancia en emisión de piroclastos queda bien patente en la gran voluminosidad que con la acumulación de los mismos alcanzó, la expulsión de lava por el contrario parece haber sido nula o muy escasa, pues no se aprecian señales claras de tal acción efusiva.
Ocioso es decir que el nombre lo recibe del color claro que lo caracteriza, cuya coloración la debe al abundante caliche encostrado de que están cubiertas en buena parte sus faldas, fenómeno, sin embargo, que se da en otros muchos volcanes de este mismo periodo geológico en Lanzarote.
Es nombre antiguo de siglos, pues ya de la época del comienzo de las grandes erupciones volcánicas del setecientos existen citas de la aldea de Montaña Blanca, cuyo nombre recibió, evidentemente, de este volcán.
El ingeniero militar Antonio Riviere, que estuvo en la isla en los primeros años de la década de los cuarenta del siglo XVIII, cita a esta montaña como atalaya importante, entre otras varias, desde donde se vigilaba la costa SE en prevención de desembarcos enemigos, y también se nombra en el Plan Beneficial de Lanzarote como uno de los hitos de los linderos trazados previos a la creación de las parroquias de San Bartolomé y Tías a finales de la misma centuria, que son los mismos que existen en la actualidad en lo que a esta montaña afecta.
 
Blanca, Montañeta. Montículo, más que montañeta, pues apenas tiene unos 100 m de extensión en la base por 15 de altura por su lado S, más en el contrario por descender por allí el terreno de forma acusada. Está situado a 1.5 Km al NNE de Soo, a poco más de 100 m al NE de otro montículo mayor llamado La Montañeta de Atrás.
El nombre lo recibe del jable* blancuzco que recubre las partes bajas de sus faldas, pues la parte alta queda al descubierto mostrando la roca casi negra de que está constituido.
 
Blanca, Playa. El nombre de este lugar es antiguo de siglos. Ya se cita con esta denominación en un mapa de la isla trazado por el ingeniero militar Alejandro de los Ángeles hacia 1767. Debió nacer del acusado contraste que sus claras arenas presentaban con las de las playas próximas a uno y otro lado, la de Ásife al naciente y las de La Campana y Bajo Montaña por el poniente, de gravilla de color gris oscuro las dos primeras y de arena rojiza la última.
El pueblo de Playa Blanca, que ha tomado el nombre de ella por desplazamiento metonímico, hoy convertido en un floreciente emporio turístico, inició su desarrollo demográfico en los comienzos del siglo pasado con pescadores procedentes de las aldeíllas de Papagayo y Berrugo, a los que se fueron agregando sucesivamente otros de Corralejo y Tostón en Fuerteventura y algunas familias más de los pueblos vecinos de Femés y Las Breñas.
Luego de un crecimiento poblacional lento pero continuado, favorecido por el embarque por su bahía de la sal de Janubio y el aumento sustancial que le supuso la creación de las primeras plazas hoteleras tuvo como causa motor definitiva de su despegue demográfico la construcción del puerto en sus aledaños, el cual, además de su primaria función pesquera se constituyó enseguida como puente de las comunicaciones marítimas con la isla de Fuerteventura.
En la actualidad, el topónimo, que en principio se circunscribía a la playa de arena, no muy grande por cierto, se ha expandido territorialmente con la construcción de varios hoteles y múltiples apartamentos turísticos hasta cubrir una superficie urbanizada de más de 3 Km2.
 
Blanca, Vega. Es la parte más baja de la falda del Lomo de San Andrés por su lado NE, unos cientos de metros al NO del complejo agroindustrial, después de Pozo Medero.
 
Blanco, Caletón. Entrante del mar que forma una gran laguna a media marea, aunque con comunicación directa con el mar exterior, situado a menos de 0.5 Km al E del puertito de Órzola. Sus aguas son remansadas y poco profundas, y su fondo se halla cubierto en gran parte por arenas blancas, de donde, evidentemente, le viene el nombre al lugar. Por fuera queda cerrado por el gran saliente costero llamado Raso Berbería. En las pleamares vivas queda todo cubierto por el mar, mientras que con la marea vacía queda reducido a un gran charco de fondo somero con la entrada vuelta hacia el E que se forma en su tramo inferior, conocido con el nombre del lugar. Todavía, hasta no muchas décadas atrás, se acostumbraba practicar en él la modalidad de pesca llamada en la isla tradicionalmente ‘levantar paredes’, que consistía en hacer en la boca una pared de piedras que lo cerraba, de forma que habiendo pasado los peces por encima de la misma al subir la marea, quedaban luego, al descender las aguas, encerrados dentro.
Es lugar muy visitado por bañistas y amantes del ocio.
 
Blanco, El Dise*. Es el lomo que está al NO del pueblo de Los Valles, entre El Valle de Ribera al E y la parte alta del Valle de Manguia en que hace un rincón abarrancado. Lo recorre a lo largo, por su parte central, una barranquera de 1 a 2 m de profundidad, cuyo fondo es de roca basáltica negra de mitad para abajo y de roca caliza blanca hacia arriba. Tanto en uno como en otro tramo se forman de trecho en trecho en el fondo unas concavidades, en muchas de las cuales se estanca el agua en bastante cantidad cuando llueve, agua que, según me han contado, se mantenía en esos charcos durante meses. En el tramo calizo más alto me han dicho personas de edad avanzada que hubo una de estas pozas de mayor capacidad, que ha desaparecido, que puede haber sido la responsable del nombre del Dise Blanco. (Para el posible significado de la voz dise* vid. El Dise).
 
Blanco, La hoya de Caletón*. Se trata, como su nombre indica, de una depresión del terreno que se forma por encima del lugar costero que le da nombre, próximo y al E de Órzola, con un largo tierra adentro de unos 400 m.
 
Blanco, La Playa de Lomo. Se extiende en forma de arco cóncavo al pie del Risco de Famara, al NO de Máguez, al fondo de una ensenada muy abierta que se forma entre la punta que lleva su nombre, al N, y El Morro del Viento, al S, otro saliente costero. Su largo es de unos 700 m y sus arenas de color claro. Debido a su especial situación su acceso sólo es posible por mar.
 
Blanco, Lomo. Se inicia al pie del volcán La Quemada de Órzola y se extiende hacia el E en un largo de unos 800 m. El color que le da nombre lo recibe de su naturaleza calcárea.
 
Blanco, Lomo. Se extiende a poniente del pueblo de Los Valles, desde la cabecera de Barranco Maramajo hacia el S hasta unos cientos de metros de la carretera general del N, por espacio de más de 2.5 Km. A su largo corre una pista de tierra que baja de la ermita de Las Nieves.
A sus pies, en su extremo S, existió una capilla dedicada a San Sebastián, desaparecida desde siglos atrás.
El nombre, viejo de siglos, lo recibe del color blanquecino que le dan los suelos calizos de que está compuesto.
 
Blanco, Mojón. Lugar en la costa, a 3.5 Km al E del puertito de Órzola y poco más de 0.5 al S del Bajo Mesa, el punto de esta parte de la isla más nororiental. En él se forma una ensenada de unos 150 m de amplitud en el interior, pero de boca estrecha y aguas tranquilas a marea baja si el mar no está muy agitado, que es la caleta que lleva su nombre. Al fondo de esta Caleta de Mojón Blanco se forman unas playitas de arenas blancas muy recoletas y acogedoras. En el extremo S de la entrada hay un peñasco de unos 4 a 5 m de altura, de forma llamativamente esférica visto desde la carretera, llamado El Cerradero, el cual queda separado de tierra cuando sube la marea. La parte exterior más saliente de este lugar recibe el nombre de Los Morros de Mojón Blanco, cuyo interés geográfico reside en ser, aunque por poco, el punto más oriental de Lanzarote.
Es nombre muy antiguo, pues figura en el mapa del ingeniero A. Riviere, de 1742, y lo recibe de uno de estos torreoncillos que se levantó allí como referencia y guía de los barcos.
 
Blancos, Barrancos. Zona del extremo N del Risco de Famara, por la parte de El Río, distante un par de Km de Órzola, hacia el O de este pueblo, en que hay tres pequeños barrancos estrechos de coloración clara que bajan próximos y paralelos entre sí desde lo alto del borde del acantilado en el lugar de El Morro del Majo, entre Gusa a la izquierda y El Valichuelo a la derecha.
 
Blancos, Lomos. Territorio que se encuentra a unos 3 Km al NE de Soo, en donde hay unas suaves elevaciones del terreno, que son las que le dan nombre, que se extiende entre las proximidades de Montaña Chica por su lado N hasta cerca de la costa en esa misma dirección en un largo de más de 1 Km y una anchura algo menor.
El nombre lo recibe del jable* de color claro que lo cubre.
 
Blanquiares, Los. Llanada de 0.25 Km2 aproximadamente, que se extiende en lo alto del extremo N de la meseta del Risco de Famara, por encima de Punta Fariones, a 2.5 Km de distancia de Ye. Limita al N con el terreno que continúa hacia El Morro del Majo; al NE con la cabecera de El Vallito; al E con El Espigón; al S con Valle Grande; al SO con Los Tablones, y al NO con el borde del Risco de Famara.
Su suelo es de naturaleza terrosa clara, de donde debe provenirle el nombre.
 
Blas, El Lomo de las Peñas de. Espigón alomado situado al SE de Los Valles que baja de Las Peñas de Bonilla en dirección a Montaña Guenia en un largo de 1 Km. Hacia el centro, en lo alto, se encuentran las peñas que le dan nombre.
 
Bocaina, La. Estrecho que separa a Lanzarote de Fuerteventura. El nombre se tiene como portuguesismo equivalente al español bocana. Ya lo registra Torriani en su obra.
 
Bolas, El Islote del Puente de las. Es el islotillo de Arrecife en que se apoya en su parte de fuera el puente que le da nombre. En siglos pasados, antes de construirse el puente, se le llamó El Islote de Tierra por oposición al de Fuera en que se erigió el castillo de San Gabriel.
En un principio se hallaba unido a tierra firme mediante un ancho murallón que hacía de muelle en que efectuaban operaciones las embacaciones, que estaba atravesado por un rústico puente, hecho con tablones sobrepuestos de quitaipón, que permitía el paso de las embarcaciones del viejo Puerto del Arracife al Charco de Juan Rejón. El Puente de las Bolas, tal como lo conocemos en la actualidad, fue construido en la década de los setenta del siglo XVIII, con toda probabilidad por el mismo personal técnico que construyó el castillo de San José.
 
Bonancibles, Los. Parte de sotavento del saliente costero de Las Escamas, situado a poco más de 2 Km al NE de Punta Mujeres, que queda protegido de los vientos alisios dominantes en la isla, por lo que el mar, tal como del nombre del lugar se desprende, queda allí abonanzado. También se le conoce con el nombre de La Bahía de las Escamas.
 
Bonanza, La. Caletón* resguardado de los vientos dominantes del NE que se forma por el lado N de La Puntilla del Diablo, la cual hace de costado S del mismo, a 200 m al S de La Playa de Papagayo, la que tiene forma de abanico que está cerca del extremo más saliente de La Punta de Papagayo.
 
Bonilla, Las Peñas de. Constituye este lugar apeñascado uno de los bastiones o contrafuertes del macizo de Famara que se proyectan por su lado S. Consiste en un conglomerado basáltico de unos 200 m de longitud que corona una destacada eminencia que cierra al Valle de Arriba –el más oriental de los dos en que se asienta el pueblo de Los Valles– en su tramo inferior. Muchos de los bloques pétreos que lo forman presentan la típica figura angulosa de caras aplanadas que se da frecuentemente en la petrificación de la lava basáltica.
Su génesis, dada su forma alargada y su dirección N-S como en la mayoría de las formaciones de esta clase en el N de la isla, parece corresponder más bien a un grueso dique que a un pitón.
Desde lo alto de su cima, a 467 m s. n. m., se domina una espléndida panorámica que en los sectores de levante y mediodía se pierde en el lejano horizonte marino; por la parte N queda cerrada al fondo por la amplia y elevada zona de La Montaña rematada por Las Peñas del Chache, punto culminante de la isla; hacia el NE se abre el profundo tajo de Los Calderones, de forma tal que la ladera de este lugar de Las Peñas de Bonilla constituye al mismo tiempo el flanco derecho de dicho barranco; por la pendiente SE descienden los lomos Bayón y de Las Peñitas de Blas, entre los cuales se abre El Valle de Juana Gutiérrez; en dirección S, a poniente del mencionado lomo de Las Peñitas de Blas, se abre la espaciosa cuenca del Valichuelo, y al O y NO se cierra el circuito de tierras colindantes con la mitad o curso inferior del Valle de Arriba citado en primer término.
Este pintoresco lugar elevado de la geografía lanzaroteña constituye uno de los más importantes reductos de la flora isleña. La enumeración de todas las especies que en él se encuentran sería demasiado larga, por lo que me limitaré a reseñar sólo algunas de las más destacadas.
Los endemismos privativos de Lanzarote, o que todo lo más comparten esta particularidad con la vecina isla de Fuerteventura, son los siguientes: la yesquera* (Helichryson gossipinum); el tajosé* (Thymus origanoides); el tajasnoyo* (Ferula lancerottensis); la hierba puntera* (Aeonium balsamiferum); el corazoncillo* o hierba muda* (Lotus lancerottensis); el taboire amarillo* (Ononis hebecarpa); la lengua de vaca* (Echium lancerottense); la peorrera* o hierba blanca* (Andryala glandulosa); la tojia* (Odontospermum intermedium); el zafranero* (Carlina salicifolia); el alcarcán* (Erucastrum canariense); la hierba (de) risco* (Lavandula pinnata), y el Aichrysum tortuosum, cuyo nombre popular desconozco.
Entre los endemismos comunes a otras islas se cuentan: la higuerilla* o tabaiba salvaje* (Euphorbia regis-jubae); la rama cría* o madre turma* (Helianthemum canariense), hospedante del hongo Tarfesia pinoyii, la sabrosa papa cría*; el berol* (Kleinia neriifolia); la sonajilla* (Reseda lancerottae), y la calcosa* (Rumex lunaria).
Y plantas que además de en las Islas Canarias se encuentran en otros países, pero que aquí en Lanzarote gozan de gran popularidad, son La hierba clin* (Ajuga iva); la pitera* (Agave americana); la chinipilla*, matapiojos* o huevillo (de) pájaro* (Anagallis arvensis), tanto la variedad de flor azul como la de color rosado; el cosco* (Mesembryanthemum nodiflorum); su congénere la barrilla* (M. crystallinum); el espino (Lycium intricatum); el taboire blanco (Ononis laxiflora), y el Sonchus pinnatifidus.
Finalmente, entre las plantas inferiores merecen ser mencionadas el pequeño helecho llamado en la isla doradilla* (Ceterach aureum) y dos especies de líquenes muy conocidos en la isla, la orchilla* (Rochella canariensis) y el escán* (Ramalina bourgeana). En fín, como se ve, un abundante y variado surtido de plantas a cual más interesante.
De dónde le viene el nombre a este lugar no lo saben ni los más ancianos del pueblo de Los Valles. Evidentemente se trata de un apellido, pero no se sabe nada del personaje que lo llevó.
En 1992 se cometió un lamentable atentado contra la integridad física de este santuario de la flora lanzaroteña: todo a lo ancho de su cara NE se abrió una profunda zanja, con el consiguiente daño para la vegetación que allí crecía, por la que tender el cable de conducción de la energía eléctrica del parque eólico que se instaló en la vecina zona de Tomás Merino, situada por encima del Barranco de Tenegüime.
 
Braulio, La Montaña del Viejo. Pese a su título de montaña no es más que un simple montículo que, todo lo más, puede aspirar al grado de montañeta, de no más de 200 m de amplitud en la base –tiene forma oblonga– y una altura de 15 m por el lado S y algo más por el N en que el terreno cae en declive. Su pequeño cráter está abierto hacia el SO. Se trata de una de las tres elevaciones o amontonamientos de escorias casi negras que se formaron a cosa de 1 Km al NE de Tao en la erupción de 1824, la más alejada o externa de ellas.
 
Bravío, La Punta del. Es la que cierra por la derecha a la ensenada de Los Alperdiceros, en la costa de barlovento, al NO de Playa Blanca. En su sector frontal es redondeada y baja, pero a sus espaldas el risco se eleva unos 10 m o más. Sigue por naciente La Peña del Acantilado.
 
Breñas, Las. Pago de Yaiza situado hacia el SO de la capital del municipio, asentado sobre terrenos escabrosos. J. Ruiz Cermeño (1772) le asigna 20 vecinos; El Compendio brebe y famosso de 1776 aumenta este vecindario en uno más; P. Madoz (1845-50) dice que “Tiene 30 casas malas y dispersas”, y P. de Olive aumenta este número de viviendas a 46.
 
Brujas, El Morro de las. Pequeño montículo, de apenas 50 m de largo y 5 de altura que se levanta junto y a la derecha, bajando, de la carretera que conduce a La Caleta de Famara, casi frente a la boca del Barranco de la Horca. Este anodino accidente topográfico no tiene otro aliciente toponímico que lo atractivo del nombre, de rancio sabor etnográfico y muy antiguo. Según testimonios que he recabado de gente anciana de los pueblos comarcanos, se dice que allí iban a bailar las brujas “allá cuando” (en tiempos inmemoriales).
 
Brujas, El Terrero de las. Espaciosa hondonada o ligera depresión del terreno que se forma a algo más de medio Km al E de Mozaga, en donde la corriente de lava del setecientos, luego de rebasar dicho pueblo, gira en dirección E formando una rinconada por su parte S en la cual hay campos de cultivo de jable*.
Me ha contado gente vieja de los alrededores que el nombre le viene de que, según se decía antes, allí se reunían las brujas “a bailar y a revolcarse” –por lo que también se le llama El Revolcadero de las Brujas–, pero que lo más que tenía intrigada a la gente de entonces era que en el centro de esta llanada había existido un círculo de tierra bermeja en el que nunca crecía ni una hierba pese a crecer por los alrededores. Y más increíble aún, que el jable* o arenas voladoras nunca lo cubría. En la actualidad, sin embargo, ha desaparecido porque lo cubrieron de jable* adrede (¡!).
 
Buenavista. Ladera que cae hacia el E de El Chinelo, desde cuya parte más alta se domina un amplio panorama con La Vega de Guatiza en primer término y el pueblo de este nombre al fondo. Por esta ladera de Buenavista discurre el barrando del mismo nombre. (Vid.)
 
Buenavista. Terreno situado al NE de Tiagua, de perfil saliente y frente arriscado que sigue hacia el NE de Montaña Berrugo. El nombre debe responder a que desde él se contempla en visión panorámica todo el ‘jable’ o extenso arenal que se extiende a sus pies.
 
Buenavista, El Barranco de. Es el que discurre por la ladera en que termina el paraje de Buenavista por su lado E., que está frente a Guatiza. Tiene un largo de 0.5 Km aproximadamente. Nace al pie del territorio llamado El Chinelo, por su parte N, y discurre en dirección E. atravesando el lugar que le da nombre.
 
Buey, El Robalaje de la Punta del. Es el tramo litoral, rocoso y bajo, de unos 200 m de longitud, que sigue a sotavento de la punta que le da nombre, al N de Soo.
 
Buey, La Punta del. Es la que cierra por el lado de levante la ensenada sin nombre conocido, de unos 700 m de amplitud, que se abre casi al N de Soo, cerrada por el extremo opuesto por La Punta del Morro de la Laja Grande. En el M.M. la designan con el nombre de La Puntilla, la cual está en realidad más hacia el O, dentro de la citada ensenada.
 
Bufadero*, El. Se encuentra este accidente marítimo en el flanco S del Bajo del Bufadero*, que es el que hace de costado derecho de la ensenada en que se encuentra La Playa del Cable, a medio Km, más o menos, al E de la urbanización Playa Honda.
 
Bufadero*, El Bajo del. Saliente costero aplanado, bastante amplio y pronunciado, situado en la parte E de Playa Honda, entre las playas del Cable al N y la del Bufadero al S. Tiene en su flanco derecho el bufadero* que le da nombre.
 
Bufona, La. Paraje costero que abarca, por extensión, el tramo de costa saliente comprendido entre las playas del Reducto y la del Cable, pues el accidente geográfico, o más bien geológico, que le dio nombre en principio se contraía a una cuevezuela, ya desaparecida por obras de acondicionamiento realizadas en aquel litoral, que 'bufaba' cuando las olas presionaban el aire en su interior.
Es nombre muy antiguo, pues ya lo registra Torriani en su conocido mapa de la isla.
 
Burgao*, El Lajío del. Es un bajo* situado a algo más de 2 Km al E de Órzola que ocupa aproximadamente la mitad O de la parte frontal del pronunciado saliente de costa que se forma entre La Caleta del Mero y La Caleta del Risco de los Sables. Tiene una extensión de 200 m o poco más y en su parte más alta, donde alcanzan las pleamares, han depositado las olas una gran cantidad de piedras más bien pequeñas, tantas que forman un amontonamiento seguido de una depresión detrás de ellas.
Abundan en él, dándole así nombre, los caracoles así llamados.
 
Burricos, Los. Así, y no Borricos, lo pronunciaron mis ancianos informantes de Playa Blanca. Es un lugar costero que se ubica al fondo de la ensenada abierta que se forma en la costa O de Pechiguera, a unos 700 u 800 m del faro, entre El Bajo de San Jacinto al S y La Carabela al N.
 
Burro, El. El Burro a secas, o también La Bahía del Burro, es una ensenada de cierta amplitud, unos 200 m, abierta al N, que se forma entre La Punta del Navío y El Bajo de los Riscos, al NO de Guinate.
 
Burro. El. Seno o entrante costero, de unos 250 m de abertura, que se forma unos centenares de metros por encima de Punta Mujeres entre la punta de su nombre y El Bajito Peludo
 
Burro, El Barranco del. Entrante costero o caletón*, de paredes averiladas, situado a algo menos de 1 Km al O de La Santa. Es ancho en la boca, de unos 100 m entre El Morro al E y La Punta del Lajiar al O, y va estrechándose gradualmente hacia dentro hasta unos 20 m para ensancharse de nuevo un poco en su parte interna, terminando, después de un largo total de unos 100 m, en un covacho con grandes callaos*. En su mitad aflora un escollo en que rompe el mar.
Se dice que hace unos ciento cincuenta años vio en esta profunda cala un pescador un “bicho” con cabeza de persona “con las patas partías”, y que fue tal la impresión que se llevó al verlo que se marchó corriendo asustado. Con toda probabilidad debió tratarse de una foca.
El nombre le proviene de que allí, por encima, amarraba el burro el que lo llevaba cuando iba a pescar o a mariscar. También se le llama El Barranco del Lajiar.
 
Burro, El Mojón del Buen. Pequeño montículo, de apenas 3 m de altura, distante unos 3.5 Km al ONO de Yaiza, 800 m al NO del pico de La Montaña de la Vieja Gabriela y a escasa distancia de otro algo mayor llamado Las Lajitas que está al ENE de él. Se levanta al borde mismo de la gran colada que pasó por allí procedente de Montaña Rajada. En lo alto tiene una chocita destechada.
El valor de este topónimo reside en la posibilidad de que guarde relación con una localidad o término que fue arrasado por la lava de los volcanes del setecientos llamado como él El Buen Burro (Archivo de Simancas, documento de fecha 29-12-1730).
 
Burro, La Punta del. Es el saliente costero pronunciado, allanado y rocoso, que sigue hacia el N del mayor de El Bajo de Punta Mujeres, entre los cuales se forma una ensenada de unos 400 m de amplitud.
 
Burro, La Punta del. Está un par de Km al E de la barriada de La Tiñosa, en Puerto del Carmen. Cierra por su extremo de naciente a La Playa de la Cueva.
 
C –
 
Caballo, Caleta. Pequeño caserío costero situado al NO de Soo en el rincón interno izquierdo de la gran ensenada que se forma en esta parte litoral de la isla, levantándose sus casas en torno a la caleta que le da nombre.
El nacimiento del caserío estuvo precedido por la construcción, a comienzos del siglo pasado, de un pequeño almacén por un vecino de Tiagua llamado Pedro Cabrera. Pero fue unos años más tarde, en la segunda década de ese siglo, cuando se estableció allí un tal Juan García, quien con su barquilla se ganaba la vida pescando por las aguas próximas. A éste se le agregaron poco después, llevando también con ellos a sus familias, otros pocos pescadores más, que construyeron como él sus respectivas chocitas de piedra seca en que alojarse, hasta que comenzaron a edificarse casas de veraneo por gentes de los pueblos próximos, que fueron aumentando en número gradualmente, acelerándose el ritmo de construcciones a compás del desarrollo turístico de la isla, de forma tal que a principios del siglo en curso contaba ya con una cincuentena de viviendas.
Este nombre de Caleta Caballo existe desde por lo menos mediados del siglo XVIII, según se acredita en dos mapas del año 1742, que aunque lo registran en la forma anómala de Pta. de Cavallo, ya que en lugar de un saliente costero es un entrante, debe tratarse no obstante por su situación del mismo topónimo.
En los mapas modernos lo grafían en la forma Caleta del Caballo, incluso precedido a veces de artículo, lo que, como puede verse, no coincide con el nombre que aquí le doy, que es el que invariablemente le aplica la gente de esta parte de la isla.
La 'caleta' que le da nombre es relativamente grande, pues mide más de 100 m de largo por unos 75 de anchura media. Al final o rincón interno, en lugar de 'callaos' o guijarros tiene arena rubia.
 
Cabera, Montaña. Cono volcánico más bien pequeño, ya que el diámetro de su base no llega al 0’5 Km de longitud. Su forma es troncocónica bastante regular y está dotado de un cráter calderiforme de unos 400 m de diámetro, cuyas paredes se estrechan acusadamente en la cresta o borde superior, salvo en el lado NO en que sufren un engrosamiento en forma de espaciosa plataforma amesetada en que se registra su altura máxima, que es de unos 75 m sobre el terreno circundante.
Por ese lado NO más grueso y alto, por la parte de fuera, la ladera del volcán, de toba muy friable, ostenta un sorprendente y llamativo color amarillo de oro que constituye uno de los espectáculos cromáticos más hermosos de cuantos ofrece el variopinto colorido de nuestros volcanes. Con toda probabilidad tan delicado color áureo debe ser producto de la interacción del agua marina durante el proceso de su formación, pues es casi seguro que el volcán surgió en suelo cubierto por aguas someras y las tierras que en la actualidad lo separan del mar en una distancia de poco menos de 1 Km deben estar constituidas por lavas que el propio volcán emitió.
Por su flanco NE presenta una gran escotadura que rebaja sensiblemente la altura de la pared del cráter, permitiendo el acceso al interior a vehículos todoterreno mediante una rústica pista invadida de arenas eólicas, o jable*.
En los mapas oficiales se escribe el nombre Cavera, con /v/, pero creo que tal grafía es un error. Mi opinión es que el nombre debe ser Cabera, con /b/, como lo escribió Hernández-Pacheco (1909: 193), palabra que significó en el castellano antiguo 'que está al cabo o final', y esta montaña ocupa, efectivamente, el último lugar en la alineación de volcanes a la que pertenece si tomamos a Soo como punto de referencia, el único poblado que parece haber existido en aquella zona años después de colonizada la isla. Dicha alineación está formada, a partir del citado pueblo, por las montañas de Pico Colorado, Juan del Hierro, Montaña Chica y esta de Montaña Cabera, todas ellas producto de una fractura tectónica arrumbada de SO a NE que rasgó el subsuelo de la isla durante la serie efusiva II del Cuaternario.
Esta voz, escrita 'cabeira', tiene igual significado en portugués, en cuyo idioma goza aún de plena vigencia, razón por la cual, teniendo en cuenta el protagonismo que esa lengua ibérica ha tenido como proveedora de vocablos en nuestra habla popular no se puede descartar la posibilidad de que la fuente originaria de la voz en Lanzarote haya sido la portuguesa y no la castellana.
Unido a ella, por su costado NE, está el 'morro' que lleva su nombre, El Morro de Montaña Cabera.
 
Cabero, Los Islotes de Rostro. Se trata de tres de los típicos islotes* de tierra adentro. Tienen forma de bajas lomas alargadas, alineadas de ENE a OSO, que apenas sobresalen de 10 a 15 m del campo de lavas modernas en que se hallan enclavados, con una brusca caída de desnivel por el lado que mira hacia el NO, que forma el rostro* propiamente dicho, siguiendo luego por ese lado el descenso del terreno hacia el mar de barlovento.
Están situados a unos 6 Km al SO de Tinajo, y presentan similares características los tres. El de Arriba, así llamado por encontrarse a una cota algo más elevada, que es el mayor con sus 175 m de largo aproximadamente y el que ocupa el lugar más oriental del grupo, se halla a unos 200 m de la base del imponente volcán de Caldera Blanca por su lado S, y está rodeado de una pared de piedra seca. Sigue el de Enmedio (de 'Elmedio' en dicción popular), distante de aquél apenas unos 15 m, y a continuación El de Abajo, a bastante mayor distancia del precedente, unos 400 m o algo más. El extremo occidental de este último islote* se encuentra a menos de 100 m de distancia de la pista de tierra que desciende por aquellos fragosos terrenos entre Caldera Blanca y La Montaña de Maso, y va a enlazar con la que conduce desde Tinajo a Las Malvas.
El componente 'Cabero' (V. Montaña Cabera) de este topónimo se justifica si tomamos como localidad de referencia para su denominación al pueblo de Tinajo, única entidad poblacional que existiría en los siglos subsiguientes a la colonización de la isla en aquella zona, para cuyos moradores sería con relación a los otros rostros* de esta comarca, los de Mesa, por ejemplo, el más alejado o 'cabero'.
Los volcanes responsables de la emisión de lava que dio nacimiento a estos islotes* fueron dos: el de La Caldera de los Cuervos, que como es sabido fue el que inició la serie de erupciones del siglo XVIII el 1º de septiembre de 1730, y el de Pico Partido, que reventó unas semanas más tarde. Ambos volcanes arrojaron ingentes cantidades de lava que salvando al primitivo Rostro Cabero formaron los islotes* al dejar sus partes más altas sin cubrir.
Este nombre de Los Islotes de Rostro Cabero se formaría por tanto en dos etapas separadas en el tiempo por las erupciónes citadas. En la primera fase o anterior a las erupciones el nombre se reduciría a la denominación del accidente topográfico rostro* seguido del adjetivo 'cabero', dando así lugar al nombre Rostro Cabero, ya que en ese entonces los islotes* no se habían formado aún, y sería en la segunda o posterior a las erupciones cuando se le añadiría lo de Los Islotes una vez que estos se formaron.
Dichos islotes* presentan un color oscuro, casi negro, al hallarse cubiertos de una gruesa capa de lapilli de esa coloración. La explicación a esta cobertura de arenas volcánicas negruzcas reside en que con anterioridad a la expulsión de la lava que dio lugar a su formación, otro volcán, el de La Caldera de la Rilla, que fue el segundo en entrar en erupción en aquél cataclismo volcánico, concretamente el 10 de octubre del mismo año 1730, arrojó tal cantidad de estos materiales piroclásticos que dejó cubierta con ellos una extensa zona de no menos de 6 Km en derredor suyo, dentro de la cual se localizaban estos islotes* de Rostro Cabero.
 
Cabezo*, El. Es el extremo frontal del espigón de Las Silletas, que separa al Valle de Fuente Dulce, al S, de Valle Grande, al N, situado 1 km al SSO del puertito de Órzola.
 
Cabezos*, Los. Son los que se forman en el extremo E apuntado de la meseta de La Torre, a 0.5 Km al SO de las casas más próximas de Teseguite.
 
Cable, La Playa del. Se encuentra a poco más de 1 Km al S de Arrecife, entre La Bufona y El Bajo del Bufadero, al fondo de una ensenada pronunciada de unos 400 m de abertura en la boca.
Se le llama así porque desde ella se tendió el cable del telégrafo que comunicaba con el exterior, cuya caseta existe todavía, por lo que también se le ha llamado La Playa de la Caseta del Cable. No he podido averiguar cómo se le llamaba con anterioridad. De unos años para acá se le puso el nombre de La Concha por un empresario de San Sebastián en honor de la playa de aquella ciudad vasca del mismo nombre, quien construyó en ella unos apartamentos turísticos.
 
Cabo, El Rincón del. Es la gran rinconada que se forma entre la montaña que le da nombre y la de Enmedio por el lado de poniente, a muy poca distancia del pequeño caserío de La Degollada del municipio de Yaiza.
 
Cabo, La Montaña del. Se levanta al lado mismo del pequeño caserío de La Degollada. Posiblemente se le llame así por hallarse 'al cabo' o último término de la serie de las tres que están enfiladas sobre el mismo basamento del viejo macizo del sur de la isla tomando como punto de referencia al pueblo de Yaiza, que son la de La Cinta, la de Enmedio y ella misma. Su altura s. n. m. es de 398 m, pero a la montaña propiamente dicha, que es resultado de la erosión de millones de años sobre el macizo antedicho, corresponde sólo una pequeña parte de esta altura.
En su cima ofrece la curiosa particularidad de tener un montón de piedras aplanadas que salen del suelo en posición vertical o puestas de canto.
 
Cabocos*, Los. Lugar de no mucha extensión, de suelo terroso, ligeramente elevado, que se encuentra a la izquierda de la carretera que va de Muñique a Soo, a la altura del km 3, a una distancia de un par de centenares de metros de ella, próximo a una pista de tierra que parte de dicha carretera.
Lo curioso, con respecto al nombre de este lugar, es que en él no se ve ninguna oquedad de tal naturaleza, posiblemente por haber sido rellenas y cubiertas por el jable* que existe en abundancia por las proximidades.
 
Cabocos*, Los. Es la rinconada que se forma al lado de Montaña Berrugo por el lado O, a 0.5 km al NNE de Tiagua. El hecho de no verse por allí ninguna de estas formaciones debe obedecer a que están cubiertas por la abundante arena de la zona.
 
Cabrera, El Charco de Catalina. Caleta de unos 100 m de entrante o largo por 50 de ancho, la más pronunciada de la costa de Guinate, situada a 1200 m al NO de este pueblo. Tiene al fondo una playita de arenas amarillosas.
Lo de charco responde al hecho de que a marea vacía queda la caleta en esa condición al quedar en seco la entrada.
 
Cabrera, La. Terreno allanado, ligeramente pendiente, que se inicia al pie de la montaña del mismo nombre, a naciente de Nazaret, y se extiende más de 0.5 km hacia el S.
 
Cabrera, La Peña de. Lugar de la costa que ocupa un saliente situado a unos 2.5 km al N de Punta Mujeres y a 300 m por debajo o S del gran bajo* saliente de Las Escamas, a media distancia entre La Caleta de la Cruz al N y Los Pocitos al S.
Es un sitio muy fragoso e incómodo de transitar a causa de los pedruscos que hay que sortear al bajar el risquete que hay por encima. Abajo, en la orilla del mar, hay unos tres o cuatro grandes peñascos, de unos 4 a 5 m de altura cada uno, de los cuales destaca por su color llamativamente rojizo uno de ellos, que da la impresión engañosa al verlo desde alguna distancia de estar suelto.
 
Cabrera, La Peña de. Pequeño montículo que está junto a la carretera que enlaza San Bartolomé con Tahíche, a su derecha, justo a 1.150 m al NE del pico de Montaña Mina.
 
Cabrera, La Peña de Luis. Es un mogote rocoso o collado de unos 10 m de extensión y 6 a 7 de altura por su lado S, que queda casi a ras del suelo por el del N debido a que hasta allí se hace sentir el declive último de Montaña Guenia (Guatiza), al SE de la cual se halla. Ese frente S más elevado lo forman un conjunto de peñascos o bloques basálticos, en tanto que la cima está cubierta de 'picón' colorado (lapilli) como el resto del terreno de los alrededores.
Es muy conocido este roquedal fonolítico en los medios arqueológicos canarios por encontrarse en algunos de sus paneles unas inscripciones líbico-bereberes alfabetiformes de gran interés, así como uno de los pocos litófonos prehispánicos de la isla.
 
Cabrera, Montaña. Es más bien pequeña, de base circular de poco más de 0.5 km de diámetro y cráter en herradura abierto hacia el E. Tiene su punto culminante en el lado opuesto u occidental, alcanzando unos 100 m de altura por el lado S, y bastante menos por el del N en que se apoya en las estribaciones de la altiplanicie de La Torre.
Un detalle que llama poderosamente la atención en este pequeño cono volcánico es la existencia en su ladera O de abundantes piedrecillas de lava escoriácea fundida cuya naturaleza, parecida a las que se ven en la isla en volcánes de época histórica, no concuerda con la apariencia antigua del resto de la montaña, que está encasillada en la serie efusiva II, la más antigua del Cuaternario.
 
Cachazo. Territorio de unos cientos de metros de extensión lindante con el mar, cuyo frontis marino abarca desde la playa artificial Flamingo, contigua a Limones (Playa Blanca), hasta La Campana, otra playa pequeña, esta vez natural, situada unos 400 m más hacia poniente.
Es nombre muy antiguo, documentado ya en el siglo XVI como caserío habitado por moriscos.
En todo caso, tanto este como otros muchos topónimos de la isla van desapareciendo de la memoria popular al ir perdiendo su identidad por estar siendo dichos lugares urbanizados turisticamente.
 
Cactus, El jardín de. Gran obra turística de César Manrique situada en el extremo NE del pueblo de Guatiza. Se aprovechó para su construcción un rofero* que se había abierto para la extracción de este material (lapilli) con destino al enarenado de los tunerales de los alrededores en que se cría la cochinilla.
Este lugar ostentó en un principio, desde mucho antes de la realización de esta magna obra del Cabildo Insular, el nombre de La Mareta, o La Mareta de Guatiza si había que precisar con respecto a otras más o menos próximas, por una que hubo allí, y con posterioridad a éste el de Las Cuevas del Molino después de haberse practicado las excavaciones acuevadas para extraer el rofe* y construir por 1870 el molino que tiene en lo alto.
 
Cadenas, Las. Zona que se extiende 0.5 Km al S de San Bartolomé, desde unos cientos de metros al S de Montaña Mina hasta 1 Km o algo más hacia el O de dicho punto.
 
Cagadero, La Baja del. Es la que está a unos 100 m al SE del Puente de las Bolas, en Arrecife, que queda sumergida en mareas altas.
Recibe este escatológico nombre por su proximidad a una caseta que existió en el siglo pasado frente a ella, en el Islote del Puente de las Bolas, que fue usada como letrina.
 
Cagafrecho. Sector o pequeño barrio de Puerto del Carmen, compuesto por las casas que están por encima del puertito antes llamado La Tiñosa, las más occidentales de esta barriada.
Nadie ha sabido darme una explicación sobre el origen de este nombre. Una explicación posible podría hallarse con esta expresión ‘cagafrecho’ con que los pescadores de Fuerteventura designan a un estado del mar consistente en unas olas pequeñas rizadas producidas por el viento racheado que también se haya usado en esta isla.
 
Caitana, El Morro de cha*. Es la elevación alomada que se forma en el extremo N de la prolongación de la pared izquierda del cráter de Montaña Tinamala que llega hasta las primeras casas del S del pueblo de Guatiza.
En este morro hubo una molina*, de la que quedaban aún algunos restos en el siglo que acaba de pasar.
 
Cajecaje, La Caldereta* de. Pequeño cráter adventicio de Montaña Tinache, de no más de 200 m de diámetro, que se abre al pie mismo de dicho volcán por su costado de naciente, el cual se halla falto de pared por todo el cuadrante NE.
Curioso nombre éste, de componentes repetitivos, que no he visto mencionado en ningún sitio, ni mucho menos comentado pese a su fonética extraña al español, lo que daría pie para adscribirlo a la rama lingüística del bereber. Tiene, desde luego, un cierto aire guanchinesco equiparable en cierto modo al antiguo nombre ‘cofecofe’ de la hierba cosco*.
 
Caldera*, La. No es una caldera propiamente dicha o cráter de volcán, sino una gran concavidad o rinconada que se forma entre La Quemada de Máguez al N, Pico Gayo al S y la ladera curvada entrante que forma entre estos dos accidentes la altiplanicie de Gayo, estando por tanto abierta por todo su sector E.
 
Calderas*, El Jaldar de las. Es la extensa zona alargada, de más de 1.5 km de longitud, situada a unos 2 Km y pico a poniente de Yaiza, que cayendo con un cierto declive se inicia en la parte baja de las faldas de La Caldera de las Chozas al O y La Montaña de la Vieja Gabriela al E por su parte S y continúa llanura abajo hasta el campo de lava moderna.
El término 'jaldar' debe ser un arcaísmo derivado de falda, aplicado a la de las montañas.
 
Calderas*, La Cuesta de las. Es la que se forma entre las montañas de Dos Picos y de la Vieja Gabriela, a 2 km al ONO de Yaiza, por donde pasa la carretera que va a El Golfo.
Para explicación del nombre véase Las Calderas de Ságamo.
 
Calderas*, Las. Edificio volcánico de la serie lII compuesto por dos conos yuxtapuestos que se encuentra junto a las casas del lado de poniente del pueblo de Guatiza. Tiene este conjunto montañoso tres puntos más elevados, el más alto de los cuales es el del S, con algo más de 200 m sobre el nivel del suelo. Los dos cráteres principales, de unos 200 m de amplitud el del S y 150 el del N, están abiertos hasta el fondo por el lado NE.
Entre los dos conos volcánicos, por el lado que mira hacia el pueblo, se forma una degollada* o paso elevado que recibe el curioso nombre de El Gurugú, como la célebre montaña rifiana. Exactamente en lo alto de dicha degollada* destaca por su llamativa forma redondeada un pequeño montículo de naturaleza arenisco-terrosa en donde crecía en los años finales de los 70 en que subí a estas montañas, una colonia de la rara hierba compuesta endémica de Lanzarote y Fuerteventura Bubonium schultzii.
 
Caldereta*, La. Es la amplia depresión que se forma contigua a La Caldera del Cuchillo por su costado E que queda cerrada por el S por el tramo alto de naciente del cerro alargado llamado El Pico del Cuchillo, quedando abierta por el lado N en que el terreno desciende en suave declive.
 
Caldereta*, La. Se encuentra este pequeño cono volcánico de figura troncocónica muy regular, de algo menos de 400 m de diámetro en la base y 200 en el circuito superior del cráter, que es profundo, adosado al grupo mayor de Las Calderas por su lado SO, ambos colindantes con las casas del pueblo de Guatiza por su lado de naciente. Su altura sobre la base oscila entre los 30 m por el S y los 40 por el N.
 
Caldereta*, La. Es un cono volcánico cuyo cráter, poco profundo, mide unos 400 m de anchura en su parte circundada de paredes, pues por el sector N se apoya en las faldas de los volcanes mayores de Montaña Guardilama y Caldera Gaida.
En su interior hay campos de cultivo enarenados y algunas casas que reciben el mismo nombre de La Caldereta, una pequeña barriada del pueblo de La Asomada.
En el M.M. se le llama La Montañeta, nombre que nadie le da por allí.
 
Caldereta*, La. Pequeño cono volcánico situado a 0.5 km al E de Uga formando grupo con los de Montaña Mojón y Montaña Casa, ocupando el sector NO de esta agrupación.
Sus dimensiones son algo menos de 300 m de amplitud en la base y unos cincuenta de altura sobre la misma, si bien hay que tener en cuenta que al hallarse sobre terreno de cota elevada que le sirve de basamento conjuntamente con los otros dos volcanes antedichos, la altura s. n. m. resulta mucho más considerable. El cráter, de bordes gruesos y redondeados, tiene una anchura de sólo 150 m, alcanza poca profundidad y está abierto por el sector NE. Esta montañeta está cubierta en buena parte con lapilli negro procedente de los volcanes del siglo XVIII.
En el M.M. se le llama erroneamente Montaña Norte al confundirla con El Norte, que no es otra cosa que un sector de pared independiente del volcán adyacente de Montaña Mojón por ese lado.
 
Caldereta*, La. Es un cráter muy pequeño, de menos de 100 m de amplitud, abierto por todo su sector E, que está por encima de las casas de San Bartolomé, entre este pueblo y Caldera Llana.
 
Caldereta*, La Montaña de la. Es el cono volcánico que está a un par de quilómetros al O del caserío de Mancha Blanca, muy próximo al gran volcán de Caldera Blanca, por la parte de naciente de éste.
Se trata de un volcán de la serie II del Cuaternario, de figura rotunda casi perfecta, cuyo diámetro en la base es de unos 600 m y de 400 el del cráter en lo alto, también en figura de círculo muy regular, si bien por el lado NO tiene un estrecho portillo abierto hasta ras del suelo, en tanto que su altura sobre el mar de lava en que se encuentra enclavado oscila entre los 55 m por el lado S más elevado y algo menos en el resto del circuito crateriano, que va perdiendo altura gradualmente hacia el N.
Tiene el fondo circundado por una pared ruinosa de piedra seca, como ocurre en otros muchos cráteres de la isla. Dan estas paredes una impresión de gran vetustez, hasta el punto de no poderse desechar la posibilidad de que hayan sido construidas con anterioridad a la conquista. Próxima a la escotadura que da acceso al interior de la caldera, ya dentro de ella, a mano izquierda entrando, había cuando estuve allí en 1978 una choza con un par de corrales anexos que parecían estar sustentados sobre robustos cimientos de otra edificación anterior con aspecto de ser también muy antiguos. Junto a ellos se veían dispersas sobre el suelo conchas de los moluscos comunes en estos casos, algunas muy desgastadas por la prolongada acción del tiempo, pregonando así una existencia de siglos, restos que aparecían además esparcidos por buena parte del resto del fondo del cráter. Asimismo encontré algunos trocitos de loza, si bien como algo esmaltada y de coloración verdosa, no aborigen por lo tanto. Pero es sabido que muchos de los asentamientos majos* continuaron siendo ocupados durante bastante tiempo después de la colonización europea de la isla.
El geólogo Hernández-Pacheco (1907-08/2002:116) lo llama Caldereta de Amaro, al igual que puede verse en algunos escritos antiguos, pero este añadido nominal ‘Amaro’ está ya practicamente borrado de la memoria popular.
 
Calderetas*, Las. Pequeño pago de Tinajo, a naciente del sector N de cuyo pueblo, a menos de 1.5 km de distancia, se encuentra. Está formado por unas pocas casas, algunas de las cuales son chalets construidos en las últimas décadas del siglo pasado.
A esta aldehuela se le llama en un escrito titulado 'Alumnos de Lanzarote en el seminario de la Purísima Concepción', 1777-1845' (VIII Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura, T I, p. 342) Las Calderetas de Yacen. Pero la referencia más antigua de ese nombre llegada a mi conocimiento es la que figura en una carta de venta de 1618 (V. M. Bello y R. Sánchez, 2003: 199) en que el nombre figura en la forma Yassen, sin llevar antepuesto lo de Calderetas. En el Compendio brebe y famosso de 1776 (anónimo), se le asignan 7 vecinos. Madoz, en la entrada dedicada a 'Tinajo', dice que "Las denominadas Calderetas son dos cortijos dist. una milla en dirección E del pueblo: se componen ambos de unas 150 fan. de tierra de escelente calidad, la cual prod. con abundancia cereales y barrilla", y P. de Olive (1860) dice que tiene cinco casas.
Ese segundo componente nominal Yacen (¿así llano o Yacén, agudo?), de claro abolengo guanche –por lo que debe ser escrito Yasen, como también se ve, por cierto, en algunos textos antiguos–, debió ser por tanto el primitivo nombre del lugar. Wölfel se limita a darlo como plural de 'Yaiza, sin encontrarle paralelos en las lenguas bereberes.
Calderetas*, Las. Se alza este cono volcánico justo a mano izquierda de la entrada al Valle de Guinate. Se trata de un volcán de mediano tamaño con cráter principal espacioso, de no menos de 400 m de diámetro, pero muy poco profundo, pues el sector de pared más elevado, el del lado O, apenas alcanza los 15 m de altura, y sólo de 4 a 5 la del lado opuesto, ambas casi verticales. Entre uno y otro sector, por el lado N, está abierto hasta casi a ras del fondo del cráter, y por la parte S tiene otra abertura también amplia, y otra más por el lado que mira hacia la vecina montaña de Los Helechos.
Dentro de este cráter mayor descrito, en su parte E, tiene otro secundario mucho más pequeño de paredes apenas insinuadas, cuya suma con el otro ha de ser la responsable de la naturaleza plural del nombre Las Calderetas que el volcán ostenta. El de La Cerca que se le da en los mapas es un error, pues este nombre corresponde a una zona que está contigua a él por su lado de poniente.
El piso del cráter está cubierto de arena negra, que deben ser restos de haber sido enarenado para la agricultura en tiempos pasados.
 
Calderetas* Las. Barrio del pueblo de San Bartolomé, en su parte N, que en siglos pasados constituyó un caserío aparte, por lo cual también se le ha llamado Las Calderetas de San Bartolomé.
El nombre lo recibe de las tres calderetas* próximas, La Honda, La Llana y la llamada precisamente La Caldereta.
 
Calderones, Los. Amplio y profundo barranco de trayectoria curvada, de menos de 1 km de longitud, que está al E del pueblo de Los Valles, al otro lado del lomo* rematado por Las Peñas de Bonilla, que constituye su flanco de poniente. Su parte más alta y estrecha, en que forma un rincón, recibe el nombre de Las Huertas del Serón, y en su vertiente N, coronada por Peñas Negras, se abren dos concavidades abarrancadas a modo de afluentes suyos conocidas por Calderón Grande la que queda inmediatamente por debajo de las citadas Peñas Negras, y Calderón Chico la que sigue a continuación hacia el E, que son las que le dan nombre a este lugar.
 
Caleras, El Llano de las. Está comprendido entre Janubio al N, la carretera general al E, El Ajitado al S y la costa al O, alcanzando un área aproximada de 25 Ha.
Hubo en este lugar varias caleras u hornos de cal, que se instalaron aprovechando la naturaleza caliza del terreno.
 
Calero, Puerto. Urbanización turística situada a medio camino entre Puerto del Carmen y Playa Quemada, que se empezó a construir por 1987. Está dotado de buenos hoteles y apartamentos, habiendo adquirido gran categoría como puerto deportivo de renombre internacional.
Calero es el apellido de su propietario y promotor, un empresario lanzaroteño.
 
Caleta (de Famara), El Pozo de la. Está muy próximo a la carretera que conduce a este pueblito costero, a cosa de 0.5 km antes de llegar a él y a un par de cientos de metros de la orilla del mar. Tiene un gran brocal de cemento y un molino de unos 4 m de altura que acciona una bomba de extracción del agua.
 
Caletas, Las. Ensenada amplia –unos 300 m de abertura– con varias caletas dentro, que se forma 1 km por encima del Puerto de los Mármoles, en cuyas orillas se han construido un grupo de casas que puede ser considerado una pequeña barriada de Arrecife.
 
Caletas, Las. Territorio que a partir de la franja costera de este mismo nombre que está por encima de Los Mármoles se extiende tierra adentro alrededor de 0.5 km. Es pedregoso y forma una ligera depresión. Limita por el E con La Maleza de Tahíche.
 
Caletón*, El. Es la hondonada que está inmediatamente al O de La montaña del Cuaco, en el extremo NO del término de Tías, llamada también por esta razón La Montaña del Caletón.
 
Caletón*, El. Se abre a sotavento de Las Puntillas del Teniente, a poco más de 1 km al N de Las Casas del Golfo. Es muy abierto, de más de 100 m en la boca, terminado luego en un rincón cuadriforme de paredes averiladas.
 
Caletón*, El. Está en la costa de Tinajo, hacia el NO del pueblo, a unos 150 m a poniente de la famosa cueva de Ana Viciosa. Tiene unos 40 m de amplitud en la boca y unos 50 de entrante hasta el rincón interno, que es un covachón en que entran las olas. A su izquierda hay otro caletoncito* en que golpea el mar en su interior lanzando una nube o rociada de agua pulverizada, y a su derecha se encuentra La Baja del Caletón*, un saliente aplanado de bordes averilados, de unos 100 m de extensión, que queda sumergido casi en su totalidad en mareas altas.
 
Caletones*, Los. No se trata de unos caletones* en su acepción costera, sino de la cabecera de El Barranco Maramajo consistente en un rincón con varios pequeños barrancos de cierta profundidad, paralelos enre sí y de corto recorrido, que discurren en su parte del fondo, de paredes escarpadas, que deben ser los ‘caletones’ que le dan nombre. Dista de Los Valles poco más de 1 km, hacia el NO, del pueblo.
 
Callaíto*, El. Lugar ensenado en la costa de Tinajo, de 350 m de amplitud en la bocana, rodeado de paredes escarpadas, terminado en un rincón central en el que hay una playa de callaos*, de donde el nombre, aunque, curiosamente, el mismo se halla en diminutivo, siendo así que dicha playa ni es pequeña ni lo son tampoco los cantos rodados o callaos* que la integran. Sobre estos callaos*, en el tramo O de la playa, se adentra una gran roca que sale del risco más elevado que la circunda, que tiene un gran agujero que la atraviesa a modo de ojo de puente, llamada El Morro Negro, y un poco más afuera de esta roca, a mitad del flanco izquierdo de la ensenada, se forma un saliente rocoso bajo, de piso aplanado y borde cortado en vertical (veril), que recibe el nombre de El Verilito.
Se encuentra a cosa de 1 km al O de Montaña Tenésara, formando parte de la franja litoral de Llano Camella.
 
Callao*, La Punta del. Es la que está por fuera de las salinas de Bajo el Risco, siendo la más próxima de Lanzarote a la isla de La Graciosa. Entre esta punta y la de Los Corrales en la mencionada islita se mide la parte más angosta del estrecho de El Río, de poco más de 1 km de anchura.
 
Camacho, Lomo. Eminencia montañosa achatada, cuya base toca por el N con las casas de Tao y por el NO con Montaña Tamia. Es circular, de flancos de escaso gradiente rematados en lo alto por una cima algo aplanada, cuya elevación sobre el suelo por la parte más alta es de unos 100 m, mientras que en la base mide alrededor de 800 m de diámetro.
Lo curioso de esta especie de montaña aplastada es que no muestra concavidad alguna que pueda relacionarse con un cráter.
En cuanto a su constitución petrográfica, se puede ver, mediante los enormes roferos* (minas de rofe* o lapilli) que se han abierto en sus flancos, que se trata mayoritariamente de un enorme acúmulo de lapilli negro, debajo de cuyo material, de un espesor de hasta 15 m en algunos sitios, subyace otra capa de jable* o arenas marinas eólicas, en este caso compactadas, que aunque no debe ser ni con mucho tan profunda como la primera, alcanza cuando menos, por lo que se ha desenterrado en los citados 'roferos', varios metros de espesor. Lo que haya debajo de este segundo estrato de arena no se sabe, pero es de suponer que se trate de alguna estructura volcánica, como una caldereta o pequeño cono apaisado.
Tomando como base de partida estos datos parece procedente deducir que el proceso de edificación de Lomo Camacho debió producirse en las siguientes fases: En primer término surgiría ese presumible núcleo de naturaleza volcánica. A continuación se formó, cubriendo a dicho núcleo, el estrato de 'jable' o arena marina arrastrada por el viento. A éste siguió el espeso manto de lapilli, sobre cuya formación se dispone de una referencia cronológica relativa, que es el momento de la erupción de Montaña Tamia, volcán de la serie II del Cuaternario, pues que el lapilli procedía de este volcán lo demuestra de forma inconcusa el hecho de que tanto esta colina como la vecina del Lomo de San Andrés, de similares características, presentan un grosor de lapilli mucho mayor por el lado que mira hacia dicho volcán que por el opuesto. Encima de esta capa de lapilli se formó luego una ligera capa de polvo terroso transportado por el viento; y, finalmente, esparcido sobre este material pulverulento arcilloso cayeron unas rociadas de lapilli procedentes del próximo volcán de Montaña Negra, el primero de los tres que entraron en erupción en 1824.
A la vista de este proceso de formación de Lomo Camacho está claro que el aspecto que presentaba esta zona de la isla con anterioridad al surgimiento del volcán de Montaña Tamia era muy diferente del que puede contemplarse en la actualidad. El río de arenas eólicas que impulsadas por los vientos de componente norte predominantes en la isla ha venido atravesándola por esta zona central más deprimida desde larguísimos milenios atrás se ensanchaba en aquellos tiempos en este lugar hasta invadir los terrenos que quedaron más tarde ocupados por el volcán de Tamia y la gruesa lengua de espesa lava que el mismo proyectó hacia el NE sobre la que se asienta en la actualidad el pueblo de Tao, la cual, a partir de su formación, impidió el paso de las arenas voladoras hacia el lomo que nos ocupa.
Este nombre de Lomo Camacho no puede ser otra cosa que una reducción de El Lomo de Camacho, que debió recibir de algún personaje de ese apellido.
Los roferos* de Lomo Camacho han sido muy renombrados en la isla como grandes proveedores de rofe* o 'picón'. De ellos se han extraído miles de toneladas de tan apreciado producto en la práctica agrícola del arenado*, si bien a costa de la antiestítica contrapartida de las enormes ‘heridas’ infligidas a la montañeta, que luce ahora despanzurrada y con las entrañas expuestas al aire.
 
Cambuesa*, El Rincón de la. Lugar donde hay uno de estos antiguos corrales, situado a menos de 1 Km al NNO del caserío de La Hoya, al N de Janubio, donde termina el malpéis* de El Pedregal y comienza el volcán* o campo de lava moderna. Cuando visité este lugar en 1983 tenía aún las paredes bien conservadas, siendo sus dimensiones de unos 60 por 30 m. Se encontraba a unos 100 m al SO de la pista de tierra que conducía desde La Hoya a Las Calderas, a cosa de 0’5 Km antes de llegar al Islote de Mateo. Su pared N corría justo a lo largo del borde del volcán* (campo de lava histórica), mientras que las otras se levantaban en el malpéis* o terrenos de lava antigua desintegrada.
Debo hacer la observación de que asi, con /c/ inicial, es como pronuncian en Lanzarote esta voz aborigen, y no con /g/, gambuesa, como parece ser lo normal en otras islas del archipiélago.
 
Cambuesa*, La. Barranco que se abre a modo de tajo en el flanco S del Morro de Las Atalayas, 1 km a naciente de Playa Quemada, que después de un curso de unos 800 m en dirección SSO desemboca en el mar en el lugar llamado El Callao* de la Cambuesa.
Hubo allí una de estas cambuesas*, ya desaparecida, un corral grande donde se metían las cabras, especialmente cuando se hacían las 'apañadas' o rodeo de las reses 'guaniles' o carentes de marca distintiva.
 
Cambuesas*, Las. Es una plataforma costera rodeada de escarpadas laderas de entre 30 y 60 m de altura por el lado de tierra, que sigue casi a continuación hacia el N de Montaña Tenésara. Alcanza una longitud de más de 1 km entre Los Bajamares al N y Risco Negro al S, con una anchura máxima de 400 m.
Hay en este lugar varios de estos corrales que le han valido el nombre.
Camella, Llano. Así, Llano Camella, y no Camello como se ve en los mapas, es el nombre de este paraje situado a 4 km de Tinajo, a poniente de Montaña Tenésara. Consiste en uno de esos típicos islotes* o terrenos antiguos rodeados por coladas modernas, que se inicia en la línea supralitoral con un ancho de unos 600 m y se mete tierra adentro 1 km aproximadamente estrechándose cada vez más.
 
Camellas, El Charco de las. Es una pequeña caletilla situada a unos 200 m al N del faro de Pechiguera por la costa de poniente que retiene algo de agua en su interior a marea vacía. Lo traigo a colación aquí sólo a causa del nombre, ya que debe ser el topónimo que figura en el M.M. en la forma Charco de las Cancelas, totalmente desconocido por la gente de esta comarca de la isla.
 
Camellitos, Los. Tramo de costa de algo más de 100 m de longitud situado a unos 40 m o poco más por debajo de La Mesa, el punto costero desde el que se inician los linderos del Parque de Timanfaya por ese lado. Se halla constituido por dos salientes costeros apeñascados de planta cuadrada, de unos 50 m de anchura el del lado N y un poco más el del S, entre los cuales se forma una caleta con callaos* al fondo que por su configuración de paredes altas y boca estrecha recuerda a un jameo*.
Figura en el M.M., aunque colocado unos cientos de m más al N de su situación real.
 
Camello, La Puntilla del. Saliente que cierra a La Playa del Reducto por su extremo O, hoy cubierto por la nueva avenida marítima que corre a lo largo de toda aquella costa.
Se le llamó así, o del Camellito, por una bajita* que había frente a ella, también desaparecida, cuya figura recordaba, según imaginación de la gente, la joroba de uno de estos rumiantes.
 
Camellos, Islote*. Pequeño islote* o porción de tierra antigua cercada de lava reciente, de planta en forma de herradura, que está a algo menos de 1 km a poniente de Montaña Tenésara, muy cerca y al S de Llano Camella.
Se le llama así, según me han contado, porque en él acostumbraban encerrar antes a los camellos al no ser estos animales capaces de caminar sobre la lava 'aa' que lo rodea.
 
Camellos, La Montañeta de los. Pequeño volcancillo semicónico del Parque Nacional de Timanfaya, producto por tanto de la erupción del siglo XVIII, situado casi a los pies de La Montaña de Timanfaya por su lado SO. Mide apenas unos 90 m de extensión y tiene el cráter por el lado NO, del que no le quedó más que un corto y escarpado sector de pared. A pocos metros de su base, en dirección N, dentro del pequeño derrame lávico que salió de su cráter, hay un lugar en el suelo en el que se registran temperaturas geotérmicas de bastante intensidad a flor de tierra.
A unos metros de distancia hacia el NO se ha acondicionado una habitación subterránea en la que se instalaron unos sismógrafos y otros aparatos de funcionalidad volcanológica.
Se le llama así a este pequeño cono volcánico porque por la década de los 60 fue elegido como apostadero de unos cuantos camellos destinados a dar un corto paseo a los turistas que hacían el recorrido de la Ruta de los Volcanes, junto a la cual pasa.
 
Campana, El Barranco de la. Se inicia al pie del extremo S de Lomo Bayón y vierte en La Vega de Guatiza después de un curso de unos 700 m.
No he podido saber la razón de su nombre.
 
Campana, La. Pequeña playa formada por unos 100 m de callaos* con algo de arena rojiza, por lo que también es conocido este lugar por La Playa de la Campana. Está situada a poniente de Playa Blanca, después de Cachazo, a 1 Km del vértice de Punta Limones, en el rincón interno de la ensenada muy abierta que allí se forma.
Hay que decir, sin embargo, que todo este litoral está siendo modificado con obras de infraestructura destinadas a la urbanización turística de la zona, por lo que se van perdiendo sus características naturales y, en consecuencia, sus nombres antiguos.
No he podido saber de qué le viene este nombre de La Campana.
 
Campanas, La Montaña de las. Es el volcán yuxtapuesto al de Pico Colorado, de la serie III, a cuyos pies se extienden las casas del pueblo de Soo. Tiene un largo máximo, de SE a NO, de 800 m y una altura sobre el suelo por la parte S de unos 90 m. Su cráter, del que le quedó sólo un sector, lo tiene por su costado NE, y es de laderas muy pinas.
En esta ladera se encuentra una de las curiosidades arqueológicas más llamativas de la isla, una de esas rocas de acusada sonoridad que según se cree servían de litófonos o campanas de roca a los majos* o primitivos habitantes de lanzarote. Se trata de un conglomerado rocoso en el que golpeando con una piedra en determinados puntos de su superficie se produce un sonido que puede remedar al de una campana, de donde le viene el nombre a la montaña.
Su cumbre es conocida con el nombre de El Pico de la Vieja Andrea, denominación esta de 'pico' que no deja de ser contradictoria, pues la misma es más bien de suave superficie redondeada. Llama la atención el color rojo subido que le dan sobre todo los pequeños fragmentos de lava escoriácea que casi la cubren, entre los que afloran un poco algunas rocas de parecida tonalidad.
Entre esta montaña y la contigua de Pico Colorado se forma una gran concavidad que recibe el nombre de La Caldera de los Aljibes.
 
Campanilla, La. Eminencia a modo de pequeña loma situada en el borde del Risco de Famara, a 552 m s. n. m., al NO de Haría, en que remata el interfluvio que separa al Valle de Máguez del de Los Castillejos.
En el M.M. se le llama La Mesa.
 
Campo, Caleta. Se abre esta pequeña ensenada en el extremo N del pueblo de Arrieta, donde llaman Los Morros. Por encima de ella o N sigue El Bajo del Espino.
 
Camuesa, La. Pequeña ensenada de las llamadas en la isla caletón*, rodeada de paredes arriscadas de hasta 10 m de altura en algunos puntos, que está frente mismo al pueblo de Guatiza, a media distancia entre las urbanizaciones turísticas Castillo de Papagayo al N y Los Cocoteros al S, justo por debajo de otra ensenada algo mayor llamada La Abrigada que está a su vez a sotavento de La Punta de Marcos, el saliente más pronunciado de aquel tramo de costa.
Su planta es algo cuadrada, con una abertura en la entrada de unos 50 m y otro tanto o algo más de fondo o entrante. La punta que la cierra por el S es baja y estrecha al principio y termina luego en un ensanchamiento con un voluminoso peñasco de unos 3 m de grosor.
Sabido es que camuesa en español es una variedad de manzana. De otra parte tenemos en Lanzarote el guanchismo cambuesa*, cuyo significado es 'corral grande en que se recogían las cabras’. Pero no veo qué relación pueda tener este entrante costero ni con una manzana ni con uno de esos corrales aborígenes. En la islita de Alegranza existen dos lugares costeros llamados también como éste 'camuesa' que están caracterizados por tener frente a la boca un escollo grande o islotillo emergente en toda marea, distintivo topográfico que no parece ser determinante sin embargo en el significado del nombre puesto que no se da en este de Lanzarote que nos ocupa. Y por si fuera poco todavía hay otra 'Camuesa' en el municipio de Tinajo que, aunque próxima a la costa, no forma, sin embargo, parte de ella.
 
Camuesa*, La. Islote* –terreno antiguo rodeado de lava moderna– de unos 200 m de largo de NNO a SSE por menos de 100 de anchura, distante 8 km, al O, de Tinajo, 0.5 al E de La Playa de las Malvas y algo más de 100 de la orilla del mar. En él crecen multitud de tabaibas (Euphorbia balsamifera) y en su centro se alza un montículo rocoso muy conspicuo llamado La Peña de la Camuesa, de más de 10 m de altura.
 
Canario, El Morro del. Eminencia rocosa que sobresale en lo alto del Filo de los Cuchillos (Femés) entre las del Morro del Corcovado, al S, y la del Pilón, al N, a poca distancia de ella ambas.
 
Cancela, La. Lugar allanado, en ligero declive, que está a la entrada del pueblo de San Bartolomé por la carretera del S. Limita por el NO con Los Cascajos, donde está la casa del Mayor Guerra.
Parece ser que hubo allí una casa con una cancela de control por la que había que pasar.
 
Cándido, La Cueva del Viejo. Es una cueva sui géneris, pues consiste en un peñasco hueco de forma algo redondeada que tiene todos los visos de tratarse de una de esas formaciones volcánicas llamadas hornitos. Se encuentra a un par de quilómetros al N del pueblo de La Asomada y 200 al O de La Montaña del Cuaco. El hueco natural que le servía de entrada, que antes era más amplio, ha sido tapiado artificialmente dejándole en él una puerta y un ventanuco, dándole así al pequeño antro la apariencia de una habitación redonda de 3 a 4 m de diámetro interior.
Esta singular covacha debe ser la que tanto llamó la atención del antropólogo francés René Verneau, que él llama "gigantesca gota de lava" (1981:132), habida cuenta de las características que él le atribuye, máxime teniendo en cuenta que tal como el profesor dice y a mi me han contado buenos informantes de aquella comarca, la misma sirvió de establo para un camello en tiempos pasados.
El tal Cándido del que recige el nombre fue uno de sus últimos propietarios.
 
Cangrejo, El. Amplia zona allanada, de naturaleza arcillosa, próxima a la costa, al NE de Mala, en la que hay algunas fincas enarenadas. Se extiende desde por encima de La Playa de los Robainas, tierra adentro, por espacio de varios centenares de metros, y está limitada al O por el Barranco del Valichuelo y por el E con El Jable de Enmedio.
El nombre es antiguo, pero no se sabe de qué le viene.
 
Cangrejo, La Playa de. Se encuentra esta recoleta playita en el barrio de La Tiñosa de Puerto del Carmen, inmediatamente al O de la llamada de Enmedio, que es la que está a los pies mismos del hotel Los Fariones. Es una de las playitas más pintorescas de Lanzarote, si bien de pequeño tamaño, de no más de 100 m de lámina de arenas ocráceas como la de todas las de esta parte SE de la isla.
Le dan nombre, según declaraciones que he recogido de viejos pescadores de aquel puertito, las dos puntas afiladas, de unos 100 m de longitud cada una, un tanto convergentes o curvadas hacia dentro, que la cierran, a las que llaman Las Puntas de Cangrejo, cuyo conjunto, según ellos, les recuerda las 'bocas' o pinzas de un cangrejo.
 
Cangrejos, La Punta de la Baja de los. Saliente en forma de península, de unos 50 m de largo, que está 4 Km al N de Las Casas del Golfo. Su identificación resulta inconfundible por no haber otro saliente costero más pronunciado por esta parte de la isla salvo el de Laja Viejas, situado a algo menos de 1 Km hacia el N de ella.
El nombre se lo da una bajita* o escollo que está un poco por fuera, en la que suelen verse grandes cangrejos de los llamados en la isla 'colorados', el Grapsus grapsus de los carcinólogos.
 
Cano, Los Islotes del. Grupo de tres pequeños islotes* –terreno antiguo rodeado de lava moderna– situado 1 km al N de La Montaña de la Caldereta –la que está a 2 km al O de Mancha Blanca– y a unos 350 m al S de la carretera que baja hacia Las Malvas. Están muy próximos entre sí. El mayor, que es el que está más al N, debe tener media Ha aproximadamente de superficie, mientras que los otros dos tendrán alrededor de la mitad.
 
Canteras, Los Morros de las. Par de montículos unidos entre sí por otras dos alturas menores, adosados a la altiplanicie de La Torre por su parte SO, situados inmediatamente al N de la barriada Oasis de Nazaret de este pueblo. Reciben el nombre de unas canteras que abrieron en el pasado en ellos para la extracción de bloques de arena volcánica rojiza compactada con destino a la construcción. Dichas canteras se dice que fueron compradas por el actor de cine Omar Sharif para construirse en ellas una casa de veraneo, que luego fue transformada en un original restaurante.
Por la naturaleza de los bloques que de allí se extrajeron es muy posible que tuvieran como destino proveer a diferentes reformas a que fue sometido el castillo de Guanapay, sobre todo en el siglo XVII.
A la derecha o naciente siguen Los Morros de cho Anselmo y a la izquierda el de Orestes, de parecida naturaleza todos ellos.
 
Cantería, La Playa de la. Está a poco más de 0.5 km hacia poniente del puertito de Órzola, después de pasado el territorio de La Quemadita, ocupando el fondo de la amplia ensenada que allí se forma. Tiene unos 300 m de arenas finas amarillentas, cuyo ancho depende mucho del nivel de marea que haya en ese momento, pues con bajamares vivas queda al descubierto una gran extensión de arenas.
El nombre lo debe al hecho de encontrarse en sus proximidades unas canteras de piedra para la construcción. También se le llama La Playa de Alante –vulgarismo de 'delante'– en contraposición a la de Atrás –por 'detrás'–, al estar antes que ésta con respecto a Órzola.
 
Canterilla, La. Nombre dado al borde de la colada moderna que corre hacia el SSE a partir del extremo S de Montaña Tenésara (Tinajo) por espacio de 1 km más o menos. Corresponden estas lavas al volcán de Montaña Colorada, que estuvo activo en 1735.
 
Canto, La Hoya del. Es, como de su nombre se desprende, una depresión del terreno. Se halla situada a algo menos de 3 km al ESE del pueblo de Soo, y se extiende desde las proximidades de Montaña Cabera hasta el lugar de Acuche, alcanzando por tanto unos 2 km de longitud.
Está enclavada esta hoya en plena zona del Jable, por lo que está totalmente cubierta de dicho material.
 
Cañada, La. Amplia zona, de unos 2 km de largo y más de 1 de ancho, más o menos allanada, que se extiende al S de Tías, en esa dirección, desde el pie de La Tegala hasta cerca de las casas de Puerto del Carmen.
 
Cañalizos, Los. Par de barranqueras próximas entre sí, escabrosas y relativamente profundas, de corto recorrido, que bajan hacia El Valle de Guinate en el rincón que forma la montaña de Las Calderetas por su lado de poniente.
Cañalizo’ es término usado en la isla por canalizo.
 
Cañón, El. Es la especie de valle que se forma 1 Km al O de San Bartolomé a la entrada de la caldera de Montaña Guatisea, entre Los Morros y Caldera Honda.
 
Cañón, Morro. Está próximo a Maciot, por su lado de poniente. En este pueblo hubo unos cañones muy viejos hasta principios del siglo que acaba de pasar, que según se dice se trajeron de Rubicón –en todo caso sería del castillo de Las Coloradas– y se instalaron en este lugar dada su posición estratégica, para defender el caserío de posibles desembarcos invasores.
Es también enclave este lugar de abundantes restos arqueológicos aborígenes.
 
Cañones, Los. Paraje de cierta extensión situado en medio de El Jable, a unos 2 km al NE de Soo y 300 o 400 m al SE de Montaña Chica.
 
Capitana, La. Amplia hondonada del terreno situada a poca distancia del pueblo de Muñique, hacia el O o NNO de él.
 
Carabela, El Veril de la . Lugar de la costa a unos 800 m al N del Faro de Pechiguera, por la parte de poniente de este territorio. Consiste en una caleta, o más bien caletón*, si bien de poca profundidad, cuyo flanco izquierdo forma una especie de punta baja pero alargada que queda casi anegada por el agua en marea alta y con el fondo casi en seco a marea vacía.
No tiene este lugar otro interés topográfico que el sugestivo nombre que ostenta, del que, en cualquier caso, no se conoce su origen.
 
Cardona, Montaña. Cono volcánico situado a unos 2.5 km al NO de la aldea de Masdache enclavado en pleno mar de lava del siglo XVIII, en el que se halla parcialmente enterrado. Consiste basicamente en un amplio cráter de 0.5 km de anchura abierto por todo el sector correspondiente al primer cuadrante, cuyas gruesas paredes sólo alcanzan una altura sobre el suelo de unos 30 a 35 m, un poco más por la parte de dentro dada la profundidad del cráter aunque se halla invadido de lava moderna.
La montaña está practicamente cubierta de una espesa capa de lapilli negro. Sólo por algunos puntos cumbreros, especialmente en su sector oriental, aflora la típica roca rojiza que pregona su origen mesocuaternario.
Tanto en la cima como en los flancos exteriores e interiores hay un buen número de morales e higueras, así como algunos acebuches u olivos silvestres. Pero la especie botánica más interesante de las que allí medran es sin duda alguna el helecho común (Pteridium aquilinum), que crece en número considerable todo a lo largo de la base de las paredes interiores, siendo este el lugar de la isla en que se dan con mayor abundancia después de la montaña por ellos llamada de Los Helechos próxima a Máguez.
El nombre debe venirle de alguien de ese apellido, del que existen documentadas en la isla en siglos pasados varias personas presumiblemente acaudaladas. No deja de ser curiosa la denominación de montaña con que se la conoce popularmente, pues en estos casos en que el cráter prevalece por su magnitud sobre la del cono o cuerpo principal del volcán lo normal es llamarla caldera. En el M. M. figura, por cierto, innominada.
Apenas separada de ella por un estrecho paso de 150 m, en dirección OSO, se alza Montaña Ortiz.
 
Cardos, El Lomo de los. Es el terreno pendiente, en que crecen buen número de estas plantas, que se extiende ladera arriba por espacio de casi 0.5 Km y varios cientos de metros de anchura desde la carretera que partiendo de la general del norte se dirige hacia la ermita de Las Nieves por encima de El Chiquero, que es el rincón último del Valle de Arriba de los dos que componen el pueblo de Los Valles.
 
Cardos, Las Peñas de. Este es el nombre popular, sin el artículo ‘los’ antepuesto al nombre Cardos pese a resultar tal construcción sintacticamente un tanto anómala. Se trata de un grupo de montículos peñascosos, algo separados entre sí, situado a 1 km al E de Máguez, cuyo conjunto destaca en medio del territorio circundante más allanado. Se ven entre ellos varios campos de labor, algunos de los cuales están enarenados.
Crece en este lugar, además de otras especies botánicas interesantes, la compuesta endémica de Lanzarote Argyranthemum ochroleucum, de la que hay bastantes ejemplares.
 
Carmen, Puerto del. Nombre que se le dio oficialmente a La Tiñosa en 1966. A partir de entonces se ha ido extendiendo con el desarrollo turístico a lo largo de la cadena de playas de esta parte SE de la isla hasta llegar a las proximidades del aeropuerto, sobrepasando en la actualidad los 6 km de longitud y 1 Km de anchura máxima en su extremo occidental.
 
Carnero, La Peña del. Pequeño cerro redondeado, de unos pocos metros de elevación, próximo al pueblo de Tao, a 200 m al S de Montaña Negra, el antiguo volcán del Clérigo Duarte.
 
Casa, El Valle de la. Gran barranco que se inicia a 1.300 m al S de Femés en el rincón que se forma entre Pico Redondo al N y El Morro de los Dises al S, en lo alto de la sierra de Los Ajaches. Después de un recorrido de algo más de 3 km sin grandes curvas alcanza la costa formando La Playa de la Casa a unos 2 km al S de Playa Quemada. Lo cierra por el S El Lomo de la Fuente y por el N el del Pozo.
 
Casa, La Peña de la. Montículo más que peña, que está al N de Tao y al SE de Tiagua. Se distingue perfectamente de los otros montículos que hay por allí por su altura y sobre todo por tener en la cumbre un viejo caserón del que recibe el nombre, muy destacado visualmente.
 
Casa, La Playa de la. Está a un par de quilómetros al S de Playa Quemada, en la desembocadura del barranco que le da nombre, El Valle de la Casa. Sus arenas son grises, de aluvión como todas las que se forman en la desembocadura de estos grandes barrancos de la vertiente oriental del llamado por los geólogos el macizo de Los Ajaches. Tiene unos 100 m de extensión o algo menos y está limitada a ambos lados por sendos riscos escarpados.
 
Casa, Montaña. A sus pies, por el lado de poniente, se hallan las casas más orientales del pueblo de Uga. Forma grupo, todos juntos sobre el mismo basamento, con los volcanes de La Caldereta al N, y el de Montaña Mojón al E, la cual tiene un trozo de pared crateriana separado llamado El Norte. De este volcán de Montaña Casa sale un apéndice a más bajo nivel por su costado SO, conocido por Montaña Majada. La altura de Montaña Casa s. n. m. es de 367 m, pero sobre su base, al hallarse como se dijo sobre un basamento ya de por sí bastante alto, sólo llega a unos 150. Tiene el cráter por el costado N en forma de ancho cuenco abarrancado.
Es de suponer que el nombre que ahora ostenta sea una reducción del de La Montaña de la Casa que se le daría en un principio, y así la llama Hernández-Pacheco (1909: 81).
 
Casalones, Los. Lugar con cortijo antiguo situado a 1.3 km al N de La Punta del Ámbar de Puerto del Carmen. En el M.M. se escribe Caserones, pero el nombre es Casalones como se pone aquí, del apellido Casalón de su propietario fundador.
 
Casas, La Loma de las. Eminencia amesetada contigua a Caldera Blanca por su lado NO, el gran volcán que está a poco más de 1 km al O de la barriada de Tinajo llamada Mancha Blanca. Tiene forma algo rectangular y mide un poco más de 0.5 km de largo de O a E por unos 300 m de anchura, con una parte más alta en cada extremo, un poco más elevada la del lado E, que alcanza unos 45 m sobre el suelo circundante y es redondeada. En ella asoman en algunos puntos rocas areniscas de color caneloso entre las que llama la atención un pequeño afloramiento de material cuarteado, casi negro, muy friable, que surge en la misma cima produciendo un acentuado contraste con el resto de rocas que la forman.
En su vecindad, en dirección O, hay un viejo cortijo con sus diversas dependencias llamado las Casas del Islote, que son las que dan nombre a la loma.
 
Cascahuesos, Los. Lugar de la costa situado al NNE de Soo, de unos 200 m de largo o algo más, que se extiende entre El Tope del Penedo a la derecha y La Baja del Cojo a la izquierda. Se trata de un típico bajo* o tramo costero rocoso de poca inclinación, pero en este caso bastante fragoso o lleno de escabrosidades, de cuya característica es probable que le venga el nombre.
Un poco por encima hay un 'conchero' (acúmulo de conchas de lapas depositadas por el hombre) muy antiguo en el que había cuando visité el lugar algunos ejemplares de la especie considerada como extinguida, Patella candei.
 
Cascajos, Los. Zona que se extiende próxima al pie de Montaña Guatisea, por su lado E, desde la casa del Mayor Guerra hacia arriba.
Le da nombre la naturaleza del terreno por su contenido en ese material pétreo.
 
Cascajos, Los. Es una franja estrecha de terreno que corre a lo largo del mismo pie de Caldera Blanca, el gran volcán que está a unos 2.5 km al O de Mancha Blanca (barriada de Tinajo), desde el punto en que dicho volcán hace contacto con la adyacente Loma de las Casas hasta por lo menos 0.5 km hacia el E, siempre siguiendo el pie del volcán.
 
Casilla, La. Extenso paraje allanado situado a un par de quilómetros al SO del pueblo de Las Breñas, que corre paralelo a los rostros* que llevan su nombre y lo cierran por la parte de arriba. Se extiende este territorio desde algo más de medio quilómetro al SE del cortijo de Las Maretas hasta El Terminito, situado 1.5 km más hacia el SSE, con una anchura variable de varios centenares de metros según los puntos.
Se encuentra en este territorio de La Casilla el conjunto de construcciones de carácter aborigen más numeroso de los hallados hasta ahora en Lanzarote, más de cincuenta en total, de las que la mayor parte deben haber sido viviendas. Delatan su prehispanidad, o cuando menos su gran antigüedad, no sólo los restos de paredes de piedra seca de tales habitáculos, aparentemente construidas al estilo 'majo', sino los restos de conchas de moluscos y fragmentos cerámicos de clara factura aborigen, así como trozos de hueso, presumiblemente de cabra, restos que comunmente suelen acompañar a esta clase de yacimientos, si bien ello no es óbice para admitir que muchas, o algunas de dichas 'casillas' o chozas, no se siguieran utilizando durante algún tiempo con posterioridad a la ocupación de la isla por los europeos.
También había por la década de los ochenta pasada, cuando examiné este lugar por primera vez, aparte de las conchas de lapas dispersas en torno a los cimientos de muchas de las construcciones allí existentes ya mencionadas, un par de amontonamientos de considerable espesor de conchas de estos moluscos. Me contaron personas de las localidades vecinas que por los años cuarenta del siglo pasado se sacaron de allí grandes cantidades de estas conchas para embarcarlas hacia Tenerife con destino a la elaboración de piensos para gallinas.
Fue descubierto este yacimiento arqueológico por el que esto escribe en 1984, de lo que di cuenta pública en la revista local LANCELOT del 13 de abril de dicho año, sin que hasta ahora se le haya prestado la menor atención efectiva por parte de los arqueólogos o las instituciones oficiales pertinentes.
Por ese tiempo el estado del yacimiento era como sigue: Las chozas o 'casillas' se hallaban con las paredes derruidas en su mayor parte o apenas aflorando los cimientos en otros casos, y estaban construidas a base de piedra seca, mal engarzados sus elementos como suele ser norma entre los edificios de este género de época prehispánica, sin relleno alguno en la mayor parte de los casos, salvo en unas pocas en que se utilizó el barro para taponar huecos e intersticios, del que aún podían verse restos. Algunos de los bloques empleados eran de gran tamaño, especialmente en algunas construcciones de planta circular hechas con una sola hilada de estas grandes piedras colocadas en posición vertical.
Según testimonio de viejos moradores de esta comarca S de la isla, en este lugar hubo una cambuesa* o corral en que se hacían las 'apañadas' de cabras.
El nombre de este paraje más extendido es el de La Casilla, en singular, que le doy aquí, tanto a nivel popular como en textos antiguos, pero a algunos les he oído decirlo Las Casillas, en plural, que me parece, no obstante, más procedente dado el número de 'casillas' que hay en él, nombre que se dio desde antiguo a las chozas aéreas de los 'majos' en contraposición a 'casa honda' que se daba a las semienterradas.
 
Casilla, Los Bebederos* de la. Son los llanos de tierra limpia que ocupan el rincón más oriental del paraje de este nombre. Están, por tanto, a unos 800 m al SSO de Las Breñas. También se les llama Los Bebederos* de doña Ana.
 
Casilla, Los Rostros de la. Son los que corren unidos, uno tras otro, siguiendo una trayectoria sinuosa, todo a lo largo del lugar de su nombre, a un par de quilómetros al S de Las Breñas. Consisten en realidad en el talud que forman allí las lavas emitidas por el volcán de La Atalaya de Femés al correr sobre las más antiguas de Montaña Roja.
 
Casitas, las. Pequeño caserío perteneciente al municipio de Yaiza situado a la entrada del Valle de Femés. La cita más antigua llegada a mi conocimiento sobre esta localidad es la de 1727, (Santiago León Cazorla, 2004: 66), en que figura, junto con otros pueblos de esta zona sur, en un documento de ese año.
 
Castellanas, Las. Amplia zona allanada incluida en la más extensa de Zonzamas que abarca el espacio de jable* que va desde el pie N del montículo sede de la célebre Cueva de los Majos, o Palacio de Zonzamas de la literatura científica, hasta las inmediaciones de Las Peñas de Zonzamas, situadas 1 km má al N, formando entre ambos puntos una suave depresión. Parece que esta zona no debía estar cubierta de arenas hace algunos siglos, pues se han encontrado en ella varios aljibes y maretas semienterrados, y en tal condición no podrían recoger las aguas de lluvia.
P. Madoz (1845-50), en la entrada dedicada al lugar de Zonzamas, y hablando de su llanura, da la siguiente explicación sobre el origen del nombre: "en la misma existen 20 fanegas útiles llamadas de la capellanía de las Castellanas, dejadas por unas señoras del mismo apellido para el sostenimiento de una escuela de primeras letras; pero parece que el ayunt. de Teguise se ha apropiado de ellas y no piensa en la instalación de dicha escuela".
 
Castillejo, El. Morro o montículo situado unos 300 m al NE del pie de La Atalaya de Haría, la primera de estas elevaciones que se encuentra por este lado de la montaña. Su forma es alargada de N a S y su altura de media docena de metros. En lo alto tiene una casa.
 
Castillejo, El. Cerro afilado, situado en lo alto del extremo anterior del flanco N del gran barranco anchuroso llamado El Rincón de la Paja que sale como un apéndice en forma de península de más de 200 m de longitud. Dista del poblado de La Caleta de Famara, que se halla casi al O, unos 3 Km.
Se han encontrado en este lugar restos de un posible túmulo funerario de los majos*.
 
Castillejo El. Especie de submontaña o contrafuerte del volcán La Atalaya de Femés, adosado a su flanco S, que está al lado mismo de este pueblo, hacia el O de él.
 
Castillo, El Islote del. Es el que tiene en su parte más alta la fortaleza o castillo de San Gabriel, en Arrecife, por lo que es también conocido por ese nombre de San Gabriel, pero antes de construirse en él el castillo se le llamó, por lo que parece, El Islote de Fuera en contraposición al de Tierra, que es en el que se construyó luego El Puente de las Bolas.
Dicha fortaleza se construyó en su primera fase en los primeros años de la década de los setenta del siglo XVI, con su característica planta cuadrangular con las esquinas en punta de diamante. El edificio se hizo a base de mampostería y cantos labrados, pero la distribución de sus cámaras era basicamente de madera. Esta última circunstancia y la insuficiente elevación del parapeto de las cortinas, que no ofrecía la debida protección a los artilleros, fueron causa de su impugnación y subsiguiente destrucción por el fuego durante la irrupción en la isla del pirata argelino Morato Arráez en 1586, incendio que habría de valerle al castillo el sobrenombre de 'El Quemado', que se hizo extensivo al islote en que se asentaba.
Así, en el estado en que lo dejara Morato Arráez, permaneció durante largos años, hasta que fue nuevamente puesto en servicio, luego de ser sometido a la debida reparación, en 1666, trabajos que se ejecutaron bajo la dirección del ingeniero militar Lope de Mendoza.
Fue más adelante, por los primeros años de la década de los cuarenta del siglo siguiente, cuando el ingeniero Antonio Riviere hizo que le fueran engrosadas las paredes en varios metros hasta dejarlas alineadas con los baluartes de las esquinas levantándosele un sobremuro de cantería que cubrió al edificio en todo su perímetro a manera de envoltura, y construyéndose las cámaras o habitaciones con cantos y argamasa.
En 1895 fue desmilitarizado mediante real decreto por considerarse que había perdido toda potencialidad castrense, siendo finalmente habilitado como museo arqueológico e inaugurado a tal efecto en 1972.
 
Castillos, Los. Barranco o valle que se extiende desde el pueblo de Haría por su parte N hasta el borde del Risco de Famara. Su flanco N es una loma o interfluvio llamado La Campanilla en su parte inicial más elevada, y su flanco S otra loma más larga aún, pero menos elevada, llamada Matos Verdes también en su primer sector más eminente.
 
Castro, El Callao de cho*. Caletón*, de no mucha profundidad, de unos 90 m de abertura en la bocana. Tiene un poco por encima una covacha de forma alargada que se abre a modo de solapón* bajo el risco que está a espaldas suyas, cuyo piso es de tierra, con unas pareditas de piedra seca a la entrada, seguramente para habilitarla como dormidero.
Está situado a algo menos de 2 km al S de Janubio y 0.5 por debajo de la planta potabilizadora construida en aquella costa.
 
Castro, La Hoya de. No es, por su morfología, una hoya propiamente dicha, sino una gran rinconada en figura de anfiteatro que se forma en el flanco N del Valle del Palomo entre La Peña de la Pequena y la de Los Clavijos, con una amplitud de unos 450 m. Se encuentra a algo más de 1.5 km al OSO de Tabayesco.
 
Catalina, La Montaña de Santa. Pequeño cono volcánico, de poco más de 50 m de altura sobre el suelo, en forma de pirámide triangular, de faldas ligeramente convexas la E y la SO y cóncava la del NO por corresponder a la parte del cráter que quedó después del grueso revestimiento de lapilli negro a que fue sometida la montaña durante la erupción del siglo XVIII, proveniente del contiguo volcan de La Rilla. De ese revestimiento de cenizas volcánicas negras sólo sobresalen por su costado O unos pocos afloramientos escoriáceos rojizos que ponen de manifiesto la antigüedad de la montaña, que se encuadra en la serie II del Cuaternario.
En esa depresión que afecta a su lado NO, a media altura de la ladera, crecían en 1982 en que la visité abundantes carrizos (Fragmites australis), y por debajo de ellos, hacia el pie de esa pared crateriana, varias higueras comunes.
Se encuentra este pequeño volcán enclavado en pleno mar de lavas modernas a poco menos de 4 km al SSO de la barriada de Mancha Blanca, teniendo como montañas circundantes más próximas la de El Rodeo al E distante medio Km, La Caldera de la Rilla al S separada de ella por poco más de 100 m y la de Pico Partido, o por mejor decir la de Caldera Escondida, que es un cráter anexo a este imponente volcán, a igual distancia que la de El Rodeo.
La aldea de Santa Catalina, de la que la montaña recibió el nombre, destruida por "el barranco de fuego" arrojado por La Caldera de los Cuervos al iniciarse las erupciones del siglo XVIII, se hallaba en sus inmediaciones, con toda probabilidad hacia el S de ella, en la vega que se extendía entonces entre las de El Rodeo y la de Los Miraderos, llamada en algunos documentos de la época La Vega de Santa Catalina por hallarse en ella el pueblo de ese nombre, justo, según el manuscrito del cura de Yaiza Andrés Lorenzo Curbelo, en el lugar en que se abrió el segundo volcán de aquella erupción, que según todos los indicios debió ser el anteriormente citado de La Caldera de la Rilla. Dicho poblado existía desde por lo menos mediados del siglo anterior a su destrucción, si bien, por lo que parece, debía alcanzar entonces escasa entidad demográfica, pues mientras en algunos documentos se le da categoría de cortijo en otros se habla de vecinos residentes en él. Según un documento de 14 de agosto de 1619 se llamó con anterioridad Tao Ganzo, pues en el mismo se dice: “El término de Tao Ganzo, con casas y tierras que ahora se dicen de Santa Catalina” refiriéndose al lugar de este nombre destruido po los volcanes en 1730.
Es ésta una de las pocas montañas que figuran innominadas en la cartografía oficial, quizás por su pequeñez y hallarse demasiado a trasmano o alejada de las vías de comunicación más transitadas, pues para llegar hasta ella hay que meterse por largas e intrincadas veredas apenas insinuadas que atraviesan extensos campos de fragosa lava.
Fueron buena parte de los moradores de este caserío los que portando la imagen de la virgen de su nombre lo abandonaron precipitadamente desplazándose hacia el N de la isla y se establecieron en el lugar de Los Valles, aldea que por esa razón tomó el complemento nominal de Santa Catalina.
 
Catalina, La Peña de Santa. Enorme peñasco erguido a modo de farallón, rematado por un agudo pináculo, situado a unos 4 km al NO de Las Vegas de Tegoyo en medio de la zona volcánica de Timanfaya. Al hallarse dentro del margen de los últimos declives de la falda S de La Montaña de las Junqueras, su altura por el lado N es unos cuantos metros menor que por el S, que es de unos 15 m, siendo además por esta cara más aplomada, casi vertical.
Tiene todas las trazas de ser producto de la erupción del setecientos, predominando en sus rocas constitutivas el color rojizo.
A veces la gente de los alrededores suele complementar el nombre en la forma La Peña de la Iglesia de Santa Catalina, pues según opinión de algunos, en sus inmediaciones se hallaba el templo de esta advocación destruido en 1730 por la lava. Hay quien sostiene incluso que cerca de este alteroso peñasco asoma por entre alguna grieta del campo de lava parte de las paredes de aquella ermita.
 
Cautiva, La Peña de la. Está enmedio de los arenales que se extienden a naciente de Tao, a cosa de 1.5 Km al E de Montaña Negra o Volcán del Clérigo Duarte.
Sugestivo nombre el de este pequeño peñasco u otero con reminiscencias de esclavitud medieval, de cuyo origen nada he podido sacar en limpio.
 
Cava, El Barranco de la. Discurre por la Ladera del Ovejero, que está seguidamente al O del núcleo principal del pueblo de Los Valles. Sigue una trayectoria NNO-SSE de unos 400 m de largo y cauce bien marcado.
El nombre es un tanto cuestionable, pues no es posible determinar si se trata de un hispanismo relacionado con 'cavar' o de un indigenismo guanche.
 
Cerca, La. Terreno algo extenso, especie de rellano que se forma entre las montañas de Las Calderetas al E y la de Los Helechos al S, limitado por el lado N por la pronunciada pendiente que se forma por ese lado, que cae hacia El Valle de Guíñate, y por su lado NO por la continuación de la misma pendiente, aún más pronunciada, que cae hacia El Rincón de Guinate. Pasa por este lugar una pista de tierra que se inicia en la ladera E del volcán de Las Calderetas y continúa hacia el SO pasando por Gayo hasta llegar a Máguez.
 
Cerca, La. Paraje situado a menos de 0.5 km al SO de Muñique, contiguo a Montaña Timbaiba por su parte NE. Es allanado, con algunos arenados* amurallados, uno de ellos mucho más grande que los otros, que debe ser la cerca* que le da nombre. En este lugar se encuentra el viejo cortijo de igual denominación, de un solo edificio.
 
Chacabona. Lugar al pie de Montaña Tamia, por su lado S, junto a la carretera que va de Mozaga a El Peñón, por encima de la misma.
Wölfel cita a este nombre atribuyéndole el significado de 'pico, cima puntiaguda' que, según Foucault, encierra el bereber 'akabun', con el que lo relaciona. Pero es el caso que el paraje que nos ocupa es allanado, y ni siquiera puede hacer referencia a la vecina Montaña Tamia por llevar ésta tal nombre desde tiempo prehispánico, aparte de que Montaña Tamia no se distingue precisamente por terminar en una cumbre puntiaguda ni mucho menos.
Chache, Las Peñas del. Son las que coronan la zona norte más elevada de la isla llamada La Montaña, constituyendo por tanto el punto culminante de Lanzarote con sus 671 m s. n. m. Consiste en un grueso cerro alargado formado por afloramientos de rocas basálticas de la serie miocénica, con toda probabilidad lo que en geología se denomina un dique. Tiene el aspecto de un gran murallón derruido que corre de N a S en un largo de varios centenares de m, que pierde altura gradualmente hacia la última de las direcciones indicadas.
Según fama, que he recogido en algún texto antiguo, existió en este lugar un 'efequén’, construcción aborigen dedicada al culto en la que se hacían las ofrendas a la divinidad. Precisamente en 1980 en que lo visité podían verse restos de robustas paredes de cimientos formados por grandes bloques de piedra dispuestos en semicírculo. También había unas chozas de planta igualmente redonda y techo en cúpula logrado haciendo converger las paredes hacia el centro, impermeabilizado con tierra compactada, que si bien no habrían sido construidas en tiempos prehispánicos, parecían basar su tipología en técnicas aborígenes.
Las Peñas del Chache sirvieron de atalaya desde la que avisorar la aproximación de barcos enemigos desde por lo menos el siglo XVIII, cometido que compartía con la central de Santa Bárbara en el castillo de este nombre y las periféricas de Atalaya Grande, cerca del Mirador del Río, la de Montaña Tinamala y la de Femés sobre la montaña a la que dio su nombre, y algunas otras de menor importancia.
En la actualidad cumplen otro cometido, también castrense, ya que en ellas se han instalado a partir de los ochenta del siglo pasado determinados sistemas de control de la aviación, destacando en dichas instalaciones dos enormes esferas levantadas sobre un conjunto de edificaciones.
El último componente del nombre, 'chache', se tiene por indiscutible voz aborigen, pero no se sabe nada sobre su posible significado. Por mi parte, si se me permite esta informal incursión en la lingüística guanche, la explicación que veo en ese sentido que pueda tener alguna lógica es que al existir otros topónimos en la isla, también de clara adscripción guanche, terminados como éste en 'ache', tales como Ajache, Tinache y Tinaguache, los tres referidos a montañas destacadas en cierto modo por su altura, es que tal terminación pueda tener, al igual que en éste que nos ocupa, ese significado de 'altura'.
 
Chafariz, El Barranco del. Rincón S de los tres abarrancados con que se inicia en lo alto el Valle de Temisa, situado a un par de km al O del caserío de Tabayesco. Es profundo y de paredes pendientes, de más de 1 km de largo por unos 600 m de anchura media.
Ha tenido fama la fuente que le da nombre a causa de su chafariz o tanqueta con caño vertedero, habiendo sido uno de los más caudalosos y más socorridos manantiales de la isla en siglos pasados, situado en la parte baja del barranco, no muy lejos de la carretera que baja por allí en dirección a Tabayesco.
 
Chaquea. Territorio de cierta extensión situado a unos 2.5 Km al NE de Soo, en el espacio que queda al N de La Montaña de Juan del Hierro y O de Montaña Chica. Hay allí un cortijo viejo abandonado, lo que debe ser causa de que se conozca a este lugar también con el nombre de El Cortijo.
Este nombre 'Chaquea' parece tener todos los visos de ser palabra guanchinesca, pero no figura ni en los más extensos diccionarios de estas voces.
 
Charco, El Llano del. Está por encima de Puerto del Carmen, entre Los Casalones y El Roque del Ámbar.
 
Charcón, El. Caleta dotada de unos 25 m de línea de callaos*, poco entrante, limitada a uno y otro lado por sendas paredes rocosas verticales de unos 5 m de altura, pero no así por tierra, por donde el terreno sube en pendiente poco pronunciada. En el flanco izquierdo tiene unos escollos sobre los que rompen las olas, lo que contribuye a que con los vientos de componente norte varen allí muchos pecios flotantes.
Se halla situada a 1.5 Km aproximadamente al O del pequeño caserío de Playa Tenézara y unos 100 m o poco más, también hacia el O, de El Jurado, saliente costero que cierra por la izquierda a la ensenada de El Callaíto.
En las bajamares vivas se forma en este lugar un charco grande, de donde el nombre.
 
Charcón, Los Picarachos del. Tramo de costa al NO de Tinajo comprendida entre la caleta que le da nombre y el saliente de El Jurado, que está unos 100 m o algo más hacia el E. Es escarpado, de una altura que puede alcanzar en algunos puntos los 6 m, de forma muy irregular, caracterizado por la abundancia de picachos o rocas verticales más o menos puntiagudas, es decir, 'picarachos', como dice su nombre.
 
Charcones, Los. Pequeña ensenada, de no mucho más de 150 m de amplitud, que está 1 km por encima de Punta Mujeres a continuación del Bajo Piquiento. Los charcos que le dan nombre, de bastante tamaño, se forman a marea baja. Por la parte alta, donde llegan las olas a marea llena, tiene algo de arena blanca.
 
Charcos, La Playa de los. Pequeña playa artificial hecha modernamente para el turismo en el lugar de este nombre en el extremo N de Costa Teguise
 
Charcos, Los. Lugar de la costa, de cierta extensión, que ocupa el extremo N de la actual urbanización turística Costa Teguise, que ha sido absorbido y transformado por ésta.
Hubo en este lugar unas salinas que se construyeron hacia los años 20 del siglo pasado. De los charcos que le daban nombre, el mayor ha sido transformado en una playita artificial de forma redondeada.
 
Chibusque, Morro. Se levanta a unos 2.5 Km al NNE de Masdache y a igual distancia, más o menos, al SO de Tao, quedando Montaña Tisalaya casi contigua a él por su parte NO. Es una loma de planta circular, de algo más de 0.5 Km de diámetro por sólo 60 de altura sobre su base, sin ninguna concavidad cratérica visible, con cumbre aplanada y laderas en suave declive, hallándose cubierta por una espesa capa de lapilli negro, pero que no impide que en la misma cima afloren tobas amarillentas.
No resulta fácil encontrar explicación a la génesis de una eminencia submontañosa de las características de ésta aquí en Lanzarote. No es, desde luego, un cono volcánico convencional. Quizás sea lo que los volcanólogos llaman un volcán en escudo, los cuales se forman a base de derrames radiales de magma muy fluido que luego de haber sido expulsados queda finalmente la chimenea taponada con los últimos vómitos de lava, lo que les da una forma más o menos cónica achatada. Mas, de ser así no se comprende muy bien la aparición en su zona cumbrera de tobas areniscas de origen piroclástico.
Tanto su ladera O como la NE están cubiertas en gran parte por viñedos plantados en hoyos al estilo de los de La Geria.
El primer componente del nombre es un tanto inusitado en la isla como denominación de una altura del terreno de las dimensiones de ésta, que por sus características no se le puede llamar con propiedad montaña dada su insuficiente altitud ni montículo por la excesiva amplitud que alcanza en la base. Resulta extraño que no se le llamara 'lomo' como a los próximos de Camacho y de San Andrés, con los que, además de hallarse relativamente próximo, guarda una notable similitud formal. Lo de Chibusque es aún más problemático. Parece apreciársele a primera vista un cierto aire guanchinesco. Sin embargo Wölfel lo rechaza como tal por no encontrarle paralelos en la lengua bereber, y trae un par de citas de José Agustín Álvarez Rixo en las que este autor lo interpreta por "guisante menudo" o "cierta especie de chícharo más pequeño que el ordinario". Hay que decir, para los no impuestos en nuestra forma de hablar en las islas, que 'chícharo' es el nombre que damos aquí a la legumbre que en la Península llaman almorta, tito, guija o muela, el Lathyrus sativus de los botánicos.
Viera y Clavijo trae en su Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias la palabra 'chibusque', y dice de ella que es el "nombre con que se conoce en Lanzarote una planta leguminosa, especie de astrágalo", de la que da una descripcion bastante detallada, y el erudito canariólogo Juan Bethencourt Alfonso (1847-1913) declara en su Historia del pueblo guanche sobre 'chibusque': "Frutito en baya de la chibusquera (Phaca boetica). Y añade: "En gallego y portugués existe la planta chavasqueiro".
Por mi parte puedo decir que en mis investigaciones de campo he recogido el nombre 'chabusquillo', con la forma más rara, pero más parecida al topónimo objeto de estudio aquí, 'chibusquillo', aplicado a la leguminosa silvestre Astragalus hamosus.
En consecuencia de todo lo expuesto no queda claro si 'chibusque' es palabra aborigen o de importación europea.
 
Chica, La Atalaya. Ligera eminencia de color terroso que hace el borde superior del Risco de Famara al NO de Ye y a 1 Km al S del turístico Mirador del Río, donde se alcanzan los 443 m s. n. m.
 
Chica, Montaña. Está al E de Nazaret, adosada a la altiplanicie de La Torre por su lado S. Se le llama así por el contraste que presenta en tamaño con Montaña Cabrera, unida a la cual, por su lado SE, se halla, alcanzando apenas poco más de 300 m de diámetro en la base y poco más de una cincuentena de metros de altura sobre el suelo por el costado más elevado, que es el del SO. Su cráter es una calderetita* poco ahondada abierta hacia el NO y su punto culminante o cúspide se localiza en la parte S de la pared crateriana, donde está más engrosada y dotada de una superficie suave y redondeada.
Pertenece este pequeño volcán a la subserie basáltica II-B.
 
Chica, Montaña. Es, efectivamente, la más chica de las tres montañas que siguen alineadas al NE de Soo, de cuyo pueblo dista unos 2 Km. Las otras dos son, al N de ella Montaña Cabera, y al S la de Juan del Hierro.
Sus medidas son de 500 a 600 m de diámetro en la base y una altura que oscila entre los 50 a 70 m sobre el suelo según por el lado en que se midan, mayor por el N que por el S. Su caldera o cráter es proporcionalmente grande, ya que entre sus extremos más alejados, el NE y el SO, mide algo más de 400 m. Tiene por la parte del N una escotadura abierta hasta ras del suelo por la que entra una pista o carretera sin asfaltar que sube por la ladera interior de la caldera hasta una especie de almacén abandonado que está cerca de la parte más alta.
Las paredes que forman el cráter son en la mayor parte de su recorrido gruesas y de superficie superior allanada, especialmente en el sector SO, que es donde la montaña alcanza su mayor altura.
Una singularidad que presenta este cono volcánico es la de hallarse invadido en su mayor parte por jable* o arenas eólicas de procedencia marina, que llegan hasta la misma cima, quedando cubierto de ese material tanto por fuera como por dentro salvo en su parte más occidental al quedar la misma fuera de la influencia de la corriente de estas arenas voladoras de El Jable, de manera que mirada la montaña desde el E parece una colosal duna.
 
Chica, Montaña. Dan este nombre, incomprensiblemente, y lo tengo bien registrado, a los restos de un cráter semihundido en la lava de las coladas modernas que se extienden entre las montañas de El Rodeo y Santa Catalina, a unos 2.5 Km al SO de la barriada de Tinguatón, unos grados al S. Y digo incomprensiblemente porque por sus dimensiones, y sobre todo por su altura, no alcanza la categoría ni siquiera de montañeta, pues dichos restos se reducen a dos segmentos de la pared del cráter de un volcancillo de no más de 150 m de diámetro. El mayor, de apenas unos 15 m de altura sobre el suelo, tiene planta en figura de gajo de naranja, de algo más de 100 m de longitud, tendido de SO a NE, con la pared interior o cóncava, que es la que mira al NO, escarpada, cuya altura decrece gradualmente hacia las puntas, especialmente hacia la del O. El más pequeño, situado hacia el NO, a unos 150 m de distancia como se dijo, es de forma irregular, como aplastado, pero a juzgar por su naturaleza idéntica a la del anterior y por ciertas grietas o surcos concéntricos que muestra se ve que es parte del mismo cráter.
Junto a este pequeño volcán, por su parte de naciente, pasa la vereda que enlaza a las anteriormente citadas montañas de El Rodeo y Santa Catalina.
En los mapas no se le da nombre.
 
Chica, Vega. Es una gran rinconada de forma algo cuadrada, de unas 25 Ha de superficie, que se forma entre Las Rositas al poniente y Los Polvillos al naciente, adyacente al pueblo de Ye por su parte NO.
 
Chico, Ajache. Es la montaña más meridional de la sierra de Los Ajaches. Forma su conjunto lo que parece ser una gran pared crateriana, aunque sólo debe serlo en apariencia, pues la montaña se tiene como producto de la erosión ejercida durante millones de años sobre el primigenio bloque miocénico de esta parte de la isla. Se extiende esta gran pared, compuesta de dos sectores ligeramente arqueados y dispuestos en ángulo obtuso, al S de Ajache Grande, de la que está separada por La Degollada de Perdomo. Uno de esos sectores, el más hacia arriba, está dispuesto de N a S, y a mitad del mismo se encuentra el punto culminante de la montaña, que es de 283 m s. n. m. –lo que equivale a decir casi sobre su base, pues el desnivel que existe entre la misma y el mar es muy escaso–, y el otro, más largo, dirigido de ONO a ESE.
En mapas y obras de divulgación geográfica se le llama Montaña de la Breña Estesa a la mitad norte de la montaña y Los Morros de Hacha Chica a la mitad sur. Pero todo eso es un craso error. Tengo bien testimoniado por personas de edad que conocen esta parte de la isla de toda la vida el nombre Ajache Chico, así en masculino, aplicado a esta montaña, si bien es cierto que también se suele dar el nombre de Los Morros de Ajache Chico –y no de Hacha Chica– a la parte S. Así, Ajache Chico, se le llama también en algunos escritos antiguos, como por ejemplo en un inventario del patrimonio municipal de Femés de 1950, y Ajache Chiquito figura escrito en un plano trazado a mediados del siglo XVIII.
En cuanto a lo de Breña Esteva –y no Estesa– tampoco es aplicable a la montaña, sino a un llano que se extiende a sus pies y a los de Ajache Grande.
 
Chico, El Jable. Extensión de arenas blancas organógenas situada 2.5 Km al E de Órzola, próxima y a la derecha de la llamada El Jable Grande. Se inicia en la zona supralitoral, por encima del tramo de costa de unos 300 m de longitud comprendido entre La Caleta del Risco de los Sables y El Bajo Tragüete, y termina unos 400 m tierra adentro en dirección S.
 
Chifletera, La. Punta arriscada situada 1 Km al N de Las Casas del Golfo, poco pronunciada, que cierra por el N la ensenada que llaman El Estribo.
En este lugar costero se encuentra una de las bocas o entradas de la cueva que lleva su nombre en que se halló el cadáver de un 'majo' o primitivo habitante de la isla.
'Chifletera' significa salpicadora, y se suelen llamar así a ciertos lugares que están a la orilla del mar en que se produce este fénómeno a través de algún agujerillo conectado a una pequeña cavidad por efecto de la presión de las olas que entran en ella. Viene a ser algo así como un bufadero* en miniatura.
 
Chifletera, La Cueva de la. Se trata de un tubo volcánico. Está en el paraje de El Mojón, 1 Km al N de Las Casas del golfo. Tiene una entrada en la punta que le da nombre, situada a unos cien metros al S de El Paso de Abajo, que es donde se inician en la costa por este lado los límites del Parque Nacional de Timanfaya, entrada que se abre en el risco que forma dicha punta, y otra a unos 700 m tierra adentro.
El nombre es así, Chifletera, en singular, como el de la punta de la que lo toma, y no Chiflateras como lo escriben algunos.
En 1968 se halló en esta cueva parte de un esqueleto humano aborigen, al que acompañaban una larga trenza de pelo y una especie de colgante fabricado con un esternón, perteneciente por lo que parece a un adolescente. Cerca del cadáver se encontraron una vasija cerámica prehispánica, leños carbonizados y conchas de moluscos, todo de aspecto muy antiguo.
 
Chimida. Paraje situado al pie de Caldera Llana, la que está próxima y a poniente de San Bartolomé, que ocupa el sector de terreno que sigue a dicho volcán correspondiente al cuarto cuadrante, hasta varios cientos de metros de extensión.
Se ven por allí, en superficie, restos arqueológicos de los más comunes en la isla, es decir, conchas de moluscos y cascos cerámicos antiguos.
Chimida es apellido de origen guanche. Con respecto a este nombre, aplicado en el caso que sea, está ocurriendo un lamentable error, pues resulta que la gente normalmente lo pronuncia Chimía por esa costumbre tan nuestra de suprimir en la pronunciación la /d/ intervocálica, resultando que al escribirse así, sin la /d/, pero sin ponérsele el acento gráfico correspondiente para partir el diptongo, el nombre quedá finalmente transformado en Chimia, bisílabo, forma, como se ve, bastante alejada de la original auténtica.
 
Chimida. Territorio que se extiende al naciente y mediodía de la montañeta que lleva este mismo nombre, situado a unos centenares de metros al N de Teguise.
El M.M. lo escribe Chimia, que sería su forma vulgar si se acentuara gráficamente en la última /i/, cosa que no se hace, incurriéndose con ello en el error que se comenta en la entrada anterior.
 
Chimida. Territorio situado a 4.5 Km al O de la barriada de tinajo de Mancha Blanca, más o menos allanado, que se extiende por espacio de unos 400 o 500 m a los pies, por el lado N, de las alturas de Risco Quebrado y El Marichuelo, las dos formaciones montañosas que están adosadas al gran volcán de Caldera Blanca.
 
Chimida, La Montañeta de. Se le llama así por ocupar el extremo N del territorio que le da nombre, el que está próximo y al N de Teguise. Es de base circular, de unos 350 m de diámetro, y laderas poco pendientes. Tiene escasa elevación por los sectores E y S sobre el suelo en que se alza, que ya alcanza de por sí unos 350 m de altura s. n. m. Por el del O sigue la ladera del paraje llamado Las Cuestas y por el N cae abruptamente hacia El Barranco de La Horca.
Su suelo es de naturaleza eminentemente caliza, aflorando en muchos sitios piedras calcáreas.
A sus pies, por el lado de poniente, hay varias caleras viejas abandonadas.
Dice el investigador canario Bentura Bonnet y Reverón (Revista de Historia de jul.-sept. 1942) que "cuando los habitantes de Lanzarote pretendieron sacudir el yugo de sus Señores y proclamaron a los Reyes Católicos, seis de los vecinos más notables fueron trasladados a la montaña 'Chimida' donde se les dio garrote, siendo arrojados sus cuerpos desde allí a una profunda sima –hecho ocurrido en 1475– que hoy se llama el 'Barranco de la Horca'.
Para explicación del nombre Chimida Vid. la entrada dedicada al territorio de este nombre próximo a San Bartolomé.
 
Chinelo, El. Terreno que está frente mismo a la boca o entrada de la caldera de Montaña Guenia, extendiéndose desde ese punto hasta unos cientos de metros en dirección NE. Parece estar constituido por un derrame lávico de dicho volcán.
 
Chinero, El. Segundo de los tres volcanes que reventaron en 1824, llamado en algunos documentos de la época el Volcán Nuevo del Fuego.
Es de dimensiones bastante reducidas, de unos 400 m en su diámetro mayor y 300 en el menor y unos 40 de altura sobre el terreno. Resalta por su acentuado color negro visto desde la carretera que sube hacia el Islote de Hilario, al NNE del cual se halla, escasamente a unos 350 m de distancia.
Por su aspecto resulta un tanto desconcertante, ya que en algunos caracteres parece ser mucho más antiguo que los volcanes surgidos en el siglo anterior, mientras en otros presenta síntomas de gran recientez como corresponde a su edad. Como signos de antigüedad podrían tomarse la naturaleza de las piedras que forman en gran parte al propio cono al ser fragmentadas, compactas y de color negro, como si fuera roca basáltica desmenuzada y no rugosas y escoriáceas como las de la mayor parte de los volcanes del siglo XVIII, así como los arbustos que en él crecen, tales como ahulagas (Launaea arborescens) y bobos (Nicotiana glauca) además de otras hierbas de menor porte comunes en la isla, plantas que, sin embargo, no han invadido aún la mayor parte de los volcanes de la anterior erupción de 1730 y años sucesivos con ser casi un siglo más viejos, al menos con tanta abundancia. Los citados ripios y piedras menudas llenan la mayor parte del cráter y se hallan cubiertos por gran cantidad del liquen Stereocaulum vesuvianum, que semeja borra blanca, tan común en esta zona de la isla afectada por las erupciones históricas. Entre esas piedras y algunas otras de clara naturaleza escoriácea, que son las menos, se ven otras de mayor tamaño que llaman la atención por su acusada esfericidad. La caldereta o cráter, además de su escasa profundidad, es de forma irregular. Cerca de su borde SE más elevado, la piedra, aunque sigue consistiendo en pequeños fragmentos de color negro, toma una tonalidad ocrácea, y se observan allí grietas de asentamiento rellenas con ellas.
En cuanto a las características que parecen demostrar la corta edad del volcán se cuenta como más destacada y ostensible la corriente de lava que surgiendo de su base discurrió en dirección N hasta alcanzar la costa 6 km más abajo, formando con el material que se introdujo en el mar el saliente costero de casi 0.5 km de largo llamado hasta nuestros días Volcán Nuevo. Esta lava debió ser sumamente fluida. En la actualidad se presenta a la vista como un derrame de negra brea endurecida superpuesta al campo de lavas 'aa' del siglo anterior, mostrando a lo largo de su parte central una especie de surco o abarrancamiento de hasta 50 m de anchura en algunos de sus tramos primeros por varios de profundidad. Ya a poco de su inicio la colada alcanza un ancho de al menos 100 m, presentando una superficie ligeramente rugosa o cordada. En este primer tramo, a una cierta distancia del volcán sobresalen, en medio mismo de la corriente de lava petrificada, unas enormes moles rocosas, algunas de ellas de forma llamativamente cuadrada como si fueran grandes cajas, de hasta 6 m de altura las mayores, que no pueden ser otra cosa que bloques de roca desgajados del suelo al abrirse el conducto subterráneo de salida del magma, rocas que fueron luego arrastradas hasta la posición que ocupan por la impetuosidad de la corriente de lava emitida.
Pero no en todo su curso conserva esta larga colada un único cauce, sino que a veces se desdobla en dos o más brazos paralelos que luego de discurrir separados durante un cierto trecho vuelven a unirse formando de nuevo un solo canal.
De la actividad de este volcán nos habla in extenso un documento que fue redactado a modo de diario por el entonces Alcalde Mayor de la isla Ginés de Castro y Álvarez, erroneamente atribuido por algunos al cura que regía por aquellos años la parroquia de San Bartolomé, Baltasar Perdomo, añadiendo a las observaciones que hacía personalmente datos e informes que le iban llegando de diversos testigos presenciales del fenómeno. Extractos del mismo son los siguientes párrafos que considero más importantes del desarrollo de la erupción:
 
A eso del mediodía del 29 de septiembre se oyó un gran ruido hacia la parte media de la isla sobre el poniente y una gran explosión. Por su calidad e impulso es igual al de Tao [V. Montañeta Negra], pues aunque hasta las seis de la tarde no se habían manifestado sino tres bocas, arrojaba por ellas tanta piedra inflamada y lava líquida que excedía en porción al otro [se refiere al de Tinguatón], con un ruido tan tremendo que es mayor que el que hace el mar cuando está muy violento y embravecido y sus olas chocan contra alguna roca que tiene concavidades. Formaba una columna de humo, piedras y arena que se elevaba a las altas nubes, y la arena cae a distancia de 3 leguas. La lava corre con mucha violencia, como si fuera brea o plomo derretido. El día 30 amaneció con sus espantosos bramidos o truenos más fuertes y resonantes que los de la mayor tempestad cuando está muy próxima, pues a 10 leguas de distancia se oían tan terribles que impedían el reposo. El 1º de octubre sigue con la misma bravura y aún más que ayer. Sus fuertes bramidos, la elevación de la columna de humo, fuego, arena y piedra, que llega a las más altas nubes, el vomitar continuamente lava líquida que corre por tres partes tiene a todos sin tranquilidad. Día 2. El volcán sigue con más violencia y arroja muchos materiales, y ya ha caminado la lava mucho terreno. Ha habido muchos terremotos y temblores, y sigue con el mismo vigor. Amaneció el 3 y anoche han sido mucho más tremendos, la erupción más grande y el vómito mayor, y esta mañana a las nueve llegó al mar la lava con un ímpetu que con el choque de los dos elementos se levantó una humareda tan terrible que de los lugares se figuraron que era otro volcán. El día 4 continuó el vómito y la lava introduciéndose en el mar, saliendo a las orillas porción de peces muertos. Desde las doce de la noche dejó de dar bramidos y concluyó la gran columna de fuego, y hasta la mañana del 5 arrojaba algún vómito de lava. La distancia de lava introducida en el mar puede tener 400 varas. El nombre de la playa por la que entró en el mar la lava es La Playa del Islote de las Tabaibas.
La lava que corrió primero se dirigió al naciente y cuando llegó a la falda de una montaña que está a este paraje cesó con motivo de haberse tapado el cráter que estaba en aquella parte. Los otros dos brazos el uno corrió hacia el N y el otro al NNO, y a eso de más de legua se unieron y se encaminó a la indicada playa, ya por tierras labradas ya por encima del antiguo volcán (Léase lava).
 
El escrito continúa dando noticias de la actividad del volcán unos días más, pero ésta se redujo a echar un poco de humo de vez en cuando hasta su definitiva extinción.
Otro testimonio que demuestra la intensidad que alcanzó la erupción de este volcán a pesar de la pequeñez de la montaña que formó es el que nos ha legado el historiador canario J. A. Álvarez Rijo en una transcripción que hace de una carta que le envió un amigo residente en Arrecife (1866/1982: 124) dándole cuenta del suceso. Parte de esa carta es el párrafo siguiente:
 
El ruido era tanto que a pesar de la distancia en que estamos hubo noche que no nos dejó dormir; la atmósfera se cargó tanto que casi no respirábamos más que azufre: la arena llovió en toda la isla, y aquí en las azoteas se podía coger con palas.
 
Por su costado NO la montañeta ha sido bastante destrozada al haberse extraído de ella ripio o china para construcciónes diversas, lo que le ha valido el nombre, y por el lado que mira al N se han construido, medio empotrados en el mismo cono, unos almacenes para guardar los materiales y herramientas del Parque Nacional de Timanfaya y los garajes destinados a los vehículos que en él prestan sus servicios.
 
Chocolate, La Tacita de. Hornito de los denominados sin raíz, es decir, sin comunicación directa con la chimenea de un volcán central más importante que lo conecte con el magma del subsuelo profundo, sino producto de la desgasificación de una colada fluida de gran potencia o espesor, que a modo de respiradero permite la salida violenta de los gases contenidos en bolsas formadas en el seno de la masa lávica, rebosando por la presión ejercida una cierta cantidad de materia fundida con la que forman exteriormente una especie de reborde cónico a manera de amplio brocal en torno a la terminal de la chimenea o boca de salida.
Este hornito es de los terminados en brocal, en este caso de entre uno y dos metros de altura, dependiendo del lado por el que se mida. Este resalte o reborde protuberante ofrecía antes de la irrupción en masa del turismo en la isla, cuando aún el hornito se hallaba en su integridad física, unas petrificaciones lávicas de variadas formas y combinaciones, retorcidas unas, estriadas otras, cuando no cordiformes, de colores a veces irisados, de gran belleza plástica y cromática, por lo que era sitio de obligada visita en los primeros años del despertar de la industria turística en la isla para toda expedición o grupo de personas que se adentraba en esta zona de espectaculares estructuras volcánicas. El acceso a este singular volcancillo se lograba salvando a pie el centenar de metros que lo saparaba de la carretera que subía hacia el que luego habría de ser el nudo neurálgico del Parque Nacional de Timanfaya, el archiconocido Islote de Hilario, a unos 400 m al NE del cual se encuentra, para lo cual las guaguas y taxis, y, lo que es mucho más inconcebible, los coches particulares sin guía que los controlara, se detenían en el punto de la carretera más próximo al mismo para acercarse sus ocupantes a él.
Mas la nula vigilancia entonces ejercida en aquellos parajes de formación volcánica reciente, de tan deleznable constitución, dio ocasión a que personas desaprensivas y faltas de escrúpulos, cuando no guiados por una ignorancia supina, fueran desmantelando a trozos tan primorosa obra escultórica de la naturaleza despojándola de sus más preciados atributos ornamentales hasta dejarla en el lamentable estado de expoliación en que hoy se encuentra. Por fortuna, allí donde la depredación humana no pudo extender sus garras gracias a la inaccesibilidad de los sitios en que se hallaban, conserva aún sus más vistosas galas íntimas tentadoramente expuestas a la contemplación del visitante: hermosas y sugestivas chorreaduras de lava que se solidificaron cuando resbalaban pared abajo en el interior del pozo que constituye su parte subterránea, de unos tres metros y pico de diámetro por ocho a diez de profundidad, que luego continúa horizontalmente, imitando tanto por su forma como por su color las que quedan adheridas en una jícara cuando el chocolate es suficientemente espeso, símil que provocó en aquellos años de bautismo turístico de los lugares todavía innominados este nombre de La Tacita de Chocolate que desde entonces ostenta el hornito.
 
Chozas, La Caldera de las. Es uno de los cráteres de forma más regular de cuantos hay en Lanzarote, practicamente circular en su trazado aunque algo pequeño, de poco más de 200 m de diámetro, con todo el borde superior casi al mismo nivel e interior en forma de cuenco perfecto. Al hallarse adosado a La Montaña de la Vieja Gabriela por su costado O, su altura sobre el suelo es muy desigual, pues mientras por ese lado apenas mide una media docena de metros, por el opuesto anda por los 40. Contemplado desde lo alto de la vecina montaña el pequeño volcán parece una reproducción de un circo lunar salvedad hecha del mogote central que éstos suelen tener. Todo su borde superior está formado por rocas lávicas de aspecto bastante reciente –los volcanólogos incluyen a este volcán en la serie III–, de formas curiosas, a veces cordiformes, a veces dando la impresión de haberse desbordado por determinados sitios la lava cuando estaba aún fundida. El color de estas rocas escoriáceas es de un rojizo intenso en su mayor parte, o más oscura en ocasiones, como es el caso en el sector del borde del cráter que mira hacia Janubio.
El nombre, así La Caldera de las Chozas como lo escribo y no Caldera de Chozas como se ve en los mapas, le viene, según versión de la gente conocedora de esta comarca, de que en el borde superior del cráter hubo varias chocitas hechas por los pastores para vigilar desde ellas el ganado.
 
Chozas, Las. Territorio situado al SE de Tahíche que se extiende desde unos 400 m al S del edificio de la prisión de Lanzarote hasta donde empieza el territorio de Las Caletas, unos 400 o 500 m más abajo. Limita al E con La Maleza de Tahíche.
Es de suelo muy pedregoso, constituido por una corriente de lava proveniente del volcán de Tahíche.
 
Chulistaigua, El Cercado de. Está situado 1 Km al N de Punta Mujeres, a continuación y al NO del Cercado de Mariano, ocupando una superficie de unos 450 m de largo por 250 de ancho.
Los más pronuncian el nombre así, Chulistaigua, pero los hay que lo dicen Chulistaiga, e incluso quienes interpretan que la sílaba inicial corresponde al tratamiento popular de respeto que se dio en el pasado a los hombres de edad de clase campesina o pescadora y lo traducen por 'cho Listaigua' o 'cho Listaiga', pero no se sabe nada de su procedencia con certeza. De ser como lo titulo aquí, no se puede negar un cierto aspecto guanchinesco, pero, de ser así, no lo he visto nunca comentado por lingüista alguno.
 
Chupadero, Montaña. Cono volcánico situado 2 Km al NE de Uga, a la entrada S de La Geria por su lado de poniente. Es de considerables proporciones, pues mide 1 Km de diámetro en la base, que es casi circular, por unos 175 m de altura media sobre la misma –un poco menos por el N que por el S dada la inclinación del terreno sobre el que se asienta– lo que hace que sus laderas alcancen una pronunciada inclinación.
El cráter, situado en la mitad N del volcán, es más bien pequeño en proporción al tamaño de la montaña –el fondo, de forma oblonga, mide unos 150 por 110 m– y está abierto casi a ras del suelo por su parte NE. La pared de poniente del cráter, luego de perder altura gira hacia el E y termina en una montañeta que cierra al cráter por el N, mientras en la mitad S sufre el volcán un considerable engrosamiento rematado por la cúspide, que está constituida por una cresta afilada formada por planchas de roca escoriácea rojiza con los bordes que miran hacia el N algo levantados, material que delata su edad correspondiente a la serie III. A unas decenas de metros al E de este filo más alto, la cumbre compuesta ahora de tierra suelta rojiza, va perdiendo altura y se redondea y suaviza.
Tanto las laderas exteriores como el interior del cráter, salvo, como ha quedado dicho, la cumbre, se hallan cubiertos de lapilli negro de las erupciones de los años treinta del siglo XVIII.
Próximo a la montañeta que cierra al cráter por el N hay un cortijo viejo abandonado.
Así, Chupadero, en singular, dice la gente de los alrededores y no Chupaderos en plural como pone el M.M. Y El Chupadero es el nombre que se da mayoritariamente en documentos antiguos al pequeño poblado que existió próximo a la montaña del que sin duda la misma tomó el nombre. Fue destruido este pequeño caserío el 17 de diciembre de 1730 por la lava del volcán que en la actualidad es conocido por La Caldera de la Rilla, que entró en erupción el 10 de octubre de ese año. He aquí cómo nos lo cuenta el célebre manuscrito del cura de Yaiza: El 16 de diciembre [de 1730] la lava, que hasta entonces había vertido en el mar, cambió de curso y dirigiéndose más hacie el SO alcanzó a Chupadero, quemando el 17 todo el lugar. A continuación devastó la fértil Vega de Uga.
 
Cinta, La Montaña de la. Eminencia montañosa que se alza en el extremo N del macizo precuaternario llamado por extensión por los geólogos, de Los Ajaches, junto al pueblo de Yaiza, con una altura sobre el terreno circundante de unos 340 m.
Debe la montaña el nombre a un dique o grieta rellena de lava petrificada oscura que a modo de cinta la recorre en un buen trecho en sentido descendente partiendo de la cumbre por su flanco NO, bien visible desde abajo.
Su cumbre forma un espacioso cuenco, no muy profundo, entre dos puntos más elevados en los extremos E y O, en el último de los cuales se mide la altura máxima de la montaña. Sus laderas son muy pendientes. Hacia el primer cuadrante se prolonga en los espigones llamados El Piñero y El Lomo del Cura, entre los cuales se forma El Vallito; por el lado SE cae hacia El Valle Fenauso; por el S presenta un pronunciado ahuecamiento a modo de ancho barranco, y por su extremo SO enlaza con La Montaña del Medio formando un rebaje o collado.
 
Clacas*, Las. Tramo costero situado al SE, unos grados al S, de Guatiza. Es rocoso, saliente, de perfil redondeado, de unos 400 m de longitud. Sigue al N La Piedra de la Playa y al S El Banco.
Claca* es el nombre popular que se da en Canarias al sabroso marisco conocido con el nombre científico Megalobalanus azoricus.
Frente a este lugar se encuentra el escollo llamado El Bajón* de las Clacas*, que queda unido a tierra a marea vacía.
 
Clacas*, Las. Grupo apiñado de varios hornitos que parece talmente un racimo de estos cirrípedos tal como suelen verse a veces dispuestos sobre las rocas.
Se encuentra este grupo de volcancillos, formados en la erupción de los años treinta del siglo XVIII, junto a la Ruta de los Volcanes del Parque Nacional de Timanfaya, a su izquierda en el sentido de la marcha, a unos 300 m del Islote de Hilario, entre los llamados La Garganta del Cuervo y El Manto de la Virgen. En el M.M. no se le da nombre, ni en ningún plano del Parque.
 
Clavijos, El Fragoso de los. Morro de grandes rocas basálticas sueltas –que eso es un 'fragoso' en la isla– con una altura sobre el suelo de entre 10 y 15 m y menos del doble sobre el nivel del mar, a poca distancia del cual se halla. Se encuentra próximo y al SO de la urbanización Castillo de Guanapay, al SE de Mala.
En este lugar existe una de las pocas colonias del endemismo botánico lanzaroteño Caralluma burchardii, llamado en la isla cuernuda*.
 
Clicos, El Charco de los. Es el gran charco o laguna que ocupa el fondo del cráter de La Montaña del Golfo, de algo más de 200 m de longitud por unos 50 en su tramo de mayor anchura, cerrado por el lado que da hacia el mar por una ancha franja de arenas volcánicas negras a través de la cual se filtra diariamente el agua con el movimiento de las mareas. Pero al no ser, sin embargo, suficiente la cantidad de agua infiltrada para permitir seguir dentro el ritmo y la amplitud de las mareas, el agua de su interior tiene un mayor grado de salinidad que la del océano.
El nombre es de creación popular, conocido desde tiempo inmemorial. Lo recibe de unas almejitas de este nombre que se criaban en su interior hace años, las cuales gozaban fama de ser muy sabrosas. Estos pequeños bivalvos desaparecieron hace tiempo eliminados, según cuentan, por unas tortugas que echaron en sus aguas. En algunas guías turísticas y tratados en general sobre Lanzarote, se le suele llamar La Laguna Verde, un nombre producto del esnobismo toponímico que ha invadido la isla con el acceso del turismo.
El color verde acentuado que presentan sus aguas se debe a la proliferación en ellas de unas algas unicelulares microscópicas. En esta laguna, a pesar de su alta salinidad, viven algunos pececillos de la familia de los góbidos y otros animales invertebrados de pequeño tamaño.
 
Cobre, El Risco del. Tramo de costa arriscada de unos 300 m de longitud, distante unos 3 Km hacia naciente de Playa Blanca, comprendida entre Playa Mujeres y La Playa de los Pozos, cuya altura oscila entre los 15 y los 20 m.
El nombre se lo da el matiz cobrizo de las rocas que lo forman.
 
Cochinitos, La Punta de los. Saliente costero que se forma a un par de quilómetros al S de Playa Quemada entre las playas de La Casa y de Los Dises.
Nadie ha sabido decirme de qué le viene el nombre.
 
Cochino, El. Es el prosaico nombre del paraje litoral que ocupa el saliente que se forma en el punto medio de la línea costera del Parque Nacional de Timanfaya, que es al mismo tiempo la porción de tierra más noroccidental de Lanzarote. Incluye este topónimo en su integridad una parte mayor o más extensa de la zona intermareal compuesta por El Bajo del Cochino, su prolongación tanto hacia el S (El Lajón del Cochino y Las Puntas del Cochino) como hacia el N (Los Frontones del Cochino y La Cueva del Cochino), más una zona terrestre o supralitoral rocosa consistente en una alargada depresión paralela a la anterior que queda anegada con el agua del mar cuando las olas embravecidas llegan a ella, pero que la pierde pronto por infiltrarse a través de las grietas del suelo. Ambas franjas de terreno paralelas entre sí se hallan separadas por una barrera en plano inclinado de grandes cantos rodados esferoidales de color gris acerado, todo lo cual supone en conjunto un área de algo más de 1 Km de longitud por más de 300 m de anchura en bajamar.
Por su naturaleza geológica y recóndita situación en los confines territoriales del Parque, constituye este lugar de El Cochino uno de los espacios costeros más extraños y singulares de Lanzarote, acentuando esta impresión de reconditez la encrespada orla de blanca espuma de las rompientes que lo cercan por fuera durante la mayor parte de los días del año.
Por la estratégica situación geográfica que le confiere la configuración arriscada de la línea costera que sigue hacia barlovento en dirección NE, el efecto conjunto de la corriente de Canarias con los vientos de componente norte dominantes en la isla, su orilla aplacerada y la barrera de olas que rompen desde lejos arrastrando los objetos flotantes hacia la orilla, varan allí con frecuencia gran cantidad de 'jallos' o pecios flotantes.
El nombre es muy antiguo. Se menciona ya por lo menos en un documento redactado durante la erupción de 1824, pero se ignora de qué pueda venirle. En el M.M. no figura este nombre de El Cochino aplicado a este lugar en general. Sí los de Punta del Cochino y Playa del Cochino, ambos inexistentes a nivel popular, que equivaldrían entrambos al de El Bajo del Cochino que doy aquí.
 
Cochino, El Bajo* del. Comprende este topónimo la mayor parte del paraje conocido por El Cochino, o sea, tal como su nombre indica, toda la zona intermareal aplacerada del mismo, de unos 500 m de largo, que puede alcanzar en bajamares vivas un ancho de más de 200 m. Tan acusada subhorizontalidad, que continúa mar adentro durante un largo trecho, hace que las olas rompan normalmente a considerable distancia de la orilla.
 
Cochino, El Lajón* del. Es una de las calas de forma más regular y llamativa de la isla, casi cuadrada, amplia, de unos 60 por 60 m. Toda su línea interior está ocupada por una playa de grandes cantos rodados, por detrás de los cuales, hacia el centro, se yergue un peñasco a modo de curioso torreoncillo de unos 3 m de altura.
El nombre de Lajón responde al flanco derecho o N, que semeja por su trazado casi rectilíneo y singular configuración en cantil el costado de atraque de un muelle, pues 'laja', a la orilla del mar, en el argot marinero de la isla equivale a piso rocoso aplanado.
Se localiza esta curiosa caleta entre Las Puntas del Cochino al S y El Bajo del Cochino al N.
 
Cochino, La Cueva del. A continuación del Bajo del Cochino, por el N, viene este otro lugar de La Cueva del Cochino o La Ensenada del Cochino, que de ambos modos es conocido. Se trata de un caletón* bastante grande, de casi 100 m de amplitud en la boca por algo menos en fondo, de paredes muy altas y verticales, con un gran covachón dentro terminado en un amontonamiento de callaos* y bloques de roca arrinconados por las olas. El extremo O de la entrada está rematado por un elevado picacho puntiagudo que cae extraplomado sobre el mar.
En el M.M. ponen en las proximidades de este lugar Punta de la Ensenada, nombre que mis informantes, conocedores de toda la vida de esta costa, no daban por válido.
 
Cochino, Las Puntas del. Son cuatro puntillas* seguidas una tras otra que inician por el S el paraje de El Cochino. La más al N, algo separada de las otras tres, recibe el nombre particular de La Punta de la Baja Afuera por tener una baja* o escollo por fuera.
 
Cochino, Los Frontones del. Tramo de costa apeñascada, de casi 200 m de longitud, que sigue inmediatamente al N de El Bajo del Cochino, donde suelen saltar las olas al batir contra las rocas que lo forman.
 
Cohombrillo, El. Terreno situado al S de La Vegueta, que se extiende al pie de la ladera N de Montaña Tisalaya y la NO de La Montaña de la Meseta por espacio de unos cientos de metros.
La gente dice 'Cojombrillo', aspirando la /h/. El cojombrillo* es una planta de la familia de las cucurbitáceas que crece en la isla en estado silvestre, la especie Citrullus colocynthis.
 
Cojo, La Peña del. Conglomerado basáltico columnar en forma de pared vertical, de unos 8 a 10 m de largo por 3 a 4 de altura colgado en lo alto de la ladera de poniente de la sierra de Los Ajaches, inmediatamente a la izquierda de La Degollada del Portugués. Visto desde Maciot, al SE de cuyo caserío se encuentra a menos de 1 Km de distancia, resulta muy notoria.
 
Colorada, La. Tramo de costa situada a poco más de 4 Km al S de Playa Quemada. Sigue inmediatamente al N de La Playa de Perdomo.
Se le llama así por el color de sus rocas.
 
Colorada, Montaña. Se alza este volcán a unos 2 Km al ONO de Masdache, entre los de Montaña Ortiz al N, Montaña Negra al S y La Montaña de las Nueces al O, a menos de 1 Km de distancia el último y a 0.5 Km los otros dos.
Su figura es bastante cónica, con base circular casi geométrica de unos 600 m de diámetro, alcanzando una altura sobre el suelo de unos 100 m, lo que hace que sus flancos resulten bastante empinados. El cráter, que se abre en la parte superior, es relativamente pequeño y poco profundo, unos 250 a 300 m de diámetro y sólo 30 de profundidad, hallándose abierto hacia el N. Su interior presenta un aspecto caótico, lleno de masas informes y revueltas de pedruscos escoriáceos, con unas grandes grietas o surcos concéntricos de hasta 3 a 4 m de profundidad en algunos sectores.
Su nombre más extendido entre las gentes de los caseríos vecinos es este de Montaña Colorada, a causa evidentemente del acentuado color rojizo que presenta, muy en particular por la ladera que mira hacia el segundo cuadrante, por la que parece estar talmente teñida de sangre. Pero también la llaman, en contra de lo que pensó Hernández-Pacheco (1909: 238 y 1909/2002: 95), La Montaña del Cascabullo por la cantidad de piedra menuda que en ella se encuentra, que éste es el significado en la isla de ese vocablo de origen portugués. Lo que no es en absoluto de uso popular es llamarla Caldera como se consignó en el M.M. de 1950, error que se subsanó mediante información facilitada por el que esto escribe en la edición de 1986.
Como hecho histórico memorable corresponde a este volcán el de haber sido el responsable de la emisión de la corriente de lava que en abril de 1735 –¡y no en 1736 como empecinadamente se ha venido diciendo!– se detuvo en el lugar en que más tarde se construiría la ermita de Los Dolores, adonde, en aquellos momentos de consternación, llegó la comitiva implorando la intercesión de la Virgen para que la lava no invadiera aquellos territorios. Es muy probable también que fueran las lavas de este volcan las que sepultaron el cortijo de Iniguadén, ya seriamente dañado por las densas lluvias de lapilli expulsadas en años anteriores por el volcán de La Rilla. Un ramal de esa misma colada desbordó por el lado O a La Montaña de los Rostros, que en unión de Montaña Coruja le cerraba el paso en su descenso hacia tierras de inferior nivel, la cual, discurriendo pendiente abajo en dirección N en largo y angosto río de lava, luego de pasar rozando a Montaña Tenésara por su lado O, detuvo al fin su marcha a unos pocos centenares de metros de la orilla del mar, no muy lejos y a poniente de las casas de Playa Tenésara.
Un fenómeno verdaderamente impresionante que pone bien de manifiesto la violencia explosiva que adquirió este volcán en determinado momento de su actividad eruptiva son las enormes bombas volcánicas que lanzó, que pueden verse diseminadas a poca distancia de su base por el lado SE, una de las cuales en particular alcanza un tamaño extraordinario, de no menos de 5 m de altura sin contar lo que de ella quedó enterrado.
El Cabildo Insular de Lanzarote, hace años, cuando aún no había cundido en la isla la sensibilización ecológica que ahora impera en la sociedad conejera, la estigmatizó abriéndole un enorme socavón en el costado N para extraer material con que construir carreteras, sacrilegio que es más de lamentar aún si se tiene en cuenta que se trata de un volcán que ocupó un puesto de honor en la cronología de la gran erupción iniciada en 1730, ya que, según todos los indicios, ebió ser el último de cuantos erupcionaron en aquellos años.
 
Coloradas, Las. Tramo de litoral que comprende todo el flanco izquierdo de La Punta del Águila más la continuación de la línea de costa hasta La Punta del Pasito, situada 350 m más allá.
Es acantilada e inaccesible, de unos 15 m de altura.
 
Colorado, Pico. Volcán de considerable tamaño perteneciente a la serie II del Cuaternario que está situado detrás de Soo, inmediatamente después y yuxtapuesto a La Montaña de las Campanas. Su base, de planta irregular, algo cuadrada, mide entre 700 y 800 metros de amplitud, en tanto que la cumbre, que ocupa el punto SE de la pared crateriana, se eleva a 293 m s. n. m. y a unos 175 sobre su base. El cráter, llamado La Caldera Trasera en oposición a la de Los Aljibes, que se abre entre este volcán y el de Las Campanas antedicho es sin embargo un cuenco de forma circular muy regular, de un diámetro de unos 400 m y laderas pinas, aunque está abierto por su parte N en un ancho portillo que le llega casi hasta el fondo. En el extremo O de la pared del cráter hay otro punto eminente, el segundo más alto del volcán, que recibe el nombre de Pico Prieto por su color más oscuro.
El nombre lo recibe del color rojizo ferruginoso que predomina en su superficie, especialmente en su cúspide, cuya naturaleza litológica consiste en roca escoriácea muy colorada con infinidad de fragmentos sueltos en superficie. El M.M. por su parte no le asigna nombre propio. Se limita a poner Soo, el nombre del pueblo, en la cumbre y llamar Pico Colorado a La Montaña de las Campanas, lo que evidentemente supone sendos errores.
 
Concepción, La Baja de cho. Se encuentra esta pequeña baja* o escollo a poco más de 4 Km al N de Las Casas del Golfo, entre Las Tres Puntas al N y La Baja de los Cangrejos al S, y da nombre por extensión al saliente costero de perfil redondeado de unos 100 m de largo que está por tierra de ella.
El nombre es tan antiguo que ya se ha perdido memoria del personaje que se lo dio, cuyo apellido es de linaje portugués bastante extendido en Canarias.
 
Concha, La Playa de la. V. La Playa del Cable.
 
Condesa, El Charco de la. Es uno de los grandes charcos que se forman en la ribera de Órzola. Se halla a pocos metros, no más de 50, por fuera de las salinas del pueblo, o por mejor decir, de los restos que quedan de ellas. Son en realidad dos charcos casi unidos, apenas separados por una estrechez que se produce entre ambos por su lado de poniente, estrechez que queda en seco a marea vacía en un mínimo y corto desnivel. Queda este charco descubierto de media marea para abajo. Ambas partes alcanzan una amplitud de unos 25 m cada una. La más a tierra es de fondo pedregoso, en tanto que la de fuera es de arena blanca. Crecen en sus orillas, formando tupidos bosquecillos, multitud de matas de denso y menudo follaje de las llamadas en la isla mato moro*, la Suaeda vera de los botánicos, muy común y abundante por toda aquella orilla norte de la isla en lugares remansados que quedan anegados por el agua del mar al subir la marea.
No se sabe de qué pueda venirle el nombre.
 
Conejos, El Islote de los. Es uno de esos típicos islotes* de tierra adentro, de reducidas dimensiones, no más de 35 m de diámetro, algo redondeado. Está situado a menos de 100 m al S del pequeño cono volcánico de Montaña Bermeja, la que éstá a 7 Km al O de Mancha Blanca.
Forma como una hoya rodeada de altas paredes de lava petrificada reciente, con el fondo cubierto de arena grisácea, en el que crecen algunos arbustos, tales como 'ahulagas' (Launaea arborescens) y 'bobos' (Nicotiana glauca) y otras hierbezuelas que bastan para atraer a los roedores que le dan nombre.
El M.M. Lo registra sin el artículo inicial y lo coloca 0.5 Km más hacia el S de su posición real.
 
Conil. Pago de Tías, de cuya capital municipal dista algo más de 1 Km en dirección NO.
En un documento del año 1618 (Bello Jiménez, V y Sánchez González, R. (1618/2003): 93), se cita este lugar como "término que dicen Conil, que son tierras de pan sembrar, todas ellas que serán treinta fanegas poco más o menos"; el obispo Dávila y Cárdenas, en sus Sinodales, de 1737, le asigna 17 vecinos (unos 80 habitantes); el Compendio brebe y famosso de 1776, 23 v. (unos 110 h.), y P. de Olive, por 1860, dice que tiene 26 casas y 10 chozas.
El nombre resulta difícil de determinar etimologicamente. Conil es una ciudad gaditana y 'conejo' en el francés antiguo, y por otra parte no se puede descartar sin más como palabra guanche, pues tanto la primera sílaba /co/ como las dos letras finales /il/ se dan en palabras aborígenes.
 
Convento, El. Curiosa cueva situada a la orilla del mar, al O, unos grados al S, de Las Breñas, en el arranque de la punta que lleva su nombre. Consiste en una amplia caverna en la que entra el mar, que traspasa a la dicha punta de parte a parte en el sentido N-S, siendo la más accesible la puerta de la última de las direcciones. Sus dimensiones son unos 6 a 7 m de altura y otros tantos de ancho, con una longitud comprendida entre los 10 y los 12 m. A poca distancia de la entrada tiene una especie de gruesa columna que da la impresión visual de sostener el techo. Dicha columna deja a su derecha una gran abertura que da paso a otra cueva contigua, o cámara de la misma, ciega, de mayor amplitud aún que la anterior. Delante de la otra entrada, la N, hay un gran charco de al menos 40 por 30 m con algunas fosas de 5 a 6 m o más de profundidad en la que pululan pececillos de diferentes especies y crecen vistosas algas. Sólo se puede entrar en esta cueva a marea baja y además con buen estado de la mar.
El conjunto tiene, en efecto, un cierto aire conventual o de templo religioso, por lo que el nombre le encaja perfectamente. Con respecto al mismo hay que hacer notar que el de Abas que le da el M.M., si bien aplicado opcionalmente con el del Convento –nombre este de Abas que ningún habitante del sur de la isla ha oído nunca– es el mismo que le da O. M. Stone en el mapa que inserta en su libro Tenerife and its six satellites, que significa, si bien con doble /b/, en su lengua, superior de un convento, por lo que intuyo que debe tratarse de esa voz inglesa.
 
Convento, La Punta del. Es la punta en que está la Cueva del Convento de la entrada anterior. Es alta y arriscada salvo en su extremo más saliente, en que pierde altura considerablemente. Al S de esta punta, a continuación de ella, se extiende a lo largo del litoral el lugar de Los Aramasos y 250 m más arriba, también en la costa, está Piedra Alta.
 
Coón, El. Pequeño saliente costero situado exactamente 200 m a poniente del arranque del muelle que han construido en la ensenada de La Playa de las Cucharas, en la urbanización turística de Costa Teguise, el más pronunciado en todo caso de aquel lado de la bahía. Hay allí una escultura de corte moderno, bastante grande, de cemento y hierro. El lugar de El Coón está un poco a la izquierda de este monumento, donde hay una covacha de muy escasa altura pero de boca alargada, en la que penetra el mar, que queda casi sumergida a marea media, de bastante profundidad por lo que parece.
Traigo a colación este topónimo, no por la importancia topográfica del lugar, que es en realidad insignificante, sino por su enigmático nombre que, por cierto, se repite en algunos otros lugares de la isla. A este nombre siempre lo he oído prununciar, bien distintamente, como lo escribo aquí, 'Coón'. Por lo tanto no debe ser correcto escribirlo con /h/ intercalada entre las oes como hace el M.M., porque, de ser así, el sonido aspirado de esa /h/ se conservaría aún. Más bien pienso que debe haber perdido por elisión alguna consonante intermedia, y en ese caso las candidatas a tal puesto podrían ser la /v/, formándose con ella la palabra 'covón', derivada de cueva, o la /d/, con la que se formaría 'codón', derivada de codo, siendo el primero de estos supuestos el que encajaría en el caso que nos ocupa por la covacha allí existente, y por lo que ocurre en igual sentido en otros lugares de este nombre de la isla.
 
Coón, El. Lugar en la costa situado 1 Km al S del Barranco de las Pilas, unos 5 Km por lo tanto al S de Playa Quemada. Hay en él un covachón en que se alojaban los que iban a pasar unos días pescando y mariscando en aquellas costas, por lo que pienso que el nombre debe ser una síncopa de 'covón' –como, efectivamente, lo he oído nombrar alguna vez–, derivado de 'cueva', probablemente del portugués 'covâo', de igual significado.
 
Coón, La Punta del. Es la punta más saliente que se forma entre La Playa del Pozo al N y la de La Casa al S, algo más cerca de la primera.
Coral, La Peña del. Es un mogote peñascoso que está en una ligera eminencia del terreno situada en plena zona de El Jable, a poco más de 2 Km al NE de Tao, exactamente a 1.5 Km al E de Montaña Berrugo.
Sus dimensiones son unos 14 a 15 m de largo en sentido ESE-ONO por unos 5 de anchura y 4 a 5 de altura. Tiene el aspecto de tratarse de los restos de un dique, pues está formado por diversos estratos de naturaleza escoriácea y color rojizo colocados de canto. Se halla cubierta en buena parte por extensas costras de líquenes blancos, anaranjados y amarillosos. Suele encontrarse en este roquedal, en cierta abundancia, el caracol terrestre llamado en la isla chuchanga* o chuchaina*, el Theba pisana de los malacólogos.
Respecto al curioso nombre que este peñasco ostenta no me ha sido posible encontrar ninguna explicación.
 
Corazón, El Morro del. Montículo contiguo al pueblo de Tao por su parte SO unido a Montaña Tamia. Es alargado de N a S, de unos 300 m y una altura por el lado E de unos 25 m, después de los cuales el terreno sigue descendiendo con menos inclinación. Hacia el N, a continuación de él, sigue otro montículo llamado La Montañeta.
 
Corazoncillo, La Caldera del. Cono volcánico situado a unos 5 Km al NNE de Yaiza y a unos 600 m al E de la turística Montaña de Timanfaya enclavado en pleno mar de lava moderna, en la que parece estar medio enterrado. Tiene un cráter profundo que se hunde en forma de embudo bastante por debajo del nivel del terreno exterior circundante. En la boca, de trazado circular casi perfecto, alcanza un diámetro de unos 450 m, y sus paredes interiores están constituidas por un circo de rocas desgarradas en su parte alta, poco menos que verticales, a las que siguen hasta abajo unos taludes de arena volcánica muy pendientes. Exteriormente las laderas, de no mucha altura, poco más de 100 m por la parte S más elevada, están tapizadas de una suave capa de finas arenas ocráceo-rojizas.
Tiene este impresionante volcán, unido a él por el N, un pequeño e irregular cono llamado Montaña Encajada; por el E, casi tocándose las bases, se encuentra La Montaña de las Junqueras, y por el O, a unos 600 m de distancia, la turística Montaña de Timanfaya.
Este volcán, de la erupción del siglo XVIII por supuesto, si arrojó lava, como es lo más probable, no es posible saberlo por haber quedado completamente rodeado por extensas coladas de otros volcanes que erupcionaron con posterioridad a él.
El nombre Corazoncillo responde al hecho de que en el fondo del cráter crece con cierta abundancia una pequeña leguminosa rastrera así llamada por los campesinos, el endemismo lanzaroteño Lotus lancerottensis, de la cual, al ser utilizada como planta forrajera, solía hacerse acopio en años de escaso pasto.
Hace años cundió el error en niveles semioficializados de la isla de llamar a este volcán La Caldera de los Cuervos al confundirlo con el que en realidad lleva ese nombre, situado unos 4 Km más al E, y ello con la agravante de que en la cartografía oficial ha figurado siempre con el nombre que aquí le doy. Hernández-Pacheco, por su parte, le aplica insistentemente el de La Caldera de Fuencaliente, nombre que considero producto de algún equívoco, pues no es posible que en unos sesenta años transcurridos desde su visita a la isla se haya perdido memoria del mismo, ya que pese a mis casi exhaustivas pesquisas entre las gentes mayores de la comarca no me ha sido posible encontrar a alguien que lo haya oído jamás.
 
Corcovada, La. Puntilla* en la costa NE de Mala, entre La Caleta del Barranco del Estanque y Vayaquería, atravesada por un agujero a modo de ojo de puente, que tiene ciertamente forma de un corcovado. A unos 10 m a la derecha se abre un pequeño caletón* de paredes acantiladas con una cueva de amplia boca al fondo.
En el M.M. se denomina a este lugar La Jorobada, sinónimo un tanto extraño al uso popular en Lanzarote, que debe ser atribuible a lapso mental de alguno de los cartógrafos que intervinieron en su confección.
 
Corcovado, El. Bajo* o tramo de costa aplacerada distante algo más de 2 Km hacia naciente de Órzola, entre La Caleta del Mero al O y El Lajío del Burgao al E.
Recibe este nombre porque hay allí un peñasco que recuerda algo la figura de un corcovado.
 
Corcovado, El Morro. Es un volcancillo, o por mejor decir medio volcán, puesto que le falta toda la mitad que mira hacia el NO, situado a unos 2.5 Km al N de la urbanización Costa Teguise y a 500 m al E del pie NE de Montaña Téjida. Sus dimensiones son unos 250 m de largo, de los que corresponden unos 100 al semicráter, por 20 o poco más de altura sobre el terreno en que se asienta. A juzgar por su aspecto su formación debe ser coetánea de la de los dos volcanes vecinos, el de Montaña Téjida nombrado y el próximo de Montaña Tinaguache, o sea, de la serie III.
 
Corcovado, El Morro del. Es una de las pequeñas eminencias que se destacan en lo alto del Filo de los Cuchillos, la pared oriental del Valle de Femés. Está situado entre otras dos eminencias de parecidas características morfológicas, El Morro del Pilón al N y El Pico de las Flores al S, a unas decenas de metros de distancia de él tanto el uno como el otro, justo a 1 Km al E de la iglesia de Femés.
 
Corona, El Malpaís de la. Extenso territorio del municipio de Haría cubierto por la lava eyectada por el volcán que le da nombre y otros de los que se abrieron en la misma fractura tectónica hace unos 20.000 años. Alcanza una extensión superficial de unos 35 Km2, y está limitado al N y al E por la línea de costa que va desde La Quemadita, al O de Órzola, hasta Arrieta, y por el S y O por el borde de las propias coladas de lava que lo forman que corren a lo largo de esos lados.
Fueron los volcanes que lo formaron, según el orden de aparición que les asignan los volcanólogos, los siguientes: el primero de los centros de emisión en abrirse se cree que fue un enorme agujero, algo desviado de la alineación general, que corresponde al lugar conocido por Las Peñas de Tao, a algo menos de 1.5 Km al E de La Corona, al conducto de salida de cuyo volcán quizás estaba conectado, si no es que era un volcán autónomo. No formó cono o montaña por haber arrojado sólo materiales fluidos, pero fue sin embargo el que más extensamente contribuyó a la formación del gran campo lávico en estudio, siendo producto del mismo el sector en abanico que teniendo por vértice a la boca de emisión termina en los puntos de la costa del puertito de Órzola de un lado y S de Punta Escamas del otro. Se cree que se encuentra cubierto en parte por la lava que arrojó posteriormente el volcán de La Corona. Fue el segundo precisamente este de La Corona, cuyas coladas se bifurcaron siguiendo dos direcciones distintas, una que tomó rumbo NE y tras rebasar el vecino volcán de La Quemada de Órzola se dirigió hacia el N, discurriendo más o menos paralela al Macizo de Famara a una distancia de menos de un quilómetro hasta introducirse en el mar, que formó a la izquierda del puertito de Órzola el pequeño malpéis* de La Quemadita, y otra, mucho más extensa, que discurrió hacia el SE ganando anchura progresivamente, que llegó también al mar entre los puntos de sotavento de Las Escamas de un lado y Punta Mujeres del otro. Se cita finalmente como volcán de importante contribución al acrecentamiento de esta extensa plataforma lávica a La Quemada de Máguez, de cuyas entrañas se piensa que brotó una gran colada que ocupó la parte de este Malpaís* comprendida entre Punta Mujeres y Arrieta.
Sobre el primer componente del nombre de este extenso paraje debo hacer las siguientes precisiones: aunque siempre he procurado seguir en esta obra como norma general consignar los topónimos en sus formas genuinamente populares, las que han venido empleando la gente llana del pueblo desde generaciones atrás, en esta ocasión, sin embargo, no me he atenido a esta regla, pues ocurre que aparte de ser de uso generalizado en los medios escritos la forma culta malpaís*, la misma se ha impuesto de forma tal en el habla viva a la popular 'malpéis' que se va extendiendo incluso entre la gente de las clases campesina y pescadora.
 
Corona, La. Es uno de los volcanes más imponentes de la isla por su voluminosa mole y su forma troncocónica bastante regular de empinadas paredes. Con sus 609 m s. n. m. se erige como el segundo punto más alto de Lanzarote, después de Las Peñas del Chache, si bien la mayor parte de esa altura corresponde al macizo que hace de basamento en el que se apoya, pues sobre su base sólo alcanza los 200 m más o menos según el lado por el que se mida. Su color, que delata su edad relativamente corta, pues se le calculan solamente unos 20.000 años de existencia, es rojizo oscuro. El cráter ocupa sin embargo una posición excéntrica, pues está algo desplazado hacia la parte N de la montaña. Es bastante circular, de unos 450 m de diámetro máximo, adoptando forma de profundo embudo, y está abierto por un considerable rebaje de la pared hasta media altura por el lado NE.
La actividad efusiva de este volcán fue considerable, pues aparte del material de proyección aérea con que edificó su voluminoso cono, emitió abundantes riadas de lava que fluyeron hacia el mar siguiendo cursos diversos. Uno de estos brazos de lava, el más pequeño de los tres reconocibles, después de colmatar las depresiones que encontró a su paso vertió por el acantilado de Famara precipitándose en impresionante cascada desde una altura de unos 500 m (en aquella época parece que el nivel del mar era unos 100 m más bajo que en la actualidad) por el portillo de Las Rositas y tras ganar la costa se expandió en un frente de unos 3 Km entre El Embarcadero al N y El Bajo del Picacho al S. Otra de las coladas tomó rumbó NE, rebasó el vecino volcán de La Quemada de Órzola lamiendo su base y girando hacia el N se introdujo también en el mar formando al O del puertito de Órzola el pequeño malpéis* de La Quemadita. La tercera de estas corrientes de lava, que fue la que alcanzó mayor magnitud, fluyó en dirección SE y luego de aumentar gradualmente de anchura terminó como las otras internándose en el mar, formando en la actualidad la línea de costa que se extiende entre el S del Bajo de las Escamas y Punta Mujeres en una longitud de 1.5 Km aproximadamente. Fue en el interior de esta profunda masa lávica donde se fraguó el formidable túnel de Los Jameos, considerado como una de las mayores grutas de origen volcánico del mundo con sus 6 Km sobrados de longitud, sin contar la parte que continúa sumergida bajo el mar, dos de cuyas porciones constituyen las famosas cuevas de Los Verdes y Los Jameos del Agua.
La formación de esta gran gruta tubiforme debió ser como sigue: En esa última colada descrita, debió producirse, siguiendo un cauce abarrancado previamente existente en el terreno, una corriente de lava muy fluida producto de una nueva emisión magmática que fue ahondando por fundición dicho cauce hasta que, una vez solidificada su superficie superior por enfriamiento, la lava que discurría por su interior, finalizada la emisión de lava por el volcán, fue vertida al exterior, quedando así, al vaciarse el tubo, formada en principio la gruta. Este proceso parece que debió repetirse a juzgar por las galerías superpuestas de que la cueva consta.
Posteriormente, con el transcurso de los siglos, la misma ha sufrido determinadas modificaciones, entre las que se cuentan, como más importantes, los desprendimientos de partes del interior, y sobre todo, los jameos* o grandes agujeros abiertos al exterior producidos por desplomes del techo, que van jalonando su recorrido desde su nacimiento hasta la costa.
Su nombre, La Corona, es muy antiguo. Lo he visto en un documento titulado Proseso del pueblo, del año 1618, en que se recogen nombres de lugares de 1560. A qué obedece su creación no lo sé, pero parece lo más lógico pensar en un símil por su figura con el ornamento real así llamado.
 
Corral, El. Pequeña cala de contorno algo cuadrado, de unos 80 m de abertura en la boca, que está en el extremo S del tramo de costa conocido por Guinate, al O del pueblo de ese nombre. Sigue inmediatamente hacia el S, formando parte de su costado izquierdo, El Bajo del Picacho.
 
Corrales, Las Morras de los. Lugar situado a unos 6 Km al O de Tinajo, más concretamente de su barrio de Tajaste, a 0.5 Km al NO del cortijo llamado Las Casas del Islote, único que hay por aquella zona. Está compuesto, como su nombre indica, por varias morras* o pequeños montículos apeñascados, uno de los cuales destaca entre los demás por su mayor altura.
 
Corrales, Los. Lugar costero, algo saliente, que está al N de Soo y a unos 2 Km de Caleta Caballo, un poco a la derecha del Robalaje de Machín. Hay por encima unos corrales, de los que toma el nombre.
 
Cortijo, El (Soo). V. Chaquea.
 
Cortijo, El Valle del. Es un ramal o afluente del barranco o valle mayor llamado del Higueral. Se inicia en La Degollada, paso o collado de la pared E del Valle de Femés que se abre entre las alturas de El Frontón y El Pico de la Oveja, y desciende en dirección SE en un largo de unos 2.5 Km hasta enlazar con el del Higueral 0.5 Km antes de que éste desemboque en el mar.
 
Coruja, Montaña. Está al lado de la barriada de Tinguatón (Tinajo), por su lado SO. Su planta tiene forma oblonga, de unos 800 por 500 m, dispuesta de ENE a OSO, por cuyo último lado está unida a la de Los Rostros. El cráter, que se abre por el costado N de la montaña, es muy pequeño y poco marcado, y la cumbre ocupa una posición casi central, alcanzando una altura sobre el suelo que la rodea de unos 125 m, siendo sus laderas bastante empinadas, sobre todo la del lado SE. Es volcán perteneciente a la serie III.
El nombre es muy antiguo, habiéndose perdido memoria de su origen. En la isla se llama coruja* a la lechuza (Tyto alba), pero también existe el apellido Corujo, y no son raros los casos de apellidos masculinos que se feminizan cuando se aplican a topónimos.
 
Corujo, La Piedra de. Lugar de la costa donde hay dos puntas poco salientes, pero altas, separadas entre sí por unos 20 m, de parecidas características, con un peñasco muy próximo frente a cada una de ellas. En este caso no parece haber duda de que se trata del apellido homónimo, pero no se sabe nada del personaje que lo llevaba.
 
Coscofes, Los. Zona caracterizada por tener dispersos en ella unos pequeños montículos rocosos con hoyas también pequeñas y poco profundas entre ellos que ocupa una extensión superficial de unos 400 m de longitud de N a S por unos 300 de anchura, situada 1.5 Km al O de Soo.
En su extremo N se alza La Peña de los Coscofes, un mogote de roca basáltica de unos 4 a 5 m de altura por el lado S, pues por el del N cae el terreno que sigue en declive bastante pronunciado al igual que ocurre por el costado NO; por el resto del lado de poniente termina no muy lejos de la linde que separa los municipios de Tinajo y Teguise; por el S, a unos 100 m de distancia, pasa la carretera que enlaza a Soo y El Cuchillo, y por el NE, a unos 150 m, se encuentran Las Peñas de Mena.
En este lugar se halla quizás la más nutrida colonia de toda la isla, ya que sus individuos se cuentan por millares, del endemismo exclusivo de Lanzarote y Fuerteventura Caralluma burchardii, colonia que fue descubierta por el que esto escribe y dada a conocer para el público interesado en estos temas en un escrito publicado en la revista Lancelot el 13-X-2000. Se trata de una plantita cactiforme de la familia de las asclepiadáceas que la gente llama por allí 'piterilla' y por otros lugares de la isla 'cuernuda' por su fruto capsular en forma de dos largos cuernos.
A esta curiosa planta, una de las joyas de nuestra flora isleña, hay que añadir el popular 'cosco', el Mesembryanthemum nodiflorum, del que el lugar toma precisamente el nombre por crecer en él en abundancia, hierba que ya existía en nuestra isla desde antes de ser ocupada por los europeos como lo atestigua su nombre común, sin duda heredado de los nativos aborígenes. Se trata de una hierbecilla que crece extendiendo sus ramas de hojas cilíndricas como fideos, muy jugosas, sobre el suelo. Durante sus primeros estadios de vida presenta el color verde normal de la mayoría de los vegetales, pero después de fructificar toma una coloración purpúrea general.
Sabido es que los cronistas de siglos pasados escribieron en un principio el nombre de este vegetal en la forma 'cofecofe' que debió ser la transcripción más aproximada de lo que los españoles oyeron de labios de los indígenas aún berberófonos. El proceso de adaptación de este nombre del idioma guanche al castellano debió producirse como sigue: 'Cofecofe' sería seguramente una escritura algo forzada. La pronunciación que los 'majos' o habitantes prehispánicos de Lanzarote le daban sería un 'cófcof' con apoyo de ambas /f/ en una /e/ levemente insinuada, es decir, poco audible, razón por la cual se escribió 'cofecofe'. Pero pronto, seguramente, esas /f/ extrañas a nuestro idioma en esa posición terminal, se transformarían por asimilación en una /s/, si bien aspirada como es norma generalizada en el habla de nuestras islas, en primer lugar la de la primera sílaba, resultando finalmente la forma singular 'cosco' con que se conoce en la actualidad la planta al terminar por perder también la /f/ final, que ni siquiera llegó a quedar como /s/ en tal estado, pues de haberlo hecho habría dado el plural 'coscoses' y no el de 'coscos' que tiene, proceso evolutivo que ha permitido conservar la reliquia toponímica de transición de este lugar de Los Coscofes.
 
Costos, Los. Lugar de terreno pedregoso antiguo, el típico malpéis* de los campesinos, donde hay un cortijo con construcciones anejas, situado a 1 Km de distancia del caserío de El Golfo en dirección a La Montaña de Juan Perdomo, entre el territorio de Las Varas a poniente y el de Juan Perdomo a naciente. Está cerrado por el N por el volcancillo fisural de El Quemado y el comienzo de la colada que eyectó, y por el S por parte de la colada de un ramal de Montaña Rajada.
El nombre es de origen desconocido. El M.M. no lo consigna, y en su lugar pone Casas de Juan Perdomo, las cuales están, como se ha dicho, un poco más hacia el N.
 
Covón, La cueva del. Se encuentra esta caverna volcánica, interiormente amplia y alta de techo, en el lugar de El Mojón, por encima de las casas de El Golfo. La entrada principal se abre hacia el interior del citado territorio, no muy lejos de El Paso de Abajo, y en lo alto del risco que cae sobre el mar tiene otras dos bocas secundarias.
Con respecto al nombre ‘covón’ pienso si el mismo no será una adaptación castellana de la palabra portuguesa ‘covâon’, cueva grande; pero en ese caso se incurriría en tautología, explicándose tal fenómeno en que habiéndose perdido la memoria del significado de ‘covón’ se añadiera después por ignorancia al de cueva.
 
Cruces, El Islote de las. Es topónimo caído en desuso desde la década de los sesenta del siglo pasado en que el islote desapareció como tal con la construcción sobre el mismo del dique que cerró al antiguo Puerto Naos, la carretera que lo recorre y las escolleras que lo protegen. Era por tanto el islote que cerraba a dicho puerto con anterioridad a esta fecha por el lado de fuera o del mar abierto, constituyendo su principal resguardo, pues aunque en pleamar perdía gran parte de su relieve al quedar sumergido siempre actuaba de rompeolas efectivo haciendo perder al oleaje su mayor violencia.
La razón de este nombre de Las Cruces la atribuye J. A. Álvarez Rixo (1850/1982: 39) a "algunas que dejaron allí los navegantes al carenar sus naves".
 
Cruces, Las. Amplio territorio que se extiende desde el pueblo de Soo por su lado SO hasta las proximidades de Montaña Mosta.
 
Crucita, El Caletón de la. Pequeño entrante costero, de no más de 25 m de anchura en la boca, que termina en una especie de estrechez acanalada, de paredes altas, de 2 a 3 m de separación y 7 a 8 de longitud, con una covacha al final, situado frente a las salinas más al S de la costa de Guatiza. Casi a continuación, por debajo, hay otro caletoncillo* parecido llamado Las Panchonas.
 
Crucita, La. Punta que está frente mismo al núcleo de casas más denso de Playa Tenésara, al O de Tinajo. Cierra por tanto a dicha playita por su parte de poniente.
 
Cruz, El Charco de la. Está al E de Órzola, a unos 150 m al NE del de La Condesa y a más bajo nivel. Mide aproximadamente 150 m de largo, de N a S, por unos 35 de anchura y su fondo es rocoso.
Con respecto al nombre no se sabe nada de seguro. Se habla de una vaga tradición de una cruz que apareció allí hace mucho tiempo.
 
Cruz, La. Punta situada al O de Tinajo, a 400 m a sotavento de La Playa de la Madera. Termina en dos grandes peñascos por tierra de los cuales pasa el mar cuando sube la marea.
Ni los más viejos de la comarca saben de ninguna cruz colocada por allí, pero con este nombre la han conocido siempre.
 
Cruz, La Caleta de la. Está a 2.5 Km al N de la barriada de Punta Mujeres, a sotavento del saliente costero de Las Escamas, inmediatamente después del Morro del Mojón de las Escamas. Su bocana tiene una amplitud de unos 60 m. Al fondo, en un rincón más pequeño, tiene unos pedruscos amontonados por las olas. Sus paredes son altas, especialmente por el lado N.
Dicen que hubo allí una cruz, de la que le viene el nombre, pero que desapareció desde hace mucho tiempo, con toda seguridad colocada en memoria de alguien que se ahogó en sus aguas.
 
Cuaco, El. Nombre de los terrenos lávicos del siglo XVIII que siguen al N y al NO de La Montaña del Cuaco. Es muy antiguo y de origen desconocido. El Llano del Cuaco figura en el mapa de F. Coello (1849) por esta zona de la isla. Tal denominación iría perdiendo vigencia hasta terminar por desaparecer de la memoria popular como consecuencia de haber sido cubierta dicha zona por el espeso manto de lavas de aquella erupción, que la hizo practicamente intransitable, habiendo quedado en la actualidad el ámbito territorial del topónimo reducido a los terrenos ya dichos adyacentes a La Montaña del Cuaco, pero antes de la erupción abarcaría el espacio de tierra comprendido entre dicha montaña y La Montañeta del Cuaco, situada a un par de quilómetros más hacia el NNO. No se sabe si es de origen bereber o castellano. Con ambas lenguas se le podrían encontrar paralelismos. En la provincia de Cáceres se encuentra la villa de Cuacos, famosa por su monasterio de Yuste. Por otra parte, ‘cuaco’, según la Academia de la Lengua es la "harina que se obtiene de la raíz de la yuca". En Andalucía se dice de una persona ruda, ignorante y grosera, y en Méjico un cuaco es un caballo de mala traza. Pero Guaco es también un topónimo de Tenerife, tenido por los entendidos como voz aborigen, con el que se denomina a una zona de la isla y a un barranco, y pudo ocurrir que esa /g/ inicial, si ya era en el habla de los guanches oclusiva se conviertiera en /c/ velar. Aquí en Lanzarote tenemos un caso análogo de cambio de estas consonantes: el nombre antiguo del corral de cabras que en otras islas se pronuncia 'gambuesa', se dice en esta isla 'cambuesa'. No obstante, pudo ocurrir también que la primera sílaba /gua/ del topónimo tinerfeño correspondiera en origen al sonido representado por la letra /w/, en cuyo caso la velarización de la /g/ no pudo haberse producido.
 
Cuaco, La Montaña del. Pequeño cono volcánico situado en el extremo N de La Geria, a un par de quilómetros al NO de Conil. Por su tamaño merece más el nombre de montañeta que el de montaña que le da la gente, pues mientras en la base apenas mide poco más de 300 m de diámetro su altura no llega a los 50 m sobre el suelo. Su cráter es alargado de O a E, y está abierto por este último lado. Su formación es anterior a las erupciones del siglo XVIII, de la serie II del Cuaternario, pese a quedar su edad algo enmascarada por la cobertura de lapillis negros de los volcanes de esos años que presenta en buena parte de sus laderas.
Aunque este del Cuaco, según me han contado gente bien impuesta en los nombres de esta zona de la isla, es el más antiguo de este volcancillo, también se le conoce por el de La Montaña del Caletón, tal como figura en la cartografía oficial, nombre que le viene de una zanja grande y profunda que se abre en el campo de lava de sus proximidades.
 
Cuaco, La Montañeta del. Pequeño montículo de no más de 25 m de altura sobre el suelo y algo menos de 300 de diámetro, situado a unos cientos de metros al S de La Montaña de El Rodeo, en medio del campo de lava moderna de esta zona. Se halla cubierto por una gruesa capa de lapilli negro, bajo la cual, en una zanja de casi 3 m de profundidad que habían abierto en su cima, aparecía la tierra arcillosa subyacente.
En esta montañeta crecen varias higueras entre las que se encuentran un par de ejemplares de la variedad llamada brevera en la isla, que tienen fama de ser las mayores de Lanzarote, y la verdad que son enormes, si no en altura sí en extensión, según tuve ocasión de comprobar en 1982 en que estuve allí.
Por el lado NO presenta una ligera concavidad abierta en esa misma dirección, que debe corresponder al cráter, siendo el resto de su cima relativamente allanado y cayendo sus laderas en suave pendiente.
 
Cuadros. Porción de terreno fragoso que se extiende desde el montículo que lleva su nombre hasta La Peña de la Casa, que se halla a unos 200 m de distancia hacia el NO.
Cuadros es un apellido.
 
Cuadros, La Peña. Está en el terreno de su nombre. Destaca por su altura y está próxima y al E de Tiagua, a unos 400 m al NO de La Peña de la Casa.
 
Cucharas, La Peña de las. Es un montículo peñascoso, de unos 6 a 8 m de altura, con pedruscos negros sobresaliendo de sus flancos, sobre todo en las partes altas, que está a unos 2.5 Km al SE de Soo y un par de centenares de metros al E del Camino del Majuelo. A unos 300 m al SSE de este collado rocoso hay otro más pequeño llamado La Peña del Miedo. Ambos destacan por su color oscuro de las claras arenas del extenso territorio de El Jable en que se hallan enclavados.
El nombre lo debe a las conchas de lapas que hay en sus inmediaciones, llamadas vulgarmente 'cucharas de lapa' en la isla por haberse usado antiguamente para tal fin. Con ellas hay además otros restos dejados por los majos* o primitivos habitantes de la isla, tanto conchas de otros moluscos como trozos de hueso y de vasijas cerámicas, aflorando además sólidos cimientos que parecen haber pertenecido a construcciones aborígenes.
Al pie de esta pequeña eminencia, por su lado S, construyeron en 1987 un aljibe con techo de cemento armado.
 
Cucharas, La Playa de las. Tiene un largo de al menos 400 m. Está en la urbanización Costa Teguise, al fondo de una amplia ensenada cerrada por el S por el saliente costero de La Punta del Tope. Con el advenimiento del turismo ha sufrido serias alteraciones por obras de infraestructura y ha quedado totalmente cercada por edificios de alojamiento turístico, destacando en sus proximidades el lujoso hotel Salinas de cinco estrellas.
 
Cucharillas, Las. Zona que está entre Ajey y Los Bebederos, al E de San Bartolomé.
 
Cuchillo, El. Pequeño pago, o más bien barriada, de Tinajo situada a cosa de 1 Km al NE de este pueblo y a igual distancia al O de la afilada loma que le da nombre.
Su existencia como núcleo poblacional se registra ya desde las primeras décadas del siglo XVIII. En uno de los documentos del Archivo de Simancas relacionados con la erupción volcánica de aquella centuria se le atribuyen, junto con el próximo lugar de Yasen, 14 vecinos. Sin embargo el Compendio brebe y famosso de 1776, con ser cuarenta y seis años posterior, sólo le da 11, y P. de Olive (1860) dice que tiene 20 casas.
Cuchillo, El. Es un cerro afilado, tendido casi de E a O, de 1.200 m de longitud, de planta algo arqueada, con la parte cóncava mirando hacia el N, que se une por su parte occidental a la pared del cráter de la llamada por él La Caldera del Cuchillo formando parte de la misma. Por este lado yuxtapuesto a la caldera alcanza en la cúspide –que recibe el nombre de El Pico del Cuchillo– una altura de unos 35 m por el lado S y unos 100 o poco más por el N. Tal diferencia de altura se debe al pronunciado desnivel que existe entre el terreno exterior al cráter y el del fondo del mismo. En su continuación hacia el E se sigue dando una notable diferencia de altura entre el lado N y el lado S, aunque no tan pronunciada.
El topónimo es muy antiguo, pues el próximo caserío de El Cuchillo, que toma el nombre de este accidente orográfico, figura ya en documentos de 1730 de los archivos de Simancas. En algunos casos se escribió con el añadido de Juan Pérez, personaje inidentificado. He encontrado gente de edad de los pueblos circunvecinos que conocían la existencia de ese complemento nominal, pero que, según me dijeron, había caído ya en desuso desde hacía años.
 
Cuchillo, El Filo del. Cerro alto y estrecho o afilado, como lo indica su nombre, de unos 700 m de largo en el sentido aproximado SO-NE, que separa a los valles de Temisa y del Malpaso, a 1 Km al SO de Haría. Se une a Montaña Faja, que está enfrente, por una depresión o degollada*. Por esta afilada loma serpentea la carretera que baja por La Cuesta del Malpaso.
 
Cuchillo, La Caldera del. Hacia el NE de Tinajo, a un par de quilómetros de este pueblo, despliega su anchuroso cráter, el de mayor abertura de toda la isla con sus 1.350 m de diámetro, La Caldera del Cuchillo, si bien de paredes tan bajas que más semeja una gran depresión del terreno que un cono volcánico, hallándose falta además de todo el sector de pared correspondiente al primer y último cuadrantes. Se trata de un genuino prototipo de hidrovolcán que proclama este origen marino con las llamativas y delgadas estratificaciones que presenta en la parte interior, muy pina, de la pared del cráter.
En el fondo de la caldera, de muy buenas tierras de labor, exhiben su negro manto de picón* o lapilli numerosos campos de cultivo enarenados.
El nombre de este volcán se lo da el cerro afilado llamado El Pico del Cuchillo, que es parte integrante de su pared S.
Parece ser que este volcán debió expulsar poca lava. Hernández-Pacheco piensa que su formación pudo deberse en gran medida a un proceso de hundimiento. En cualquier caso lo que es obvio es que de haber arrojado material fluido éste tuvo que discurrir hacia el N a favor de la pendiente del terreno que termina en la costa de La Santa y La Isleta del Río.
 
Cuchillo, La Caldereta del. Es el espacio de terreno, amplio a pesar de su nombre en diminutivo, de unos 400 por 400 m, cuyo fondo forma cuenca o ligera depresión yuxtapuesta a La Caldera del Cuchillo por su lado de naciente, de tal forma que la pared oriental de ésta es al mismo tiempo la occidental de la caldereta que nos ocupa, en tanto que su pared S está constituida por la parte del cerro de El Cuchillo que se separa tangencialmente de la de La Caldera del Cuchillo, faltando totalmente las del N y del E.
Su existencia parece responder a un volcán imbricado al mayor de La Caldera del Cuchillo.
 
Cuchillo, La Cueva del. Su entrada se encuentra a unos cientos de metros al SO del Pico del Cuchillo junto a la carretera que pasa por alli. La boca se abre en el suelo a modo de un pequeño jameo* de unos metros de amplitud. Consiste en un tubo volcánico de una decena de metros de longitud, unos 5 de ancho y 2 de altura.
Tanto en su interior como en las inmediaciones se ha encontrado material arqueológico aborigen y postconquístico en cierta abundancia.
 
Cuchillo, La Cueva del Filo del. Está en la ladera de naciente de La Montaña de Tahíche, por encima de Los Morros. No es más que una pequeña covacha, pero ofrece la curiosidad de que al meter la cabeza en ella se aprecia un calor sofocante. El Filo del Cuchillo es la pared N que se encorva hacia el E del cráter mayor de este volcán, que queda por encima de la cueva.
 
Cuchillo, Los Morros del. Están a un par de Km al SO de Soo, próximos al extremo E de El Cuchillo, un poco por encima o N del polvorín que se ha instalado en esta zona de la isla.
 
Cuchillos, El Filo de los. Es todo el paredón que cierra al Valle de Femés por su lado de naciente. Se extiende por tanto en una longitud de unos 2 Km entre El Pico de la Aceituna al SO y El Pico de la Oveja al NE.
 
Cuchillos, La Punta de los. Se forma esta punta en la costa de Tinajo, a unas pocas decenas de metros a barlovento de La Laja del Sol. Es fácil de identificar porque tiene dos puntillas* paralelas largas y afiladas, que deben ser las que le dan el nombre, las cuales se meten mar adentro como dos muros y quedan sumergidas al subir la marea. Por extensión el topónimo se aplica al conjunto de los roquedales que siguen a ambos lados y al gran promontorio que se forma por tierra de ellas.
 
Cuervo, El Nido del. Es un pequeño promontorio o punta arriscada que cierra por la derecha a la caleta llamada El Barranco de la Seba, situada casi al N del pueblo de Soo, unos grados al E, al fondo de la gran ensenada de unos 650 m de abertura, en su rincón izquierdo, que se forma en aquella costa. A la derecha forma un caletoncito*, también de paredes altas, quedando todo este conjunto incluido en el topónimo objeto de este comentario.
Según vecinos ancianos de Soo a quienes he tenido oportunidad de consultar, el nombre es viejísimo, pero no hay memoria de haberse conocido allí un nido de estas aves.
 
Cuervo, El Nido del. Caletilla en la costa de Tinajo que queda al O del pueblo, estrecha y alargada, que se abre a poco más de 100 m del arranque del saliente costero llamado Volcán Nuevo por su flanco de poniente. Su pared O es vertical, de varios metros de altura y la otra es baja.
 
Cuervo, El Pico del. Pequeña eminencia de cima algo rocosa que sobresale ligeramente en lo alto del Filo de los Cuchillos, el gran paredón o lomo alargado que cierra al Valle de Femés por su lado de naciente. Está a unos 250 m al SE del casco principal del pueblo de Femés y 300 al NE de la cúspide del Pico de la Aceituna. Tiene unos 100 m de largo, ascendiendo el suelo del lomo en que se encuentra, por su extremo de naciente, hacia la vecina eminencia del Pico de las Flores.
 
Cuervo, La Garganta del. Montículo de forma troncocónica muy regular, de unos 15 m de altura sobre el suelo, que resalta en el terreno lávico ocre reciente en que se encuentra por su color negro, situado a 600 m al NNO del archiconocido Islote de Hilario. El nombre, según los más veteranos guardas del Parque Nacional de Timanfaya, al que pertenece, se conoce desde hace décadas y le viene del parecido que se le ha atribuido a la parte terminal visible de la chimenea con el gaznate de las crías de estas aves. Es dicho agujero una sima impresionante en forma de pozo de un color rojizo acentuado, de unos 6 m de abertura en la boca que incluso se ensancha algo más hacia abajo, y una profundidad de al menos 12 m. Este pozo se abre dentro de un pequeño cráter algo excéntrico, poco profundo, de unos 14 m de diámetro, con boca ligeramente protuberante como si estuviera circundada de un reborde de 1 m de altura.
 
Cuervos, La Caldera de los. Se encuentra enclavado este volcán en pleno campo de lava del siglo XVIII, a unos 3 Km al NO de Conil, en el rincón que forma el extremo S del término municipal de Tinajo. A 700 m hacia el ENE se levanta Montaña Negra; a poco más de 0.5 Km hacia el SE, La Montaña del Cuaco; casi al S, unos grados al O, a 0.5 Km, el volcancillo de Peña Palomas, y al SO, a poco más de 1 Km de distancia, Montaña Diama.
Es de dimensiones modestas, pues mide de largo unos 750 m en el sentido OSO-ESE y algo menos de la mitad de anchura. El cráter, de figura oblonga, ocupa la mitad N del volcán, alcanzando un poco más de 350 m de longitud de O a E y unos 200 de ancho. El fondo lo tiene a más de 15 m por debajo del nivel del terreno exterior en que se asienta el volcán, y sus paredes son arriscadas, especialmente en la mayor parte del tercio superior en que son casi verticales.
Su punto más elevado se localiza en el filo superior de la pared SO de la caldera, donde alcanza unos 70 m sobre el suelo. El sector N de la pared del cráter, todo él terminado en lo alto en un borde afilado con algunos picachos descollantes, es algo más baja que la del S. Por este lado N tiene un angosto portillo que llega hasta ras del suelo por el que hace años entraban los camiones para cargar picón* de que estaba lleno el fondo. Frente mismo a dicha embocadura, a unos 150 m de ella, enmedio del mar de lava que rodea al volcán, sobresale un gran bloque rocoso que no es otra cosa que el trozo de pared que la cerraba, el cual, arrancado y arrastrado por la arrolladora presión de la lava que llenaba el cráter, quedó finalmente anclado en la posición en que hoy yace.
El extremo de poniente del volcán es una pequeña loma adosada al mismo que presenta un color negro intenso a causa del lapilli que la recubre, pues en realidad es de naturaleza arcillosa, al menos en sus capas superiores, cuyo material asoma por algunos puntos de sus flancos donde el lapilli no se mantiene por la excesiva inclinación de los mismos, denunciando con ello su edad mucho más antigua que la del volcán.
Dentro de la gran erupción que transformó la superficie de la parte SO de la isla, La Caldera de los Cuervos ocupa un lugar de privilegio, ya que fue, según todos los indicios, el primero de los volcanes que brotaron en esos años, es decir, el que reventó el 1º de Septiembre de 1730.
De entre las muchas citas documentales coetáneas a esas erupciones que hacen referencia a este volcán la más conocida es la contenida en el célebre manuscrito del entonces cura de Yaiza, testigo presencial de los hechos, Andrés Lorenzo Curbelo, quien, según traducción al español de la versión alemana hecha por el geólogo L. von Buch, nos cuenta sus observaciones del siguiente modo:
"El 1º de septiembre de 1730, entre nueve y diez de la noche, se abrió de pronto la tierra a dos leguas de Yaiza, cerca de Chimanfaya. Desde la primera noche se formó una montaña de considerable altura, de la que salieron llamas que estuvieron ardiendo durante diecinueve días seguidos. Pocos días después se abrió una nueva sima y una arrolladora corriente de lava procedente de ella se precipitó sobre Chimanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. (Sin embargo hay otros documentos más fiables que dicen que la aldea de Chimanfaya quedó destruida a las veinticuatro horas de abrirse el volcán).
La lava corrió sobre los pueblos hacia el N, pero el 7 de septiembre se levantó una gran roca surgida de las profundidades de la tierra que obligó a la corriente a dirigirse hacia el NO y ONO. La lava alcanzó entonces los pueblos de Jarretas y Santa Catalina, situados en el valle, a los que destruyó.
El 11 de septiembre se renovó la fuerza de la corriente de lava. De Santa Catalina cayó sobre Mazo, quemó y cubrió totalmente la aldea y se precipitó luego como una catarata de fuego en el mar durante ocho días seguidos. Luego todo se calmó."
El geólogo von Buch intercaló unas apostillas en el texto que tradujo, cuyo contenido vale la pena reproducir por lo que suponen de ayuda en la localización del volcán, pero no aclara si son producto de observaciones personales o de información tomada de algún documento que manejó. Dicen así:
"Esta primera erupción ocurrió al E de la Montaña del Fuego, a medio camino aproximadamente entre esta montaña y la del Sobaco". A lo que añade más adelante: "Era evidente que la lava había salido de una sola boca, que podría estar situada aproximadamente entre Tinguatón y Tegoyo".
Este volcán de La Caldera de los Cuervos se encuentra, en efecto, relativamente poco desviado del punto de intersección de las coordenadas trazadas entre los lugares referidos, cumpliéndose además con bastante aproximación la condición expresada en el primer enunciado de hallarse a media distancia de las dos montañas que en él se citan y la circunstancia de no haber ningún otro volcán de esa época en las cercanías de dicho punto aparte de los de Las Nueces y Montaña Colorada, sobre cuya fecha de erupción hay seguridad plena de haberse producido años más tarde.
Existen por otra parte elementos de juicio observables in situ que confirman las informaciones documentales antedichas. Puede apreciarse sobre el terreno, por ejemplo, que las lavas fluyeron en la dirección en que se encontraban los pueblos que fueron destruidos por ellas –la situación de los cuales queda garantizada por sendos topónimos homónimos que aún se conservan–, aproximadamente la NO, condición esta que no cumple ningún otro volcán de ese año 1730. Por otro lado, una de las dos bocas de emisión que se abrieron a continuación simultaneamente, las del 10 de octubre siguiente, con toda probabilidad la correspondiente al volcán llamado en la actualidad La Caldera de la Rilla, debió ser la responsable de la gran emisión de lapilli negro que cubrió en torno suyo un área de varios quilómetros de radio. Pues bien, el hecho de que este volcán de La Caldera de los Cuervos sea el único de los que se formaron por esos años en esta zona de la isla que quedó afectado por aquella lluvia de lapilli tan abundante en el interior del cráter, prueba sin lugar a dudas que fue este cono volcánico el primero en formarse de cuantos surgieron en aquella gran erupción.
Aparte de las coladas de más de 10 Km de longitud vertidas, ya que alcanzaron la costa por el lado occidental de la isla, se sabe por otros documentos de la época que este volcán expulsó también una considerable cantidad de piroclastos. A este respecto resulta suficientemente elocuente la comunicación enviada por el Cabildo de Lanzarote a la Real Audiencia de Canarias el 17 de octubre siguiente, que extractada en la parte que aquí interesa dice así:
"Participa este Cabildo a V.S. cómo habiendo reventado un volcán la noche del día 1º del pasado echando fuego diecinueve días, en que dejó quemadas casas, aljibes, maretas, fábricas, pajeron, tierras labradías y montuosas de los lugares de Chimanfaya, Rodeo, Mancha Blanca la Grande, parte de Las Jarretas, Buen Lugar, Santa Catalina con su iglesia y Mazo, entullando además con las arenas el lugar de Peña Palomas, el resto de Las Jarretas y la mayor parte de Geria Alta, causando en todo el mismo daño que hizo el fuego".
El nombre más antiguo de este volcán conocido en la actualidad por las gentes de las localidades vecinas es este de La Caldera de los Cuervos que le doy aqui, el mismo que le dio también Hernández-Pacheco. Evidentemente dicho nombre debe venirle de algunas parejas de estas aves que anidarían en sus escarpes más inaccesibles. Pero también lo conocen algunos por La Caldera de las Lapas a consecuencia, según me han explicado, de unos relieves de arenisca apelmazada en forma de tales conchas, ya desaparecidos, que tenía en uno de sus flancos. El M.M. lo titula Montaña de las Lapas o del Cuervo, cometiendo con ello otro más de los muchos errores toponímicos en que incurre. Últimamente han dado en llamarle El Volcán del Cuervo por iniciativa de algún ultracultista ignorante de la toponimia insular, sin el mínimo apoyo tradicional que lo justifique.
 
Cuestas, Las. Son las laderas pendientes, continuación tierra adentro del gran acantilado de Famara, que se extienden 1 Km al NO de Teguise comprendidas entre los barrancos de La Horca al N y de Las Piletas al S, abarcando por tanto un espacio de unos 800 m. Por ellas bajaba antes la pista de tierra para vehículos rodados que conducía a La Caleta de Famara.
 
Cuestas, Las. Terreno en cuesta o pendiente, como lo indica su nombre, situado a 1.5 Km al E de San Bartolomé, que se forma entre las montañas Mina y de Zonzamas, desde donde está la célebre Quesera de los Majos hacia abajo hasta llegar a la llanura más horizontal donde empieza Maneje de Arriba.
 
Cueva, El Morro de la. Montículo situado unos 150 m al SE de la ermita de La Magdalena de Conil, distante algo más de 1 Km hacia el NE de este pueblo, próximo a Montaña Tesa. A unos 50 m al N hay otro montículo mayor llamado Morro Redondo.
Recibe el nombre de una covacha que tiene en la base por el lado N.
 
Cueva, La. Está al pie del acantilado que se forma entre Punta Fariones y La Playa del Salto, a medio camino del mismo, en la franja intermareal, de manera que en ella entra el mar en todo momento. Por encima de esta cueva pasaba antes una vereda que permitía llegar hasta Punta Fariones desde la citada playa, muy peligrosa de transitar, pero que ahora, debido a desprendimientos del risco habidos en su trayecto, es totalmente impracticable.
 
Cueva, La Playa de la. Es la que se extiende entre La Punta de la Baja al O y la Del Burro al E, situada entre las mayores de Los Pocillos y La Playa Blanca, en Puerto del Carmen.
 
Cuevas, El Camino de las. Es la carretera asfaltada que enlaza al pueblo de Máguez con la general del norte que va de Arrieta a Ye, pasando un poco al N del lugar de Las Cuevas, a cuyo lugar conducía dicho camino. Se conoce desde muy antiguo, siendo, naturalmente, de tierra.
 
Cuevas, El Raso de las. Es el terreno allanado, más o menos horizontal, que se extiende a naciente del más elevado de Las Cuevas, el situado a un par de Km al ENE de Máguez, alcanzando hasta cerca del Jameo de la Gente. En su parte más oriental, a partir de la carretera general del norte, lo ocupa un gran cercado de viñas enarenado.
 
Cuevas, Las. Es la zona al O de San Bartolomé que comprende a una montañeta que está muy cerca y al N de Montaña Guatisea y al territorio que sigue al O de esta montañeta. Al N está el paraje de Chimida; al E, Caldera Honda y Caldera Llana, y al S, la boca de la caldera de Montaña Guatisea.
En los mapas ponen el nombre en singular, La Cueva, pero la gente de los alrededores dice siempre Las Cuevas, en plural.
 
Cuevas, Las. Espacio de terreno algo alomado, con caída en pendiente por el lado de naciente, situado a un par de Km al ENE de Máguez y a 400 m al O del K 4 de la carretera que sube de Arrieta hacia Ye, en cuyo suelo, en un radio de unos 50 m en torno a una casa solitaria que hay en él, se abren varias bocas que comunican con un tubo volcánico de 6 a 8 m de luz que corre por el subsuelo.
Según pude comprobar en mayo de 1982 en que visité este lugar con más detenimiento, las bocas de acceso al túnel subterráneo que hay en este lugar, que deben ser las cuevas que le dan nombre, eran, tomando a la casa como punto de referencia, las siguientes: Una a unos 80 m hacia el OSO que se reducía a un agujero abierto en el suelo, de no más de un par de metros de anchura, que daba acceso mediante una escalera de piedras a una porción de la caverna volcánica. A unos 50 m al SO de la casa había otra, casi redonda, de unos 7 m de diámetro, que estaba en medio de un arenado* circundada de una pared artificial y comunicaba mediante una rampa con el túnel. A unos 80 m hacia el SSO de la casa y unos 40 al S del anterior había otra abierta en el suelo como un pozo, de entre 2 y 3 m de amplitud, alcanzándose a ver en el fondo la continuación del túnel a ambos lados. A unos 85 m de la casa y 15 apenas de la que se acaba de describir, al SE de ella, había otra abertura, cerrada en su lado N por una pared artificial, que tenía una puerta de madera. A unos 90 m al S de la casa y 20 al ESE del anterior, al pie de la loma por su lado E, a una cota por tanto sensiblemente inferior con respecto a los que se han descrito hasta ahora, había otro agujero o jameo* de forma oblonga, de unos 9 por 3.5 m, por el que se veía la continuación del túnel o tubo volcánico hacia uno y otro lado. Sus paredes, muy simétricas, mostraban una interesante disposición de la lava solidificada en varios niveles a modo de estratos horizontales paralelos, y en las partes más altas, así como en el techo, se observaban multitud de estafilitos o goterones de lava petrificada. No obstante, y pese a su innegable belleza, estaba muy sucio y maloliente por haber sido usado como aprisco para las cabras. Finalmente a unos 60 m de éste y 100 al SE o SSE de la casa había otro aún a más bajo nivel, de unos 5 por 3 m de abertura, que dejaba también al descubierto el tubo volcánico general.
 
Cumplido, El Charco. Está en el extremo exterior del pronunciado saliente costero situado 1 km al E de la Caleta de Órzola llamado Raso Berbería, muy próximo y a poniente de otro charco que lleva el nombre de dicho raso*. Es, como su nombre indica, alargado, que ese es el significado de este canarismo de origen portugués, tendido casi de N a S, alcanzando unos 150 m de longitud, de escasa profundidad, con una estrechez en el centro. Su anchura máxima, tanto en la mitad N, que es de fondo arenoso, como en la S, que es de naturaleza rocosa, es de unos 50 m.
 
Cumplido, El Jameo. Está a menos de 1 km al NNO de Punta Mujeres, entre El Jameo Tacho al O y el Agujerado al E, ambos a escasa distancia suya. Del último está separado por una especie de puente formado por parte del techo de la caverna que no llegó a caer, de unos 45 m de anchura. En concordancia con su nombre es con bastante diferencia el de mayor longitud de toda la serie de estas grandes oquedades o hundimientos del terreno que hay en el Malpaís de la Corona, ya que alcanza una longitud de 140 m, siendo su anchura media de unos 25 a 30 m.
 
Cura, El Lomo del. Espigón de unos 800 m de largo y casi 100 de altura, el de la derecha y mayor de los dos que salen proyectados desde el costado NE de La Montaña de la Cinta en esa misma dirección, detrás mismo de Yaiza, entre los que se forma El Vallito.
Existe una cierta tradición de que el nombre le viene de que desde él observaba el cura de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, la evolución de las erupciones volcánicas del siglo XVIII que luego plasmara en su conocido Diario en que hace su descripción.
Curvina, La Punta de la. Es la que cierra por el S la ensenada de Puerto Moro, el que está al E de Tahíche y a sotavento del saliente costero de Los Ancones. Hacia abajo de ella, a poco más de 0.5 Km, está La Playa de los Charcos.
Es así, con /u/ en lugar de /o/, cómo llama la gente de mar en Lanzarote al pez corvina o Sciaena aquila de los ictiólogos (si no es que se refieren a la S. umbra), por lo que es de suponer que el nombre de esta punta haga referencia al mismo.
 D –
 
Dedos, El Jameo de cinco. Consiste en un hoyo más o menos circular, de unos 8 a 10 m de diámetro en la boca o parte alta y algo menos de profundidad, que se hunde en el suelo rocoso del Malpaís de la Corona en forma de embudo, junto mismo a la carretera que conduce al Jameo de la Cueva de los Verdes y a poco más de 50 m al O del mismo.
El nombre, según me han contado algunos de los lugareños próximos, le viene de tener en la pared del fondo una señal "como de cinco dedos".
 
Degollada, La. Es la que se forma entre El Jorao y Gayo, al fondo del Rincón de Guíñate, a poco menos de 2 Km al SO del pueblo de ese nombre.
 
Degollada, La. Se forma esta degollada* a 2 Km al O de Mala, entre la altura de Las Mesas y la altiplanicie o meseta de Los Tablones. Por el lado NE cae hacia El Valle Grande y por el SO hacia el punto en que se unen La Triguera con El Barranco de Tenegüime.
 
Degollada*, La. Pequeño caserío del municipio de Yaiza situado al fondo o rincón superior del Valle Fenauso, al pie del volcán de La Atalaya por su lado N y al lado de La Montaña del Cabo por su costado de naciente.
El ingeniero militar José Ruiz Cermeño en su informe de 1772 le asigna 7 vecinos y Pedro de Olive en 1860 dice que tiene 86 habitantes.
El nombre lo toma de la degollada*, collado o puerto que se forma entre las dos montañas citadas, junto a la cual se encuentra.
 
Degollada*, La. Es el accidente de este nombre que se forma a menos de 1 Km al SSO del caserío de Las Casitas (municipio de Yaiza) entre El Pico de la Oveja y El Frontón. De esta degollada* parte, por el lado de naciente, El Valle del Cortijo, que se une al Valle del Higueral poco antes de alcanzar éste la costa a algo más de 1 Km a sotavento de Playa Quemada.
 
Degollada*, La. Es la que se forma entre El Jorao y Gayo, al fondo del Rincón de Guinate, a poco menos de 2 Km al SO del pueblo de ese nombre.
 
Degollada*, La. Se forma esta degollada* a 2 Km al O de Mala entre la altura de Las Mesas, con su punto culminante en La Peña del Silbo, y la altiplanicie o meseta llamada Los Tablones. Por el lado NE cae hacia El Valle Grande y por el SO hacia el punto en que se unen La Triguera con El Barranco de Tenegüime.
 
Desriscadero, La Montaña del. Volcán de la serie II del Cuaternario situado al S de Uga, a unos pocos cientos de metros de distancia de este pueblo. Es de regular tamaño, midiendo algo más de 1 Km en su más o menos redondeada base, y alcanza una altura s. n. m. de 453 m y unos 200 sobre el terreno, con su punto culminante en el extremo S de la pared del cráter. Éste, llamado La Caldera de Robaina, de casi medio kilómetro de diámetro, es semicircular, de los denominados en volcanología en herradura por su forma, con la abertura, que le llega hasta el mismo fondo, por el lado E, hasta el punto de dar salida por ella a un barranco que se inicia en su interior y vierte hacia La Vega de Temuime.
El caudal de lavas que expulsó este volcán fue considerable, pues luego de discurrir varios quilómetros a favor de la pendiente del terreno se introdujo en el mar formando el saliente costero que cierra por naciente la Bahía de Juan de Ávila, confundiéndose luego dichas lavas con las coladas de otros volcanes que discurrieron más hacia el E.
El nombre que he oído dar mayoritariamente a esta montaña a gente de edad de esta zona de la isla es el que le doy en el título de esta entrada, La Montaña del Desriscadero, y no el de Riscada que figura en los mapas oficiales, si bien algunos, por corrupción del mismo lo vienen nombrando desde hace tiempo Del Riscadero, como lo recogió Hernández-Pacheco en su Estudio geológico de Lanzarote y de las isletas canarias durante su visita a la isla en 1907. Con ese nombre del Desriscadero lo he visto en documentos y textos antiguos, como es el caso del Diccionario de P. Madoz en la entrada dedicada a Uga, si bien en dicha obra se escribe "Derriscadero", presumo que por error tipográfico o porque se copió mal. Del Desriscadero figura escrito en el Plan Beneficial, de 1806. Además, avala esta forma 'desriscadero' el que tal término signifique en nuestras islas una ladera difícil de pasar por su acusada pendiente, que es precisamente el caso con el flanco N de esta montaña, voz relacionada con 'desriscarse', equivalente canario del español común despeñarse.
A la falda S de este volcán se le llama, debido a su color, Las Coloradas.
 
Destila, El Charco de la. Porción interna de Juan Rejón que queda separada del resto por las bajas del Cagadero, La Bajita y La Islotita. Recibe el nombre de un ingenio de esta clase utilizado para la extracción de alcohol de la uva, que se instaló en sus orillas en la segunda mitad del siglo XVIII.
 
Diablo, La Puntilla del. Promontorio de bordes acantilados que se forma a un par de cientos de metros del extremo más saliente de La Punta de Papagayo, por el lado de poniente, entre el caletón* llamado El Rincón del Guelde y el de La Bonanza.
 
Diablo, Las Cuevas o bocas del. V. El Volcán Nuevo.
 
Diama, Montaña. Volcán de la serie eruptiva II del Cuaternario, del municipio de Yaiza, que se yergue a 4 Km al NE del pueblo de Uga y cierra por el N la conocida zona de La Geria.
Es de tamaño medio y figura irregular, tanto en planta como en alzado. Tiene este volcán el fondo del cráter a bastante más bajo nivel que el del terreno exterior, no siendo de menos de 25 m esa diferencia, lo que constituye uno de los casos más notables en este sentido entre los volcanes de Lanzarote. Dicho cráter se abre en la parte N de la montaña, hallándose la pared que mira en esa dirección profundamente escotada, casi hasta llegar a ras del suelo exterior. En su fondo o parte más honda fluyen varias fuentecillas que manan a lo largo de todo el año y vierten en unas tanquetas de cemento. En las proximidades de estos manantiales crecían en 1973, en que visité el lugar, unas cuantas parras de la variedad moscatel que se distinguían por su enorme producción de uva, llegando a dar algunas de ellas, según me han asegurado personas de todo crédito, más de 200 Kg al año.
El punto culminante o cumbre de la montaña, terminada en punta no muy aguda, con sus más de 160 m sobre el nivel del suelo, se encuentra en la parte SO del edificio volcánico, que es donde alcanza mayor grosor y volumen. A partir de la cumbre, la pared crateriana en su brazo derecho, de borde superior afilado, disminuye de altura gradualmente cayendo hasta el nivel del suelo en pendiente pronunciada. El otro brazo del cráter, el del lado izquierdo o de poniente, que se dirige hacia el N, queda reducido a una montañeta de unos 60 m de altura unida al cuerpo principal de la montaña por un corto rebaje y estrechez a modo de istmo. Tiene esta montañeta, cuyo nombre es Montañeta Diama, en su cumbre, una casa muy vieja, casi derruida.
Esta montaña, así como la montañeta, se halla recubierta en la mayor parte de su superficie de arena volcánica negra expulsada por volcanes del siglo XVIII, salvo en las zonas más altas y de mayor inclinación, en las que muestra al exterior la superficie escoriácea, o más bien tobácea, de color amarilloso, de que están constituidas sus capas externas.
El nombre de este volcán es uno de los más eufónicos y aptos para mujer de cuantos ofrece la toponimia maja*, pues por guanche se tiene. Pese a ello nunca lo he visto utilizado en la onomástica femenina al uso. A los moradores de las localidades circunvecinas siempre los he oído decirlo como lo doy aquí y se ve en textos modernos, Diama, pero en algunos mapas y textos del siglo XIX, del que datan las citas más antiguas que he visto (mapa de F. Coello, de Gregorio Chil y Naranjo y Diccionario de P. Madoz, entre otros, se escribe 'Diamar', es decir, terminado en /r/, forma que, aunque carente del acento o vírgula en la primera /a/ por no ser usual entonces este signo ortográfico, ha de sobreentenderse que seguiría siendo palabra llana. Qué pueda haber significado en la lengua prehispánica no se sabe. El berberólogo austriaco, D. J. Wölfel, lo incluye en su Monumenta, aunque no tomado de la montaña sino de las casas-cortijos que están a sus pies, dentro de La Geria. Mas, como suele ocurrir con la mayoría de estas voces aborígenes, no logra encontrarle un significado convincente.
 
Diama, Montañeta. V. Montaña Diama.
 
Dinero, La Cueva del. No tiene otro interés que el nombre. Se trata de una covacha situada dentro de un corral que se usaba antes para encerrar cabras, que se abre debajo de un solapón*, en el margen derecho del Barranco del Disadero, del término de Tinajo. Sus dimensiones aproximadas son unos 3 a 4 m en la boca, poco más de 1 de altura y 2 o 3 de profundidad. Tiene fama de haberse encontrado en su interior, hace tiempo, cierta cantidad de dinero.
 
Dinero, La Montañeta del. Es un simple montículo terroso de base redondeada y forma bastante regular, de unos 100 m de diámetro en la base y algo más de 10 de altura que se encuentra a menos de 2 Km al SE de Uga, próximo a la carretera que baja hacia Playa Quemada, a un par de cientos de metros de su comienzo. En su cima podían verse en 1980 en que lo visité los cimientos de unas gruesa paredes hechas con grandes bloques de piedra que me llamaron la atención.
En cuanto al nombre, A de la Hoz (1962:224) dice en nota al pie de página: ”Toma su nombre de una vieja tradición según la cual los reyes aborígenes escondían allí sus tesoros”. Pero lo cierto es que yo tuve ocasión de preguntar desde la década de los ochenta a varios moradores de edad avanzada, alguno de ellos nonagenario, de localidades circunvecinas, y lo único que supieron decirme es que la montañeta se conoce así desde tiempo inmemorial, ignorándose el motivo de tal nombre.
 
Disadero, El Barranco del. Discurre a un par de Km al NO de Tinajo con una longitud de 1 Km, arrumbado de SE a NO, y después de atravesar el lugar de Las Cambuesas por su parte ancha desemboca en el mar a sotavento del lugar llamado La Piedra del Doro.
El nombre tiene todas las apariencias de ser un plural colectivo de dise*, ese supuesto vocablo aborigen que parece encerrar el significado de poceta o depósito pequeño que conserva el agua de lluvia según explico en la entrada primera de El Dise. Precisamente en el álveo de este barranco, debido a su naturaleza rocosa impermeable, se formaban cuando llovía una serie de charcos grandes que conservaban el agua durante meses, sobre todo después de ser cubiertos ex profeso con ramajes de matorrales, agua que destinaban los pastores, hasta no hace muchos años, según información personal de algunos de ellos, para abrevar el ganado.
 
Dise, El. Contrafuerte o espigón que tiene el volcán La Atalaya por su parte E situado entre El Valle de Alonso, al N, y Las Piletas, un barranco que baja de la montaña, al S. Las casas del pequeño barrio de Femés, llamado Femés Chico, están al pie mismo de esta loma de El Dise.
Este vocablo dise* parece de estirpe guanchinesca, pues no le he encontrado correspondencia ni en español ni en ninguna otra lengua europea que haya podido tener influencia en el habla de nuestra isla en siglos pasados. Ningún especialista de la lengua guanche la ha estudiado que yo sepa. No se sabe qué significado haya podido tener en el habla de los primitivos habitantes de la isla, pues la gente del pueblo ha perdido memoria del mismo. Por mi parte, después de algunas investigaciones de campo que he llevado a cabo en los distintos lugares en que esta voz figura como componente toponímico en Lanzarote, he llegado a la conclusión, con las reservas que la prudencia dicta en estos casos, que dise* pudo haber sido el nombre genérico de ‘poceta’ o ‘pileta natural’, y de forma más extensiva de cualquier reservorio de tamaño no muy grande en que se recogía el agua de lluvia. Baso este supuesto en los siguientes considerandos: En algunos de los lugares costeros en cuya denominación entra la voz dise* como componente del nombre he observado la existencia, en forma claramente significativa, de esas singulares pozas de paredes alisadas que reciben en geología el curioso nombre de 'marmitas del diablo'. Tales son los casos del lugar de Los Dises en la costa occidental de la islita de La Graciosa y de Los Dises, al E de Caleta Caballo. Luego, tierra adentro, tenemos El Valle de los Dises, en la vertiente oriental de la sierra de Los Ajaches, en algunos de cuyos barrancos secundarios laterales que vierten en él se ven, al pie de las bruscas caídas que se forman en su cauce de trecho en trecho, sendas pozas y hoyos que según declaración de gentes de las localidades comarcanas conservan el agua de escorrentía durante meses cuando se llenan al llover, recordando por su estructura y potencial funcionalidad a los típicos 'eres' aborígenes de Tenerife y otras islas del archipiélago. En el término de Tinajo, al NNE de Montaña Tenésara, se encuentra El Barranco del Disadero, cuyo último componente onomástico tiene todos los visos de corresponder a un plural colectivo de dise*. En el álveo de dicho barranco, de naturaleza rocosa impermeable, se forma una serie casi ininterrumpida de grandes pocetas que se llenan de agua cuando el barranco corre, receptáculos que según me han dicho pastores veteranos de aquella comarca eran utilizados hasta no hace muchos años recubriéndolos una vez llenos con lajas o ramas de arbustos, haciéndose uso de aquella agua para abrevar el ganado durante meses. En el recóndito islote* llamado El Dise de la Pared, metido en pleno mar de lava histórica, asimismo en la jurisdicción de Tinajo, a poniente de Montaña Tenésara, existen dos depósitos para agua de aspecto muy antiguo, uno pequeñito, de apenas 1 m3 de capacidad y otro un aljibe normal, pero más bien de aforo reducido. Junto a La Peña del Dise, lugar ya absorbido por la vorágine urbanizadora de Puerto del Carmen, había, según personas de todo crédito, un hoyo hondo en el que se embalsaba el agua de lluvia, que duraba meses sin secarse. El Dise Blanco, a poniente de Los Valles, es el nombre de un barranco que discurre por terreno calizo de color muy claro en cuyo álveo se formaban también cuencos en que se depositaba por largo tiempo el agua de lluvia, destacando uno de ellos, ya desaparecido, por su mayor capacidad.
Cierto es que hay otros lugares de la isla que llevan este nombre en los que no se aprecia nada que pudiera hacer pensar en uno de estos receptáculos. Pero eso, en buena lógica, no es razón suficiente para negarles tal origen. En primer lugar, hay que tener presente que algunos de los lugares así bautizados son nombres nacidos por contigüidad o cercanía a otros de los citados que lo llevan. Tal debe ocurrir, por ejemplo, con El Lomo de los Dises, El Morro de los Dises y La Playa de los Dises, todos ellos ubicados dentro del ámbito territorial del Valle de los Dises ya explicado de Los Ajaches, que deben considerarse como nombres derivados del de dicho valle, y con El Barranco de los Dises, así llamado por desembocar en el lugar de Los Dises próximo a Caleta Caballo. En segundo lugar habrá que admitir que nada tendría de extraño que en algunos casos los presuntos receptáculos hayan desaparecido por efecto del largo tiempo transcurrido desde que dejaron de usarse.
En cuanto a buscarle una explicación etimológica a la voz dise* por el bereber ello sería labor propia, claro está, de entendidos en esas lenguas. Lo que no se puede rechazar de plano es una posible relación morfológica con la palabra 'ere' citada. Sabido es que esta voz tuvo también la variante 'erese'. Pues bien, de esa variante pudo haber surgido la forma 'dise' lanzaroteña siguiendo, por ejemplo, el proceso, 'erese'>'rese'>'rise'>'dise'. Hay además otra voz de parecido significado, usada asimismo en el NO africano, 'tilinsi' (L. Diego Cuscoy, 1968: 61), de la cual pudo también haber surgido 'dise', bien sea considerando a la sílaba inicial -ti- como partícula separable, un determinante por ejemplo, con lo que quedaría convertida en 'linsi', o bien suponiendo una transformación del nombre en 'tisi' por pérdida de la sílaba central /lin/. En ambos casos no se puede negar un claro parecido de estas resultantes con la palabra 'dise'.
 
Dise, El. Terreno en el extrarradio de Guatiza, de unos 300 m de extensión, situado a unos 100 m al S de La Caldereta.
 
Dise, El. Lugar situado dentro del casco de Mala que comprende una ligera depresión de unos 150 m de extensión.
 
Dise, El. Está este lugar cerca del extremo O de La Caldera de los Aljibes, detrás de Soo.
 
Dise, La Ladera del. Parte del flanco izquierdo del Valle de Arriba poco antes de llegar a La Cortada, nombre que se da a la zanja que se abrió para dar paso a la carretera general que sube a lo largo del pueblo de Los Valles en direcció a Haría.
 
Dises, El Barranco de los. Se le llama así por desembocar en el lugar del litoral de este nombre situado a naciente de Caleta Caballo. Nace a más de 1 Km tierra adentro en dirección S.
 
Dises, El Lomo de los. Interfluvio o loma en Los Ajaches que separa al Valle de los Dises del Valle de la Casa, que sigue al N.
 
Dises, El Morro de los. Loma --más que 'morro' según el sentido que se da en la isla a este término topográfico-- adosada a Pico Redondo por su costado S formando una especie de contrafuerte, al pie de la cual se inicia El Valle de los Dises. Su cima es amplia y despejada, ligeramente redondeada y tiene una prolongación hacia el SE. Por los lados SE y SO cae en acentuada pendiente hacia la cabecera del Valle de los Dises, mientras que por el NE lo hace hacia la cabecera del Valle de la Casa.
 
Dises, El Valle de los. Gran barranco que se inicia a 1.5 Km al S de Femés, en el rincón que forma El Morro de los Dises por su parte S, y termina en la costa después de un curso de 3.5 Km en dirección ESE. Discurre este valle entre los interfluvios del Lomo de la Fuente al N y El Lomo de los Dises al S. Por su fondo discurre El Barranco de los Dises o del Valle de los Dises, cuyo lecho está cubierto de arenas aluviales de color gris, con anchura que oscila entre los 2 o 3 m en los tramos más estrechos y los 15 o 20 en los más anchos.
Es posible que el nombre le provenga de la existencia de dises* en algunos de sus barrancos subsidiarios, tal como dejé apuntado en la entrada dedicada a El Dise de Femés.
 
Dises, La Peña de los. Está situada en el flanco derecho del Valle de los Dises, a media altura del mismo, un poco por debajo del punto medio del curso de dicho barranco, donde hace una curva pronunciada que gira hacia el S, cuyo seno ocupa. Consiste en un afloramiento o conglomerado basáltico a modo de pequeño montículo poco prominente pero bien destacado del terreno circundante terroso.
 
Dises, La Playa de los. Es la que se forma en la desembocadura del Valle de los Dises, de arenas de aluvión de color gris, de unos 200 m de longitud.
 
Dises, Los. Lugar costero de unos 100 m de extensión, de suelo rocoso subhorizontal, situado a unos centenares de metros al E del caserío de Caleta Caballo, a partir de la desembocadura del barranco de igual nombre. Llama la atención en este lugar la abundancia de esas características pocetas, de unos cuantos litros de capacidad, de interior alisado, que suelen formarse en la zona intermareal rocosa de escasa pendiente a causa del repetido roce contra sus paredes producido al remover las olas en el curso de siglos las piedras que caen en su interior, en un principio en oquedades preformadas más o menos irregulares, formaciones que en geología reciben el nombre de ‘marmitas del diablo’.
 
Dises, Los. Conjunto de islotes* o parcelas de terreno antiguo rodeado de lava moderna, situados a unos 4.5 Km al ONO de Tinajo, a poniente de Montaña Tenésara. Son cuatro, alineados aproximadamente de NNO a SSE, dos mayores, alargados y estrechos, y otros dos mucho más pequeños. Son, de abajo hacia arriba, siguiendo la pendiente del terreno, los siguientes: en primer lugar está el mayor de todos, llamado en particular El Islote del Dise de la Pared, que comienza a unos cien metros de la orilla del mar, de unos 700 m de largo y 200 en su parte más ancha; sigue uno de los pequeños, de alrededor de 130 m de longitud, unos 150 m más arriba; a aproximadamente 50 m de este último se encuentra el segundo más grande, de unos 450 m de longitud, y finalmente, unos 100 m más arriba, está el otro pequeño, de unos 170 m de largo. A los tres últimos se les llama en conjunto Los Dises de Arriba.
El suelo de estos islotes* es muy pedregoso, el típico malpéis* de los campesinos. Crecen en ellos, en particular en el primero y mayor, bastantes matorrales, entre los que sobresalen la 'higuerilla’ (Euphorbia regis-juba), la ‘ahulaga’ (launaea arborescens), la 'algodaera’ (Bassia tomentosa) y el espino (Lycium intricatum), además de otros más escasos y hierbas menores.
En 1988 en que reconocí estos islotes* se levantaba en medio del mayor de ellos, una interesante construcción-vivienda que se describe con todo detalle en su entrada correspondiente, o sea, en la del Islote del Dise de la Pared.
 
Dolores, Las Montañetas de. Parecen ser sectores de un mismo cráter que quedó dividido en dos mitades por amplias escotaduras, o son dos conos volcánicos independientes casi contiguos con los cráteres abiertos en herradura uno frente al otro. Por entre ambas pasa la carretera a cuya vera, por el lado S, se encuentra la ermita que les da nombre, en la que se venera la patrona de la isla. A la del N se la distingue con el nombre de La Montañeta Chica y a la del S con el de La Montañeta de don Carlos Cancio, que fue el último de sus dueños.
 
Dorada, Peña. Escollo en el litoral del Parque Nacional de Timanfaya, retirado de tierra unos 50 m. Su largo, que se mide en sentido perpendicular a la costa, es de unos 10 m, alcanzando una altura de unos 4 m sobre el nivel medio de las mareas. Está frente a una punta alta, poco saliente, que forma allí la costa, a unos 200 m hacia el E de la cual se levanta un mojón cilindrocónico, de un metro y medio de altura aproximadamente, hecho con los mismos pedruscos escoriáceos de aquellos terrenos, que marca el inicio de los linderos de saparación de los términos municipales de Yaiza y Tinajo por este lado.
A unos veinte y pico metros al SO de esta baja* hay un par de escollos más que quedan casi anegados a marea alta, pero que emergen bastante extensamente al bajar la marea.
El nombre, por lo que se deduce del Plan Beneficial de Lanzarote, redactado a finales del siglo XVIII, debe venirle de su abundancia en los peces así llamados (Sparus aurata), pues en ese documento figura escrito La Piedra de las Doradas.
Curiosamente, también es conocida desde tiempo inmemorial por La Peña de Lanzarote, ignorándose el porqué de tal nombre.
 
Dorada, Playa. Nombre que se ha dado a una playa artificial que han hecho años atrás en el extremo E de la actual Playa Blanca, en el lugar que hasta entonces llamaban El Callao Negro.
 
Doro, El. Parcela de terreno situada a poco más de 1 Km al NO de Guatiza, a la entrada del Barranco de Tenegüime, a mano derecha, formando parte de su lecho, a unos 150 m más adentro del extremo S del lomo afilado llamado Los Tocinos. Un poco por encima, en la ladera de dicho lomo, hay una pequeña cueva de boca arqueada, rodeada de una sólida pared de piedra seca, conocida de siempre con este nombre, que según se cuenta por allí ha inspirado tradicionalmente un cierto sentimiento de temor o misterio.
Enigmático nombre este de ‘doro’, de difícil adscripción lingüística. ¿Es español, portugués, guanche? No se sabe.
 
Doro, La Piedra del. Saliente de la costa distante unos 2 Km al NO de Tinajo, en el paraje de Las Cambuesas, situado a poco más de 100 m al N de la desembocadura del Barranco del Disadero. Es apeñascado, pero no muy alto, pues sólo alcanza de 3 a 4 m sobre el nivel medio de las mareas. Este acreditado pesquero ofrece la curiosidad de tener en su parte superior unos agujeros por los que sale el aire a presión por efecto de las olas, produciendo un ruido parecido al de la respiración o resuello de un gran animal.
 
Duarte, La Montaña del Clérigo. V. Montaña Negra (Tao).
 
Dulce, El Valle de Fuente. Se abre este valle o profundo barranco, orientado de O a E, a un par de kilómetros al SO del puertito de Örzola, entre El Lomo de las Silletas y El Cabezo al N y El Lomo de Barranco Hondo al S, alcanzando una longitud de casi 2 Km. La fuente que le da nombre se encuentra en el álveo del barranco, en lo alto, en la cabecera del valle.
 
 
E –
 
Elguinaguaria. V. Arrecife.
 
Elvira, El Morro de. Gran protuberancia rocosa en pendiente, de unas decenas de metros tanto en altura como en anchura, que forma parte del costado N del Charco de San Ginés, en Arrecife. En la actualidad se halla cubierto de edificios en su parte más alta. Resultaba muy curiosa su forma porque visto desde el S parecía un casquete esférico. Parece ser una lengua de lava o terminal de una colada que corrió sobre terreno terroso, pues el terreno que hay debajo es arcilloso.
En lo más alto del mismo se encontraba El Taro, una construcción troncocónica techada, de tipología prehispánica, de 3 a 4 m de altura y algo menos de ancho en la base, dotada de varias aberturas en la pared a modo de troneras o ventanucos contrapuestos para permitir la circulación del aire, cuya misión era la de colocar en su interior el queso para su oreado o curación en un entablado dispuesto a suficiente altura de forma tal que quedara a salvo de ratones y otras alimañas.
Parece ser que el nombre le viene de un barco así llamado que fue carenado a sus pies.
 
Embarcadero, El. Saliente costero que cierra por el S la ensenada a lo largo de la cual se extiende La Playa de Bajo el Risco. Por la forma averilada a modo del costado de un muelle que tiene en su extremo más saliente permite con cierta comodidad efectuar operaciones de embarque y desembarque a embarcaciones menores. Por tal razón suelen utilizarlo las gentes de La Graciosa cuando el estado del mar lo permite.
 
Empedraditos, Los. Trecho litoral de unos 200 m de longitud, situado a unos 2.5 Km al N del caserío de El Golfo. Está constituido por grandes bloque basálticos desprendidos del risco que corre a sus espaldas, con algunos ‘callaos’ entremezclados. Frente a su sector S, a una cincuentena de metros mar adentro, hay una baja* o escollo que emerge algo de las aguas.
 
Encajada, Montaña. Está a unos 5 Km al N de Uga, como encajada o aprisionada entre La Caldera del Corazoncillo y La Montaña de los Miraderos, de cuya circunstancia le viene el nombre. Da la impresión, aparente desde luego, de que no le es suficiente el espacio que separa a ambas montañas para quedar instalada, presentando un aspecto como si estuviera resquebrajada por opresión, a lo que hay que añadir la naturaleza deleznable de los materiales que la componen, ya que ceden bajo el simple peso del cuerpo cuando se camina sobre ellos como si uno fuera a hundirse.
Se trata, evidentemente, de un volcán del siglo XVIII, y aunque sus dimensiones son más bien reducidas, de poco más de un par de centenares de metros de diámetro en la base y escasa altura al estar como medio enterrada, su aspecto es no obstante sobrecogedor. El cráter, irregular y de color rojo, está lleno de bloques y otros materiales revueltos, prueba del estado caótico que en él debió reinar en el momento de su formación. En sus flancos se observan grandes grietas que parecen ser consecuencia de grandes sacudidas o hundimientos por la misma causa, y las laderas, sobre todo las del N, están constituidas por material suelto y como esponjoso, hundiéndose facilmente en él los pies, como ya se dijo, al caminar sobre ellos.
No es posible, dada la cantidad de coladas emitidas en esta zona por diversas bocas de emisión, precisar la cuantía de la lava vertida por este volcán.
En los mapas figura innominado.
 
Encandiladas, Las. Playa levantada, es decir, que se encuentra a unas decenas de metros por encima de la línea supralitoral, de un par de centenares de metros de largo, constituida por arenas de color gris oscuro, situada a unos 600 m al O del núcleo principal de casas del pequeño caserío de Playa Tenésara, en la costa de Tinajo. Por debajo, en la línea de costa, de E a O, están La Punta Morín, El Hoyo Azul y Barranco Salinero.
No he podido saber la razón del nombre.
 
Encantada, Hoya. Se encuentra esta depresión del terreno a naciente de Vega Vieja, a menos de 1 Km al SE del pueblo de Soo, en los arenales de jable* de aquella zona de la isla.
 
Encantada, La Cueva. Está al S de Femés, a media altura de la falda de Pico Redondo que mira hacia Maciot. Es pequeña y de boca estrecha.
 
Encantada, Montaña. Se alza este volcán, del siglo XVIII según todas las apariencias, a unos 3 Km al ENE del caserío de El Golfo, hallándose contiguos a él los de La Montaña de Pedro Perico al O y de María Hernández al S.
Su altura sobre el suelo es de poco más de 100 m y en la base alcanza un diámetro medio de unos 600 m, ya que es de planta algo irregular. El cráter principal, ya que tiene otro más pequeño unido a su costado O, ocupa toda la parte NE del cono y está abierto en esa dirección, de manera que llega desde lo alto hasta ras del suelo. Sus laderas son muy pendientes por su mitad S y de un color rojizo apagado, mientras que dentro del cráter son aún más empinadas y alcanzan una tonalidad casi escarlata.
En su formación se produjo la intrusión de materiales antiguos, llamando la atención en particular una suerte de roca arenisca grisácea que afloró a consecuencia de la naturaleza freática del volcán, es decir, a causa de la intervención del agua del mar en su proceso eruptivo, la cual arrastró consigo en su salida dichos materiales, la mayor parte de los cuales quedaron depositados en el fondo del cráter, si bien parte de ellos llegaron a ser expulsados fuera del mismo frente a su entrada.
Se advierte claramente que por su misma base, por el lado que mira hacia La Montaña de María Hernández, brotó a borbotones un gran chorro de lava líquida que discurrió hacia uno y otro lado del estrecho paso que queda entre ambos volcanes, no siendo posible detectar la emisión de otras coladas si las hubo por haber sido cubierta la zona por otras posteriores de Montaña Rajada. Aparte de estos materiales fluidos, el volcán expulsó también unas densísimas nubes de lapilli que cayeron en un radio de por lo menos un par de quilómetros a la redonda, alcanzando cerca de él un espesor de más de 10 metros, junto a La Montaña de Pedro Perico. Mezclados con esta arena de color gris oscuro aparecen unos curiosos xenolitos de varios centímetros de longitud, de aspecto calizo, en forma de placas.
El nombre de la montaña es desde luego popular, pero no he podido encontrar a nadie que me diera razón de su origen, que parece encerrar alguna circunstancia de orden supersticioso.
 
Enchumbado, Lomo. Es la parte más elevada del segmento de pared del cráter en herradura inferior en que se asienta La Montaña del Señalo (Tinajo), que se encuentra adosada al cono superior por su lado de poniente, a unos 30 m por debajo del pico o cúspide del volcán, formando una ligera eminencia cumbrera secundaria.
Debe su nombre al singular hecho de tener la cima empapada en agua, que ese es el significado del canarismo 'enchumbado', recibiéndose la impresión de hallarse uno en una zona mareal fangosa durante el reflujo. Este extraño fenómeno debe ser causado por el ascenso de vapor de agua del interior de la tierra provocado por el calor geotérmico que se registra en esta zona de la isla afectada por las grandes erupciones volcánicas del siglo XVIII.
En las dos veces que he estado en este lugar, en los años 82 y 92, sin que antes hubiera llovido por aquellos días, observé cómo debido al alto grado de humedad que en él reinaba crecían entre los pedruscos colorados de lava escoriácea que había enterrados en la arenilla fangosa entremezclada con tierra que constituye el suelo, abundantes juncos, si bien poco desarrollados, con toda seguridad debido a que las raíces no pueden profundizar mucho por el excesivo calor del subsuelo allí reinante, perfectamente constatable en superficie, viéndose también unos musgos grandes, e incluso culantrillos (Adiantum capillus-veneris), en pequeñas matitas, ocupando los rinconcillos u oquedades que quedaban entre las piedras, pese a hallarse estas plantas primarias expuestas a los rayos directos del sol la mayor parte del día.
 
Enmedio, El Jable de. Gran franja de arenas eólicas que se extiende de N a S, al E de Mala, desde la misma costa en el lugar de La Hondura e inmediaciones hasta unos 2 Km tierra adentro, con un ancho máximo de unos 350 m. A uno y otro lado, a corta distancia, corren paralelas otras dos grandes extensiones, también de ‘jable’, llamadas del Molino la que está al O suyo y del Mar la que está al E.
 
Enmedio, El Lomo de. Gran loma de unos 2 Km de longitud que corre entre La Peña Guantevén en lo alto y El Morro, su extremo inferior o S, que forma la pared divisoria entre los dos valles, el de Arriba y el de Abajo, en que se asienta el pueblo de Los Valles.
 
Enmedio, El Lomo de. Loma descendente, de casi 1 Km de longitud, que sigue, formando ángulo obtuso, a continuación de El Morro Ajulagado en dirección a Playa Quemada, al NO de la cual se encuentra, a menos de 1 Km de distancia. A su izquierda corre El Valle de Montaña Bermeja, del cual constituye su costado derecho.
 
Enmedio, La Montaña de. Se yergue esta montaña a muy poca distancia del pago de Yaiza llamado La Degollada, en medio de las de La Cinta y del Cabo, de cuya circunstancia, evidentemente, debe venirle el nombre, si bien la gente dice 'del Medio'.
Su cumbre es piramidal, alcanzando una altura s. n. m. de 402 m, de los que buena parte corresponden al viejo macizo del S de la isla sobre el que se asienta. En la ladera NE presenta un hueco a modo de barranco.
 
Enmedio, La Playa de. Así se ha llamado tradicionalmente la playita de arenas ocres que queda exactamente frente al hotel Los Fariones, en el barrio de La Tiñosa de Puerto del Carmen. A su derecha sigue La Playa de Cangrejos y a su izquierda el saliente rocoso de Las Américas.
 
Enmedio, La Playita de. Caletilla estrecha y algo alargada, con guijarros al fondo, que se forma entre La Punta de la Peña y el extremo S del Bajío del golfo, junto a las casas de este pequeño caserío costero. Frente a esta caleta, a unos 50-60 m mar adentro, emergen unos escollos de 1 a 2 m de altura conocidos con el nombre de Las Peñitas.
 
Enterrada, La Bajita. Es el tramo de costa que queda por tierra de la bajita* o escollo que le da nombre, situado a cosa de 1 Km al S de Janubio. Tiene una cruz que fue colocada allí como recuerdo de una mujer que se ahogó hace años.
 
Entremontañas. Paso que queda entre las montañas Téjida y Tinaguache, a un par de Km al N de Costa Teguise.
 
Erguida, Peña. Zona de varios cientos de metros de extensión ocupada con enarenados cercados en su mayor parte con gruesas paredes de piedra seca, que cubre la parte alta del terreno situado a algo más de 0.5 Km al OSO del punto en que se inicia la carretera que va hacia La Cueva de los Verdes partiendo de la general que sube hacia Ye. Tiene al NE Las Atalayas, Al E Las Quemadas y al O Los Pedacitos.
Lo curioso del nombre es que no se ve por allí ninguna roca o peñasco en esta posición, ni nadie de los que conocen el lugar la ha vista nunca en el pasado.
 
Eritas, La Playa de las. Está situada entre la de Los Pozos al N y la de Papagayo al S. encajonada entre abruptas paredes rocosas. Su extensión de arenas es de unos 100 m escasos, quedando enlazada a marea baja con La Playa de los Pozos, que sigue hacia el N pasado El Risco de la Ahogadera.
Cuáles pueden haber sido las pequeñas eras que le dan nombre no se sabe, sólo que el mismo es muy antiguo.
En el M.M. no se le da nombre.
 
Erizos, El Bajo de los. Tramo de costa que se extiende desde las Salinas del Río hasta el lugar de Lajas Locas, unos 500 m más al E. Tiene una hilera de callaos* por encima, todo a lo largo, como es normal por casi toda la costa en este paraje de Bajo el Risco en que se encuentra. Pero por debajo, la parte que queda al descubierto en bajamar es rocosa y lisa, cubierta de unas algas cortas, como afelpadas, y en los pequeños charcos que se forman se ven abundantes erizos, pero curiosamente en su mayor parte de la especie de color negro llamada en la isla cachero*, el Arbacia lixula de los biólogos, siendo muy pocos los comunes, lo cual es muy raro, pues lo normal es que ocurra a la inversa.
 
Ermita, La. Pequeño entrante de la costa al O de Órzola, de unos 50 m de largo y algo menos de anchura, con paredes altas y verticales, que se forma a continuación de La Playa de la Cantería pasada ésta, de la que queda separada por un pequeño saliente alteroso que hace al mismo tiempo de flanco derecho suyo llamado El Morro de la Playa de la Cantería.
Una particularidad de esta pequeña cala es que su fondo, de arena rubia clara, queda al descubierto al bajar la marea y termina en su rincón interno en una cuevezuela, que es lo que la gente asimila imaginariamente a una ermita.
 
Escamas, El Morro del Mojón de las. Montículo formado por grandes pedruscos que se alza a la orilla del mar, a sotavento de Las Escamas, en el mismo arranque de este gran saliente costero, entre las pequeñas calas de Los Bonancibles por encima y La Caleta de la Cruz por debajo. Constituye la eminencia mayor que se encuentra a la orilla del mar por esta parte de la isla con sus doce metros y pico de altura.
El mojón que le da nombre, situado en su misma cúspide, es de piedras cogidas con argamasa, de forma cilíndrica, con un diámetro aproximado de 1.5 m y algo más de altura. Es muy antiguo, sin que nadie sepa cuándo ni por qué se hizo.
 
Escamas, Las. También se le llama el Bajo de las Escamas, especialmente su parte frontal, que queda en parte sumergida al subir la marea, pero no Punta Escamas como pone el M.M. Es el saliente costero más pronunciado de toda la costa de esta parte de la isla con sus 400 m de largo por algo menos de anchura, siendo su altura escasa.
Es nombre antiguo, pues figura en el mapa de Chil y Naranjo, de 1976, sin que me haya sido posible saber el porqué de su origen.
 
Escán, El Morro del. Prominencia rocosa que se forma en la esquina SO de la altiplanicie de Guatifay, por encima de Guinate.
Escán’ es el nombre popular, que se tiene por aborigen, del liquen Ramalina bourgeana. Este liquen lo han usado los pescadores para teñir y suavizar el cuero de las ‘genas’ (otro guanchismo), bolsas hechas con el pellejo enterizo de una cabra usadas para transportar a la espalda la pesca.
 
Escondida, Caldera. Pequeño cráter adventicio de Pico Partido situado por su parte NE, a continuación y a la derecha de La Cazoleta. Sus medidas son casi 200 m de largo por algo menos de 100 de ancho, hallándose totalmente abierto hacia el E. Las laderas interiores, de color rojo encendido, son muy pendientes y alcanzan una altura de unos 50 m, mientras que exteriormente llega a los 65 por el lado N y la mitad por el del S. Por su especial ubicación, que lo hace difícil de percibir desde lejos, se le llama Caldera Escondida como lo titulo aquí.
 
Espejo, La Punta del. Es el saliente o avanzada costera que cierra por el lado derecho la ensenada en que se encuentra La Playa de Afe. Es alta y arriscada, de unos 15 m de altura poco más o menos.
Recibe este nombre por una especie de mancha redondeada que tiene en la parte frontal, bien visible desde el mar, que los marineros asimilan a un espejo.
 
Espino, El Bajo del. Está entre Arrieta y Punta Mujeres, por encima o barlovento de Caleta Campo, en el extremo S de la última de estas dos localidades, alcanzando un largo de unos 100 m.
'Espino' es el nombre que se da en la isla al Lycium intricatum, una mata leñosa o arbusto de la familia de las solanáceas nada raro en la isla. Esto lo traigo a colación en el supuesto de que el nombre proceda de esta planta, pues también existe en la isla el apellido Espino, si bien el artículo de que va precedido parece oponerse a este segundo origen, sin que se pueda descartar cualquier otro.
 
Espino, La Vegueta del. Es la llanada de casi 0.5 Km de extensión que está en la costa de Guatiza, hacia el SE del pueblo, a unos 300 m al NO de La Playa de cha Vicenta, justo a continuación, tierra adentro, de las salinas de este mismo nombre.
 
Esquinas, Las Cuatro. Cruce de caminos, hoy carreteras asfaltadas, que se produce en Masdache, en la parte SE del pueblo.
 
Estanque, El Barranco del. Curso inferior, que llega hasta el mar, del más amplio y elevado barranco llamado El Valle del Palomo. Comienza El Barranco del Estanque justo por debajo de la presa de Mala y termina, después de un recorrido de unos 2 Km de largo a través de la terraza costera en que se asienta el referido pueblo, en la costa, en el lugar por él llamado La Caleta del Barranco del Estanque.
El nombre Estanque de este barranco no tiene nada que ver, sin embargo, con el de la presa mencionada, cuya construcción se finalizó en 1973. Este nombre es conocido desde tiempo inmemorial. Parece dárselo un pequeño y singular depósito que se encuentra en su mismo álveo un poco por debajo de la presa. Pese al sugestivo nombre de La Casita de los Majos que la gente da a tan curioso receptáculo resulta obvio por su forma que su cometido fue la de retener o conservar el agua que manaba de una fuentecilla que se halla unos pocos metros por encima llamada La Madre del Agua, no teniendo nada que ver, por supuesto, con un habitáculo humano.
Como curiosidad digna de mención sobre este pequeño depósito merece la pena contar la arraigada creencia que existe entre la gente de edad de aquella comarca de que el material para cimentar las piedras con que se construyó fue cal amasada con leche de cabra, mezcla que, según vieja tradición que he recogido por allí, usaban los primitivos majos* para estos menesteres por la gran consistencia que adquiría al fraguar. Sobre tan peregrina explicación lo único que puedo decir por observación personal es que las paredes tienen en efecto gran dureza y que son de color muy blanco.
Un poco más abajo de esta especie de tanqueta techada, en el lecho del barranco, se forma El Charco de las Cabras, así llamado por los pastores porque en él abrevaban el ganado.
El flanco izquierdo de este rincón superior más encajonado del barranco recibe el nombre de La Cuesta del Estanque.
 
Estanque, La Cuesta del. Flanco izquierdo del rincón encajonado en que se inicia El Barranco del Estanque, de unos sesenta y pico metros de altura. En su parte más alta, donde forma una especie de plataforma o meseta, a menos de 100 m al E de la presa de Mala, había en 1980 en que visité el lugar un corral semiderruido de unos 65 a 70 m de largo, en cuyo interior, cubierto de un piso de tierra mezclada con gran cantidad de gravilla, se veían, esparcidas sobre el suelo, unas piedras negras de naturaleza basáltica y otras calizas de color blancuzco, abundantes fragmentos cerámicos de factura aborigen, otros de loza europea aunque de aspecto muy antiguo, lascas grandes de hueso muy sólidas y pesadas también de aspecto muy viejo, guijarros de playa de figura redondeada y superficie muy lisa, algunos de ellos lasqueados sin duda por la mano del hombre, y conchas de moluscos de las habituales en estos yacimientos, entre los que destacaba un trozo de un caracol grande, seguramente un bucio* (Charonia spp.), así como trocitos de clacas* (Megabalanus azoricus).
 
Esteba, Breña. Llanada en plano inclinado situada a algo más de 3 Km al S de Femés formada por materiales de aluvión que se extiende por partes al pie de la montaña de Ajache Grande, de La Degollada de Perdomo y de Ajache Chico.
He recogido este nombre de gente baquiana de la zona S de la isla en que se encuentra pronunciado bien distintamente en la forma que lo escribo aquí. Pero si bien el significado de 'breña' está claro no se sabe con seguridad qué significa el componente ‘esteba’, pero debe tratarse con toda probabilidad del nombre propio Esteban. En un principio el topónimo debió decirse La Breña de Esteban, pero la supresión en estos casos en el habla vulgar de la isla del artículo y de la preposición ‘de’, e incluso la pérdida de la /n/ final del nombre Esteban, es un fenómeno bastante normal.
 
Estribo, El. Ensenada muy abierta, de unos 200 m de amplitud, limitada al N por La Punta de la Chifletera. Sus paredes, todo a lo largo, son altas y acantiladas y en su rincón más interno tiene algunos callaos* o cantos rodados.
El estribo que le da nombre es un pequeño saledizo rocoso en que hay que apoyar el pie para llegar a la pesquería que está abajo.
Frente a esta ensenada, a unos 100 m mar adentro, emerge la baja* o arrecife llamado El Navío.
 
Eusebio, La Majadita de don. Zona allanada, pedregosa, de un par de cientos de metros de extensión, situada a unos 2.5 Km al SE de Ye. A poco más de 100 m al NO se encuentra Jameo Pende. Por su parte S-SE cae en pendiente pronunciada, en cuyo borde destacaba una casita, seguramente un almacén de aperos, muy visible por no haber otra por allí.
 
F –
 
Faja, Montaña. Se yergue esta montaña inmediatamente al S del pueblo de Haría, cayendo por el E hacia el barranco doble de Los Rincones, por el S hacia El Valle de Temisa y por el O hacia El Filo del Cuchillo y El Valle del Malpaso. Su altura sobre el nivel del mar es de 449 m, mientras que sobre su base es muy variable dada las irregularidades que el terreno presenta en torno suyo.
No se trata de un cono volcánico propiamente dicho, sino que su formación es producto de la erosión diferencial que ha actuado en este lugar durante millones de años sobre el primitivo edificio miocénico del norte de la isla hasta dejarle esta forma de montaña.
Por su lado N forma una especie de cerro afilado de rocas, muchas de las cuales presentan caras planas y están unidas entre sí en forma esquinada. Por esta especie de arista afilada de la montaña sube una vieja pared de piedra seca bastante alta, derrumbada en algunos sitios, que luego de llegar a la cumbre la cruza por la mitad. Ésta es espaciosa, a modo de terraplén algo convexo, cuyo suelo está compuesto por tierra arcilloso-caliza salpicada de piedrecillas y con abundantes restos de conchas de chuchangas*, el caracol terrestre tan común en la isla llamado cientificamente Theba pisana.
En cuanto respecta al nombre de la montaña hay que decir que pese a su aspecto castellano no se puede descartar que se trate de un homófono aborigen. Mas de ser así nunca lo he visto registrado como tal en ninguna obra dedicada a temas lingüísticos guanches.
 
Falsa, El Jameo de Puerta. Se halla enclavado a algo más de 1 Km al ONO del de La Cueva de los Verdes. Es muy fácil de localizar por encontrarse muy próximo, por el lado N, a la carretera turística que partiendo de la general del N baja hacia la mencionada gruta, justo donde describe su curva más pronunciada.
Este jameo* es el segundo mayor de la isla, aventajándolo en tamaño sólo El Jameo Cumplido, que se abre a 1 Km hacia el ONO de él. Sus medidas son unos 100 m de longitud en el sentido ONO-ESE por casi 30 en sus partes más anchas. Sus paredes, que caen a plomo por los laterales, alcanzan considerable altura, pero ésta se ve aumentada de forma bien acusada por sus dos cabeceras, sobre todo por la del lado de naciente, donde debe rebasar los 15 m, mientras que el piso intermedio aumenta de nivel a causa del amontonamiento de rocas producido por el derrumbe del techo de la caverna al formarse el jameo*.
Por esa cabecera más alta de abajo continúa la gruta muy amplia al principio para estrecharse repentinamente a las pocas decenas de metros de recorrido, quedando reducida entonces a una boca de sólo unos 3 m de altura por otros tantos de ancho que constituye la antigua salida de emergencia de La Cueva de los Verdes, de donde le viene el nombre de Puerta Falsa. Por su costado S, en el punto más próximo a la carretera antedicha, tiene una rampa de bajada que es perfectamente practicable a pie.
En algunas obras lo llaman El Jameo de los Almacenes, ignorando de qué pueda provenirle tal denominación.
 
Famara. A nivel popular Famara es sólo la zona litoral que corre a lo largo de la bahía conocida por la gente de esta parte de la isla con el nombre de La Boca de Famara y en los libros y mapas Rada de Penedo, es decir, la playa de este nombre, más el risco que corre a sus espaldas y el trecho de costa que llega hasta la caleta del mismo nombre a cuyo alrededor se asienta el caserío homónimo.
El nombre es tenido como aborigen, pero no se sabe cuál pueda ser su significado.
 
Famara, El Risco de. Gran acantilado de unos 15 Km de longitud y más de 600 m de altura en algunos puntos, que corre a lo largo del borde NO de la gran península que forma el municipio norteño de Haría, extendiéndose desde el paraje llamado propiamente Famara, donde está la playa de su nombre, hasta Punta Fariones, extremo N de la isla. En gran parte de su recorrido cae más o menos a pico sobre el mar, pero en el tramo fronterizo a la islita de La Graciosa forma un largo y aterraplenado piedemonte denominado Bajo el Risco, y en su tramo sureño se levanta a espaldas de la extensa Playa de Famara todo a lo largo de la misma.
Su formación se considera producto de un gigantesco corte efectuado por la abrasión marina en el curso de los millones de años trancurridos desde la formación del macizo norte de la isla por él llamado de Famara. Pruebas elocuentes de dicho corte son la serie de profundos barrancos normales al acantilado cuyos cursos se pesentan bruscamente interrumpidos por dicha abrasión presentándose anormalmente anchos y profundos, como interrumpidos en su desarrollo normal, lo que demuestra que antes de formarse el risco o precipicio el macizo se prolongaba en la dirección de sus nacientes bastante más de como se ve ahora.
En lo que al nombre respecta hay que hacer la distinción entre el que se le aplica a nivel popular y el que se le ha venido asignando por vía literaria o cartográfica desde el siglo XIX en adelante. El primero ha sido, desde tiempo inmemorial, por antonomasia, El Risco a secas, pues el añadido de Famara se reservaba en todo caso para el sector del mismo que corre a lo largo del lugar que se conoció antiguamente con ese nombre, que es el paralelo a la playa de igual denominación. No obstante el segundo, que es el que le doy aquí, ha terminado por imponerse a nivel oficial.
 
Famara, La Boca de. Es el nombre popular, que le dan, y le han dado siempre, los pescadores del caserío de La Caleta de Famara a la gran ensenada que se abre entre el saliente de costa que queda al NE de Soo y el extremo N de La Playa de Famara. Prueba de la autenticidad y origen remoto de este nombre es el registro que del mismo se hace en el Compendio Brebe y Famosso de 1776, nada menos que tres veces (pág. 15 y 22). En la cartografía oficial y tratados diversos se le llama Rada o Bahía de Penedo, cometiéndose con ello un craso error cuyo origen desconozco, pero que intuyo copiado en primer término, y luego transmitido a otros, de algún mapa antiguo de tamaño reducido que ya lo habría consumado, seguramente tomando como nombre de la misma el del lugar de El Penedo que por su proximidad, aunque en realidad queda fuera del ámbito espacial de la ensenada que nos ocupa, habría quedado escrito, cuando menos en parte, frente a la bahía en cuestión, interpretándose con ello erroneamente que el nombre se refería a la bahía.
 
Famara, La Caleta de. También es llamado este caserío costero del NO de la isla, indistintamente, La Caleta de la Villa. Es una especie de cultismo improcedente suprimirle el artículo, con el que siempre la han nombrado tradicionalmente sus habitadores y, en realidad, la gente de toda la isla, pernicioso fenómeno que se está dando también con el pueblito de La Caleta del Sebo de La Graciosa.
La cita en 1772 con este nombre íntegro de La Caleta de Famara el ingeniero J. Ruiz Cermeño en su Información, sin aportar ningún otro dato.
Nació La Caleta de Famara como enclave eminentemente pesquero. Así lo ponen de manifiesto los siguientes datos tomados del asesor cultural de Teguise F. Hernández Delgado (‘Caleta de Famara’, Lancelot, 14-11-1992): En 1818 ”Existían en la Caleta únicamente unos almacenes de piedra seca en los que se guardaban los barcos que eran utilizados en periodo de pesca”, año en que “fue nombrado alcalde de mar don Bernardo de Paiz”. Todavía en 1850 La Caleta figuraba “sin ningún habitante”. “Sobre 1865, Gregorio Tavío, natural de Soo, construye con piedra y barro un almacén en la Caleta de Famara, donde venía a pescar desde hacía muchos años. En 1888 llegan a la Caleta Francisco Morales León y Antonio Batista, construyendo cada uno un almacén. En esta época llegan a la Caleta varias familias de La Graciosa. En 1909 contaba la Caleta con tres edificios, veinticuatro almacenes y veinticinco habitantes”.
 
Famara, La Playa de. Es la playa de más de 4 Km de longitud, de arenas amarillosas en la mayor parte de su recorrido, que se extiende a lo largo de la mayor parte de la orilla de la gran bahía llamada por la gente pescadora la Boca de Famara y en los mapas, erroneamente, La Rada de Penedo.
 
Famara, Las Bajas de. Destacados arrecifes que afloran en la gran ensenada de La Boca de Famara, a 3 Km del caserío de La Caleta de Famara y uno del punto más próximo de la costa al final de la extensa playa de igual nombre.
 
Fariones, Punta. Es la más septentrional de la isla. Está desbordada por La Baja de los Fariones, de unos 200 m de longitud, casi unida a tierra y sobremontada por El Farión de Fuera y El Farión de Tierra, dos grandes peñascos de voluminosa y elevada estructura. El pequeño paso de mar que se forma entre la baja en cuestión y tierra firme recibe el curioso nombre de Funsianes. En lo alto del Farión de Fuera hubo un nido de guinchos hasta los años 40 del siglo pasado.
La etimología de esta voz ‘farión’ debe encontrarse en una corrupción por síncopa de la voz castellana farillón, ‘roca alta y escarpada que sobresale en el mar’.
Estos Fariones lanzaroteños tienen su jocosa anécdota histórica. Cuenta el célebre naturalista alemán Alejandro von Humboldt en su obra Viaje a las regiones equinoxiales del nuevo continente, que a su paso por el canal de El Río en el buque ‘Pizarro’ durante su viaje al Nuevo Mundo en 1799 llevaba el capitán un viejo derrotero portugués en el que se consignaba la existencia de un castillo en Lanzarote, cuya situación, por lo que se ve, no debía tenerla muy bien determinada. A la vista de lo que no puede haber sido otra cosa que los roques de Los Fariones, cuya silueta se dibujaba difusamente entre la densa bruma que entonces reinaba, creyeron que aquellas moles basálticas eran el susodicho castillo. En consecuencia, enarbolando la bandera española en señal de cortesía y con el complemento de un sonoro cañonazo como salutación echaron un bote al agua y embarcándose en él lo principal de la oficialidad, se dirigieron hacia el supuesto castillo. El desenlace de tan grotesco sucedido ya se lo puede imaginar el lector.

 

Fecundidad, La Peña de la. Peña o morrete rocoso, de unos 4 a 5 m de altura, el más alto de todas formas de los que se alzan en el paraje de Guenia. Está a 1 Km aproximadamente al O del pico de Montaña Guenia. En unos paneles de un bloque de basalto semidesprendido, que mira hacia naciente, tiene unos grabados que se creen prehispánicos y han sido interpretados como vulvas de mujer representativos de un culto a la fecundidad, de donde le viene el nombre, de origen erudito, que se le da a este peñasco.

 
Félix, La Caldera de. No es un cráter de volcán propiamente dicho, sino una hoya profunda, de unos 200 m de largo por 100 de anchura, abierta por los extremos E y O que se abre detrás del pueblo de Soo, a un par de cientos de metros a poniente de La Caldera de los Aljibes.
 
Femés. Pago de Yaiza situado a 3 Km al S de la capital del municipio, en la cabecera o extremo S del valle de su nombre.
He aquí un breve resumen del desarrollo poblacional del pueblo a través de los siglos: El documento de Simancas de 29-XII-1730 le da 41 vecinos. J. Ruiz Cermeño (1772), 30. El Compendio Brebe...de 1776, 28. Madoz dice que tiene ”30 casas medianas de labranza y una iglesia, y le asigna “91 v. y 326 almas”. En el Diccionario de P. de Olive (1860) figuran para Femés de 160 a 180 almas repartidas entre 55 casas y chozas. J. de la Puerta Canseco, en 1897, le da 307 habitantes.
Fechas señaladas en el devenir histórico de este pueblo son las siguientes: Entre 1637 y 1640 se entroniza en su iglesia, que se había acabado de construir por entonces, la imagen del patrono de la isla, San Marcial, que en 1629, según todos los indicios, había sido depositada en Maciot procedente de la primitiva iglesia de San Marcial de Rubicón por orden del obispo de la Cámara y Murga dada durante su visita pastoral a la isla en ese año, sede que desde entonces ha conservado la imagen. En 1799 fue erigido Femés en parroquia independiente. Logró asimismo su autonomía municipal en 1818, y se reintegró al municipio de Yaiza de nuevo en 1910.
 

Femés, El Valle de. Es el gran valle elevado, de unos 3 Km de longitud, arrumbado de SO a NE, a cuya entrada se encuentra el caserío de Las Casitas y al fondo el pueblo que le da nombre. Queda cerrado por el lado derecho, a partir de Femés, por la loma llamada El Filo de los Cuchillos y la altura El Frontón, y por el izquierdo por la montaña La Atalaya, Los Lomos y Caldera Gritana.

 
Femés, La Vega de. Es la constituida por el terreno de tierras arcillosas depositadas por
sedimentación en el fondo del valle, hacia el centro del mismo.
 
Fenauso, El Valle. Se extiende este espacioso valle, de 3 Km de largo por 1 de anchura media, a espaldas del pueblo de Yaiza. Lo cierra por su lado izquierdo o de poniente el espigón del macizo miocénico sureño sobremontado por las montañas de La Cinta con su Lomo del Cura, que es el que delimita la entrada del valle por dicho lado, más la del Medio y la del Cabo, y por el lado derecho o de naciente otro largo espigón que lleva por nombre Los Lomos, cuyo extremo N está rematado por La Montaña de Miguel Ruiz, que delimita a su vez la entrada al valle por este otro lado, mientras por el S o fondo queda cerrado por el volcán La Atalaya.
Este nombre, que tiene todas las trazas de ser un guanchismo, figura en el mapa militar mutilado en la forma Fena, falto pues de sus tres últimas letras, lo que ha dado lugar a peregrinas situaciones al ser mencionado por profesionales de la geografía canaria. No lo he visto recogido en los léxicos de palabras guanches, ni siquiera en esta forma truncada o en otras también defectuosas que circulan en escritos diversos, como por ejemplo la de Fanasso que figura en el Compendio Famosso...de 1776. Pero su forma autentica, según los habitantes de Yaiza y tal como lo he visto escrito en documentos antiguos, es esta de Fenauso que le doy aquí. Por mi parte me ha llamado la atención la coincidencia en la sílaba inicial /fe/ con el nombre del valle contiguo de Femés de características muy similares. ¿Sinificaría esta partícula ‘valle’?
 
Fermina, El Islote de. V. El Islote del Amor.
 
Fernández, La Piedra de. Lugar en la costa del Parque Nacional de Timanfaya situado a unos 600 m al S de La Mesa, el hito costero que marca el inicio de los linderos del Parque de Timanfaya. Se da la curiosa circunstancia de que el peñasco o piedra* que le dio nombre ha desaparecido desde hace años, según testimonio de gente que lo llegó a ver, arrastrado por las olas, en tanto que el lugar sigue conservando el nombre.
 
Fierro, El Cortijo de. Zona que está a medio Km al E del pueblo de Tiagua, al N de La Peña Cuadros, de unos 250-300 m de extensión, donde hay unas montañetas altas que tienen varias palmeras en su cima.
 
Filete, El. Pequeño volcán, de unos 350 m de largo y algo más de una treintena de altura sobre el terreno circundante, próximo a la barriada de Tinguatón, del municipio de Tinajo, de la que dista apenas 0.5 Km. Su cráter ha quedado reducido a una depresión apenas insinuada en el flanco N. Tiene a su izquierda u O, al que está intimamente ligado fisicamente, otro cono mayor que lleva por nombre La Montaña de la Tabaiba.
El porqué del nombre no lo alcanzo a comprender, pues su forma no es especialmente afilada como del mismo podría deducirse. Pero así lo llama la gente por allí y así lo nombra también el geólogo Hernández-Pacheco, quien recogió la mayor parte de los nombres de lugares de los informantes que lo acompañaban o de otras obras de científicos que lo precedieron.
Del material lávico emitido por este volcán, caso de que lo haya habido, lo único que cabe decir es que debió fluir hacia el N dada la pendiente del terreno en descenso en esa dirección.
 
Fiquinineo. Zona en El Jable situada a poco más de 2 Km al NE de Tao y a unos centenares de metros a poniente de la corriente de lava que desciende por los arenales de aquella zona en dirección a La Caleta de Famara. Abarca este lugar, según información recabada de viejos residentes de la zona, desde algo más al S de donde está la cruz de la pista de tierra que va de Tiagua o Tao a Teguise en que descansaban antes los cortejos funebres que iban con los difuntos de estos pueblos al cementerio de la capital de entonces, Teguise, hasta unos 600 m hacia el N, a la altura de la pista Teguise-Muñique, alcanzando una anchura de E a O algo menor.
Los cimientos de las casas de la aldea ya no existen, pero mis informantes me han asegurado que llegaron a ver cuando jóvenes restos ruinosos de chozas con tiestos y conchas de lapas relativamente abundantes en torno a ellos en un lugar situado a unos 200 o 300 m al N de la antedicha cruz, la cual aún existía en los años 80 en que recorrí el lugar varias veces.
Figura ya en el mapa de Torriani (1592/1978:44), y en algún otro documento de esos años. El escrito de 29 de diciembre de 1730 del legajo del archivo de Simancas le da tres vecinos. Sin embargo el obispo Dávila y Cárdenas, sólo cinco años más tarde, le asigna cinco, los mismos, por cierto, que a pesar de los años transcurridos figuran en el Compendio de 1776.
En 1825 una tormenta huracanada destruyó o desmanteló la mayor parte de las viviendas e inundó el lugar, ya arenoso, con tanto jable* que sus moradores se vieron obligados a abandonar la aldehuela.
En tiempos de Madoz, en cuya obra (1845-1850/1986:218) se escribe el nombre por confusión, o por error tipográfico, ‘Tiguinineo’, sólo se conservaban de este pequeño poblado, según declaración del autor, “vestigios de chozas y montones de conchas de mariscos”, a lo que añade: “Las primeras razas de esclavos berberiscos se situaron en este lugar después de su emancipación”.
René Verneau (1981:126) dice años más tarde que el cura de San Bartólomé le “recomendó vivamente que fuese a explorar una aldea recientemente destruida por un huracán que, después de haber derrumbado las casas, la recubrió de arena. Y continúa: Fiquinineo (así se llamaba) fue un pueblo habitado por las sacerdotizas de venus”.
Las actividades amatorias de estas féminas las corrobora el antropólogo tinerfeño Juan Bethencourt Alfonso, quien dice al respecto (1985:170: “Es tradición que el hombre que al pasar por los jardincillos que cultivaban con esmero las muchachas de Fiquinineo, si cogía una flor quedaba maleficiado y no podía sustraerse de la voluntad de dichas muchachas, ni separarse de la casa”. Todo esto debe haber tenido un fondo de verdad, pues aún se conservan resabios de la fama meretricia de aquellas mujeres entre los habitantes de las localidades próximas, titúlándoseles eufemisticamente ‘las niñas de Fiquinineo’.
 
Florencio, El islote de. Pequeño cráter incompleto enclavado a trasmano en pleno mar de lava moderno, a unos 4.5 Km al NNO de Yaiza y a 1 Km al O de Montaña Rajada. Su planta adopta figura de segmento circular, con una altura en la parte central de algo más de 10 m, de donde desciende gradualmente hacia los extremos, entre los que se miden unos 200 m de longitud. Al hallarse cubierto casi por completo de lapilli, de un color gris oscuro, presenta una superficie lisa y de aspecto terso. No obstante esta capa de arena volcánica reciente no basta para impedir que asomen en algunos puntos las típicas rocas rojizas de los volcanes de la serie III, quedando así denunciada su relativa antigüedad, refrendándose la misma además con la presencia de unas pocas higueras, algunas matas de ‘ajulaga’ (Launaea arborescens) y alguna otra especie silvestre más.
El nombre es muy antiguo, pues nadie ha sabido darme noticias del tal Florencio que lo bautizó.
 
Flores, el Pico de las. Pequeña eminencia rocosa, en forma de meseta de algo más de 100 m de largo, que sobresale en lo alto de la pared oriental del Valle de Femés o Filo de los Cuchillos, a unos 500 m a naciente de este pueblo, entre Cueva palomas al SO y El morro del Corcovado al NE, otras dos eminencias que están en lo alto de la misma pared.
 
Florida, La. Barrio de San Bartolomé que ocupa la parte O del pueblo. En tiempos del Compendio brebe (1776) constituía un pequeño grupo de casas separado de San Bartolomé. Su nacimiento, como en otros muchos casos de poblados en la isla, parece ser que consistió en la construcción de un cortijo en el siglo XVII (Patrimonio cultural de San Bartolomé, 2005: 87).
 
Fondos, La Caldera de los Cuatro. Se abre este singular volcán a un par de centenares de m al SE del Islote de Hilario, adosado a la parte baja del flanco NO de La Montaña de Timanfaya, de la que debe ser una boca adventicia. Al N, unido a él por la base, se encuentra La Montaña del Pajerito y por su lado O, casi contiguo, el volcancillo de Caldera Riscada. El diámetro máximo de su circular cráter debe rondar los 200 m, y aunque no muy grande por tanto, presenta sin embargo un aspecto verdaderamente impresionante, pues en lugar de adoptar la forma de cuenco o de embudo normal en los volcanes, está constituido por cuatro concavidades circulares concéntricas de diámetros decrecientes separadas entre sí, si bien en forma incompleta, por sendos pisos aplanados situados a diferentes niveles, la última o más baja de las cuales es la parte terminal de la chimenea del volcán, que con un diámetro de unos 20 m se hunde en la tierra en forma de pozo de paredes verticales unos 12 m.
 
Fortuna, El Bajo de la. Zona de costa aplanada, algo saliente, de algo más de 100 m de extensión, que está a unos 4 Km al SE de Órzola, entre El Bajo Piquiento al N y Los Caletones de Saavedra al S.
 
Fortuna, El Charco de la. Es el más al E de la serie de grandes charcos de la zona intermareal que sigue a naciente de Órzola. Está próximo al de los Timijotes un poco a su derecha y por fuera de él. Tiene forma alargada, de unos 25 m más o menos.
 
Frailillo, El. Saliente costero que está detrás de la planta potabilizadora de Los Mármoles, a 500 m de Punta Grande. Hubo en este lugar un peñasco puntiagudo que fue el que le dio nombre por su figura.
 
Francés, El Islote del. Se halla situado frente mismo a la boca del Charco de San Ginés, y es, con sus algo mas de 400 m de largo y 200 de anchura media en pleamar, el mayor de los islotes que desbordan la marina de Arrecife.
Su naturaleza, como la de toda la costa que corre a lo largo del frontis litoral de la ciudad, es basáltica.
Se hallaba este islote antes separado de tierra firme por un canal natural llamado El Pasadizo que permitía el tránsito a marea llena a embarcaciones menores entre los puertos de Arrecife y Naos, el cual quedó cerrado en el siglo XIX con la construcción de un viaducto que unía las dos orillas opuestas, apoyándose en su tramo medio en el islote que nos ocupa y dejándosele un puente en cada una de las dos entradas al Charco de San Ginés.
El nombre de El Francés le viene, en opinión de A. de la Hoz, de un traficante de esa nacionalidad llamado Juan Mansel, conocido por el apelativo de El Francés, quien lo tuvo arrendado a finales del siglo XVI, y no del administrador de las rentas del marquesado, Francisco García Santaella, tambien oriundo de Francia, posterior en el tiempo al anterior, como dice Álvarez Rijo, aunque también hay quien lo hace genovés.
Ya desde el siglo XIX era este islote propiedad de la marquesa de Lanzarote, y en él, dice este último autor, “se siembra y produce alguna barrilla y granos”. Del mismo historiador procede la noticia de la construcción en este islote, en 1811, de un pequeño lazareto consistente en dos casillas que se hicieron para servir de resguardo durante la preceptiva cuarentena a los pasajeros que vinieran de Tenerife, donde se había declarado una epidemia de fiebre amarilla, lo que le valió durante algún tiempo el nombre de El Islote del Degredo, palabra equivalente a lazareto. En el año 1900, en conmemoración de la entrada del nuevo siglo, se colocó en lo más alto del islote una cruz, en cuyo acto solemne concurrió gran parte del vecindario de Arrecife con las autoridades a la cabeza, evento que de nuevo le cambió el nombre en El Morro de la Cruz, pero que pronto lo cedió en favor del que aún conserva. Dicha cruz, después de sufrir diversas vicisitudes con cambio de emplazamiento, se colocó finalmente, o por mejor decir, una reproducción de la misma por desaparición de la primitiva, en la parte O del islote, cerca de la boca S del Charco de San Ginés, donde las personas devotas continúan con la vieja costumbe de enramarla en ocasiones señaladas. En 1818 estableció en el islote una incipiente industria de salazón de pescado un comerciante de Arrecife llamado Francisco Bethencourt Perdomo, que a su muerte en 1935 pasó a manos de una sociedad constituida por Antonio Armas, Eduardo Martinón y Andrés Zala, este último de nacionalidad húngara, siendo en estas instalaciones donde se enlató por primera vez pescado en Lanzarote. Un año después compró el islote con su embrionaria fábrica el industrial gallego Rodolfo Alonso Lamberti, convirtiendo la empresa en una conservera de destacada categoría, primero bajo sus propias iniciales R.A.L. y luego cambiándole el título en ROCAR. Pocos años después se construyeron en el lado S del islote unas salinas que llegaron a ocupar una superficie total de 14.000 m2, con una producción máxima de 250 Tn. anuales. Debido a la buena marcha del negocio hubo necesidad de construir varias grandes naves más. Sin embargo desde hace algunas décadas, debido a la imposibilidad de faenar la flota pesquera canaria en los caladeros de la costa africana, tanto éstas como las otras fábricas conserveras de Arrecife se han visto obligadas a cerrar, presentando los edificios de la que nos ocupa un deplorable estado de abandono y ruina. De unos pocos años para acá se viene hablando del intento de compra de este islote a sus propietarios por parte del Ayuntamiento de la ciudad con el proyecto de destinarlo a diferentes usos urbanísticos, pero nada se ha logrado hasta ahora en ese aspecto.
 
Fuego, El Barranco de. Constituye este lugar uno de los atractivos más notables de la Ruta de los Volcanes, en cuyo trayecto se encuentra. Consiste en un canal de lava surgida de La Caldera Quemada del Nido del Guirre. Sus paredes presentan primorosos bajorrelieves de afiligranadas escurriduras de lava petrificada de singular belleza por su forma y colorido.
Es nombre de creación reciente, nacido de necesidades onomásticas turísticas.
 
Fuego, El Barranco de la Caleta del. Es el que desemboca en la caleta de este nombre, situada unos 2.5 Km al S de Playa Quemada entre La Punta del Garajao y Punta Gorda. Es corto, de no más de 1 Km, pero profundo.
 
Fuego, La Caleta del. Se forma entre las puntas del Garajao y Gorda, a unos 2.5 Km al S de Playa Quemada. El nombre, me han dicho, le viene de unas piedras que se encuentran en este lugar que eran usadas antiguamente como pedernales.
 
Fuego, Las Montañas del. Es el conglomerado o nudo estructural volcánico formado por la mayor y central de Timanfaya y los conos adventicios de menor tamaño que la rodean, que son, por el N La Caldera de la Boca del Infierno; por el SO, La Montaña del Valle de la Tranquilidad, La Montañeta del Valle de la Tranquilidad y La Montañeta de los Camellos; por el O, La Caldera Quemada de Arriba, y por el NO, Caldereta Riscada, La Caldera de los Cuatro Fondos y La Montaña del Pajerito, más El islote de Hilario y diversos hornitos próximos. Esto desde un punto de vista onomástico popular, según tradición transmitida oralmente, pues para las gentes del pueblo llano las demás montañas que a nivel moderno oficioso se incluyen en esta denominación de Las Montañas del Fuego no se consideran como parte integrante de este topónimo.
Digno de destacar es el calor geotérmico que le ha valido el nombre al conjunto montañoso, que brota en algunos sitios con gran intensidad.
 
Fuente, El Lomo de la. Es el que se forma entre El Valle de los Dises y El Valle de la Casa. Se inicia arriba, al pie del Morro de los Dises, y discurre hasta la costa en un largo de 3 Km. Hubo una fuentecilla abajo en la orilla del mar que le ha valido el nombre.
 
Fuentecita, La. Paraje de la costa situado a poco más de 4 Km al S de Playa Quemada, a un par de cientos de metros a sotavento de la desembocadura de El Barranco de las Pilas, al pie de un risco vertical en el que criaba hasta los años cuarenta del siglo pasado una pareja de guinchos o águilas pescadoras. Hubo en este lugar un pequeño manantial que brotaba a varios metros de altura, hoy reducido a dejar caer unas simples gotas en un pequeño charco que se halla a sus pies.
La curiosidad del topónimo reside en la forma de diminutivo que se emplea en el nombre, totalmente extraño a nuestra habla popular, lo que demuestra la antigüedad del mismo.
 
G –
 
Gabriela, La Montaña de la Vieja. Volcán de la serie II del Cuaternario situado a 2.5 Km al ONO del pueblo de Yaiza en medio del grupo de volcanes formado además de por él por el de La Caldera de las Chozas, situado al O suyo, y los de La Montaña de Dos Picos y La Montaña de la Mancha, al E.
Es uno de los volcanes de Lanzarote en que es más difícil distinguir el cráter o cráteres que debió tener. El lugar más probable para ocupar esta salida de materiales ígneos parece ser un entrante o rinconada que hace por su extremo NE, al que la gente llama precisamente La Caldera de Manuel Camacho, aunque su forma se acerque poco a lo que se entiende normalmente en la isla por una caldera.
El largo de la montaña, que se mide de E a O, es de unos 1.200 m, mientras que su anchura máxima alcanza los 1.000 m. Su cima, en forma de loma, situada hacia la parte central del cono, se halla cubierta en parte por unos grandes lastrones de roca arenisca rojiza cuarteados o separados entre sí por grietas.
No se sabe quién pudo ser la vieja que le dio nombre. Pudo muy bien haber sido, como conjetura Hernández-Pacheco, la propietaria de aquellos terrenos o que desarrollara algunas actividades con cierta asiduidad por allí antes de que las grandes erupciones del siglo XVIII transfiguraran aquellos territorios, pero no hay nada de cierto sobre tal suposición. La única observación que cabría hacer sobre el nombre es que el vulgo lo pronuncia siempre Grabiela, metátesis muy corriente en el habla popular de la isla aplicada a este nombre, tanto si está en femenino como en este caso o si está en masculino.
 
Gacha, La Cueva de Palomas. Se abre esta cueva a la misma orilla del mar, al SE de Mala, un poco por encima de la urbanización nudista Castillo de Papagayo y a unos 25 m de distancia y al S de otra cueva llamada de Las Palomas a secas. Lo curioso de esta gruta es que a pesar de anidar palomas en su interior, la única entrada que tiene es tan baja –que esto es lo que significa en este caso ‘gacha’ en el habla popular de la isla– que llega incluso a quedar sumergida por las aguas cuando la marea sube, sin contar con que cuando hay oleaje fuerte se entorpece o impide el paso de las aves aunque la marea esté vacía. Dentro, según me han dicho, es muy espaciosa y de bastante altura.
 
Gaida, Caldera. Es el volcán que está inmediato y al NO del caserío de La Asomada. Su cráter, recubierto en su mayor parte de lapilli negro, sin duda procedente de los volcanes de la erupción de 1730, pues éste está catalogado como perteneciente a la fase efusiva II del Cuaternario, tiene unos 400 m de diámetro, está abierto por el lado de naciente, y el fondo se halla a un nivel un poco más bajo que el terreno exterior de ese lado en que tiene la abertura. En su interior crecían, cuando lo visité en 1980, abundantes cañas o carrizos. El punto culminante de la montaña se halla en el sector SO de la pared del cráter, siendo su altura sobre el suelo por ese lado de unos 150 m.
Su nombre parece ser de origen majo*, aunque nunca lo he visto figurar en léxicos de estas palabras en obra alguna. Es uno de los topónimos de esta naturaleza más eufónicos que puedan encontrarse en la isla para nombre de mujer, pese a lo cual nunca lo he visto empleado con tal fin.
 
Galera, El Veril de la. Tramo litoral que se extiende a unos 300 m a sotavento de Punta Ginés, al NO de Playa Blanca, a continuación hacia el S del entrante llamado La Sonda Calajo.
No se sabe de ninguna tradición que provenga de algo relacionado con una embarcación de este tipo en este lugar.
 
Gallina, La Peña de la. Se encuentra a un par de kilómetros a poniente de Tabayesco, a unos 500 m al O de La Peña de la Pequena, separada de ella por La Hoya de Castro. Es de poco declive por su parte E, pero escarpada, casi cortada a pico por la del O. Su tamaño es de unos 100 m de largo, tendida de N a S, por casi 40 de ancho, con una altura de una decena de metros sobre el lomo en que se levanta, llamado también La Pequena.
El nombre es muy antiguo, y se ignora la razón del mismo. Más recientemente se le viene llamando de Los Clavijos por unos propietarios de los terrenos en que se encuentra, de este apellido.
 
Gallinas, El Cercado de las. Zona de cierta amplitud situada al N de la urbanización Costa Teguise, a unos pocos cientos de metros al NE del Cortijo del Majo, por debajo de La Casa del Taro.
 
Ganta, La. Es la ladera NO de Montaña Faja. También es conocida por La Ganta del Pedregal. Se desconoce el origen del nombre.
 
Garajao, La Punta del. Está unos 3 Km al S del caserio de Playa Quemada, por encima de Punta Gorda, es decir, a continuación de ésta hacia el N. Es un promontorio alto, de paredes arriscadas y terminado en punta afilada.
Este nombre Garajao es relativamente moderno. Hasta los años cuarenta del siglo pasado se la conocía por La Punta de la Tegala. 'Garajao' se llama en la isla a la golondrina de mar o charrán común (Sterna hirundo).
 
Garita, La Playa de la. Es la que sigue al S del caserío de Arrieta, de más de 0.5 Km de longitud, de arena gris con guijarros El nombre se lo dio una garita que construyeron en ella hace algunos siglos los militares.
 
Gato, La Peña del. Morro rocoso protuberante, bien destacado, que se forma en la ladera que sigue a la de Montaña faja que cae dentro del Valle de Temisa, a 500 m al SE del pico de la referida montaña y a 1 Km al S de Haría. Es nombre antiguo de siglos.
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Gavia*, Montañeta. Se encuentra a poniente de Montaña Tenésara, en el rincón S del territorio de Detrás de Tenésara, unida a la montaña por un bajo lomo que hace de istmo. Es un volcancillo de planta cónica comprimida, de unos 65 m de altura por su lado más elevado de occidente, que ofrece la particularidad de disponer en el mismo ápice de unas covachuelas o grandes agujeros, profundos y húmedos, por los que, según testimonio que he recogido de algunos informantes que me ofrecen crédito, sale en ocasiones un vaho cálido, aunque otros lo niegan. Cuando subí a comprobarlo en 1982 no noté que despidiera calor alguno, pero lo cierto es que aquellos agujeros tienen un algo de inquietante por su desconocida profundidad y por las piedras escoriáceas de color rojizo con aspecto de haber sido requemadas en época geológica reciente.
El nombre, como se ve, está relacionado con uno de esos campos de siembra típicos de la isla, pero que ya, en la actualidad, no existe.
 
 
Gaviota, La Playa de Punta. Sigue hacia el E a continuación de la punta que le da nombre, ocupando el fondo de la ensenada que se forma entre la mentada Punta Gaviota y La Piedra de Tejera. Es de callaos*, bastante grande, pues debe pasar de los 100 m de longitud. Al final de esta playa, por su lado de poniente, se abre una caverna de amplia boca.
 
Gaviota, Punta. Está al ONO de Tinajo, 3.5 Km más allá de Las Casas de Tenésara. No es un saliente muy pronunciado. Lo que la distingue son dos puntillas* paralelas entre sí que se meten mar adentro unos 25 m según la marea, pues la de la derecha, que tiene forma de hoja de puñal, decrece de altura a medida que se introduce en el mar, quedando más o menos anegada según el nivel de la marea. Cierra por el lado de poniente a la ensenada en que se encuentra la playa de callaos* que lleva su nombre.
Es nombre bastante antiguo, ya que lo consignan mapas de algunos siglos atrás.
 
Gayo. Extensa altiplanicie, de 1 km2 de superficie aproximadamente, situada 1 km al O de Máguez. Limita al N con el Rincón de Guinate; al E con el volcán de La Quemada, La Caldera y la ladera de Taoyo; al S con El Valle (de Máguez), y al O con el acantilado de Famara, del que, por ese lado, es parte constitutiva. Tiene en lo alto algunas lomas muy poco prominentes, de cimas redondeadas, y en su borde E un picacho que sobresale ligeramente, conocido por El Pico de Gayo.
La gente de por allí dice el nombre siempre sin artículo. P. Madoz, en su conocido Diccionario, lo escribe 'Gayo', con /y/, y en un documento titulado Inventario del Pueblo, de 1618, se transcribe un dato referido a 1560 en que figura el nombre escrito también 'Gayo'. Hay asimismo varias escrituras de 1619 en que aparece escrito en esta forma Gayo.
Apoyado en estos argumentos, y ante la solicitud del Servicio Cartográfico del Ejército en 1984 para que colaborara en la corrección de la toponimia con vistas a una nueva edición del mapa de Lanzarote que se hallaba en vías de preparación, propuse que se le cambiara la /ll/ con la que hasta entonces figuraba en el mapa por la /y/, que parecía más procedente, lo que se llevó a efecto. Teniendo en cuenta esta grafía, parece lo más acertado considerar esta voz como un guanchismo, pero no lo he visto nunca tratado como tal en ninguna obra.
 
Gayo, La Fuente de. Se encuentra en la ladera de la altiplanicie de este nombre que desciende hacia El Rincón de Guinate en unos terrenos calizos de aspecto árido que están al pie de la montaña de La Quemada por su lado NO, en lo alto del declive. Se trata de una simple poceta de formación natural según parece, de 1 m de largo y 0’5 de profundidad.
 
Gente, El Jameo de la . Se halla este jameo* a poco más de 1 km al E de Máguez y a 300 m hacia el NE de la carretera general que sube de Arrieta hacia Ye, a la altura del km 4.
Es uno de los 'jameos' más profundos, si no el más, de cuantos se abren en El Malpaís de la Corona, en especial por sus cabeceras, ya que debe alcanzar metiéndose túnel abajo en talud muy pendiente por esos lados más de 15 m de altura. Su planta es de figura aovada, tendido de N a S. Sus paredes, elevadas y perpendiculares, sólo ofrecen un lugar de descenso, una tosca escalera natural en su parte superior complementada en el resto con unos pedruscos colocados por el hombre que hacen de escalones para alcanzar el fondo, por el lado O. Por la cabecera N tiene en el interior un pequeño subjameo de más de 2 m de profundidad por el que se accede descolgándose al tubo volcánico que continúa por allí. Por el extremo opuesto o S es también acuevado, pero el túnel que sigue en el fondo hace un viraje brusco hacia el ESE en dirección al Jameo de Puerta Falsa, que se encuentra a 1 km de distancia, con el que tiene comunicación directa, es decir, sin pasar por los jameos* Tacho, Cumplido y Agujerado, que están en medio, bien sea porque éstos corresponden a un desvío lateral obstruido del mismo tubo volcánico o porque el enlace se efectúa por una galería inferior que pasa por debajo de ellos, que parece ser lo más probable.
Su nombre resulta muy sugestivo y hace pensar en que haya podido servir de refugio a los nativos en los azarosos tiempos de la piratería, pero nada cierto se sabe sobre su origen.
 
Geria, El Cercado de la. Gran cercado, parte de cuyas paredes han sido ya derribadas, de más de 0.5 Km2 de superficie. Se extiende frente al campo de golf de Costa Teguise, al otro lado de la carretera que sube por allí en dirección a Tahíche. En este lugar han construido unos edificios destinados a depósitos de agua, según creo. Buena parte de este cercado es algo ahondada y abrupta, con gran cantidad de rocas y piedras sueltas.
No he logrado saber de qué le viene el nombre.
 
Geria, La. Extenso territorio que se abre a modo de anchuroso valle entre las montañas Chupaderos y Diama del lado N y las de Tinasoria, Guardilama y Caldera Gaida por el del S. Comienza a un par de quilómetros al NE de Uga y se extiende por espacio de unos 3 Km en esa misma dirección hasta la Montaña de Peña Palomas.
Se caracteriza este paraje por hallarse cubierto de una gruesa capa de lapilli o arena volcánica negra, cuyo espesor alcanza algo menos de 2 m en la mayor parte de su suelo y el doble al NE de Montaña Diama, en el lugar conocido como El Cañón. Tan grueso espesor de arena debe obedecer al hecho de que allí se depositaron, superponiéndose, las arrojadas por el primero de los volcanes en reventar en 1730, La Caldera de los Cuervos, y por el segundo, La Caldera de la Rilla, que fue el que expulsó la mayor cantidad de estos materiales en aquellos años, afectando además un espacio de terreno mucho más amplio.
He aquí algunas noticias de interés histórico de este conocido paraje obtenidas de viejos legajos. En 1571 vendían los matrimonios Marcos Verde y Justa Melián y Diego Vázquez y Margarita Ruiz al vicario de Lanzarote Luis de Bethencourt "nuestro asiento y hacienda de La Geria tierras de la cerca adentro que están ya hechas y las por hacer. Entre las construcciones de aquella hacienda se contaban “casas y tahonas, maretas abiertas y por abrir y cisterna", propiedades que, por lo que se ve, incluían grandes extensiones de terreno.
A este respecto me llama la atención la gran cerca* que, según se dice en el documento, rodeaba a las indicadas propiedades, por lo que la misma pueda tener de relación con el significado del nombre del paraje en estudio, pues a un par de quilómetros al E de Tahíche se encuentra El Cercado de La Geria, que tiene precisamente como característica destacable su enorme tamaño, de alrededor de 1 Km de longitud por algo menos de anchura.
La voz ‘geria’ se tiene como posible palabra bereber. No obstante, en la provincia de Valladolid
hay un lugar de ese nombre, y también existe en castellano la voz ‘heria’, con hache aspirada, arcaísmo de ‘feria’, todavía en uso en Méjico. Para Sabino Berthelot (1842/1978:160) podría provenir del término bereber ‘yeria’, que en esa lengua significa grano. A veces se ha escrito a la ligera, sin base alguna en que sustentar tal aseveración, que este nombre le viene dado a este paraje por el de los típicos muretes semicirculares que protegen las vides, pero basta con saber que esos muretes fueron construidos después de haber quedado el terreno cubierto por las arenas volcánicas en 1730 para descartar tal posibilidad, ya que este nombre de La Geria se remonta cuando menos, como hemos visto, al siglo XVI. Puedo añadir que el nombre dado más comunmente a esos cortavientos de piedra es el de abrigo*, si bien yo he encontrado a gente anciana que lo ha conocido con el término de goire*.
Desde la primera década del siglo XVIII poseía un cortijo en La Geria con unas maretas y demás anejos el beneficiado Diego de Laguna, quien hizo construir la ermita de La Caridad por aquellos años.
Cuenta A. de la Hoz (1962:237) que en 1730 era propietario de La Geria, en unión del antedicho beneficiado, el obispo de la diócesis de Canarias entonces Pedro Dávila y Cárdenas, quien enterado de la arena volcánica caída sobre sus posesiones, pero ignorante de la magnitud del desastre, ordenó ingenuamente que “quitaran a lomo de camello todas las cenizas llovidas sobre sus tierras”...Vista la imposibilidad material de llevar a cabo tal trabajo –continúa explicando de La Hoz– abrieron entonces unos hoyos para alcanzar la tierra madre y plantaron en ellos linaza y calabaceras, cuyos frutos resultaron ser de gran calidad.
En ese año 1730, un documento de los que integran el legajo del archivo de Simancas, fechado el 19 de diciembre, dice que La Geria tenía ya 7 vecinos.
Según un informe sobre Lanzarote compuesto por el ingeniero José Ruiz Cermeño en 1772 en que visitó la isla, en esta zona de La Geria habitaban entonces siete familias, y el mismo número le da poco después el Compendio brebe y famosso de 1776.
P. Madoz dice en su Diccionario (1850/1986:116) que en La Geria, en un quinquenio, se producían “además de los frutos de alguna variedad de árboles, en su mayor parte higueras, 1.500 pipas de mosto de calidad superior para aguardiente, que se exporta para América, donde es muy apreciado”.
Por las mismas fechas (Yaiza y su tierra, tomo II, 1999:47) había en La Geria “una casa de dos plantas, cuatro casas terreras y seis chozas que, en conjunto, daban cobijo a 30 almas”, vecindario que en 1877 había aumentado a 85 habitantes favorecidos con el cultivo de la vid.
P. de Olive (1860) le asigna, sin embargo, cinco casas y seis chozas.
Ha sido declarada espacio natural protegido como premio a su original paisajística producto del color negro intenso que predomina en su suelo a causa de la espesa cobertura de arenas negras o lapillis que presenta, con los múltiples hoyos que la salpican de los que asoman en verano las verdes ramas de las vides, produciendo con ello un contraste cromático único en el mundo en el cultivo de la vid.
 
Ginés. Tramo de costa de barlovento al ONO de Playa Blanca, que sigue hacia sotavento de Punta Ginés por espacio de varios cientos de metros. En medio de este lugar se levanta La Peña de Ginés, un mogote rocoso de unos 5 m de altura que resulta muy conspicuo.
 
Ginés, El Barranco de. Discurre este barranco a un par de kilómetros a poniente de Soo. Nace a unos 400 m al NE de la cúspide del Pico del Cuchillo y vierte sus aguas en El Río de La Santa después de un curso casi rectilíneo de unos 3 Km de largo.
 
Ginés, El Charco de San. Laguna o albufera intermareal de Arrecife, de algo más de 500 m de longitud por 260 de anchura máxima, que se adentra en pleno corazón de la ciudad. Quedó configurada hace algunos cientos de miles de años tras la solidificación de las riadas de lava emitidas por el volcán de Montaña Zonzamas al ganar terreno al mar por este lado de la isla.
No se sabe con exactitud cuándo empezó a aplicársele este nombre de El Charco de San ginés. Sin embargo la ermita puesta bajo la advocación de este santo, construida originariamente a su vera, hasta el punto de quedar su piso anegado con las grandes mareas equinocciales, existió, según A. de la Hoz, desde por lo menos 1574. No obstante parece ser que el nombre del santo lo tomó bastante tiempo después de esa fecha, pues todavía el ingeniero L. Torriani lo nombra por 1590 La Caldera sin otro aditamento nominal, tal como figura con anterioridad en algunos textos del tiempo del señor de la isla Diego García de Herrera, pero con el añadido ‘del Taro’ por una de estas construcciones que hubo en sus proximidades.
 
Ginés, La Bahía de. (‘Badía’ dicen los pescadores). Es la gran ensenada, muy abierta, que se forma al SO de Las Breñas, a sotavento de Punta Ginés.
 
Ginés, Punta. Está situada a unos 4 Km al NO de Playa Blanca constituyendo el extremo occidental de Lanzarote.
Es más conocida por la gente de los pueblos vecinos por el nombre de La Punta del Roquito, siendo así que conocen el nombre Ginés pero aplicado al tramo de costa de unos cientos de metros de longitud que sigue a sotavento de ella, pero en mapas y documentos, algunos de ellos muy antiguos, como por ejemplo el mapa de Simancas de 1730 y otros que siguen de ese mismo siglo, se le llama siempre Punta Ginés.
 
Goires, Los. Terreno que está al SO de Soo, extendiéndose entre Montaña Mosta y el polvorín que está cerca de El Pico del Cuchillo.
No existen ya los goires* que le dieran nombre. Goire* es un guanchismo, aún vigente en los ambientes pastoriles más conservadores, con el que se designa a un corral, por lo general de pequeño tamaño, dedicado a diversos fines, como por ejemplo meter en ellos a los baifos* o cabritillos.
 
Goires, Los. Esta es la forma correcta del nombre y no Los Goises como por error se escribe en mapas y tratados de geografía sobre la isla.
Se sitúa este extenso territorio a 1 Km más o menos al S de Montaña Mina, a poniente de La Vega Yágamo, y está constituido practicamente en toda su extensión por terrenos cubiertos de jable*.
 
Golfo, El. Paraje costero, tal como su nombre indica, situado hacia el ONO del pueblo de Yaiza, constituido por la amplia ensenada que le da nombre, de unos 500 m de abertura; la montaña volcánica por él así llamada, que se levanta a sus espaldas; la laguna de aguas verdes conocida tradicionalmente por El Charco de los Clicos, que se forma en el fondo de su cráter, que está abierto por todo el lado que mira hacia el mar; la playa de arenas negras volcánicas que cierra a la laguna por ese lado, y el caserío situado un poco hacia el N que por su proximidad al lugar de El golfo se le ha aplicado también este nombre o el de Las Casas del Golfo, como se decía hasta no hace muchos años.
Constituye este conjunto de El Golfo uno de los atractivos turísticos más importantes de Lanzarote por su original belleza natural resaltada por la armoniosa morfología y colorido que presentan sus distintos elementos geológicos.
 
Golfo, El. Pequeño caserío costero que está junto al lugar de su nombre, en el municipio de Yaiza, de cuyo pueblo se halla a unos 6 Km hacia el ONO. Fue fundado por pescadores de Playa Blanca que iban a pasarse allí temporadas durante los meses de verano, desde donde tenían más a su alcance los ricos pesqueros de las mares de barlovento. A ellos se fueron uniendo poco a poco gente pudiente del municipio que construyeron allí sus casas de veraneo.
 
Golfo, El Bajío del. Es todo el largo tramo de costa subhorizontal, de considerable anchura cuando baja la marea, que se extiende delante de las casas del poblado de El Golfo, de donde evidentemente le viene el nombre.
 
Golfo, El Jaldar del. Es la zona adyacente a La Montaña del Golfo que se extiende todo a lo largo del lado SE de dicho volcán, formada por lava negra de la erupción de 1730-35.
Jaldar’ debe ser palabra derivada de ‘halda’, ‘falda’, pues los lugares de la isla así nombrados son terrenos que forman parte de faldas de montañas o que están contiguos a ellas.
 
Golfo, La Montaña del. Volcán de la serie II del Cuaternario, de formación hidromagmática, situado en el lugar de su nombre. Es de forma irregular, alcanzando una elevación máxima de poco más de 150 m sobre su base, que es tanto como decir sobre el nivel del mar, ya que el volcán se levanta a la misma orilla del océano. Hasta tal punto es ello así que buena parte del volcán ha sido seriamente erosionado por las olas a lo largo de su existencia de siglos, y las paredes del cráter, en forma de anfiteatro, ampliamente abierto por el lado que mira al mar, presentan una estratificación cruzada muy llamativa y de variado colorido producto de la intervención del agua en su formación.
 
Gómez, El Jameo de Frasco. Es el que ocupa la posición inferior de los tres llamados de Los Molinos. Está dividido en dos mitades desiguales por un amontonamiento de piedras pequeñas que lo cruza a lo ancho y forma una especie de talud en su flanco S. Su longitud es de unos 60 m, y es ciego por los dos extremos. Unos 100 m por debajo de él pasa la carretera general que va hacia Ye.
 
González, La Caleta de. Es la que sigue al Bajo de Mesa por el lado que mira hacia Órzola, a unos 3 Km de cuyo pueblo se halla. Frente a ella, a su derecha, a marea alta, aflora en el mar un peñasco grande en medio de otros más pequeños que al bajar la marea se unen formando primero un islote y finalmente una península que constituye el flanco derecho de la propia caleta, en tanto que el flanco izquierdo se prolonga hacia fuera formando El Risco de los Sables. En el rincón interno de la caleta, de unos 6 a 7 m de anchura, han acumulado las olas una cierta cantidad de guijarros o piedras menudas redondeadas, pero fuera adquiere mucha mayor anchura, quedando mejor definido el entrante que la constituye, a marea baja.
 
Gopar, La Peña de. Conglomerado basáltico algo prominente que se forma en el borde de la altiplanicie de Los Tablones que cae hacia El Barranco de Tenegüime, a algo más de 1.5 Km al NNE de las casas del Valle de Arriba del pueblo de Los Valles. Pasan por esta peña los linderos que separan los municipios de Teguise y Haría.
Gopar es apellido conocido desde muy antiguo en la isla.
 
Gorda, Punta. Sigue al S del Charco del Palo, en la costa de Guatiza. Es alta y tiene enfrente, a unos 15 m mar adentro, una baja* o islotillo alargado en sentido perpendicular a la línea de costa, que vela a marea media unos 2 m.
 
Gorda, Punta. Está a corta distancia al N de la urbanización Los Cocoteros (Guatiza). Es una punta que, aunque no muy grande –unos 25 m de largo por la mitad de ancho en el arranque–, es la más destacada de aquella costa. Su figura es bastante regular, pues va perdiendo anchura gradualmente hacia su extremo, ocurriendo otro tanto en cuanto a su altura. En su parte superior, a unos 8 m de su extremo terminal, tiene un charco a modo de profunda pileta, en posición transversal al largo de la punta. La misma punta forma por su costado N un pequeño caletón* de aguas bastante profundas terminado en una cueva que parece ser bastante honda a juzgar por el modo en que se meten en ella las olas, la cual queda sumergida cuando sube la marea.
 
Gorda, Punta. Está al SO de Las Breñas, 1.200 m por encima o N de Punta Ginés, la más occidental de la isla. Es alta y gruesa, o sea, 'gorda', de flancos escarpados. El del N forma unos terraplenes escalonados de varios metros de altura cada uno, el último o más bajo de los cuales continúa bajo el mar hasta bastante profundidad. Abajo, en la franja intermareal, hay unos grandes charcos, hondos, como piscinas naturales. El otro lado de la punta, el que mira hacia el O, es muy pendiente, casi cortado a pico, y en él se abre la cueva llamada de Antón, en la que anidan varias parejas de pardelas cenicientas (Calonectris diomedea).
 
Gorda, Punta. Promontorio situado a unos 3.5 Km al S de Playa Quemada, que hace pareja con otro de parecidas características, algo más pequeño, que está al N de él, llamado La Punta del Garajao. Es el saliente costero más pronunciado de todo aquel litoral. Sus costados, cortados casi a pico en su mayor parte, de unos 25 m de altura, muestran unas hermosas formaciones columnares basálticas de color casi negro, consistiendo su parte superior en una espaciosa llanura terrosa amesetada.
 
Gordas, La Degollada de Piedras. Es el paso que se forma entre La Montaña de Dos Picos y la de La Vieja Gabriela, a poco más de 2 Km al ONO de Yaiza. Pasa por ella la carretera que va a El golfo.
 
Gorita, La. Lugar a la orilla del mar, hacia el E de Tahíche, situado al fondo de la gran ensenada de Puerto Moro. Para algunos este es el nombre de toda esa amplia ensenada, pero para los propietarios de los viejos cortijos de Tejida y de Los Cabrerones, que han transitado estos parajes durante toda su vida, La Gorita es sólo un pequeño sector de la costa que sigue un poco más arriba del rincón más interno de la ensenada, donde hay tres peñas que tienen figura redondeada o de ‘pajero’, y que el nombre de la ensenada es Puerto Moro, como también me han dicho otros.
En los mapas se le llama La Gorrina, un evidente error de escritura. Parece que deba ser un diminutivo de ‘goro’, palabra guanche que significa corral, pero de ser así extraña que tenga género femenino.
 
Grama, Tierra. Territorio de bastante extensión situado a unos 2.5 Km al S del pueblo de Las Breñas, a continuación y hacia el ESE de El Terminito.
Se le llama así por la abundancia de las gramíneas de este nombre que crecen en él.
 
Grande, Ajache. Montaña de cumbre puntiaguda, o más bien afilada, de 560 m de altura s. n. m., de los cuales buena parte corresponden al basamento del viejo macizo miocénico del que forma parte, situada a unos 3 Km al S de Femés. Por su lado de poniente, por el que cae hacia la rasa de Rubicón, es muy pendiente, casi vertical en sus cotas más elevadas, mientras que por el opuesto desciende en pendiente más suave siguiendo el terreno cuesta abajo un par de quilómetros más hasta alcanzar la orilla del mar.
En los libros y en la cartografía oficial se llama a esta montaña Hacha Grande, error que se viene arrastrando desde por lo menos 1876 en que figura así denominada en el mapa de Chil y Naranjo. Pero que este nombre es Ajache y no Hacha queda demostrado sin ningún género de dudas con las dos razones siguientes: que aún se conserva vivo entre la gente del pueblo en la primera de las formas, si bien normalmente privado de la -a- inicial por caída de esa letra en la pronunciación vulgar, y porque el plural Ajaches de la sierra de la que forma parte lo confirma de forma inequívoca, nombre reconocido como auténtico tanto en textos antiguos y modernos como en el uso popular actual.
 
Grande, La Atalaya. Eminencia del borde superior del Risco de Famara que destaca por su altura de 481 m s. n. m. en aquella parte del acantilado, situada al N de Ye, a poco más de 200 m por encima del Mirador del Río.
En este lugar se construyó a finales del siglo XIX, con ocasión de la guerra de Cuba, el emplazamiento artillero llamado La Batería del Río, nombre que se ha alternado desde entonces con el de La Atalaya Grande, que nunca se ha perdido. Lo de ‘atalaya’ le viene, evidentemente, de la función que tuvo en tiempos pretéritos como tal para prevenir desembarcos furtivos.
 
Grande, Montañeta. Está en el extremo SE del gran islote* de Las Montañetas, a 1 Km al NO del gran volcán de Caldera Blanca contando la distancia desde el pie de este imponente volcán por su lado NO. Es, efectivamente, el montículo mayor que hay en esa zona. Su tamaño es de un par de cientos de metros en la base y unos treinta y pico metros de altura sobre el suelo.
A unos 200 m al E de esta montañeta había en 1984 en que recorrí estos territorios unas construcciones de piedra seca con aspecto de haber sido una vivienda de tipo prehispánico. Estaba compuesta por tres compartimentos unidos, de planta redondeada y paredes gruesas con tendencia a curvarse en lo alto en sentido convergente como si hubieran terminado en forma de cúpula. Tanto dentro como fuera en torno al edificio se veían restos de malacofauna normal en estos casos (lapas, burgaos, chirrimiles, canadillas) y algún que otro trocito de cerámica de aspecto aborigen, si bien también la había de tipo europeo antigua. Al S de esta construcción, a unos 150 m, había un corralito o chocita destechada con restos parecidos a los anteriores.
 
Grifo, El. Territorio que se extiende al N de las bodegas de su nombre y al E de La Montaña de Juan Bello hasta una distancia aproximada de 0.5 Km en uno y otro sentido. Está dividido en dos partes bien diferenciadas por la constitución de su suelo: una franja más estrecha en el lado S consistente en una gruesa costra de lava ‘aa’ de la erupción del siglo XVIII, y el resto hacia el N cubierto de lapilli negro de los mismos años, en el que han formado campos de viñedos al típico estilo insular. Dichas bodegas fueron fundadas unas cuatro décadas después de finalizadas las erupciones de aquel siglo.
No se sabe de qué pueda venirle el nombre. Se ha pensado, como no podía ser menos, en el fantástico animal así llamado. Pero una procedencia de tal animal mítico, aparte de no estar documentada, parece muy poco probable. De grifo, llave para dejar paso a un líquido, tampoco lo veo probable. Existe otra posibilidad que hasta ahora no se ha tenido en cuenta que considero mucho más probable: en mis primeras correrías llevadas a cabo por esta zona de la isla con el objetivo de recabar información toponímica, allá por los primeros años de la década pasada de los ochenta, tuve ocasión de hablar con dos campesinos de edad avanzada que vivían por allí, quienes me dijeron, independientemente el uno del otro, que ellos recordaban haber oído en su juventud a los ancianos de entonces la palabra ‘grifo’ aplicada a los típicos enroscamientos que forma la lava ‘pahoe-hoe’ en su variante cordada, muy abundantes por cierto en la zona que nos ocupa. A este respecto hay que decir que una acepción del término grifo, se aplica al pelo de la cabeza enrrollado o formando rizos, definición que encaja a la perfección con las de estas formaciones lávicas. Ahora bien, de ser acertada esta etimología faltaría por saber si el nombre, así en singular, proviene de una de estas formaciones más espectacular que habría allí, quizás desaparecida al haberse construido encima de ella la bodega, o si se trata de un nombre colectivo por el considerable número de estas espirales lávicas existentes en la zona.
 
Gritana, Caldera. Volcán de la subserie II B, situado a la entrada del Valle de Femés frente al caserío de Las Casitas.
Tiene de 700 a 800 m de diámetro en la base y una altura de unos 100 m por el lado S en que sus laderas caen hacia el interior del valle antedicho y unos 160 por el N en que continúan hasta el fondo del Vallito de Uga. Su cráter es bastante hondo, de unos 400 m de diámetro, y está abierto por el lado de poniente por una escotadura no muy ancha pero que llega hasta una decena de metros del nivel del fondo.
Aparte de los materiales piroclásticos con que construyó el cono, este volcán no parece haber arrojado mucha lava, si es que expulsó alguna.
Este nombre Gritana podría ser considerado en principio, contemplado desde un punto de vista simplista, como de adscripción castellana, con el significado de ‘grita Ana’, pero sospecho que bajo esta apariencia engañosa debe esconderse un guanchismo, que seguramente se aproximaría en su forma más antigua a un Guiritana o algo parecido. Con este simple cambio epentético el nombre adquiere un aceptable aspecto guanchinesco. Existen casos similares en el archipiélago: Por ejemplo en El Hierro está El Gretime, pronunciado también Gueretime (Trapero, 1999: 218). Asimismo, la terminación /ana/ no parece ser extraña a las lenguas guanches, particular que podrían acreditar los topónimos ‘Tafetana’ y ‘Tajitana’ de El Hierro y Tenerife (Id.: 252).
 
Guanapay, La Montaña. Se alza este viejo cono volcánico de la serie más antigua del Cuaternario, próximo a Teguise, hacia levante del pueblo. Es un volcán de mediano tamaño que está adosado por el lado S a la altiplanicie o meseta llamada La Torre, con lo que su altura sobre el suelo por este lado, hasta dicha meseta, es sólo de algo más de 50 m, en tanto que por el N, en que desciende hasta el llano inferior, alcanza más del doble.
En cuanto a sus manifestaciones efusivas se sabe que derramó abundantes y extensas coladas que se expandieron en derredor suyo, alcanzando mayor distancia de propagación hacia el E y menos hacia el N. Luego de estas coladas más fluidas arrojó lavas más viscosas o densas, con poca capacidad de desplazamiento, que formaron el gran domo o meseta antedicha, si no es que dicha altiplanicie se construyó con piroclastos o materiales de proyección aérea. El cráter, de poco más de 200 m de diámetro y redondez casi perfecta, muestra todo alrededor de su cresta un reborde rocoso resultado de la petrificación de la lava que debió desbordarlo.
Del significado del nombre de esta montaña, de indudable estirpe guanchinesca, nada se sabe con certeza. En lo que a su fonética atañe cabe hacer la observación sobre el sonido /p/ que posee, nada corriente en las voces canarias de origen bereber, pues esa letra no es normal en esos idiomas, por lo que habrá que pensar que sea adaptación del sonido /b/ muy oclusivo común en las lenguas de esos territorios norteafricanos. Algo análogo parece haber ocurrido con el topónimo fuerteventureño Pájara, que dicen ser adaptación fonética de un primitivo Bájara.
La Montaña Guanapay ha sido testigo de importantes hechos de la historia insular. Sobre su cima se construyó el castillo de Santa Bárbara, más conocido con el nombre del propio volcán sobre el que se yergue, castillo que jugó, como es bien sabido, un destacado papel como lugar de refugio de buena parte de la población isleña durante las temibles incursiones piráticas de que fue víctima Lanzarote a lo largo de buena parte de su historia antigua,
Los antecedentes del castillo de Santa Bárbara se remontan a una torre cuadrada que hizo levantar en las primeras décadas del siglo XVI el entonces señor de la isla Sancho de Herrera, cuyo cometido principal era el de servir de atalaya desde donde prevenir los desembarcos piráticos y ofrecer un mínimo refugio ante un caso de emergencia. Esa torre primigenia es la que puede verse en la actualidad sobresaliendo del edificio, llamada en la terminología castrense ‘del homenaje’ y por la gente del pueblo ‘el Cuarto Alto’.
Años después de 1551 en que atacó la isla el corsario francés François le Clerc, el a la sazón señor de Lanzarote Agustín de Herrera y Rojas añadió a la torre un cuerpo más bajo que englobaba unos aposentos, cuyo conjunto fue rodeado con una gruesa muralla de planta romboidal. Sobre los techos de los aposentos se formaba un amplio corredor en que se colocaba la artillería.
En 1572 se le agregaron dos cubelos, uno en cado extremo opuesto del edificio.
En 1586, después de un cerrado cerco, fue el castillo sometido al pillaje por el pirata argelino Morato Arráez, siendo quemadas todas sus partes de madera y demolidas otras de obra de fábrica más vulnerables.
Un par de años después, en 1588, Gonzalo Argote de Molina, genealogista sevillano casado con una hija de Agustín de Herrera, señor de la isla, emprendió la reparación del castillo por superior decisión del Capitán General de Canarias. La naturaleza y amplitud de tales obras se desconocen, pero parecen haber consistido en la reconstrucción de las partes destruidas durante el ataque de Morato Arráez.
En 1619, hallándose al frente del señorío la marquesa doña Mariana Enríquez, se llevaron a cabo unas obras de mejora en el castillo que debieron revestir cierta magnitud habida cuenta del personal en ellas empleado y la cuantía invertida en concepto de salarios y en material para las mismas, pero cuyo carácter se desconoce.
En 1654, Alonso de Guzmán, Capitán General de Canarias, hace reparar la plataforma y los alojamientos, añadiéndole pocos años después la meseta escalonada que sirve de apoyo al puente levadizo que da acceso a la puerta de entrada del edificio, así como los dos baluartes en los salientes laterales.
En 1687 y años subsiguientes, siendo señor de Lanzarote Juan Francisco Duque de Estrada, se llevaron a cabo importantes obras de acondicionamiento del castillo, entre las cuales destacan el enlosado de la plaza de armas o azotea y de los alojamientos, así como la mejora de las habitaciones abovedándolas y reforzando sus paredes.
Entre 1741 y 1744, hallándose al frente de la capitanía general del archipiélago Andrés Bonito Pignateli, se construyó en el fondo de la caldera de la montaña un aljibe de bastante capacidad, cuyos restos pueden aún verse abandonados y faltos de techo.
En 1981, se acometieron en el castillo, bajo la responsabilidad de la Dirección General de Bellas Artes, dependiente del Ministerio de Cultura, unas obras y modificaciones poco acertadas desde un punto de vista histórico-estético, ya que nada tenían que ver con la tradición arquitectónica del edificio, las cuales han sido motivo de severas críticas.
En 1991, después de la debida adaptación para tal fin, fue inaugurado el castillo en calidad de museo dedicado a los emigrantes, habiéndose rectificado con ello algunos de los desaguisados cometidos en 1981 en su estructura interior.
Para finalizar conviene también hacer mención, por su posible interés arqueológico, de los restos de un edificio que se hallaron en 1984 en el punto del borde superior del cráter del volcán diametralmente opuesto al del castillo que se acaba de describir, consistentes en unos cimientos de paredes hechas a base de piedra argamasada, sin duda muy antiguos, al que no se le ha podido encontrar hasta hoy una explicación satisfactoria, pero que debió revestir bastante importancia a juzgar por los restos arqueológicos que se hallaban dispersos en el lugar, tales como fragmentos de cerámica de factura aborigen y europea de época medieval, trozos de madera y de hierro, así como algún que otro pedazo de hueso y las conchas de moluscos marinos habituales en estos casos, todo ello en superficie y mostrando los claros efectos del prolongado paso del tiempo.
 
Guanche, El. Barranco ancho y profundo, de un Km y medio de recorrido, que se inicia al pie de El Pico de la Oveja por su parte de naciente, 1 Km al E de Femés.
En tiempos pasados daba una producción agrícola bastante abundante. Así lo acredita una copla que aún recuerdan los más viejos, que dice: “Tengo mujer, tengo hijos, –- tengo mi tierra en El Guanche, –- tengo mi camella mora, –- de todo estoy abundante”.
Lo que resulta controvertible es el nombre, pues uno no acaba de ver claro su origen. Existe una polémica sobre el empleo de este etnónimo, o gentilicio, pues hay algunos estudiosos del pasado prehispánico de las Islas Canarias que no estamos de acuerdo con que su uso haya que restringirlo exclusivamente a la isla de Tenerife, sino que desde siempre debió referirse a los habitantes de todo el archipiélago, siendo precisamente la existencia de estos topónimos con el componente ‘guanche’ en todas las islas, y no en reducido número por cierto, el motivo básico de esta controversia, amén de otros testimonios documentales y razonamientos lingüísticos que apuntan claramente en esa dirección pancanaria. (V. A. Pallarés: Consideraciones sobre el gentilicio ‘guanche’. LA PROVINCIA, 12-IX-1986, y M. Trapero y E. Llamas: ¿Es guanche la palabra guanche? ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS nº 44. 1998)
 
Guanche, La Cueva del. Se encuentra esta pequeña cueva en el borde NO de una hoya de unos 100 m de amplitud, que recibe este mismo nombre, metida en pleno Malpaís de la Corona, a unos 3 Km al SE de la barriada de Órzola llamada Las Casas de Arriba y unos 1300 m de la costa E de esta parte de la isla, concretamente al O del Bajo de la fortuna. Su boca se abre debajo de un grueso estrato rocoso de color grisáceo dispuesto casi horizontalmente, sobremontado de un morro de escorias, hallándose esa entrada natural, alargada horizontalmente, que mira hacia el SE, cerrada con una pared de piedra seca salvo en el centro en que queda la puerta de entrada. La altura de la cueva es de poco más de 1’50 m, y en su interior podrá tener unos 4 o 5 m de anchura por algo menos de profundidad, por lo que sólo sería apta para dormir. En el talud que se forma frente a la entrada se veían cuando la visité en 1983 los consabidos moluscos que antaño se consumían en estos casos –lapas, burgaos*, cañaíllas*– mezclados con pequeños trozos de cerámica tanto de factura prehispánica como de la edad media.
Según testimonio de gente de edad de los pueblos de esta parte de la isla, el nombre es tan antiguo que nadie sabe cuándo se le puso.
 
Guanche, La Hoya de la Cueva del. (V. La Cueva del Guanche).
 
Guanche, La Peña del. Eminencia basáltica de unos 15 a 20 m de largo que corona al Filo de los Cuchillos o pared E del Valle de Femés, justo al E de la parte N de este pueblo llamada Femés Chico, en lo alto de la cabecera del barranco de El Guanche, a media distancia entre las eminencias de El Pico de la Oveja al N y El Morro del Pilón al S, que se alzan como ella en lo alto del mismo Filo de los Cuchillos.
Apenas tiene otro valor toponímico que el del componente ‘guanche’ del nombre. (V. El guanche).
 
Guanches, El Lajío de los. Se trata de una hondonada, situada a un par de cientos de metros al N del Jameo de la Cueva de los Verdes, no muy pronunciada, de unos 90 m de largo en sentido N-S, por unos 60 de anchura, con el piso constituido por lastrones de lava relativamente lisa, algo abombados, que asoman entre la tierra y las abundantes tabaibas que en él crecen, más incluso que en el terreno más abrupto que lo rodea, por lo cual resalta su verdor con respecto al terreno circundante, que está formado por piedras escoriáceas sueltas.
 
Guanches, La Cueva de los. Es una covacha hundida, como casi todas las del Malpaís de la Corona, situada a un par de Km al NNE de Punta Mujeres, cuya boca o entrada mide 1 m o algo menos de amplitud. Tiene señales de haber sido habitada en un pasado remoto. Dentro, según el informante del citado pueblo que me acompañaba, es bastante espaciosa. Justo frente a ella, a escasos metros al N, sigue una construccion de piedra seca, con aspecto de ser muy antigua, de unos 4 por 3 m de pared, con conchas de burgaos* y algunas de lapas sobre el piso, que es de lava sólida, y unos 30 m más al E, a un nivel del terreno más bajo, luego de bajar un repecho, hay una depresión a modo de pequeño jameo* en cuyas paredes se abren unas dos o tres bocas de otras tantas cuevas con señales también de haber sido ocupadas por gente hace tiempo, más espaciosas aún que la descrita anteriormente.
 
Guanches, Las Casas de los. Están cerca de La Cueva de los Guanches de la entrada anterior, a un centenar de metros o poco menos al NO de ella. Cuando estuve en este lugar, por los años ochenta, había en él unas seis o siete chozas semiderruidas con aspecto de habitáculos humanos muy antiguos. Eran de planta circular, algunas casi redondas y otras algo oblongas. Junto a algunas de ellas se veían en algunos sitios abundantes conchas de moluscos, sobre todo burgaos*, lapas y chirrimiles*, así como algún que otro cascote de cerámica, tanto de factura aborigen como de época posterior.
Estos nombres con el componente guanche*, de esta zona de la isla, son tan antiguos que nadie conoce su origen.
 
Guantesive. Es la zona que sigue hacia abajo, por espacio de unos cientos de metros, como prolongación de la falda de Lomo Guantesive.
El nombre es, sin duda alguna, de origen guanche, pero no lo he visto nunca comentado en ninguna obra dedicada a la lengua aborigen.
 
Guantesive, Lomo. Montañeta situada al S y contigua al pueblo de Los Valles. Limita al E con El Rincón del Valichuelo, al S con la pendiente allanada que lleva su nombre y al O con parte del mismo pueblo y Las Gavias. Está coronada por un picacho rocoso conocido por La Peña del Manco.
 
Guantevén, La Peña. Gran conglomerado rocoso que se alza al N del pueblo de Los Valles, al final o extremo superior del Lomo de Enmedio, descollando su mole rotunda frente a la ermita de Las Nieves, a poco más de 0.5 Km hacia naciente de ella. El sector o cara N, que está coronado por algunas paredes de piedra seca, es escarpado, formando un cantil de entre 10 y 12 m de altura según los sitios, extendiéndose por este lado con estas características por espacio de 100 m o más, y ofreciendo las rocas que lo constituyen una coloración verdosa producida por los líquenes crustáceos que las recubren. Los otros costados no son tan arriscados, pero alcanzan por contra mayor altura, al menos los que miran hacia el E y hacia el O, ya que sus laderas caen hacia el fondo de las cabeceras de los barrancos de los valles de Arriba y de Abajo en que se asienta el pueblo de Los Valles. La cumbre es allanada a modo de espaciosa plataforma circular de unos 150 m de diámetro, con un ligero buzamiento hacia el SE, y se halla ocupada por fincas enarenadas.
El nombre, de inequívocos rasgos aborígenes, guarda una clara afinidad morfológica, y es de suponer que también en parte semántica, con el de Guantesive, situado a 2.5 Km al S de él, a plena vista entre sí ambas eminencias, pero cuál pueda ser su significado y su relación del uno con el otro, si es que existe, no lo he visto explicado nunca por expertos en lingüística guanche. Wölfel ni siquiera lo recoge en su Monumenta, pero sí el de Guantecira como localidad de Teguise, que no lo conozco y sospecho que deba ser error de escritura de este. En los mapas oficiales en que el autor austriaco llevó a cabo sus investigaciones este lugar figuraba denominado Juan Estévez, un estrambótico error inducido sin duda por su ligero parecido fonético con el topónimo en estudio, pero en la edición del mapa militar de 1986 figura ya corregido por indicación mía, si bien no del todo, pues lo escribieron Peña de Guantevén y no La Peña Guantevén, que es como dice la gente.
 
Guarda, El Barranco de la. Nace en el lugar de su nombre, cerca del caserío de La Degollada, y discurre a lo largo de buena parte de El Valle Fenauso, haciéndolo en sus últimos tramos junto a la carretera. No es muy profundo.
 
Guarda, El Morro del. Volcancillo situado a unos 4.5 Km al NO de Yaiza, de acusada forma cónica, de unos 35 m de altura, con cráter circular en lo alto perfectamente configurado, aunque abierto hacia el NO, que está adosado a La Montaña del Islote de la Vieja por su costado NO.
Por su constitución a base de escorias rojizas de aspecto reciente da la impresión a primera vista de ser bastante más joven que la montaña a cuyo lado se encuentra.
El nombre responde, según me han contado, al hecho de haber servido de puesto de observación al guarda jurado que vigilaba aquellos terrenos hace unos años. Todavía existe en su cima la tegala* que le servía de apostadero.
 
Guarda, La. Es la gran rinconada que se forma entre parte de la ladera N de la montaña de La Atalaya y el arranque del gran espigón de Los Lomos que cierra al Valle Fenauso por su lado de naciente. A escasos centenares de metros hacia el N se halla la aldea de La Degollada.
 
Guardilama, Montaña. Volcán situado al lado del caserío de La Asomada, adosado al de Caldera Gaida por su costado de naciente. A pesar de no ser muy voluminoso es de los que alcanzan mayor altitud absoluta en la isla, ocupando en este rango el cuarto lugar con sus 603 m s. n. m, quedando sensiblemente reducida esta altura medida sobre su base, aunque de forma desigual, bien se mida por los lados N, S y O, que caen hacia los terrenos altos en que el volcán se asienta, o si es por el lado E, en que el terreno sufre un descenso pronunciado hacia la costa. Su cráter, que se abre en lo alto por el lado N, es proporcionalmente pequeño, de alrededor de 400 m de diámetro, siendo la cúspide de la montaña su punto S, mientras que el del N queda a mucho menos altura.
En el borde de la caldera de este volcán hay una serie de canales supuestamente hechos por los primitivos majos*, parecidos a los que se ven en las famosas queseras*, pero menores.
Este nombre es sin discusión posible de abolengo guanche, pese a lo cual no lo he visto incluido en estudios lingüísticos de estos idiomas insulares. Wölfel lo cita, pero no dice nada de su posible significado.
 
Guasia. Este lugar se encuentra justo a 1200 m al N del pico de Montaña Téjida. Se ven aún las ruinas de una casa-cortijo que hubo en él. A un par de cientos de metros más allá pasa Barranco Mulión. Los mapas lo sitúan, por lo tanto, mal.
A pesar de tener todo el aspecto de un guanchismo, no lo he visto nunca comentado en estudios de voces aborígenes.
 
Guasimeta. Extensa llanura que cubre una superficie de no menos de 4 Km de largo, que va desde unos buenos centenares de metros a poniente del aeropuerto hasta 1 Km o poco más antes de llegar a Arrecife, con una anchura media, a contar desde la orilla del mar que corre a su largo, de un par de Km. En la actualidad la mayor parte de este territorio está urbanizado, contándose entre esas construcciones las instalaciones aeroportuarias, la urbanización de Playa Honda y numerosas naves y otros edificios.
Este nombre suele verse escrito con /c/, lo cual no es procedente habida cuenta de los razonamientos esgrimidos para no emplear este sonido en las voces guanches, como es el caso de esta. En cuanto a su interpretación etimológica por el bereber no he encontrado nada positivo.
 
Guasimeta, El Bajo de. Saliente costero que se forma sólo al descender la marea, el más pronunciado terminado en punta de esta zona litoral –unos 250 m de anchura en el arranque por unos 200 m de entrante en el mar– Se forma entre otro saliente más pequeño llamado El Pajar, que está al final por el lado N de la playa del mismo nombre, y la playita llamada Playa Honda, que es la que ha dado nombre a la urbanización así llamada. Algunos lo llaman El Bajo de Playa Honda.
Es de roca sólida, de piso irregular o áspero, de color negro, de muy poco desnivel, razón por la cual queda cubierto durante la pleamar en toda su superficie
 
Guasimeta, La Playa de. Corre paralela todo a lo largo de la pista de aterrizaje del aeropuerto, desde La Punta de Matagorda al S hasta El Bajo de Guasimeta al N. Alcanza, por lo tanto, una longitud de algo más de 2 Km, si bien está dividida en dos o tres secciones por salientes rocosos que se adentran en el mar.
 
Guatifay. Meseta aplanada, cuadriforme, con una superficie de más de 0.5 Km2, situada junto a Guinate, de forma que su costado S hace de flanco N del valle en que se asiente este pueblo. Por el N cae hacia la depresión de Las Rositas, por el E hacia La Hoya de la Pila y por el O hacia el acantilado de Famara, formando parte del mismo.
En tratados de geografía insular y mapas oficiales se comete error con el emplazamiento y superficie de este topónimo, a veces atribuyéndole más superficie de la debida y otras menos.
En cuanto a la explicación del nombre por las lenguas bereberes, pues tiene todas las trazas de tratarse de un guanchismo, nada concreto he logrado encontrar. Wölfel ofrece como posibilidad una relación entre ‘hormiga’, en bereber ‘tutfit’, y el final ‘tifay’ de este nombre (¡!).
 
Guatisea, Montaña. Volcán de la serie III, de considerables proporciones, unos 1200 m de diámetro en su circular base, situado a menos de 1 Km al OSO de San Bartolomé. Es de una simetría casi perfecta, y su cráter, de forma ligeramente ovalada y 500 m sobrados de anchura, está abierto por todo su sector N hasta ras del suelo, hacia cuyo lado van las paredes perdiendo gradualmente altura. Su punto culminante está en el lado S, en donde alcanza los 250 m y pico medidos desde el pie por este lado, pues por el opuesto del N es más bajo.
A su entrada se encuentra un viejo cortijo compuesto por dos o tres edificios juntos rodeados de campos de cultivo, y en la falda SE, a unos ciento y pico metros de altura, han excavado unos seis u ocho grandes depósitos, a los que se accede mediante las respectivas puertas, en los que se recoge el agua de lluvia que cae en las laderas de la montaña, a los que es conducida mediante canales abiertos en la tosca de que la montaña está constituida. Se les llama a estos depósitos las Maretas de Montaña Guatisea.
Su nombre es manifiestamente guanche. D. J. Wölfel dice sobre esta voz: “Si hacemos el análisis: wa-ti-se(a), encontramos buenos paralelos en el bereber: tizi/tiza <<paso entre montañas>>; tizi <<collado, punto elevado desde el que se dominan las regiones circundantes>>.
 

Guatiza. Pago de Teguise situado a unos 8 Km al ENE de la capital del municipio. Es nombre aborigen del que Wölfel encuentra, entre otros, los paralelos bereberes ‘wad’, palabra relacionada con el agua, y ‘tiza’, ‘puerto de montaña’ y ‘punto elevado desde el que se domina el territorio circundante’, definiciones que no sabría cómo encajarlas en la topografía del lugar,

Se ha escrito este nombre a lo largo de su historia de diferentes formas: Guatiza, Guatisa, Guatissa, Guatise y otras varias, habiendo finalmente prosperado hasta el punto de oficializarse la primera con /z/, y no porque en rigor deba considerarse por razones gramaticales o de etimología la más adecuada, ya que en el bereber no existe este sonido castellano interdental fricativo sordo, sino seguramente por su parecido parcial con otras palabras de nuestro idioma.
Se sabe que este pueblo tuvo sus antecedentes, por lo menos como topónimo, desde el siglo XVI, o quizás desde antes, pues es posible que el nombre Guihafuso que se da en la Pesquisa de Cabitos como localidad, con ocasión de la toma de posesión de la isla por parte de Adrián de Benavente en calidad de representante de los señores de la misma Diego García de Herrera e Inés Peraza, sea una mala escritura de Guatiza.
El documento del legajo de Simancas, de fecha 29-XII-1730, dice que tenía entonces 11 vecinos. Siete años más tarde el obispo Dávila y Cárdenas en sus Sínodales le señala 18. José Ruiz Cermeño, en su Descripción de la isla, bien avanzado ya el siglo, en 1772, le atribuye 29. El Compendio anónimo de 1776, pasados por tanto cuatro años, le rebaja sin embargo el vecindario a 24 vecinos. En la Descripción geográfica de las Islas Canarias de Puerta Canseco, editada en 1897, alcanza ya la población de 706 habitantes.
Fue en este pueblo y sus inmediaciones, y en el vecino de Mala, donde se dieron las mejores condiciones para la cría de la cochinilla al ser introducida en la isla, actividad agrícola que se implantó en estos terrenos hacia mediados del siglo XIX y que supuso una rama destacada de su economía.
 
Guatiza, La Vega de. Es todo el terreno, de naturaleza arcillosa, que se extiende junto al lado O del pueblo que le da nombre. En él se han recogido tradicionalmente legumbres de excelente calidad, sobre todo garbanzos.
 
Guelde, El Rincón del.- Caletón* de altas paredes acantiladas que se forma entre el extremo último o más saliente de La Punta de Papagayo y La Puntilla del Diablo, que es la que sigue un par de cientos de metros hacia el O.
Guelde* es el nombre que dan los pescadores en Lanzarote al pececillo plateado, con franjas horizontales más oscuras, conocido en ictiología con el nombre de Atherina presbyter.
 
Guenia. Territorio algo elevado que sigue a poniente de la montaña de este nombre. En él existió hasta comienzos del siglo pasado una aldehuela de este nombre. De 1666 hay constancia de haber en este lugar una vivienda que había sido con anterioridad una casa honda de bóveda, construcción típica de la época aborigen. (P. Quintana A. 2000: 122). Este edificio debe ser el cortijo que se cita en el Compendio Brebe de algo más de un siglo después.
En 1802 tenía 7 vecinos (Relación de las alcaldías pedáneas).
Todavía pueden verse las ruinas de algunas de aquellas viviendas y los receptáculos destechados de un par de aljibes, uno de los cuales muestra clavadas en sus paredes de argamasa las piedrecitas que se acostumbraba ponerles en ocasiones para procurar una mejor impermeabilización.
¿Es aborigen este nombre? Su fisonomía resulta un tanto ambigua. Wölfel lo incluye en su Monumenta, aunque sin someterlo a interpretación alguna, pero tampoco he encontrado nada en los idiomas castellano o portugués que presente alguna afinidad morfológica.
 
Guenia, La Caldera de. No es, como algunos pudieran pensar, el cráter principal del volcán de su nombre, sino la concavidad que se forma en la montaña por su costado de poniente a modo de medio cráter, de unos 250 m de amplitud en la boca.
 
Guenia, La Caldera de Montaña. Es el cráter principal de esta montaña. (V. Montaña Guenia).
 
Guenia, Las Veguetas de. Es la zona de cierta extensión y suelo arcilloso, algo ahondada, que sigue al S de El Valichuelo, que está a 0.5 Km al NE del pueblo de El Mojón y a algo más de distancia de la montaña del mismo nombre. Hay en este lugar varios campos de cultivo.
 
Guenia, Montaña. Cono volcánico de planta oblonga de más de 1 Km de largo de SSO a NNE, con la única irregularidad en su perímetro de un entrante bien pronunciado en su costado de poniente producto de un semicráter de unos 250 m de abertura en la boca, abierto en esa dirección. En la mitad N tiene otro cráter, éste alargado, de 0.5 Km de longitud en el mismo sentido de la montaña, abierto por su extremo NE por una boca estrecha que cae a modo de balconada, con el fondo elevado, que recuerda por su forma y disposición un anfiteatro algo angosto.
El fondo del cráter alargado del N tiene el fondo cercado por una especie de corral en forma de media luna, de la que quedan poco más de los cimientos. Dentro de este corral se observan restos de otros varios mucho más pequeños, pero de planta cuadrada. También el cráter del lado de poniente de la montaña tiene cimientos de pared similares que le circundan el fondo, aunque son menos visibles que los anteriores. Parecen ser de época prehispánica, al menos en parte, pues dispersos por las inmediaciones se ven pequeños cascos de cerámica basta de factura aborigen, sobre todo en la caldereta del N., así como trozos e huesos muy viejos y conchas de lapas y de otros moluscos de los habituales en estos casos.
La altura máxima de la montaña sobre el terreno es de unos 200 m por el lado S, pero mucho menos por el del N, hallándose el punto culminante en la mitad S del volcán.
Una curiosidad arqueológica, o para ser más exacto, arqueoastronómica, que según todos los indicios parece encerrar esta montaña, es lo que aparenta ser un marcador equinoccial construido por los majos* o primitivos habitantes de la isla. Fue descubierta en el año 2000 por Agustín Pallarés Lasso, y consiste basicamente en dos muescas o aberturas grandes practicadas en el borde superior del cráter del N que al ser enfiladas por el sol en esa fecha astronómica el rayo solar incide sobre una covacha, actualmente derruida, que pudo tener en la época de los primitivos isleños un significado especial, bien como tumba o por cualquier otra razón desconocida.
Un argumento que parece venir en apoyo de haber constituido esta montaña y sus territorios aledaños un importante centro de actividades rituales de los titerogaqueños –Titerogaca era el nombre que los habitantes prehispánicos daban a la isla– es, además de las construcciones en el interior de los cráteres ya explicadas, los grabados rupestres, tanto alfabetiformes en el próximo barranco de Las Piletas como simbólicos en la Peña de la Fecundidad, así como el litófono de la vecina peña de Luis Cabrera, todos ellos de destacado interés arqueológico.
El aporte lávico de este volcán parece haber sido más bien escaso, expandiéndose las coladas a no mucha distancia a su alrededor, quedando los mayores acúmulos de material más denso y revuelto delante de las bocas de cada uno de los cráteres.
Próxima a la montaña, por el lado de poniente, existió la aldeíta de Guenia.
 
Guerra. Así, sin otro aditamento onomástico, se llama un lugar costero que se encuentra a unos 3 Km. a poniente de La Caleta de Famara y a medio Km al E de El Penedo, el punto más septentrional de aquel gran arco costero. Consiste en una pequeña caleta estrecha y alargada que se forma al quedar cerrada por el lado de fuera por un saliente de unos 60 m de largo, que corre paralelo a la línea de costa, de forma tal que su boca o entrada se abre por el lado E, saliente que a mareas altas queda anegado por el mar. El nombre se hace extensivo a las inmediaciones de la caleta.
 

Güestajay. Lugar allanado, con ligero declive o caída hacia el SO, que se inicia en su parte superior o más elevada en el cementerio de Teguise, que se halla a cosa de 1 Km al SO del pueblo, extendiéndose luego en esa misma dirección por espacio de 1 Km más o menos y una anchura algo menor. En algunos textos antiguos se le asigna un cortijo.

La gente parece decir en realidad Cuesta Jay, pero eso es una corrupción de la forma Güestajay con que se ve escrito el nombre en la mayor parte de los textos de siglos atrás –si bien sin la diéresis por no ser preceptiva entonces–, pues en algunos casos se escribe en formas que parecen estar desfiguradas, tales como Guestayade, Huestayay, Guastay, Guastajay, Guastahaede, Guastajaide y Guastahaide, si bien es posible que la sílaba /de/ en que terminan algunas pudo haber formado parte del nombre en origen; esto en el supuesto, naturalmente, de que todos estas formas se refieran al mismo lugar, como parece lo más probable por los datos que hay.
Wölfel recoge algunas de estas formas, a las que considera variantes de un mismo original, pero se muestra incapaz de interpretarlas por el bereber.
 
Guigua, Caldera. Volcán de la serie II del Cuaternario, o III general, situado al S del barrio de Tajaste de Tinajo. Es de tamaño medio y en él predomina la amplitud del cráter sobre el conjunto del cono, de donde lo de Caldera* con que se le llama. Ésta, que es bastante circular y está situada a más bajo nivel del resto del edificio, como hundida, ocupa toda la parte N y la mitad más elevada de la S, que tiene forma de media luna cóncava, terminando por este lado en su parte central en la cúspide de la montaña, en donde alcanza los 65 m por su costado S y 100 por el del N, que cae hacia el interior del cráter, por donde es muy pendiente. Éste, que es de fondo espacioso y aplanado, mide 400 m de diámetro en su eje mayor, que corre en sentido O-E, y está totalmente cubierto con fincas enarenadas con picón* negro, e incluso buena parte de las paredes interiores están también ocupadas con campos escalonados estrechos y alargados recubiertos del mismo material. Por su sector NO tiene una abertura de unos 40º que llega hasta el nivel del suelo, en la que hay algunas casas del pueblo, las cuales continúan hacia el N. Desde la carretera principal, que pasa junto a su borde superior oriental, se domina, sin siquiera bajarse del coche o guagua, una vista espléndida del cráter.
En el aspecto geológico hay que consignar que su constitución es de tosca*, al menos en sus capas externas, recubierta parcialmente por los costados E y S de tierra más o menos suelta, y en lo más alto afloran unas rocas areniscas de color rojizo.
El nombre lo he oído pronunciar mayoritariamente, y por la gente más veterana de la comarca, como lo escribo aquí, Guigua, si bien en ocasiones, aunque articulado con cierta vacilación, lo he oído decir Güigua o Güiga, pero nunca Guiguan, con /n/ final como se ve en algunos mapas recientes y obras modernas. Hernández-Pacheco (2002: 113), lo escribe ‘Huiga’. Por cierto que este nombre, a pesar de su claro aspecto guanchinesco y hallarse registrado en la cartografía militar en la forma Guiguan, no lo recogen los principales diccionarios o léxicos dedicados a estas voces aborígenes.
Cuando estuve en ella en 1982 tenía en lo alto una cruz de madera de unos 2.5 m de altura, que fue colocada allí, como en otras montañas de la isla, según vox populi, para conmemorar la entrada del siglo XX.

Fue en esta montaña o en sus inmediaciones donde la tradición popular pretende que se apareció la Virgen a una pastorcita llamada Rafaela, consecuencia de cuyo acontecimiento fue, tiempo más tarde, la construcción de la Ermita de Los Dolores, sede de la patrona de la isla, que se levanta a unos centenares de metros de la montaña.

 
Guillenas, El Cortijo de las. Es muy antiguo. Su situación es exactamente a 1400 m al E del pico de La Montaña de Tahíche. Fue propiedad del conocido militar de Haría Juan Mora en el siglo pasado, pero a juzgar por el nombre que se le dio, que parece ser derivación pluralizada en femenino del apellido Guillén, debió ser con anterioridad propiedad de unas señoras de ese apellido.
 
Guillermo, La Playa de. Más que playa es este lugar una caleta grande. Está formada por una ensenada de unos 100 m de anchura máxima y 50 hacia adentro que se abre a 1 Km al S de El Golfo. La extensión de lo que pudiera ser considerado como playa, ya que no es de arena sino de callaos* de pequeño tamaño o guijarros, es también de unos 50 m.
 
Güime. Pago de San Bartolomé situado a un par de quilómetros al S del pueblo cabeza del municipio.
De su fundación nos habla A. de la Hoz (1962:278) en los siguientes términos: “Por fortuna o por desgracia, Goíme es biologicamente morisco. Es la sangre que perdura enmascarada, la ascencdencia de aquellos esclavos de don Agustín de Herrera y Rojas que a fines del siglo XVI en Goíme se afincaron para defender el litoral de Guacimeta al decidido marqués”.
De ser así, el núcleo poblacional creado debió ser de cierta entidad demográfica, pues ya Torriani, que compuso su obra por esa época, lo incluye como localidad en el mapa que la acompaña.
Con este topónimo se da un curioso caso de duplicidad onomástica, pues mientras por escrito se ha consignado casi siempre, desde Torriani hasta el presente, en la forma Guime, modernamente con diéresis en la /u/, a nivel popular siempre se ha pronunciado Goíme. Seguramente con aquella grafía más antigua se quiso representar un sonido /u-i/, que fue cómo lo hizo el ingeniero italiano. Téngase en cuenta que en su lengua la /u/ suena en estos casos formando diptongo, pero en este caso formaba hiato, sonido que se confundiría con /oí/, que sería el que finalmente se impuso en la pronunciación popular del nombre. En los últimos siglos se ha escrito y se ha pronunciado preferentemente en la forma Goíme, como es el caso de K. Sapper, Hernández-Pacheco, Isaac Viera, A de la Hoz y otros.
Por otra parte autorizados estudiosos de las hablas guanches han llegado a la conclusión de que en su forma primitiva debió llevar el hiato /oí/ al igual que ocurrió con los nombres geográficos afines Agüimes, en Gran Canaria, y Güímar, en Tenerife.
En cuanto a los significados que se le atribuyen son tan poco fundamentados que no vale la pena transcribirlos.
En cualquier caso la forma Güime diptongada ha tomado ya carta de naturaleza y es poco menos que imposible volverla de forma oficial a su forma primitiva Goíme. No obstante, en años recientes se ha despertado un movimiento tendente a reivindicar las formas toponímicas populares tradicionales como esta de Goíme y otras de análoga naturaleza, pero las autoridades administrativas, más atentas a sus consecuciones políticas que a las culturales, muestran poco entusiasmo en la recuperación de estas viejas reliquias onomásticas.
 
Güime, Los Morros de. Serie de tres grandes espigones alomados que se forman al S del pueblo que les da nombre, dispuestos entre sí casi de E a O, que forman entre ellos un par de barrancos profundos. Están considerados por los geólogos como terrenos pertenecientes a la serie primera o más antigua de la isla.
Respecto al nombre vale lo dicho sobre el pueblo del que lo toman.
 
Guinate. Pago del municipio de Haría, de la que se halla unos 3 Km hacia el N.
P. de Olive, en 1860, dice que en este lugar había entonces una casa de labranza.
Este nombre tiene todos los visos de ser aborigen. Wölfel, lo incluye en su Monumenta y remite al término ‘goiganito’ (¿?) para terminar diciendo que no dispone de paralelos para este vocablo. Otro autor, F-P. de Luca, dice en su obra Notas de etnolingüística canaria, que Guinate se puede asociar, como hipótesis a considerar, con el plural bereber ‘igennaten’, que tiene, según él, el signifcado de ‘los cielos o los celajes’, y añade: “La expresión ‘celajes de viento’ se utiliza popularmente en Tenerife y en otras islas para indicar la disipación de las brumas en los altos montañosos, perfectamente aplicable a los Riscos de Famara, las cumbres más elevadas de Lanzarote”.
 
Guinate, El Rincón de. Es el fondo o rincón interno de El Valle de Guinate, en la parte que se desvía o tuerce hacia el O en un largo de 1 Km aproximadamente entre el alteroso cerro de El Jorao al O y las laderas bajas de las montañas de La Quemada y Los Helechos al E.
 
Guinate, El Valle de. Es el que se forma entre la meseta de Guatifay al N y La Montaña de las Calderetas al S, en el que se encuentra el pueblo de su nombre. Tiene un largo de 1 Km aproximadamente y una anchura de unos 500 m en el primer tramo, que va aumentando hacia el interior. Su parte de poniente se estrecha y termina en El Rincón de Guinate.
 
Guincho, La Caleta del. Es la que sigue inmediatamente por encima o N de Punta Escamas. Tiene una playa de guijarros o callaos menudos al fondo.
Guincho’ es el nombre dado en Canarias al águila marina o Pandion haliaetus.
 
Guincho, La Peña del. Es el gran peñasco estratificado, de color amarilloso, de unos 20 m de altura, que se yergue frente al Charco de los Clicos por su lado S, que a modo de monumental escultura modernista añade un atractivo más al lugar de El Golfo.
En su cima, hace años, anidó una pareja de estas aves.
 
Guincho, La Playa del. Se extiende al fondo de un entrante de la costa no muy pronunciado, de más de 200 m de amplitud, al pie del precipicio que forma Montaña Aganá a continuación de la La Playa de Famara por su extremo N, pasado el sector de callaos* de dicha playa.
Sus arenas son negras con 'callaíllos' entremezclados, formada con toda probabilidad por las mismas partículas desprendidas de las rocas que constituyen el risco vertical que la cierra por el lado de tierra.
Este risco, que es parte del gran acantilado de Famara, consta de dos sectores bien diferenciados por la naturaleza de los materiales que lo componen, el inferior, de algo más de 50 m de altura, que cae totalmente a pico y es de constitución, por lo que parece visto a distancia, muy friable o quebradiza, y el resto del acantilado hacia arriba, no tan vertical, que presenta el aspecto general de la mayor parte del Risco de Famara, parte ésta superior que debe alcanzar por si sola una altura de por lo menos 500 m.
Al comienzo de la playa, por su lado S, se construyó hace años por el Cabildo una caseta de cemento, con algunas otras obras complementarias anexas, para la extracción del agua de una galería que se había abierto previamente en este lugar.
En las cercanías de estas construcciones crecen algunos ejemplares de la compuesta endémica de Lanzarote y Fuerteventura llamada cientificamente Pulicaria canariensis, de hermosos capítulos amarillos y grandes hojas lanosas aromáticas.
El nido de guincho* o águila pescadora del que recibió el nombre esta playa fue destruido con las obras de la carretera inconclusa que se intentó trazar a lo largo del risco en la década de los cincuenta del siglo pasado para permitir el paso a vehículos rodados hasta Bajo el Risco, frente a La Graciosa.
Este nombre de La Playa del Guincho es el que le dan los pescadores del próximo puertito de La Caleta de Famara; la gente de La Graciosa y de algunas otras localidades del N de Lanzarote la conocen más por La Playa de los Charcos por algunos que se forman en este lugar a marea baja.
 
Guinios, El Barranco de los. Discurre este barranco en plena zona de La Geria, y aunque esta región se halla cubierta por la gruesa capa de arena negra que la caracteriza, se hunde en ella varios metros. Se inicia a unos 500 m al SO de la ermita de la Caridad y termina muy cerca de la casa de El Tablero, discurriendo en su mayor parte a corta distancia, por el lado de naciente, de la carretera que atraviesa aquellos parajes en dirección a Uga.
Es muy posible que este nombre sea una deformación por síncopa de ‘Guinigos’ que he visto en escrituras antiguas, seguramente esdrújulo, situado por esta parte S de la isla. Tanto si es así o que su forma normal sea Guinios como se dice ahora, parece lo más probable que se trate de una voz indígena, no estudiada, que yo sepa, hasta ahora.
 
Guirre, La Montaña del. Pequeño volcán, de planta rotunda de 300 m de diámetro, surgido en las erupciones del siglo XVIII. Se encuentra a unos 4 Km al NNO de Yaiza, entre Montaña Encantada y Montaña Rajada y muy cerca y al N de Montaña Termesana, enclavado en medio de la anchurosa corriente lávica emitida por el citado volcán de Montaña Rajada en su dirección.
Sus laderas exteriores se hallan recubiertas de una espesa capa de piedras escoriáceas porosas sueltas. El cráter, que presenta figura oblonga, es relativamente grande en proporción al tamaño del cono volcánico, pues mide unos 200 m en su eje mayor arrumbado en la dirección más generalizada en estos casos de ENE-OSO, siendo sus paredes, casi aplomadas, de color rojo subido.
Si expulsó este volcán lava y otros piroclastos aparte de los que formaron el cono no es posible apreciarlo por haber quedado todo su entorno cubierto con las antedichas coladas de Montaña Rajada.
El nombre lo recibe del ave así llamada en nuestras islas, el Neophron percnopterus de los ornitólogos, conocida en la España peninsular de habla castellana por alimoche o abanto. Es un error llamarla Caldera Rajada como se ha venido haciendo en la cartografía oficial, pues nunca se le ha conocido así a nivel popular. Debe ser confusión inducida por el nombre de la vecina Montaña Rajada, a la que sí corresponde ese segundo componente nominal.
 
Guirre, La Peña del. Pequeño altozano rocoso de unos 10 m de base por 2 o 3 de altura que se encuentra a un par de centenares de metros al N de La Cueva de los Majos, la de El Cortijo del Patio, en Tiagua.
 
Guirres, Corral de. Lugar en que hubo en tiempos pasados un pequeño caserío compuesto por varios cortijos próximos entre sí que se encontraba a poca distancia al SO de Argana Baja. El Compendio Brebe y Famosso de 1776 le asigna 6 vecinos o familias. Tuvo en el pasado cierta importancia. Es de suponer que comenzaría siendo un simple corral que por determinada razón atraería la atención de estas aves carroñeras, en cuyas inmediaciones se irían luego levantando los cortijos que lo constituyeron.
 
Gurugú, El. (V. Las Calderas, en Guatiza).
 
Gusa. Paraje que ocupa los últimos declives del Risco de Famara a poco más de 1 Km antes del extremo más saliente de Punta Fariones, por debajo de Barrancos Blancos, en el sector del acantilado más vertical o precipitoso, casi 1 Km más a naciente, como puede verse, de donde lo ponen los mapas oficiales. Una característica que permite facilmente su identificación es que a sus pies no se forma piedemonte, cosa que ocurre en todo el resto de aquel litoral a uno y otro lado.
En este lugar se encuentra la famosa fuente de su nombre, donde crece gran cantidad de juncos y otras plantas hidrófilas, prestando al sitio el distintivo color verde acentuado que denuncia su existencia desde lejos. Fue esta fuente muy socorrida desde incluso antes de la época en que se pobló La Graciosa, cuyos habitantes se suministraron luego de ella en buena medida, pues ya desde siglos antes los buques veleros transoceánicos que conocían su existencia hacían parada en El Río y se surtían con agua de este manantial.
En muchas obras lo escriben, seguramente por asimilación, Aguza, pero es Gusa como lo doy aquí, al menos en la pronunciación popular, nombre que por su fisonomía parece palabra de origen bereber. Wölfel la recoge en las formas Aguza y Guza, las dos con /z/, letra que no tiene razón de usarse, al menos con la pronunciación moderna en los topónimos guanches, ya que en la época de la conquista de las islas ese sonido no existía aún en el español. En cuanto a su significado, las explicaciones que ofrece el autor alemán aludido, resultan poco clarificadoras.
 
Gusa, La Fuente de. (V. Gusa).
 
Gutiérrez, El Valle de Juana. Se forma a un par de Km al O de Guatiza entre El Lomo Bayón al E y el de Las Peñitas de Blas al O, que bajan ambos por la parte SE de la altura coronada por Las Peñas de Bonilla. En su fondo hay muy buenas tierras de labor, la mayor parte de ellas enarenadas.
 
Guzmán, El Caletón de. Está a poco más de 2 Km hacia poniente de La Caleta de la Villa. Un poco más allá termina una carretera de tierra, muy ancha que viene de la dirección de la parte oriental de Montaña Cabera.
Cuando estuve recorriendo esta costa en 1987 había por encima de este lugar una cruz de madera doble, una adosada a la otra, con la fecha 7-1-84, por dos hombres que se habían ahogado allí al mismo tiempo, según me dijeron.
 
Guzmán, La Punta de. Es la que cierra por el lado de poniente al Caletón de Guzmán, a un par de Km al O de La Caleta de Famara..
 
 
 
 
H –
 
Halcones, Montaña. Volcán de la serie II del Cuaternario que yace aislado en medio del mar de lava petrificada del siglo XVIII a un par de Km al NNE de las Casas del Golfo, y algo menos al NNO y NO respectivamente de las montañas de Pedro Perico y Encantada.
Tiene forma de cerro estrecho y alargado, algo más ancho en la zona central, ligeramente curvada su planta, de unos 700 m de largo, tendido de N a S, con la cara cóncava mirando hacia poniente y la convexa, por tanto, hacia naciente. Su altura sobre el suelo es escasa, ya que apenas rebasa los 50 m en un peñasco que descuella un poco en lo alto de la afilada cresta que corre a lo largo de su mitad N situado a unos 300 m del extremo de la montaña por ese lado.
En la composición de este atípico cono volcánico se aprecian tres sectores claramente diferenciados por la naturaleza de sus materiales: el tercio S, toda la parte central con una porción de la N y el resto de este lado N. La primera de estas partes es más baja y de naturaleza tobácea, de color pardo amarillento, y ofrece la curiosa particularidad de hallarse atravesada a lo ancho por tres diques paralelos entre sí, de una anchura de poco menos de 0.5 m cada uno, de roca negruzca que contrasta ostensiblemente con la roca encajante de color mucho más claro en que se encuentran incrustados a manera de muros de lajas puestas de pie algo sobresalientes. El segundo tramo, que es el más largo, está cubierto de rocas oscuras de naturaleza basáltica por su flanco E, muchas de ellas sueltas, continuando de esta forma hasta el extremo N, mientras que por la vertiente opuesta u O es muy arriscada o pendiente. Finalmente en su extremo N vuelve a ser de tosca* o toba, si bien de color más oscuro que en la parte S, y en él tiene otro dique algo más grueso que los anteriores, que corre en sentido longitudinal en lugar de transversal a la pared crateriana, de forma tal que termina saliendo por el extremo N. de la montaña.
Los dos últimos tramos ofrecen la curiosa particularidad de estar sobremontados en la mayor parte de su recorrido por una especie de cresta de unos 6 a 8 m de altura, arriscada y escabrosa por el lado de poniente, compuesta de unas rocas estratificadas y rugosas.
En el filo superior, a unos 4 o 5 m al S del peñasco que alcanza la máxima altura de todo el edificio volcánico, se encuentra uno de esos torreoncillos de argamasa de dos cilindros superpuestos, en cuya cara o superficie superior está grabada la palabra 'Halcones' en caracteres puntillados.
Desde la roca que señala el punto culminante hasta el final de la montaña por el N la cresta superior es muy afilada y precipitosa por ambos lados.
Hernández-Pacheco escribe el nombre tal como lo doy aquí, que es como debió oírlo de viva voz durante su estancia en la isla a principios del siglo pasado y cómo lo sigue diciendo aún la gente del pueblo llano, sin la preposición /de/ que se le intercala en el M.M., si bien los más ancianos de la región lo pronuncian aspirando la /h/, ‘Jalcones’, al estilo del castellano antiguo.
De las rapaces que dieron nombre a la montaña nada queda de su presencia en ella. Si en el pasado, como cabe suponer, fueron más o menos abundantes, en la actualidad han perdido el hábito de visitarla. Sin embargo sí se ha constatado la nidificación en sus inmediaciones de la procelariforme Bulweria bulwerii, el ‘perrito’ o ‘tajosa’ de nuestros pescadores, así como de la popular pardela cenicienta. En cuanto a los vegetales es digno de ser reseñado el crecimiento en sus riscales de algunos ejemplares de la mata de origen norteafricano Gymnosporia senegalensis (Kunkel, Naturalia hispánica, nº 15: 47. Madrid. 1978), único lugar de Canarias, según este autor, en que había sido encontrada hasta entonces.
El célebre mapa de Simancas del año 1730 trae el topónimo Falcones, sin otra aclaración sobre su naturaleza topográfica, en el mismo sitio que ocupa la montaña, por lo que es de suponer que se refiera a ella. Es la cita más antigua que he encontrado del mismo.
 
Haría. Capital del municipio septentrional de la isla situada en el centro del valle de su nombre, la zona más verde y fértil de la isla por su mayor pluviosidad.
La fecha de fundación de esta localidad es muy antigua. Hay citas de la existencia de Haría como ente poblacional que se remontan al siglo XVI por lo menos. De esa centuria se conoce la existencia de un asiento en el Libro de Mandatos del obispado de las islas, producto de la transcripción en 1762 del acta de fundación del curato de este pueblo llevado a cabo ese año, en el que puede leerse que "en dicho pueblo...son más de cincuenta vecinos". En 1776, según el Compendio brebe y famosso, el número de moradores había ascendido a 177 vec. Olive, en 1860, le asigna 2.233 hab. Puerta Canseco (1897), 3.046. Delgado Marrero (1929), 4.227, y el Censo de la población de España de 1940, 1873 hab.
Es nombre que se tiene por aborigen, pero no he visto ninguna explicación del mismo interpretada por el bereber. En textos antiguos, salvedad hecha del aportuguesado ‘Faría’, se solía alternar su inicial entre la /h/ y la /j/, letras que entonces se pronunciaban del mismo modo, y así, con este sonido aspirado, lo siguen articulando aún hoy gentes de edad avanzada, tal como lo han venido oyendo por tradición de sus antepasados, sobre todo su gentilicio ‘jariano’.
 
Haría, El Valle de. Es conocido también este pintoresco paraje norteño de la isla, en cuyo centro despliega sus edificios el pueblo que le da nombre, en plan un tanto poético, como El Valle de las Diez Mil Palmeras o de las Dos Mil Palmeras, esto dependiendo del entusiasmo ponderativo del nominante de turno, si bien hay que reconocer que en la actualidad el número de esos esbeltos vegetales de porte arbóreo que tanto lo embellecen se aproxima mucho más al segundo que al primero de los cómputos. Existe la tradición transmitida por vía literaria de que en 1586 la desenfrenada turba de las huestes del pirata argelino Morato Arráez lo dejaron seriamente diezmado mediante el fuego a que lo sometieron.
Se halla rodeado El Valle de Haría por las siguientes alturas más sobresalientes: al N por La Montaña de la Atalaya y La Peña de María Herrera, que es una prolongación de la misma montaña por su lado de poniente; al S por Montaña Faja; al SO por Montaña Aganá; al O por el espigón de Matos Verdes, y por el NO por el de La Campanilla. Hacia el E el terreno forma declive descendente siguiendo la cuenca del Barranco de Ternesía.
La naturaleza del suelo de este amplio valle es miocénica, recubierta posteriormente por su parte N con materiales piroclásticos arrojados por los volcanes de la serie IV de La Quemada de Máguez y La Montaña de los Helechos.
 
Haría, La Atalaya de. Montaña situada junto al pueblo del que recibe el nombre, por su lado N. Su altura s. n. m. es de 388 m, pero sobre su base, al caer por algunos de los lados hacia barrancos o lugares de pronunciado declive, oscila aproximadamente entre los 150 m por el lado S, 140 m por el N y 120 por el E, en tanto que por el O tiene unida una eminencia de menor entidad montañosa llamada La Peña de María Herrera.
En la cima, entre tres picos algo sobresalientes, tiene una superficie espaciosa, ligeramente ahondada, que parece corresponder al cráter, cuyas paredes fueron desgastadas dada su antigua formación en la serie II, fase A.
Tanto en lo alto como en las laderas crece en abundancia uno de los endemismos botánicos privativos de Lanzarote, el Argyranthemum ochroleucum, que la gente llama ‘flor de Santa María’.
 
Helechos, La Montaña de los. Se alza, con sus 581 m s. n. m., de los cuales más de la mitad corresponden al viejo macizo sobre el que se asienta, 1 Km al NNO del pueblo de Máguez. Se trata de un volcán de doble boca, cuyos respectivos cráteres, de desigual tamaño, están imbricados siguiendo un arrumbamieno NE-SO. El mayor tiene un cráter circular de unos 400 m de diámetro con una escotadura por el lado NE que comunica con el segundo más pequeño, que está parcialmente incluido en el primero y sólo tiene un diámetro de poco más de 150 m, cuyo nombre privativo es La Caldera de los Torres por unos dueños de este apellido que tuvo hace años. Es dentro del cráter mayor donde crecen en gran número los helechos que le dan nombre, que son de la especie más común de estos vegetales, el Pteridium aquilinum, no fácil de encontrar sin embargo en la isla formando nutridas colonias como aquí, con la excepción de otra que hay en Montaña Cardona, menos numerosa en todo caso que esta.
La edad de este volcán, como la de la serie o alineación en que se halla incluido –desde La Quemada de Máguez al SO hasta La Quemada de Órzola al NE– se remonta, con no mucha diferencia entre unos y otros, a una veintena, más o menos, de años atrás según las últimas estimaciones hechas por los geólogos.
 
Hermoso, Corral. Zona que está al NE de Tahíche, en la que hay un edificio negruzco en ruinas que fue en su tiempo parte del cortijo de este nombre. Dicha casa está a un par de cientos de metros a la derecha de la carretera que va hacia Guatiza, unos 500 m más allá del Km 2 de dicha carretera.
Reminiscencia de la antigüedad de este cortijo es el hecho de que haya personas de edad avanzada que lo nombran aún Jermoso. De la importancia que tuvo en siglos pasados hablan las citas que de él se hacen en textos antiguos.
 
Hernández, El Islote de María. Pequeño islote* o porción de terreno antiguo rodeado de lava moderna, situado a 2.5 Km al E de Las Casas del Golfo, entre las montañas del Islote de la Vieja y la de María Hernández, algo más próximo a la última, formado por un montículo cónico de unos 150 m de diámetro y unos 20 de altura al que hay unido por su lado SE un trozo de terreno igualmente antiguo, algo cuadrado, de 1 Ha aproximadamente de superficie.
 
Hernández, La Montaña de María. Este es su nombre completo, tal como lo dice la gente del pueblo, y no sólo Montaña Hernández como se ve en los mapas oficiales.
Se alza este volcán, de la serie efusiva II del Cuaternario, a 3 Km al E de Las Casas del Golfo, hallándose casi contigua a ella por el NNO Montaña Encantada y un poco más separada, hacia el E, la de Termesana.
Es un volcán más bien pequeño, de unos 500 m de diámetro en la base y una altura sobre el suelo de entre 80 y 100 m según por el lado que se mida, terminado en cúspide cónica algo puntiaguda constituida por escorias rojizas. No se le aprecia cráter bien marcado. Sin embargo por el lado N presenta dos concavidades no muy grandes, una mayor situada a media ladera y otra más pequeña al pie mismo de la montaña, ambas totalmente abiertas en esa dirección, las cuales deben corresponder a sendos cráteres yuxtapuestos o a uno solo de forma irregular, y tapizadas con abundantes arenas negras o lapillis de ese color.
De la emisión de lava de este volcán no es posible sacar conclusión alguna, pues todo el territorio que lo circunda quedó cubierto con las abundantes coladas emitidas por el posterior de Montaña Rajada, borrándose con ello toda huella de cualquier otra lava preexistente.
Sobre el origen del nombre de la montaña nada puedo decir en concreto. Lo más probable es que su nacimiento se remonte a época anterior a la erupción del siglo XVIII. Tal como piensa el geólogo Hernández-Pacheco, el mismo debió tomarlo de la propietaria de aquellos predios como ocurriría con las montañas próximas de Juan Perdomo, Pedro Perico y la Vieja Gabriela.
 
Herreño, El. Lugar en la costa de Guatiza situado unos cien metros al N del Charco del Palo, que es donde se inician por este lado de la isla los linderos que separan los municipios de Haría y Teguise. En el mar, un poco hacia el S, hay una roca o baja* que lleva su nombre.
 
Herrera, La Majada de. Barranco corto, pero pendiente y profundo a modo de tajo que discurre a poco más de 1 Km al NO de Teguise, en el terreno pendiente que sigue hacia el S del de Las Cuestas. A 0.5 Km hacia el N de él hay otro mayor llamado de Las Piletas.
 
Herrera, La Peña de María. Es la eminencia o montañeta, de cima peñascosa, que está unida a La Montaña de la Atalaya de Haría, por su lado O, a modo de prolongación de la misma.
 
Hervideros, Los. Caletón* situado a un par de Km al N de Janubio, de aguas profundas y altas y verticales paredes basálticas en las que destacan algunas formaciones columnares, con unos covones* al fondo, uno de ellos con unos divertículos intercomunicados, en los que al entrar las olas enfurecidas despiden hacia fuera grandes rociaduras de agua pulverizada dando la impresión de que está hirviendo, de donde el nombre. Es uno de los lugares naturales de la isla más visitado por el turismo para gozar unos instantes del impresionante espectáculo que ofrece.
 
Hierro, La Montaña de Juan del. Se encuentra a 1 Km al NE del pueblo de Soo, detrás de Pico Colorado. Tiene unos 800 m de diámetro en la base y una altura sobre la misma de unos 80 m más o menos hasta su punto más elevado, que se localiza en el sector SO del cráter. Éste, de unos 400 m de largo de O a E, pues es de forma oblonga, está abierto hasta la mitad de su altura, y por la escotadura que forma entra un camino que permite el acceso de vehículos rodados a su interior.
El color de este volcán, tanto exterior como interiormente, es de un rojo achocolatado oscuro.
El nombre de la montaña parece ser muy antiguo y no me ha sido posible obtener datos del personaje que se lo dio.
 

Hierro, La Peña de Juan del. Pequeño montículo coronado por unas grandes rocas que está entre la montaña de su nombre, a la que está unido, y la de Pico Colorado.

En algunos paneles de esas rocas cumbreras hay inscripciones líbico-bereberes.

 
Hierro, Los Morros del. Es un grupo de varios morros o pequeños montículos, de los que caracterizan al gran saliente costero de Los Ancones, en cuya parte S se alzan, facilmente identificables por tener el más elevado de ellos uno de esos grandes mojones de dos cilindros superpuestos, de argamasa o cemento, que se ven en lo alto de algunas montañas de la isla, por cuyo motivo se le llama El Morro del Mojón.
 
Higuera, El Valle de la. Barranco ancho, pero de curso corto –unos 500 m de anchura en la boca por otro tanto de largo–, situado 1 Km al OSO del pueblo de Mala. Se halla cerrado por el N por El Lomo de los Linderos y por el S por El Morro del Viento y parte de Los Tocinos.
 
Higuera, El Morro. Territorio que se extiende a algo más de 1 Km al S de San Bartolomé, desde Peña Aguda –la que está al O de Los Goires– hacia poniente de ella, unos 400 m. Denominación curiosa ésta, pues estando referida a una pequeña elevación como es un morro, que no se ve por allí, alcanza tanta extensión.
 
Higueral, El Valle del. Gran barranco de unos 3.5 Km de longitud que nace al pie del Pico de la Aceituna, al S de Femés y desemboca en La Playa del Pozo, 1 Km al S de Playa Quemada. Tiene como barrancos subsidiarios, por el lado N, los de El Guanche y El Cortijo.
El M.M. lo designa, erroneamente, Barranco de la Higuera.
 
Hilario, El Islote de. Lugar de la zona de Timanfaya de sobras conocido por su implicación en el turismo a causa sobre todo del insólito fenómeno de sus elevadas temperaturas geotérmicas, que van desde los 100º C. a escasos centímetros de profundidad hasta los más de 600 rebasados los 12 m, con cuyo calor natural se llevan a cabo diversos experimentos que son la admiración de los centenares de turistas que lo visitan a diario.
Está situado en la parte NO de la zona periférica del conjunto volcánico de Las Montañas del Fuego, teniendo en torno suyo y a corta distancia La Montañeta del Balcón al NO; La Montaña del Pajerito al E; La Caldera de los Cuatro fondos al SE, y Caldereta Riscada al S.
Se trata de un montículo o loma algo elevada, cortada en trazo rectilíneo, casi a plomo, por el costado SE, como si se hubiera derrumbado o hundido por ese lado, a lo largo del cual puede medirse su longitud máxima, que excede un poco los 200 m. Por el lado opuesto forma por el contrario un declive pronunciado pero sin exceso, siendo por allí por donde suben los vehículos portando los visitantes hasta el restaurante El Diablo, construido en la cima.
La naturaleza de este mamelón volcánico resulta un tanto chocante, pues a pesar de encontrarse enclavado en lo que se considera el corazón de la zona en que se desarrolló la actividad eruptiva en esta zona de Timanfaya, presenta algunas características que parecen contradecir su formación en esa época, tales como la presencia en su superficie de algunas piedras que afloran en determinados sitios, así como otros materiales que han sido extraídos a cierta profundidad que son claramente muy anteriores a los terrenos formados en las erupciones históricas. Además, su mitad noroccidental, en la que existe calor volcánico, parece estar totalmente independizada de la mitad suroccidental por una especie de barrera subterránea estanca o refractaria, pues en esta otra mitad no existe en absoluto ese calor volcánico, hasta el punto de crecer en ella con toda normalidad algunas plantas silvestres. Incluso existieron en esta ladera suroccidental hasta no hace muchos años las famosas higueras de las que el personaje que dio nombre al lugar, pese a que “la flor no podía fructificar a causa del fuego”, o algo así, hacía acopio de algunas hojas y frutos de las mismas cuando iba a visitar el lugar con su camella, las primeras para alimentar a sus animales y los segundos para su consumo personal, y éstas son plantas arbóreas que hunden profundamente las raíces en el suelo.
También delata claramente este límite o barrera divisoria entre la zona térmica y la atérmica el curioso fenómeno que se produce cuando llueve, pues mientras en la primera el agua es reexpedida en forma de vapor apenas cala un poco en el suelo, en la segunda no ocurre nada de eso.
No se comprende bien, pues, cómo, si este montículo es de época antigua, de miles de años anterior a la formación de Las Montañas del Fuego, se ha concentrado en él este foco de calor tan intenso, que debe tener como fuente, según la explicación de los geólogos, un embolsamiento de magma que quedó en la vertical de este lugar a unos quilómetros de profundidad al finalizar las erupciones históricas.
El lslote de Hilario fue abierto a la circulación rodada mediante una carretera en 1950 con ocasión de la visita que hizo a la isla ese año el entonces jefe del estado Francisco Franco. Años más tarde, por 1964, construyó el Cabildo en la parte alta del montículo una caseta de piedra destinada a guardar los trebejos que se usaban en la conservación y mantenimiento del lugar, que empezaba ya a recibir algunos visitantes. Luego, a finales de esa década, visto que el número de turistas hacía necesario un local adecuado en que recibirlos, se construyó en el tramo alto del costado S, lo más disimulado posible para no perturbar la imponente y salvaje belleza del entorno, un pequeño bar-restaurante con terraza aneja, cuyo proyecto corrió a cargo de Jesús Soto Morales. Y, finalmente, viéndose el lugar desbordado por la creciente afluencia turística, se edificó años después el actual restaurante ‘El Diablo’, esta vez bajo la tutela artística de César Manrique.
En lo respectivo al proceso de formación del nombre de esta montañeta, el mismo, según infomación que tuve ocasión de recabar hace años de personas que conocieron y trataron al tal Hilario del que lo recibió, se desarrolló del modo siguiente: Este personaje, que murió por los años cuarenta del siglo pasado, acostumbraba visitar de vez en cuando este recóndito lugar yendo con su camella desde Yaiza, donde vivía, con el fin de hacer acopio de hojas de unas higueras que él mismo, por lo que parece, había plantado, así como de alguna fruta de los mismos árboles cuando la ocasión cuadraba, considerando al islote*, por el uso que de él hacía, como propiedad suya. Pero un vecino de Tinajo, en cuyo término municipal se encuentra enclavado el islote*, le contradijo tal título de propiedad alegando a su favor determinadas razones personales, llegando la situación a tal extremo de tirantez entre ambos pretendientes a su posesión que se hacía necesaria una solución drástica y definitiva. Con tal finalidad retó Hilario a su oponente Crisanto, que este era su nombre, a presentarse con los padrinos que eligiera en una fecha acordada en el disputado predio para solventar in situ la cuestión de su propiedad de una vez para siempre. Llegado el día señalado se encaminó Hilario con sus acompañantes al islote*, y una vez llegado a él esperó en vano durante horas a que Crisanto hiciera acto de presencia. Perdidas las esperanzas de que esto ocurriera, los allí presentes dictaminaron enfaticamente: “¡Desde luego, este islote* es de Hilario!”, con lo que a partir de entonces le quedó al lugar dicho nombre.
Lo que no han sabido decirme mis informantes es qué nombre se le daba con anterioridad, pues dada su llamativa singularidad térmica debió ser bien conocido desde mucho tiempo antes. Pero me han contado que desde que recuerdan y habían oído decir solían ir allí grupos de amigos en plan excursionista a asar en el fuego natural reses que llevaban preparadas a tal efecto, portando al propio tiempo un garrafón de buen vino de la tierra con que alegrar la comilona.
 
Hilario, El Pajerito de cho. Gran roca de lava reciente de lo más curioso por su forma, pues parece una enorme almendra semienterrada sobre uno de sus afilados lados en el lecho de lava escoriácea del siglo XVIII en que se encuentra. Según cálculos hechos a ojo sus dimensiones deben ser unos 8 a 10 m de largo, 7 o poco menos de alto en lo que asoma, y unos 5 de ancho. Por el extremo N., en el sitio que correspondería a la unión de un imaginario pedúnculo con la almendra, presenta un hueco que se formó al caérsele parte de la capa exterior que parece cubrirla totalmente, de un espesor de 0.5 m, bajo la cual sigue un espacio hueco de unos 20 a 40 cm. Creo que debe tratarse de una enorme bomba volcánica, pero su llegada hasta allí no es fácil de comprender.
Se localiza esta curiosa roca a unos 800 m al SO de Montaña Bermeja, la de los charcos, la que está a un par de Km al NNO del pequeño caserío de La Hoya (Yaiza)
Lo de ‘pajerito’ hace alusión a su pretendido parecido con un ‘pajero’ o cono de paja.
 
Hojas, Los Islotes de Siete. Par de islotes* –de los de tierra adentro–, amorrados, que está en el Km 3 de la carretera que va de Yaiza a El Golfo, la cual pasa por el borde S del que está a la izquierda, cuya superficie es de algo más de 1 Ha y tiene algunas tuneras. El otro, situado unos 100 m hacia el NE de este primero, es algo mayor. Unos centenares de metros más adelante se encuentran La Montaña de Dos Picos y la de La Vieja Gabriela, entre las cuales pasa la carretera.
Tiene una superficie de algo más de 1 Ha y en él hay algunas fincas enarenadas en las que crecen tuneras.
No han sabido decirme de qué le viene el nombre.
 
Hombre, Las Piedras del. Lugar a la orilla del mar al ONO de Playa Blanca (Yaiza), en la costa de barlovento de Pechiguera, a medio camino aproximadamente entre Caleta Negra y La Juradita. Es fácil de reconocer por hallarse al pie del risco más alto de todo aquel sector de costa.
Ni los más veteranos pescadores de Playa Blanca han podido decirme cuál es la razón del nombre, sino sólo que así lo han conocido de siempre.
 
Hombres, El Charco de los. Charco de cierta amplitud situado a unos 800 m al O de Playa Tenésara, entre el caletón* llamado Barranco Salinero y el pesquero de La Piedra de Marcial.
El nombre le viene de que en él se bañaban sólo los hombres, en época veraniega, mientras las mujeres lo hacían en sitio aparte.
 
Honda, Caldera. Tal como indica su nombre, el cráter de este volcán tiene el fondo hundido con respecto al nivel del terreno que se extiende delante de su boca, una gran abertura que tiene por el lado de poniente, al menos unos 30 m de ancho. Por el resto de su circuito las paredes del cráter, que mide unos 300 m de largo de O a E, por 250 de ancho, alcanzan interiormente de 75 a 80 m de altura, y mucho menos por fuera al ser el terreno exterior de mayor elevación, especialmente por el sector SE en que sigue Montaña Tisalaya, que está casi tocando con ella.
Se encuentra este volcán a un par de Km al SSO de La Vegueta.
 
Honda, Casa. Lugar próximo a Ye, situado a unos 250 m al N de la carretera que atraviesa al pueblo, a la entrada de Vega Chica, a unos 100 m al O de Las Longueras y al borde de los arenados llamados El Violín.
Había en este lugar cuando lo visité por los años ochenta del siglo pasado un viejo cortijo en estado ruinoso, con aljibe, era, etc. y restos de unas pequeñas construcciones de estructura redondeada que parecían chocitas destechadas, que bien pudieran haber sido en origen parte de las habitaciones que constituyeron la primitiva vivienda de tipología aborigen que dio nombre al lugar. Había, además, algunas conchas de lapas y canaíllas* acompañadas de los consabidos cascotes de cerámica de aspecto aborigen.
Sobre el empleo de este nombre de casa honda* en Lanzarote, que ha dado motivo debido a la interpretación que del mismo hacen algunos profesionales de la prehistoria canaria, a serios equívocos, conviene hacer las consideraciones siguientes: Es un error creer que las casas hondas* eran pequeños tubos volcánicos, de los ubicados en El Malpaís de la Corona, habilitados como viviendas, tal como afirman reiteradamente tales prehistoriadores, lugar en que es precisamente del todo desconocido el nombre de casa honda*. La auténtica y genuina casa honda*, nombre tradicional que se conserva en la toponimia de la isla en número relativamente abundante –¡aunque no se da ningún caso, repito, en El Malpaís de la Corona!–, consistía en una vivienda enteramente artificial, cuya característica diferenciadora mas sobresaliente residía en el hecho de quedar semienterrada al tener el piso excavado en la tierra, de forma tal que parte del edificio, cuyas paredes se comenzaban a levantar desde el fondo del hoyo practicado, quedaba por debajo del nivel del terreno exterior, sobresaliendo, en consecuencia, sólo parte del mismo. Así lo atestiguan, además de las reminiscencias que aún quedan en el conocimento de la gente del pueblo sobre el particular, investigadores de reconocido prestigio, entre los que podría ponerse como ejemplo paradigmático al antropólogo francés René Verneau, quien pudo reconocer en nuestra isla personalmente, dejando de ellas una acabada descripción, algunas de estas singulares viviendas.
 
Honda, Casa. Hoya u hondonada que se forma a unos 700 m al ENE de Muñique, a un par de cientos de metros al E de la carretera que baja hacia Soo. A poniente queda cerrada por la loma de Los Paisanos. Su fondo, recubierto de arenas eólicas o jable* como la mayor parte de aquellos territorios, mostraba en superficie por 1987 una gran cantidad de conchas de lapas, burgaos* y cañaíllas*, algunas de ellas de gran tamaño, así como muchos trozos de vasijas de barro cocido de diferentes tonalidades y texturas, predominando los de factura más basta o antigua, restos que ocupaban una amplia extensión del suelo. Las viviendas de las que proceden estos restos deben ser las que estaban en lo alto del borde de poniente de la hoya en cuestión, hacia el lado de Los Paisanos, lugar que viene a continuación, pues aún por la fecha indicada podían verse allí unos montones informes de piedras que debía ser lo que quedaba de ellas, seguramente la ‘casa honda’ que da nombre al lugar.
Dicha hondanada, que constituye el lugar de este nombre de Casa Honda continúa o se prolonga hacia el N en forma de vaguada descendente hasta rebasar Montaña Mosta por su lado O.
 
Honda, Casa. Se encuentra este lugar en un descampado que se localiza a 1 Km más o menos al NE de la Montaña de Tahíche, en terreno algo pedregoso, a poco más de 100 m hacia naciente de lo que parece ser un pequeño almacén de aperos de labranza con una troja* en la parte alta.
El nombre lo recibe de uno de estos habitáculos de tipología aborigen del que todavía en 1978 en que estuve allí por primera vez quedaban unos pobres vestigios consistentes en algunas piedras secas esparcidas por el suelo, pero que hasta pocos años antes quedaban aún levantadas partes de las paredes según me afirmó el informante que me acompañaba, pleno conocedor de aquella comarca de toda su vida. Me dijo que según oyó contar a sus abuelos allí hubo una choza de piedra seca de varios compartimentos que los pastores llamaban la casa honda* por tener el piso ahondado. La antigüedad de siglos de la construcción quedaba atestiguada por la presencia en su entorno de los consabidos restos de aquellos lejanos tiempos (trocitos de cerámica de factura aborigen y las conchas marinas normales en estos casos).
Debe tratarse, con toda seguridad, de la misma que visitó el antropólogo francés René Verneau en el invierno de 1884-85, que entonces se encontraba aún en pie. Sobre la misma dice, hablando de las viviendas de los antiguos isleños (1981:55):
En Tahíche he visto una bonita muestra, consistente en una casa que tenía el aspecto de un grueso montón de piedras amontonadas en forma cúbica. Las de fuera estaban alineadas, mientras que las otras habían sido colocadas sin orden, aparte de las que rodeaban la vivienda propiamente dicha. Ésta se componía de tres pequeñas salas circulares, una a cielo abierto, dispuestas en triángulo y comunicadas por galerías cubiertas. Para penetrar había que escalar el montículo y descender por la especie de pozo que formaba la pequeña sala sin techumbre. Las casas de Tahíche ofrecen otra particularidad: están medio enterradas en el suelo. El montón de piedras apenas representa la mitad de la altura total de la vivienda. El resto fue excavado en la tierra y rodeado de un muro de piedras secas que protegía de los derrumbamientos”.
 
Honda, Casa. Lugar allanado de cierta amplitud, ocupado en su mayor parte por arenados*, que se extiende a unos 500 o 600 m casi al S de Conil. De la ‘casa honda’ que le dio nombre no queda ni el más mínimo vestigio ni se sabe de su ubicación exacta.
 
Honda, El Lomo de Casa. Parcela de terreno bastante espaciosa, ligeramente elevada, cubierta de jable*, que se encuentra a poco menos de 3 Km al SE de Soo y a unos 600 m al SO de La Peña de las Cucharas.
En su punto más elevado se ven vestigios de lo que pudo haber sido la 'casa honda' que le dio nombre, donde hay trozos de cerámica aborigen, conchas de moluscos de los que normalmente consumían los majos*, así como restos de objetos europeos antiguos.
Se da en este lugar, con cierta abundancia, el hongo llamado en la isla 'papacría' (Terfesia pinoyii), especialmente en unos calveros en los que hay numerosas conchas de chuchangas*, el molusco terrestre llamado cientificamente Theba pisana.
 
Honda, Mesa. Especie de rellano o balconada, de unos 150 m de anchura por más de 250 de largo, que se forma en la ladera NE del Lomo de San Andrés. El M.M. coloca el topónimo Masa Honda unos 900 m hacia el SSO, que me imagino que será este mismo mal escrito y mal situado.
 
Honda, Playa. Urbanización situada a continuación, hacia el E, de la zona del aeropuerto de la isla. La playa que originariamente le dio el nombre es la que está casi a mitad de la línea costera de la urbanización, que se forma en el arranque del destacado saliente costero llamado El Bajo de Guasimeta. Se trata, efectivamente, de una pequeña playa que se caracteriza por la acusada pendiente de sus arenas, lo que hace que a muy pocos metros de meterse en ella se deje de hacer pie.
 
Hondas, Las Casas. Se sitúa este complejo arqueológico junto y a la izquierda del Barranco de la Guarda, en la parte alta del Valle Fenauso, a unos 250 m al ESE del pie de La Montaña de En medio, a la izquierda por tanto de las primeras casas del caserío de La Degollada del término de Yaiza.
El yacimiento ofrecía un aspecto sumamente interesante cuando lo visité en 2005. Consistía en unas construcciones de sólidas paredes, algunas de las cuales conservaban aún buena altura, hechas con grandes piedras, rellenas en el centro algunas de ellas, entre hilada e hilada, con ripios y piedras más pequeñas. Por lo que parece debió haber habido allí varias viviendas o habitáculos aborígenes de este tipo con corrales anexos.
 
Hondo, Barranco. Es el que se forma en el frontis de El Lomo de Barranco Hondo, que está frente mismo a la barriada de Órzola llamada Las Casas de Arriba. Su curso es muy corto, no más de 400 m, pero es proporcionalmente profundo.
 
Hondo, El Lomo de Barranco. Es el que se forma al SSO del puertito de Órzola entre El Valle de Fuente Dulce al N y el de Fuente Salada al S. Su largo es de 1 Km más o menos y su anchura va aumentando a medida que desciende, llegando a ser en las proximidades de Barranco Hondo que se forma al final, de algo menos de 1 Km.
 
Hondo, La Punta de Lance. Pequeña punta arriscada que está a poniente de Playa Blanca, en el costado O de Punta Limones, a unos 100 m más allá de Playa Flamingo. Está formada por diferentes peñascos unidos entre sí y sus aguas son profundas, a lo que debe obedecer el nombre.
 
Hondura, El Caletón de la. Pequeño caletón* de unos 40 m de largo, relativamente estrecho, que viene a continuación de El Caero del Agua por su lado de naciente, separados entre sí por El Morro de la Hondura. Termina en una cueva grande, de más de 7 m de altura en la boca y más de 10 m de profundidad, en la que entra el mar.
 
Hondura, El Morro de la. Pequeña punta, algo elevada, que se forma entre El Caero del Agua y El Caletón de la Hondura, al NE de Mala.
 
Hondura, La. Lugar a la orilla del mar distante unos cientos de metros del puertito de Órzola, entre las casas más al N del pueblo y el lugar de La Barranquera, donde hay, según me han dicho, la mayor profundidad de aquel sector de costa.
 
Hondura, La. Lugar de la costa situado a algo más de 1 Km a poniente de La Caleta de Famara. Por encima, a poco más de 100 m de la orilla del mar, había hay unos chalets que fueron construidos unos decenios atrás.
Se le llama así porque en sus aguas se encuentran las mayores profundidades de aquellas costas. Próximo, a la derecha, está el lugar de La Relisa, y a la izquierda el de El Barranquillo.
 
Hondura, La. Gran ensenada que se forma al NE de Mala entre La Punta de las Bajas por el lado izquierdo, orientado hacia el N, y Punta Grande, por el lado derecho, orientado hacia el E., con una abertura entre ambos puntos de unos 800 m. Me han dicho que el nombre le viene de que a poca distancia de la orilla se encuentra un gran veril a continuación del cual se registran grandes profundidades.
 
Hondura, La. Extensa depresión del terreno, que baja hacia la costa, comprendida entre las proximidades de Montaña Tinamala al N, la costa al E, la zona de Los Ancones y Montaña Téjida al S y la carretera general que va de Tahíche hacia Guatiza al O, abarcando por lo tanto una superficie aproximada de unos 8 km2.
Hay en esta amplia zona tres cortijos, hoy día abandonados: el de Arriba, el de Enmedio y el de Abajo. El de Arriba se encuentra a 1.5 Km, más o menos, de Montaña Tinamala, casi al S de ella unos pocos grados hacia el O; el de En medio, a poco más de 0.5 Km al SE del anterior, y el de Abajo, a un poco más de distancia de este último y a la misma de la costa, junto a Barranco Mulión por su lado izquierdo, es decir al N del barranco.
 
Hondura, La Punta de la. Pequeño saliente de tierra que se forma en el costado izquierdo de la ensenada de su nombre, la que está al NE de Mala, a 150 m del rincón interno de dicha ensenada.
 
Horca, El Barranco de la. Está 1 Km al NNO de Teguise, y su largo, siguiendo una trayectoria curvada, es de 1 Km más o menos, alcanzando notable profundidad.
En este barranco se dice que fueron arrojados en 1475 los cadáveres de seis ajusticiados en la vecina Montañeta de Chimida –detrás de la cual se halla el barranco– por mandato del señor de Lanzarote entonces, Diego García de Herrera, como represalia, al ser los cabecillas de una rebelión popular contra su autoridad pretendiendo pasar a depender los habitantes de la isla directamente de la corona de Castilla. (V. La Montañeta de Chimida).
 
Horca, La Cueva de la. (V. El Volcán Nuevo).
 
Hospital, El. Curioso nombre para el lugar en que se encuentra, que es una zona cubierta de lava reciente que sigue a poniente de La Montaña del Cuaco, la que está a 2 Km al NO de Conil. Sin embargo el nombre es auténtico, y por supuesto de origen desconocido.
 
Hoya, La. Pequeño caserío situado al OSO de Yaiza, próximo a Janubio. Según el padrón parroquial de 1821, La Hoya tenía entonces 34 almas; en 1860 P. de Olive dice que poseía cuatro edificios, y en 1877 contaba ya con 48 habitantes.
 
Hoyala, La. Seno alargado, de unos 300 m de largo, que se forma a escasa distancia del pueblo de Tao, entre Montaña Tamia y El Morro del Corazón. Por el extremo N queda cerrado por La Montañeta y por el S está abierto.
 
Hoyas, Las. Serie de varias depresiones del terreno situadas a cosa de 1 Km al NE de Tao, en los arenales de aquella zona, casi al N de Las Casas del Jable, dispuestas unas a continuación de las otras de NNE a SSO en un largo de unos 400 m.
 
Huertas, La Peña de las. Peñasco basáltico de algo más de 3 m de altura y paredes más o menos verticales que se levanta en la parte O del lugar de su nombre. Debe, ser por su situación, el que tanto llamó la atención del antropólogo francés René Verneau cuando recorrió la isla en 1885, si bien su tamaño no me parece suficiente como para haberle despertado la imaginación hasta el extremo de tomarlo como un castillo. Mas es el caso que no hay ningún otro peñasco que pueda rivalizar con este en tamaño por aquellos alrededores. Una explicación podría ser que antes fuera mayor por haberle sido arrancados trozos de roca, aunque no me parece por el aspecto que presenta que esto haya ocurrido.
 
Huertas, Las. Zona o territorio que está al NE de Conil, a unos 300 m al N de Montaña Tesa, entre el ruinoso caserón de los Díaz al E y La Peña de las Huertas al O.
 
Huesera, La. Finca de jable*, de unos 35 m de superficie, situada a un par de Km al SO de Nazaret, que ocupa un rincón que se forma en la corriente de lava del siglo XVIII a unos 80 m de Peña Aguda en la dirección de poniente. En dicha finca fueron extraídos por los años cuarenta del siglo pasado partes de esqueletos humanos incluidos algunos cráneos, siendo testigo de ello el señor que me lo contó en 1989, un vecino de Nazaret, ya entonces octogenario. No supo qué fue de aquellos huesos y no descartaba que aún quedaran más.
 
Hueso, El Morro del. Se alza este pequeño altozano a 1 Km al O de Teguise. Su cima es redondeada y terrosa. Casi en la cumbre, por su lado E, hay vestigios de una construcción que debe ser muy antigua, de la que no quedan sino piedras desparramadas sobre el suelo con bastantes trozos de cerámica de factura prehispánica. Por el flanco S de esta montañeta o promontorio discurre un barranco llamado La Hoya de Tao.
 
Humosa, La. La Jumosa, según dicción popular, es un lugar eminente de la costa, ya que tanto al N como al S el terreno colindante baja bastante de altura. Forma un saliente entre La Playa de cha Vicenta al N y El Barranco de la Playa al S, alcanzando por tanto un largo de más de 100 m al tiempo que se extiende tierra adentro hasta una distancia de otro tanto o más. Su característica geológica más acusada es la de estar cubierto con muchas piedras negras de regular tamaño semienterradas en un terreno cubierto de tierra también oscura, color que lo diferencia claramente del terreno circundante, de cuya particularidad cromática debe venirle el nombre.
 
Hurón, El Barranco del. Tramo más profundo y marcado de un barranco más largo, que discurre próximo y al SO de las montañas Téjida y Tinaguache, las que están por encima de la urbanización Costa Teguise. Es afluente suyo El Barranco de Téjida.
Este topónimo no figura en el M.M.
 
Hurón, El Cortijo del. La casa de este cortijo, de color casi negro, se halla en estado ruinoso. Está a unos 3 Km al ENE de Tahíche y unos 800 m al SSO del cortijo de Téjida.
 
Hurón, La Peña del. Está al E de Mala, en la pared rocosa que limita por el O a La Hoya de las Turmas, y al O del Seifío.
 
 
I –
 
Iglesia, La Peña de la. Se encuentra a un par de Km al NNE de las casas del Valle de Arriba (Los Valles), en lo alto del costado izquierdo de la altiplanicie de Los Tablones que cae hacia la cabecera del Valle del Palomo. A escasos metros de ella está el cortijo de Albarrán.
 
Ignacio, La Montañeta del Aljibe del Viejo. Pequeño cono volcánico que está detrás de Soo, sin cráter aparente, unido a Pico Colorado por su parte N. Sus dimensiones son 400 m de largo por 250 de anchura en la base, al ser algo oblonga, por unos 60 de altura. Unido a su vez a este montículo por su costado N sigue otro algo más pequeño, llamado La Montañeta de Atrás. Ambas conjuntamente son conocidas con el nombre de Las Montañetas.
 
Iguadén. Lugar situado a poco más de 0.5 Km al S de la montaña de su nombre. Limita por el N con el paraje de Las Quemadas y por el resto de los rumbos con el mar de lava formado en época histórica. En la actualidad el topónimo Iguaden se reduce a una porción de esas coladas, provenientes bien del volcán de Las Nueces, que reventó en 1733, situado a una distancia de unos 3 Km hacia el SSO suyo, o del de Montaña Colorada, un poco más cercano y arrumbado casi en la misma dirección, cuya erupción se produjo en 1735, pues las lavas de ambos volcanes confluyen y se confunden por esta zona de Iguadén y no es fácil distinguir unas de otras.
En este lugar en que se localiza en la actualidad Iguadén se forma en el campo de lava un ligero ahondamiento de algo más de un par de cientos de metros de amplitud con piso de lava más alisada rodeada por otra más abrupta y escoriácea, en cuyo extremo de poniente se abre un agujero a modo de pozo de varios metros de profundidad, en el fondo del cual se ven restos de paredes de piedra seca que deben ser parte del complejo de corralizas que en su día pertenecieron al célebre cortijo de este nombre.
La celebridad en la isla del Cortijo de Iniguadén ha quedado reflejada en diferentes hechos destacados de la historia de Lanzarote. Así tenemos que con ocasión del ataque a la isla del pirata argelino Morato Arráez en 1586 fue en él donde encontraron los mahometanos una respuesta colaboracionista más eficaz en su acción vindicativa al ser la mayor parte de sus moradores correligionarios suyos que habían sido esclavizados en Berbería años antes por el señor de la isla Agustín de Herrera y Rojas, marqués de Lanzarote. También, poco tiempo después, en 1588, fallecía en sus dependencias la marquesa consorte Inés de Ponte. Y fue aquí, asimismo, donde en agosto de 1618, a raíz de otra terrorífica incursión pirática, la llevada a cabo por los corsarios berberiscos Tabac y Solimán, que dejó la capital Teguise poco menos que reducida a escombros, el Gobernador de la isla Diego de Brito y Lugo nombró en este lugar a Rodrigo Barrios Lemes Alcalde Mayor y Juez Ordinario de Lanzarote.
Esta heredad abarcó en el tiempo de su mayor esplendor un área bastante extensa si hemos de dar crédito a los límites que le asigna P. Madoz en su Diccionario, pues dice que confinaba "al N. con el térm. de Tajaste; E. con el de Yuco; S. con el de Tisalaya, y O. con el de Tinguatón", límites que, aunque no muy bien definidos, suponen de cualquier modo una superficie de unos buenos quilómetros cuadrados.
Termina Madoz ensalzando la productividad del cortijo con las siguientes palabras: "Antes de los volcanes de 1730, cuando los marqueses residían en esta isla, el país de Iguadén con todas sus vegas les bastaba para ser opulentos, constando la dotación ordinaria de los cortijos que en él poseían de 100 yuntas, refiriéndose por tradición que producían dichas tierras más de 30.000 fan. de trigo".
Este nombre de Iguadén por el que se conoce ahora el lugar es una síncopa del que se le dio primitivamente, que fue, como apunté más arriba, Iniguadén, cuya alteración, por lo que deduzco, debió producirse con la desaparición del cortijo y todos sus anexos al ser sepultados por la lava de los volcanes del siglo XVIII, pues en esa forma más antigua y completa lo he visto siempre escrito en diferentes documentos originales anteriores a la erupción de Timanfaya, si bien sin la tilde que marca su condición de agudo por no ser usual entonces en la escritura tal signo ortográfico, particularidad prosódica ésta que queda no obstante bien garantizada por la pronunciación popular actual del nombre aunque se halle falto de esa sílaba intermedia. También se ha escrito con otras variantes en textos impresos de siglos pasados, tales como Inaguaden e Iñaguaden, así o con acento gráfico, ya entonces empleado en la escritura, formas que por su condición de segunda mano o por tratarse de reproducciones hay que suponerlas simples errores de transcripción.
En cuanto al topónimo de muy parecida morfología Guiniguaden o Guinaguaden, pues de ambas maneras se ha escrito, que también figura en textos antiguos, hay que decir que el mismo parece corresponder a lugar distinto. Así, en un documento de 1648 trancrito en forma libre en la obra Extranjeros en Lanzarote, de A. Brito Gonzalez, se indica implicitamente su situación al decir: "Antonio de Sosa señala la dote para una ermita que ha construido bajo la advocación de Nuestra Señora de Nazaret en su cortijo de Guinaguaden", a lo que sigue una nota a pie de página que puntualiza: "La ermita se halla en los caminos de Teguise a los puertos de Naos y Arrecife", datos estos que coinciden plenamente con la ubicación del actual pueblo de Nazaret, cuya localidad dista del lugar de Iguadén, o Iniguadén, objeto de estudio aquí, diez quilómetros largos.
Otra forma más, muy parecida también a las ya citadas y asimismo de gran antigüedad, es la de Hainaguaden que trae Torriani en su mapa. Mas como dicha carta adolece de graves defectos de ubicación y de escritura de las localidades en ella registradas no es posible determinar con cuál de los dos anteriores identificarlo, en el supuesto, claro está, de que no se trate de distinto lugar a éstos, cosa que en rigor no puede descartarse.
En lo relativo a la identificación por el bereber del nombre Iniguadén, que es como se ha dicho la forma conocida más completa o próxima al original guanche, Álvarez Delgado ofrece el significado de "Junto a las aguas", y una cierta relación con el agua le encuentra también Wölfel. Pero hay que tener en cuenta que ambos autores confunden estos distintos topónimos aquí expuestos considerándolos como variantes de un mismo original.
 
Iguadén, Montaña de. Cono volcánico situado a algo más de 1 Km al SO del caserío de La Vegueta. Su forma es muy regular, con un diámetro en la base de unos 350 m y una altura sobre el suelo de unos 50 m. Lo que más llama la atención de este volcán es la gran regularidad de su cráter, que presenta figura de cuenco semiesférico casi perfecto, incluso en la altura del borde superior, pues alcanza el mismo nivel practicamente en todo su circuito, que es de unos 150 m de diámetro.
Es otro de los muchos volcanes de la isla que como sus vecinos La Caldera Quemada, situada a unos 350 m hacia poniente, y Caldera Honda, a 550 hacia naciente, pertenece a la serie efusiva II del cuaternario.
En el presente este volcán es más conocido por La Montaña de las Quemadas a causa de su proximidad al paraje de ese nombre, que sigue hacia el S de ella, pero también le aplican otras denominaciones, aunque mucho menos consolidadas. No obstante, el más antiguo de todos sus nombres conocidos, aunque ya casi perdido en la memoria popular, pues sólo lo he encontrado en un par de ancianos de la zona, es este de La Montaña de Iguadén, sin duda por hallarse dentro del área de influencia del territorio del que lo recibe, nombre que todavía lo registra como vigente P. Madoz a mediados del siglo XIX, y que, a mi juicio, debe ser recuperado dada su naturaleza guanche, ya que de lo contrario terminaría por perderse, pues el del territorio del mismo nombre está ya poco menos que perdido dado su carácter yermo de naturaleza lávica.
El mapa militar lo nombra en su edición de 1951 Montaña Quemada, a todas luces inapropiado. Sin embargo, en la última edición de 1986, luego de haberle propuesto al Servicio Cartográfico del Ejército la restitución del nombre de La Montaña de Iguadén, se tuvo mi indicación en cuenta y se le dio el mismo, aunque bien pensado creo que lo mas procedente hubiera sido restituirlo a su forma primitiva de Iniguadén, tal como explico en la entrada ‘Iguadén’.
 
Infierno, La boca del. Profunda sima, con toda probabilidad una chimenea volcánica producto de una boca de emisión secundaria, del siglo XVIII, que se hunde en el suelo a manera de pozo junto a unos peñascales que están al pie de la ladera de poniente del volcán llamado por contigüidad La Caldera de la Boca del Infierno, en la zona de Timanfaya. Parece tener de 4 a 5 m de diámetro en la boca, pues la misma no se alcanza a ver bien debido a que se halla rodeada de un cerco de suelo inclinado hacia dentro de un par de metros de anchura, lo que no permite acercarse al borde del agujero que la constituye para poder observar su interior. No obstante, su profundidad debe ser bastante considerable, pues al tirar dentro una piedra se la oye caer dando tumbos al chocar contra las paredes, y otras perdiéndose el ruido a los pocos segundos sin producirse ningún golpe seco que indique haber alcanzado su final o fondo. Mientras tanto van saliendo palomas que anidan en su interior, continuando la salida de las aves si se siguen tirando piedras, tal como ocurrió cuando estuve en ella en los primeros años de la década de los ochenta, en que conté más de veinte de estas aves que salían huyendo despavoridas unas tras otras.
El nombre le fue impuesto por los guardas del Parque Nacional de Timanfaya poco después de ser creado, dadas las impresionantes características que presenta.
 
Infierno, La Caldera de la Boca del. Es el imponente cráter en herradura, a cuyo lado se abre la sima que le da nombre, cuya presencia se hace ostensible desde el mismo ‘taro’ de entrada al Parque Nacional de Timanfaya por su posición frontal al mismo e impactante color rojo. La carretera de acceso al Islote de Hilario pasa junto a su impresionante boca, a cuyos mismos pies llegó la marea de lava proveniente de los vecinos volcanes de Las Artesas, por lo que, si de ella surgió a su vez lava, no es posible apreciarla al haber quedado recubierta por la de estas otras bocas.
El diámetro que alcanza este semicráter es de unos 300 m, y al haberse abierto adosado al gran volcán de Timanfaya, del que debe ser una boca adventicia, su pared S más elevada es al mismo tiempo la N más baja del cráter mayor de La Montaña de Timanfaya.

 

Inglés, El Callao del. Playa de callaos*, no muy pequeña, que se forma a barlovento de Risco Prieto, a algo más de 1 Km al E de Playa Quemada.

 
Ingleses, La Casa de los. Quedaban aún en pie, por los años 80 del siglo pasado, parte de las paredes de este edificio, de hasta 3 m de altura en algunas de sus partes. Está situado a unos cientos de metros al S de las instalaciones de bombeo del agua de las galerías de Famara que están en La Playa del Guincho, cerca de la orilla del mar. Me han contado pescadores veteranos de La Caleta de Famara haber oído decir a sus mayores que esta casa había sido hecha construir por unos ingleses, sin que conocieran más detalles sobre el asunto.
 
Isabel, El Cortijo de. Se encuentra este viejo cortijo en Las Laderas, frente a la entrada del Barranco Maramajo, por el lado N.
Recibe este nombre, por lo que me han contado, de una mujer que fue sirvienta de su anterior dueño, un médico apellidado Ferrán, quien al morir se lo dejó en herencia.

 

Isleta, La. Es, tal como lo indica su nombre, una islita, o lo era, pues desde hace años ha quedado unida a tierra firme por diques y rellenos practicados en el canal que la separaba de tierra firme, como parte complementaria de la urbanización turística La Santa Sport (Tinajo), contigua a la cual está.

Tiene figura redondeada con un diámetro en promedio de alrededor de 1 Km., con suelo bajo y aplanado, alcanzando una cota máxima de unos 9 m s. n. m.

Desde hace años se halla surcada por una red de carreteras asfaltadas consistente en una perimetral y varias más que se entrecruzan en su interior.

Su línea litoral, por los lados que miran hacia el océano, es rocosa, de basalto negro.

A su denominación más usual de La Isleta se suelen añadir los complementos ‘del Río’ o ‘de la Santa’ cuando se requiere una mayor precisión del nombre.
 
Islote, El. Pequeño caserío o grupo de casas algo esparcidas, situadas en plena colada lávica moderna, 1 Km al OSO de Mozaga. Sobre este grupo de casas dice P. Olive (1860): “Caserío de San Bartolomé de 5 edificios y 1 choza”.
 
Islote*, El. Así llamado a secas, sin ningún otro aditamento que lo defina, es el territorio unido al gran volcán de Caldera Blanca, el que está a poniente de Mancha Blanca, por su lado NO, no cubierto por lava moderna. Es de planta irregular, y en total debe alcanzar alrededor de 1 Km2 de superficie excluyendo La Loma de las Casas.
 
Islote, Las Casas del. Casa-cortijo muy antigua, con sus diversas dependencias, modificadas en parte en los primeros años de la década pasada de los 80, que se encuentra en el lugar de su nombre, el que está unido a Caldera Blanca.
 
Islotita, La. Pequeña baja* en Arrecife que está cerca del Islote del Francés por su lado SSO, al que queda unido al descender la marea. Este arrecife y los otros alineados con él llamados La Bajita y La Baja del Cagadero hacen de separación entre el seno de mar llamado El Charco de Juan Rejón y la parte más interna antes conocida como El Charco de la Estila.
 
 
J –
 
Jable, El. Extenso territorio constituido por una gran franja de arenas arrastradas por los vientos alisios dominantes que atraviesa la isla de parte a parte en un largo de unos 20 Km y un ancho variable. Sus límites, hasta no hace muchos años en que empezó el crecimiento acelerado de la isla tanto en el plano demográfico como urbanístico, eran, y siguen siendo en su mayor parte, los siguientes: Por el N la línea de costa comprendida entre Caleta Caballo y La Playa de Famara. Por el E, partiendo desde dicha playa de Famara siguen a lo largo del pie de Las Laderas, alcanzan la parte baja de poniente de la altura coronada por El Morro del Hueso, lugar en que hacen una inflexión hacia el S, hacia cuya dirección continúan siguiendo una línea más o menos recta que pasando al O de La Montaña de Zonzamas termina en Playa Honda. Por el S la línea de costa que va de dicha Playa Honda a la de Guasimeta; y por el O, luego de iniciarse en esta última playa siguen hacia el N a lo largo de una línea que pasa al E de Güime, San Bartolomé, Mozaga, Lomo de San Andrés y Tao, llegan al extremo NE del territorio elevado que se extiende al N de este último pueblo, donde llaman Buenavista, giran en ese lugar hacia el O bordeando dicho territorio, pasan al N de Tiagua y Montaña Timbaiba hasta alcanzar el punto de la carretera que conduce a Tinajo situado a un par de quilómetros al E de dicho pueblo, giran de nuevo en ese punto hacia el N, bordean La Caldera del Cuchillo por su lado de naciente y terminan en Caleta Caballo.
Parte del territorio de este nombre ha sido invadido por urbanizaciones modernas, como ocurre en su extremo S con Playa Honda.
Se divide el territorio de este topónimo a lo largo, o sea de N a S, en tres sectores o zonas más o menos delimitados en la siguiente forma: El Jable de Arriba, que va desde la orilla del mar por la que entra la arena hasta la línea de unión Tiagua-Teguise; El Jable de Enmedio ('Elmedio' dice la gente), desde esa última línea hasta su parte más estrecha o divisoria entre San Bartolomé y La Montaña de Zonzamas, y El Jable de Abajo desde el anterior hasta la orilla del mar por el S.
Estos límites, debido a la naturaleza movediza de la arena, han ido cambiando a través de los siglos, ya sea haciendo que su superficie aumente o bien que disminuya. De ello hay constancia documental fehaciente en tiempos históricos y evidencias geológicas de tiempos remotos. Del primer caso tenemos como ejemplo la descripción que hace del mismo el cura de San Bartolomé Baltasar Perdomo en 1830, y del último la gruesa capa de varios metros de espesor de este material que existe debajo de la bodega de Mozaga (que es tanto como decir debajo de todo el pueblo) y en el subsuelo de los roferos* practicados en Lomo Camacho, lo que viene a demostrar que el tal jable* debió ser depositado en dichos lugares cuando aún no se habían formado El Lomo de san Andrés y Montaña Tamia, y que en esa remota época su extensión era mucho mayor.
Jable* es el nombre con que se designa, no sólo a los terrenos cubiertos con estas arenas de origen marino, como es el caso de este topónimo, sino también a la propia arena que lo forma. Dichas arenas, cuyo color en Lanzarote es el blanco o el amarillento ocráceo claro, están compuestas por minúsculos fragmentos de conchas marinas en su mayoría, gránulos calcáreos de otros invertebrados también marinos, caparazones de foraminíferos y partículas de basalto arrancadas de las rocas volcánicas por la abrasión.
Sobre el origen de este nombre jable* no existe unanimidad entre los lingüistas. Para unos pudiera provenir del arcaísmo castellano sable, para otros del francés de igual grafía, mientras que otros opinan que sus mayores probabilidades etimológicas habría que buscarlas en el galaico-portugués xabre, nombre que, sea cual fuere de los tres, habría velarizado la consonante inicial. A este respecto es interesante constatar que aquí mismo en Lanzarote hay un lugar llamado El Risco de los Sables intimamente ligado a esta clase de arenas situado a la orilla del mar, y también en La Palma existe el topónimo Los Llanos del Sable, si bien en este caso el 'sable' que le da nombre es la arena volcánica o lapilli.
 
Jable*, Las Casas del. Nombre de un cortijo viejo, abandonado, en estado ruinoso ya por los años 80 pasados, compuesto por dos edificios separados. Está a naciente de Tao, abajo en los arenales que se extienden al N del lomo de San Andrés llamados El Jable* (de Tao), del que toma el nombre.
 
Jablillo*, El. Lugar costero en el que hay jable* blanco, situado 4 Km al N de Punta Mujeres y unos 800 m por encima de La Caleta de las Ajulagas. La arena, o jable*, que le da nombre se ve desde la carretera, la cual pasa a unos pocos cientos de metros por encima del lugar.
 
Jablito*, El. Zona de jable* que está a 1 Km al SE de San Bartolomé. Unos 400 m al S se encuentra Peña Aguda y hacia el E siguen Los Goires.
 
Jacinto, El Bajo de San. Se encuentra este lugar costero a unos 600 m al N de Punta Pechiguera. Por fuera el fondo es aplacerado, por cuya razón las olas rompen normalmente a más de 100 m de la orilla. Tiene varios escollos, el más retirado de los cuales está a 100 m o más mar adentro, pero el más destacado de todos ellos por su forma redondeada y mayor altura –un par de metros a marea media– está cerca de tierra, en su parte de naciente. Dentro forma un rinconcito o caletoncillo* en donde las olas suelen arrojar objetos flotantes cuando el viento es propicio.
El nombre siempre lo he oído como lo escribo aquí, pero sospecho que en un principio debió ser ‘del San Jacinto’, de algún barco así llamado que sufriría algún accidente en este lugar, pero esto no pasa de ser una pura suposición.
 
Jamaís, El. Es la punta situada 1 Km al E de Órzola que sale a la derecha o lado E de Caletón Blanco o, más concretamente, del entrante costero en que se encuentran los charcos de La Fortuna y de Los Timijotes, del que forma su flanco derecho.
El nombre tiene todas las trazas de ser majo* y, que yo sepa, es totalmente desconocido por los estudiosos de la lengua aborigen.
 
Jameos, El Tubo Volcánico de los. Gran caverna tubular, de algo más de 6 Km de longitud en tierra firme, que continúa bajo el lecho del mar al menos 1.5 Km más. Se fraguó esta formidable gruta de trayectoria lineal, que describe algunas curvas no muy pronunciadas, en las profundas coladas emitidas por el volcán La Corona. El proceso seguido para su formación debió ser a grandes rasgos el siguiente: En el terreno existente previo a la erupción habría un cauce abarrancado que al ser invadido por la lava proveniente del volcán se fue ahondando por efecto de la fuerte abrasión producida por el roce y sobre todo por la fundición de los materiales que constituían su suelo debido al enorme calor de la corriente del magma incandescente que por él discurría. Pasado algún tiempo las capas superiores de la corriente de lava terminaron por solidificarse al contacto con el aire ambiente, formándose así un techo bajo el cual continuó fluyendo la lava fundida. Una vez cesada la emisión de lava, la que rellenaba el tubo terminó por verterse en el mar, con lo que el conducto tubiforme por el que circulaba quedó vacío, quedando así formada finalmente la cueva al solidificarse las paredes y el techo.
En el tubo volcánico que nos ocupa este proceso debió repetirse por segunda vez, pues el mismo está compuesto por dos galerías superpuestas de parecidas características, si bien en muchos tramos ambas constituyen un solo conducto al faltar el tabique horizontal intermedio que las separaba.
Al tiempo de la formación de esta gruta ocurrió, bien fuera debido a la presión de la corriente de lava fundida que fluía por su interior o por el descenso de la misma cuando el techo no estaba aún bien petrificado, que determinadas porciones de él se hundieron, quedando en los lugares en que esto ocurría sendas aberturas que dejaban al descubierto el interior de la cueva que se hallaba bajo las mismas. Mucho tiempo después, ya formada definitivamente la gruta, probablemente transcurridos siglos o milenios, se produjeron nuevos desplomes del techo, los cuales afectaron, al igual que los anteriores, forma más o menos circular u oblonga, todos ellos de una anchura igual o algo menor que la de la propia cueva. Los primeros de estos ‘jameos’ se reconocen por sus bordes romos o redondeados al estar formados por lava todavía pastosa, y los segundos por mostrar claramente las aristas agudas producto de una rotura propia de la roca ya formada. A estas grandes oquedades, incluyendo tanto al agujero abierto en el techo como al tramo de túnel que queda al descubierto, se les ha llamado, desde el tiempo de la ocupación de la isla por los europeos, jameos*, palabra tomada del habla de los primitivos habitantes de la isla.
La definición de este nombre no suele estar bien explicada por los autores que lo describen, no bien impuestos de su significado, pues por lo general interpretan esta voz más o menos como “cueva de origen volcánico, grande, profunda y alargada”, que no concuerda, como puede apreciarse, con la descripción que acabo de hacer de los mismos.
Como ratificación del origen bereber de esta voz, reconocido por los especialistas, puedo aducir el hecho de haberme encontrado, al menos en dos ocasiones durante mi largo ejercicio de informador turístico de la isla, con unos señores norteafricanos que me confirmaron que, efectivamente, en el bereber que ellos conocían su significado era el de ‘hoyo, depresión o socavón grande abierto en el suelo’, equivalente por tanto al que yo les había dado, el mismo que le da también el profesor Wölfel, quien basándose en la misma lengua africana lo traduce por ‘cueva formada por hundimiento o desplome’.
Si bien el término jameo* tiene mucho arraigo popular en Lanzarote, este nombre de El Tubo Volcánico de los Jameos que aquí doy a esta gruta no lo tiene sin embargo. La gruta al completo como unidad topográfica en sus más de 6 Km de longitud no tiene nombre especial por el que sea designada por la gente de los pueblos de las inmediaciones. Le he dado éste en atención a la denominación que generalmente suelen darle los geólogos. Sí tienen nombre popular, muy conocidos además, dos de sus tramos, el de La Cueva de los Verdes y el de Los Jameos del Agua, así como el resto de los ‘jameos’ que se abren en su techo a lo largo de su recorrido, que enumerados de arriba abajo son los siguientes: Un grupo de tres próximos a La corona, llamados en conjunto Los Jameos de los Molinos e individualmente El Jameo de seña Juliana, el de Tomás Ribera y el de Frasco Gómez. Otro grupo, esta vez de cuatro, a un par de cientos de metros de los anteriores, cuyo nombre colectivo es Los Jameos de Arriba, y los particulares El Jameo del Ayuntamiento el primero y de Los Rodríguez colectivamente los tres restantes. Casi 0.5 Km al SE de éstos sigue El Jameo de Francisco León. Unos 100 m más al S, el Jameo Pende. En dirección SSE de este último, a una distancia de 1 Km, El Jameo de la Gente. A 0.5 Km de éste, en dirección SE, se localiza otro grupo de tres, muy cercanos entre sí, que llevan por nombres El Jameo Tacho, El Jameo Cumplido y El Jameo Agujerado, los dos últimos comunicados entre sí mediante un puente constituido por un trozo de techo que no llegó a caer. Unos 400 m hacia el ESE sigue el llamado El Jameo de Puerta Falsa. Más distante, a unos 700 m, hacia el naciente del precedente, se abre El Jameo de la Vaca. Sigue a unos 400 m hacia el SE, El Jameo de Cinco Dedos, un agujero en forma de embudo. Apenas un par de centenares de metros en la misma dirección está el archiconocido Jameo de los Verdes, que sirve de entrada a la famosa cueva de este nombre. A unos 200 m, girando un poco hacia el SSE, se llega al Jameo Perdido, que es el que da acceso a La cueva de los Lagos. A 0.5 Km hacia el ESE sigue el complejo turístico de Los Jameos del Agua, compuesto por el Jameo Redondo, El Jameo Grande y El Jameo Chico, terminándose la relación con El Jameo Trasero, próximo al Jameo Chico, a continuación de él hacia el mar, distante de la costa unos 200 m.
A la gran longitud de esta singular caverna de trayectoria lineal, ya que no tiene ramificaciones laterales, hay que añadir la gran amplitud que alcanza interiormente en algunos sectores, hasta unos 35 m de altura por 20 de ancho, disminuyendo normalmente bastante estas medidas en la mayor parte de su recorrido, no faltando puntos en que se producen estrechamientos por los que apenas puede pasar una persona arrastrándose.
Se ha dicho en bastantes ocasiones que este tubo volcánico es el más largo del mundo, pero sin que ello signifique un desmerecimiento de su portentosa magnitud, hay que reconocer en honor a la verdad que tal aseveración encierra una exageración interesada. Existen, ciertamente, en otros lugares del mundo algunas cavernas de esta naturaleza que lo superan en longitud. Lo curioso de esta afirmación llena de buenas intenciones es que quien tal dice ignora que sin ir más lejos tenemos aquí mismo en Lanzarote otro tubo volcánico más largo aún, que es el que incluye a La cueva de los Naturalistas.
 
Jamú, Punta. Está al NO de Tinajo, 400 m a poniente de la célebre cueva de Ana Viciosa. Desde el punto de vista geográfico se trata de una punta atípica, pues no es en rigor ‘una lengua de tierra que penetra en el mar’ según la definición de uno de estos accidentes geográficos, sino una especie de promontorio o parte de terreno elevado de cierta extensión, terminado en punta, eso sí, flanqueado por riscos de entre 40 y 50 m de altura, con la zona supralitoral, que está a más bajo nivel, que sigue a uno y otro lado, del que unicamente su ápice forma parte de la línea de costa adentrándose minimamente en el mar.
Este nombre Jamú tiene todos los visos de tratarse de un guanchismo. Ya lo di a conocer con otros también novedosos por desconocidos de los expertos en esta lengua, a los que atribuía este carácter guanche, en una lista que se publicó en el semanario LANCELOT hace años.
Este lugar de Punta Jamú ofrece a los amantes de la biología dos interesantes curiosidades, una botánica y otra zoológica. La primera consiste en una nutrida colonia del endemismo propio de las dos islas orientales del archipiélago llamado cientificamente Limonium papillatum y por las gentes de los alrededores ‘culantrillo salvaje’, una hierbecilla rastrera de ramitas zigzagueantes y florecillas rosáceas. Dichas matitas seguían viéndose en menor cantidad a lo largo de la parte superior de todo el risco que sigue hasta la Cueva de Ana Viciosa. Y la segunda, la nidificación en sus escarpes de un centenar de parejas de pardelas cenicientas. Y todavía puedo ofrecer otra curiosidad más que se da, si no exactamente en este lugar muy próxima a él, ésta de índole arqueológica: A escasa distancia hacia el S del mismo se veían cuando estuve allí en 1988 los restos de un par de cercos de grandes piedras en los que, según me aseguraron gente de Tinajo, se habían encontrado hacía años huesos humanos.
 
Janubio. Territorio situado al OSO de Yaiza, centrado en la laguna de su nombre, próximo al caserío de La Hoya. Ocupa una pronunciada depresión del terreno de más de 1 Km de extensión, abierta hacia el mar, en la que se incluyen, además del Charco de Janubio ya apuntado, las salinas que lo circundan y la playa de arenas negras que lo cierra por el lado del mar.
Es nombre tenido como aborigen. Sin embargo Wölfel se limita a decir sobre el mismo: “No contamos con paralelos –se sobreentiende que bereberes– y tampoco sabríamos como analizar el presente vocablo”, y de otros autores no he encontrado nada interesante sobre el particular.
Es un grave error preceder este nombre de artículo, como se ve escrito modernamente con frecuencia. Ni en la actualidad, a nivel popular, ni en los documentos antiguos más añejos, se ve jamás escrito El Janubio, sino sólo en la forma Janubio, sin artículo.
Fue este lugar en un principio una bahía de cierto calado utilizada como puerto natural con asiduidad. Por él se embarcó mucha piedra de cal, sobre todo durante el siglo XVII, así como granos, reses y otras mercancías. No hay que olvidar que en zona contigua se construyeron un buen número de hornos en que quemar la piedra de cal que se extraía de aquellos mismos terrenos, de los que aún quedan parte de sus ruinas en los llamados por antonomasia Los Llanos de las Caleras.
En qué fecha precisa de las erupciones del siglo XVIII fue la boca de este puerto natural cerrada por materiales volcánicos no lo he podido averiguar. Sólo he encontrado dos indicaciones contradictorias de cuándo tal suceso pudo ocurrir, una de Viera y Clavijo, en su Diccionario de Historia Natural, en el que dice: “...el gran charco de Janubio, que habiendo sido una bahía regular, la cerraron los volcanes de 1731”, sin añadir ningún otro dato aclaratorio, no ya que precise el mes o días, sino ni siquiera que confirme la autenticidad de la noticia; y la de J. de León H. en el folleto del pregón de las fiestas de Los Dolores que dio en 1999, donde dice: “Será a partir de 1733, y sobre todo en 1734, cuando las coladas toman otro rumbo y destruyen el Puerto Real de Janubio”, sin que sea posible saber por estas palabras ni siquiera en cuál de los dos años que da pudo haber ocurrido tal suceso.
En cuanto a las salinas de este lugar, las mayores que nunca hayan existido en Canarias, se dan a continuación los siguientes datos: “En 1895 se constituyó una empresa salinera denominada ‘La Sociedad’, presidida por Pedro Cerdeña Armas, que construyó los primeros cien ‘tajos’ (estanques en que se forma la sal por evaporación del agua del mar). Dicho salinar, con los terrenos adyacentes, fue adquirido en 1899 por Salvador Lleó Benlliure. Después de haber pasado su propiedad por algunos de sus herederos terminó por adquirir las salinas Jaime Lleó Mira. En 1935 fueron totalmente destruidas por un aluvión producido por unas intensísimas lluvias caídas en la zona, siendo reconstruidas y aumentadas por su propietario, el citado Jaime Lleó, hasta alcanzar el número de cerca de 50.000 ‘tajos’ y más de 100 ‘cocederos’ (estanques mayores que el ‘tajo’ en que se va densificando el agua del mar para ser pasada luego a los ‘tajos’), siendo durante su gerencia, especialmente por los años 40, cuando alcanzaron estas salinas de Janubio su máximo desarrollo, llegando a producir unas 50.000 toneladas de sal anuales. Fallecido Jaime Lleó pasaron las salinas a sus hijos, que son los actuales propietarios, si bien en esa época la productividad de sal decayó enormemente debido más que nada a la industria del hielo que vino a suplantar a la sal en la conservación del pescado en los barcos pesqueros.
Conviene aclarar, no obstante, que si bien fue Jaime Lleó quien poseyó la mayor parte de las salinas, también entraban en el negocio, aunque en menor cuantía, otros copropietarios.
 
Janubio, El Charco de. En esta laguna se criaban en siglos pasados unos moluscos bivalvos que gozaron de gran aceptación en la isla como marisco comestible por su delicioso sabor, tal como nos lo hace saber el historiador canario J. A. Álvarez Rijo. Veamos un extracto de lo que dice al respecto (1982:91) después de comentar el peligro de desaparición en que se hallaban por el excesivo consumo de que eran objeto: “Es marisco sano y delicadísimo, en tanto grado, que quien una vez lo coma siempre lo solicita como pueda, y he aquí otra de las razones por que se ha ido acabando. El tamaño de dichas ostras, denominadas en el país ‘cajetas’, es de una a dos pulgadas de diámetro. Su color, blancas por dentro, pardo claro por fuera y su labor semicircular estriada”.
 
Janubio, Las Salinas de. (V. Janubio).
 
Jaría, La Baja de. Arrecife que está un poco más al E del primero que se encuentra fuera, mar adentro, a la derecha de la bocana del puertito de Órzola, que sólo vela en bajamar, sin quedar nunca unido a tierra.
El nombre parece ser el mismo del pueblo en cuyo término se encuentra, Haría, pero con la /h/ aspirada como se pronunciaba antes.
 
Jendía, Peña. Gran peñasco que se levanta en medio del terreno terroso, más bien allanado, que se extiende a menos de 1 Km al S del puertito de Órzola, frente a la boca del Valle de Fuente Dulce. Debe tratarse de lo que los volcanólogos llaman un bloque errático, grandes trozos de roca desgajados del suelo al ser éste fracturado por la apertura de una boca eruptiva, que son luego arrastrados por el ímpetu arrollador de la corriente de lava hasta distancias considerables a veces, como parece ser éste el caso. Tiene las dimensiones de una casa de dos pisos y está dividido en dos mitades como si hubiera sido cortado de un tajo.
El nombre, tal como lo pronuncia la gente de los pueblos vecinos, es Peña Jendía como lo pongo aquí, que sin duda debe ser un vulgarismo de ‘hendida’ por aspiración de la /h/ y pérdida o elisión de la /d/ intervocálica, defecto de pronunciación usual en nuestra habla popular.
Efectivamente, este nombre le está perfectamente aplicado, ya que responde claramente a su particular configuración, que recuerda, algo burdamente, contemplada desde cierta distancia, a la cúpula de un observatorio astronómico.
Los mapas oficiales la titulan, además de en plural, Peñas de Andía, cuyo último componente dio motivo a Juan Álvarez Delgado a eruditas elucubraciones sobre su etimología vasca.
 
Jendía, Peña. Está a un par de cientos de metros, tierra adentro, de La Caleta de las Ajulagas, la que está a 3 Km al N de Punta Mujeres. Se trata de otro peñasco de configuración parecida a la anterior, cuyo nombre obedece a las mismas razones que aquella.
 
Jerez. Afecta este topónimo a todo el llano que se extiende al pie de Montaña Tamia por su lado N.
El nombre debe corresponder, casi con toda seguridad, al de algún personaje de categoría de este apellido, del que se encuentran varios ejemplos en documentos de siglos pasados.
 
Jerez, Los Morros de. Es el lugar más eminente del Risco de Famara que sigue al S de Barranco Maramajo que los mapas suelen señalar con el nombre de Cerro Terroso, que nadie, por cierto, de por allí, ha oído nunca. Se halla cubierto en su mayor parte por fincas enarenadas, siendo su suelo de tierra arcillosa con algunas piedras calizas sueltas entremezcladas. Está recorrido en lo alto por una pared paralela al risco, cercana a su borde, perteneciente a unos arenados*.
 
Joaquina, La Playa de cha. Está a algo más de 1 Km al S de la urbanización turística de Los Cocoteros (Guatiza), en un saliente de la costa que mira al E. Es de callaos* o guijarros, no de arena, bastante larga, cerca de 400 m. Sigue por el N el lugar de La Humosa y por el S el de La Piedra de la Playa. En esta playa, por su parte S, desemboca El Barranco de Teguereste.
Sobre el nombre hay que advertir que no es del Tío Joaquín, en masculino, como se escribe en el M.M. –que además lo coloca desplazado de su lugar real–, sino en femenino tal como lo pongo aquí, si bien, en lugar de ‘cha’, también se oye decir, indistintamente, ‘Tía’.
 
Jorao, El. Gran cerro afilado situado a menos de 1 Km al SO de Guinate, de unos 850 m de longitud, que está unido a la meseta de Gayo por un estrechamiento a manera de istmo y cierra al Rincón de Guinate por el lado SO, sobre el que se eleva unos 125 m. Su pared exterior forma parte del acantilado de Famara, que por allí se eleva, incluyendo esta eminencia de el Jorao, hasta los 492 m s. n. m.
El nombre, pronunciado así, ‘Jorao’, por la gente de esta parte de la isla, parece venirle de ‘horado’, agujero que traspasa la roca, con la /h/ aspirada y la supresión de la /d/ como se estila vulgarmente en Canarias cuando se encuentra entre dos vocales. Pero si ello es así, este sería un caso excepcional en la nomenclatura toponímica de Lanzarote, pues aunque tal nombre aplicado a estos fenómenos geológicos es bastante común en la isla, siempre se pronuncia ‘jurao’, con /u/ en la primera sílaba en lugar de /o/. Por otra parte, hasta donde he podido saber, estos accidentes naturales se encuentran siempre a la orilla del mar, condición que está lejos de cumplirse en este caso, sin que nunca se le haya conocido, que se sepa, allí donde se encuentra tierra adentro, ningún agujero de estas características.
En su cara exterior, correspondiente al acantilado de Famara, se encuentra La Fuente de las Ovejas.
 
José, La Vega de San. Se encuentra este amplio valle a 1 Km al NE de Teguise. En la boca o extremo S alcanza un ancho de 1 Km, pero luego se va estrechando a medida que se extiende tierra adentro hacia el N por espacio de 3 Km hasta quedar cerrado por ese lado por las alturas que lo rodean.
En esta vega, hacia el interior de la misma, se encuentra una casa cortijo, totalmente en ruinas en la actualidad, que tenía una capilla dedicada al santo que le da nombre.
 
Juan, El Bajo de San. (V. San Juan).
 
Juan, El Charco de San Juan. (V. San Juan).
 
Juan, La Playa de San. (V. San Juan).
 
Juan, San. Lugar costero situado a menos de 1 Km a poniente del caserío de La Caleta de Famara. Comprende una parte a la derecha más amplia, saliente, que los pescadores llaman El Bajo de San Juan, y otra que sigue a la izquierda, más bien entrante, sobre todo a marea llena, que llaman El Charco de San Juan por formarse en ella al bajar la marea un charco bastante grande, por encima del cual hay una playita de arenas blancas que alcanzan las aguas sólo a pleamar, razón por la cual se conoce también al lugar por el nombre de La Playa de San Juan. El costado derecho de esta pequeña ensenada lo constituye un saliente afilado formado artificialmente con grandes bloques de roca.
Unas decenas de metros tierra adentro se encuentran las ruinas del Cortijo de Bajamar, nombre este último que ostentó en tiempos antiguos este enclave costero, aún aplicado al lugar y alrededores en que se encuentra el cortijo. Pero a este nombre se ha impuesto el de San Juan, que era el de una ermita, ya desaparecida, dedicada a dicho santo, que hubo allí.
Hay por encima de este lugar una colonia de la planta llamada servilleta* (Astydamia latifolia), bastante escasa en la isla.
 
Juana, El Barranco de. Discurre al final de las casas de La Tiñosa, o sea por su extremo de poniente, donde el terreno aumenta bruscamente de altura, de forma tal que esa parte alta hace de flanco derecho del barranco.
 
Julián, La Punta de. Está próxima al Rincón del Palo, en la costa de barlovento, al SO de Las Breñas. Es fácil de reconocer por ser, con bastante diferencia, la punta más pronunciada y afilada, de unos 100 m de longitud, de este sector de costa. A su derecha, a poco más de 200 m de distancia, está Caletón Largo, y a la izquierda, a parecida distancia, La Punta de Bravo.
 
Juliana, El Jameo de Seña. Es el más arriba y más próximo por tanto a la montaña de La Corona de los tres llamados conjuntamente Los Jameos de los Molinos.
Su forma es más o menos elíptica, con unos 70 m de longitud por 40 de anchura. Sus paredes son verticales, de unos 10 m de altura media. Por la cabecera de poniente el tubo volcánico está totalmente obturado y por la opuesta continúa con boca muy estrecha unos pocos metros.
 
Junqueras, La Montaña de las. Se encuentra a 4.5 Km, casi al NO, del pequeño caserío de Las Vegas de Tegoyo, que es el poblado más próximo a ella. Casi contigua, hacia el O, está La Caldera del Corazoncillo, y un poco más retirada, hacia el NE, La Montaña del Señalo.
El nombre lo toma del considerable número de estas plantas, el Juncus acutus de los botánicos, que en la isla llaman 'junquera', que crece en sus laderas, especialmente en la orientada hacia el S. En el M.M. se la denomina Montaña Rodeos, pero esto es uno de las tantas confusiones y desplazamientos toponímicos que se cometen en la cartografía oficial de Lanzarote, pues La Montaña del Rodeo, así en singular, que este es su verdadero nombre, se halla en realidad a poco más de 2 Km hacia el NE de esta que se está describiendo, la que en el M.M. se designa, cometiendo otro grave error, con el nombre de Montaña de la Peña de Santa Catalina, pues existen por un lado La Peña de Santa Catalina y por otro La Montaña de Santa Catalina, ambas por aquellas inmediaciones, que no tienen nada que ver con ella.
Es sin duda alguna un volcán surgido durante la erupción del siglo XVIII, bastante grande, de coloración rojiza, semejando un gran murallón de 700 m de largo en sentido E-O con un apéndice algo arqueado dirigido hacia el N en su extremo de poniente que parece constituir parte de un cráter incompleto, alcanzando una altura sobre el suelo de algo menos de 100 m por el lado N y unos 130 por el lado S habida cuenta de la inclinación del terreno en que se alza. De sus productos lávicos, si los hubo, no es posible saber nada, pues el volcán quedó aislado entre vastas extensiones de lava emitida en erupción posterior, por lo que parece por La Montaña del Señalo.
 
Jurada, El Muellito de la. Está un poco a sotavento de La Peña del Jurado, a escasa distancia al S de Janubio. Fue construido en la década de los 20 del siglo pasado.
Con respecto al nombre ocurre un curioso contrasentido, pues mientras en el de este embarcadero se dice en femenino la Jurada refiriéndose a la peña en que tal agujero se encontraba, en el de la peña se dice en masculino a pesar de que se trata de la misma cosa, particular que mis informantes no supieron explicarme a qué se debía.
 
Juradita, La. Se localiza a unos 200 m al N de Caleta Negra, la que está a unos 3 Km de Playa Blanca en la costa de barlovento de Pechiguera.
Hay en este lugar un peñasco muy alto, aislado del resto de la línea costera, al pie del cual se encuentra una pequeña roca con el agujero o 'jurado' por el que pasa el mar de un lado a otro, que le da nombre. Justo al N se forma un entrante que tiene un gran charco lleno de cantos rodados seguido más adentro de otro más pequeño también con cantos rodados en el fondo, parte de los cuales quedaban en seco en una cueva alta que tiene al final en la que anidaban algunas palomas salvajes.
 
Juradita, La Punta de la. Es la que cierra por barlovento La Playa de Puerto Muelas de Arriba, en la costa E de Papagayo. Se trata de un saliente de tierra bastante pronunciado, ancho en el arranque, que se mete mar adentro unos 200 m. Me han contado viejos pescadores de Playa Blanca que la roca en que se encontraba el ‘jurao’ se la llevaron las olas hace años, pero que sus abuelos llegaron a verla.
 
Juradito, El. Pequeño saliente de la costa en el caserío de Punta Mujeres, entre El Bajo del Espino y La Caleta de seña Bárbara.
 
Jurado, El. Saliente en la costa de Tinajo, a poco más de 1 Km al O de las casas de Playa Tenésara. Tiene forma de pequeña península redondeada, de unos 20 por 15 m de amplitud, de escasa altura y plataforma superior relativamente aplanada con caída hacia fuera, que está unida a tierra mediante un corto y estrecho istmo atravesado por un par de agujeros de 1.50 m aproximadamente de abertura cada uno, separados entre sí por una especie de columnita rocosa, que quedan a nivel de media marea, muy visibles desde el lado O. Se halla muy próxima al extremo del saliente que cierra por el O la ensenada de El Callaíto, y está orientada en dirección NO.
Jurado*, pronunciado vulgarmente ‘jurao’, es término popular que viene de horado o agujero que atraviesa la roca de parte a parte –en este caso doblemente, como hemos visto– por el que pasa el agua del mar.
 
Jurado, El. El Jurado, o La Punta del Jurado, como alternativamente se le denomina, es el saliente costero que está a poco más de 0.5 Km por encima del caserío de El Golfo, en una de cuyas puntillas* se abre el jurado* que le da nombre. Éste tiene una abertura superior a modo de jameíllo* en cuyo fondo se ve el mar, formándose allí un puentecillo.
 
Jurado, El Roque. Gran peñasco redondeado que se alza a la misma vera del mar en Los Ancones, casi al final de la costa de este lugar por el lado N, en un saliente a continuación del cual se forma un amplio y profundo caletón*. El jurado* que le da nombre está en su base, a cuyo través pasa el agua del mar, haciendo a veces de bufadero*.
 
Jurado, La Peña del. Se trata de un peñasco puntiagudo, de forma muy regular, que destaca por su forma erecta, algo inclinado hacia delante, de unos 4 m de altura por 2 de ancho. Se alza en medio de una península o saliente redondeado de la costa, de unos 15 m por 10, que está a unos 200 m al S de La Playa de Janubio. Según me han dicho el mar había desmantelado años antes (por los 50 del siglo pasado) esta península haciendo desaparecer el agujero que daba nombre al lugar.
 
Jurado, La Punta del. (V. El Jurado, en El golfo).
L –
 
Laderas, Las. Terrenos pendientes, como su nombre indica, correspondientes a la continuación tierra adentro del Risco de Famara en el tramo comprendido entre El Rincón de la Paja al N y El Barranco de la Horca al S, alcanzando por tanto un largo de unos 6 Km.
En citas de obras y documentos antiguos viene figurando desde hace mucho tiempo como localidad compuesta por tres casas, que no podían ser otra cosa que cortijos, tal como se sabe que existían hasta ya entrado el siglo último, bien separados unos de otros.
 
Lagarta, La Punta de la. Es el extremo de tierra más saliente de toda la marina o zona litoral de Arrecife. Entre este lugar y el de Morro Negro, situado en La Isleta de la Santa Sport de Tinajo, se mide el ancho máximo de Lanzarote, que es de 21 Km. Sólo forma punta durante la bajamar, pues cuando la marea sube, sobre todo si es de las mareas vivas, queda anegada, sobresaliendo solamente un pequeño mogote basáltico del conjunto.
El nombre es bastante antiguo. Existe una cita de 1861 en la que el Ayuntamiento de Arrecife propone al gobierno de la nación la construcción de un faro de 6º orden en este lugar, dándosele ya el nombre de Punta de la Lagarta –que, por cierto, la gente de mar pronuncia Legarta–, proyecto que no llegó a consumarse.
No he encontrado ningún dato que dé razón del nombre.
 
Lagunas, La Cueva de las. Está a 1.5 Km, más o menos, al SO de Nazaret, cerca del borde izquierdo de la corriente de lava que pasa por allí, a unos 75 m al NE de La Peña de Rusindo. Se trata, por tanto, de un tubo volcánico, de unos 100 m o más de longitud, siendo bastante amplia interiormente, mostrando escurriduras o estafilitos en techo y paredes.
 
Laja, El Charco de la. Está próximo al puertito de Órzola, a unos 50 m al ENE del Charco de La Pared, a un nivel más bajo que aquél. Es bastante extenso, midiendo más de 100 m de lado a lado, y su profundidad es relativamente considerable, hasta el punto de ser el preferido de cuantos charcos se forman en esta zona litoral como fondeadero para embarcaciones menores.
El nombre parece venirle de una 'laja' o piso rocoso alisado que tiene en la orilla, por la que se realizan las operaciones de las barcas de pesca con tierra.
 
Lajares, Los. La zona de este nombre se extiende inmediatamente al S de La Torrecilla y llega hasta la carretera que sube de Arrieta a Ye. Este nombre de Los Lajares puesto a la bodega que está más al N no obedece a su situación con relación al territorio así llamado, sino que se lo pusieron de forma arbitraria.
 
Lajero, El. Es toda la zona litoral que se extiende casi al N de Mala comprendida entre La Punta del Lajero, que la delimita por ese lado, y La Caleta del Barranco del Estanque, en la que se hallan comprendidos la playa y los riscos de su nombre.
 
Lajero, La Playa del. Sigue inmediatamente al N de Los Riscos del Lajero, extendiéndose al fondo de una ensenada abierta de unos 100 m de amplitud los ‘callaos’ que la forman, no muy abundantes. Por encima, unos metros tierra adentro, hay varios viejos hornos de cal, dos o tres juntos y otro algo más al S a la orilla del mar. Una curiosidad que presenta este lugar es la gran cantidad de nidos fosilizados de antóforas, –los populares ‘barrilitos’, como dice la gente– y lo mismo ocurre sobre un risco negro que está unos 150 m más arriba.
 
Lajero, La Punta del. Es el promontorio que se introduce en el mar al S de La Playa de la Garita (Arrieta).
 
Lajero, Los Riscos del. Tramo de costa arriscada, sin accidentes notables, de unos 350 m de largo y una altura bastante uniforme de entre 4 y 5 m, comprendido entre La Caleta del Barranco del Estanque al E y La Playa del Lajero al O, casi al N de Mala. El color que presenta es negro en la parte frontal acantilada, pero en la terraza que se forma arriba, hasta varios metros tierra adentro, es de color ocre con matices amarillentos y rojizos muy llamativos.
 
Lajiar, El. Tramo de costa de unos 200 m de largo, que forma un ligero entrante, situado al N de la urbanización turística La Santa Sport.
 
Lajiar, El. Zona costera situada 1 Km al O de La Santa, después de Las Betancoras, en la que quedan incluidos La Punta del Lajiar y el caletón* llamado El Barranco del Lajiar.
 
Lajiar, El Barranco del. No se trata de un barranco tal como se entiende esta palabra en la isla normalmente, sino de un caletón* de paredes altas y aguas profundas. Se encuentra este lugar costero a 1 Km al O de La Santa, entre La Punta del Lajiar, que forma su costado izquierdo, y El Morro, otro saliente, a la derecha.
Es también conocido por El Barranco del Burro a causa de ser allí, por encima, donde acostumbraban amarrar el burro que llevaban cuando iban a pescar.
 
Lajiar, La Punta del. Se encuentra a 1 Km a poniente de La Santa. Forma un saliente bien marcado, de forma triangular, de unos 100 m de largo por algo menos de anchura en el arranque. Su flanco derecho es parte integrante de la ensenada llamada El Barranco del Lajiar, mientras que por el izquierdo hace un pequeño recodo que recibe el nombre de La Bonanza.
 
Lajitas, Las. Montículo situado a unos 2.5 Km al ESE de El Golfo, al borde mismo de la colada de negras lavas de Montaña Rajada que bajó por allí, de manera tal que sólo queda libre de esa lava su sector SSE. A poco más de 200 m al S se alza La Montaña de la Vieja Gabriela, y entre las dos eminencias pasa la carretera que va al caserío mencionado. Tiene algo más de 100 m de diámetro en la base y su altura rebasa un poco los 10 m. Tiene dos puntos más elevados, más alto el del N, que está rematado por grandes rocas sueltas. A menos de 100 m al SO hay otro montículo más pequeño llamado El Mojón del Buen Burro.
 
Lajones, Los. Ocupa este lugar de costa baja el último tramo de piso rocoso que se encuentra antes de llegar a la arena de La Playa de Famara por su extremo de poniente. Se halla, por lo tanto, a la orilla del mismo pueblo de La Caleta de la Villa, por su parte E. A su izquierda sigue El Bajo de Méndez.
 
Largo, Caletón. Es, como su nombre indica, alargado, de unos 50 m de longitud, con una anchura o separación en la boca de unos 20 m que se agranda hacia el interior. Está al SO de Las Breñas. A unos 250 m a la izquierda se encuentra La Punta de Julián, en tanto que hacia la derecha sigue inmediatamente El Bajo de Romero.
 
Largo, Lance. Punto de la costa situado a un par de Km al E de La Tiñosa (Puerto del Carmen), a un centenar de metros al E de La Punta de la Baja. A continuación sigue hacia el E La Playa de la Cueva.
 
Lava, La Cueva del lago de. Se encuentra en pleno mar de lava del Parque Nacional de Timanfaya, entre el Islote de Hilario y la costa. Tiene unos 530 m de largo.
Es nombre culto impuesto en tiempos recientes por los biólogos. (V. Fauna invertebrada del Parque Nacional de Timanfaya, 1991).
 
Lavaderos, Los. Lugar a la orilla del mar al N de Soo y 1.5 Km de Caleta Caballo. Hay en este lugar unos charcos de fondo liso en el que se acostumbraba lavar el cosco, operación que consistía en separar las semillas remojando la planta para hacer gofio con ellas. Un par de cientos de metros más arriba o N está La Baja de Ferrera.
 
Leandro, El islote de cho. Tiene este islote* o porción de terreno antiguo rodeado de lava moderna, forma oblonga, con un largo de 200 m y unos 80 de ancho. Se encuentra situado a algo más de 6 Km al OSO de Tinajo, próximo y al O del Pico del Marichuelo Bajo.
A unos 150 m de su extremo N pasa la pista de tierra que procedente de la carretera general que va a Las Montañas del fuego desciende junto a La Montaña de Maso y continúa hasta enlazar con la que va de Tinajo a La Playa de las Malvas.
En el extremo N tenía este islote*, cuando estuve en él en 1982, un almacén a partir del cual se hallaba cubierto de picón negro hasta más de la mitad.
 
Lemes, Rus. Así como suena es el nombre de un paraje costero, al SE de Mala y un par de centenares de m al N de la urbanización Castillo de Papagayo –unos 100 m por encima de Cueva Palomas– cuya característica más destacable es el tener una puntita afilada.
 
Lenguas, El Islote. Par de islotes* –terreno antiguo rodeado de lava– de forma alargada, muy próximos entre sí, alineados uno a continuación del otro casi de E a O, de unos 300 m de longitud cada uno y una altura de unos 20 m el más al E y algo menos el del O. Se localizan a 1 Km al NO de Yaiza, al N de Montaña Armusia, en medio del campo de lava que cubre toda aquella zona. Están cubiertos de lapilli negro salvo en la parte cumbrera, en que aflora el característico terreno de escorias rojizas de la parte alta de muchas montañas de la isla.
Me han dicho que el nombre obedece a la forma de lenguas que presentan.
 
Lenguas, La Peña de las Siete. Así, Lenguas y no Leguas como se ve en los mapas, dice la gente de la comarca a causa, según ellos, de siete salientes o resaltes que dicen presentar en su perfil superior este peñasco, particularidad, sin embargo, que yo no he podido distinguir a pesar de haberlo observado detenidamente varias veces con ese propósito.
Se yergue esta especie de torreón rocoso a unos 3 km al ESE de Ye y aproximadamente a media distancia entre La corona y La Punta del Palo, que está al E del citado volcán. Es con bastante diferencia la más alta de todas las peñas que se encuentran en el Malpaís de la Corona con sus 30 m de altura por su cara S, que es la más elevada y de mayor verticalidad. Su naturaleza es basáltica, compacta aunque cuarteada, de color oscuro, semejando un farallón de tierra adentro. El terreno que la rodea es sumamente abrupto y fragoso, formado en su mayor parte por grandes bloques rocosos revueltos.
Entre esas voluminosas piedras, aprovechando la tierra depositada en el fondo, crece una importante colonia del endemismo lanzaroteño y fuerteventureño Sonchus pinnatifidus, una compuesta de buen porte, de tronco rollizo, hojas bien desarrolladas y hermosas cabezuelas amarillas, con la interesante particularidad de pertenecer a la variedad más rara integrifolius.
 
León, El Jameo* de Francisco. Está situado a 2 km al SE de Ye y sigue a los de Los Rodríguez, que se encuentran a unos 350 m hacia el NO de él. Más abajo, a un centenar escaso de metros, se encuentra otro jameo* más pequeño llamado Pende. Éste, el que se describe aquí, es alargado, arrumbado de NNO a SSE, alcanzando unos 70 m de longitud. Su profundidad no es mucha y en su sector S está lleno de escombros y rocas sueltas.
Por su cabecera S pasa una pista de tierra transitable por vehículos rodados.
 
León, La Baja de. Es un gran peñasco en el mar, frente al lugar de Pasasipuedes, al pie del Risco de Famara, al O de Haría.
 
León, La Playa de cho. (V. La Playa de Matagorda).
 
León, La Vega de Juan de. Llano ligeramente hundido, de cierta extensión, que está a poco más de 1 Km casi al S –unos grados al E– del Cortijo de las Maretas (Yaiza). Por su lado NO se encuentra Los Sanalejos, una loma muy baja; por el E Los Rostros de las Casillas, un desnivel brusco del terreno; por el SE, El Morro de Lorenzo, otra loma un poco más elevada, y por el S continúa la llanura de Rubicón.
 
Lima, Las Piedras de. Gran saliente redondeado y bajo que se forma entre La Playa de Matagorda y la de Los Pocillos. No se sabe con certeza de qué pueda venirle el nombre. Según viejos pescadores de la zona el nombre obedece al hecho de haber en este lugar unas lajas que se usaban para afilar cuchillos y herramientas cortantes, pero no hay que olvidar que aparte de otros significados de esta palabra, el apellido Lima está documentado en la isla desde mediados del siglo XVII por lo menos, y que el topónimo existe desde siglos atrás.
 
Limones. Territorio que sigue tierra adentro por encima de la punta propiamente dicha de su nombre, cerca de Playa Blanca. En la actualidad se encuentra todo urbanizado.
El origen y significado del nombre es desconocido. Aparte del fruto así llamado existe también un pez conocido en algunas partes de la Península como pez limón, el Seriola dumerilii de los ictiólogos, pero a este pez se le llama en Lanzarote ‘medregal’ o ‘pedregal’.
 
Limones, Punta. Gran saliente costero que se forma al O de Playa Blanca. Es nombre tan antiguo al menos como el de dicha playa, ya que figura en el mismo mapa de 1767 en la forma Pª de los Limones, si bien con la anomalía de no designarse con él una punta sino un lugar situado en un seno costero al lado de Playa Blanca por su lado de poniente, error que hallaría una explicación en la extremada defectuosidad con que fue delineada en dicho mapa la costa.
En 1942 se construyó en este saliente costero una batería artillera con sus anexos, a la que se dotó de varios cañones. Finalizada su función defensiva por innecesaria fue desmantelada.
 
Linderos, la Montaña de los. Más que montaña es acreedora esta elevación del terreno a la denominación de montañeta o montículo, ya que apenas rebasa los 100 m de diámetro en la base y su altura no excede de los 30 m sobre el suelo, salvo por la vertiente E en que el terreno cae en declive pronunciado, pero es así cómo la llaman las gentes de los pueblos próximos de Guatiza y Mala. Por ella pasan los linderos que separan los términos municipales de Teguise y Haría, de donde le viene el nombre. Lo mismo ocurre, curiosamente, en cuanto a tamaño y nombre, con otro montículo próximo, La Montaña del Mojón.
El M.M., por su parte, la llama Montaña Colorada, y aunque efectivamente su color es algo rojizo, lo cierto es que por más que he indagado entre los vecinos de los dos pueblos mencionados nunca he podido encontrar a nadie que la conociera con tal nombre, sino siempre por el que le doy aquí de Los Linderos.
 
Lino, La Hoya de. Gran hondonada de planta cuadrada, más ancha en el interior que en la boca, situada a menos de 1 Km al NE de Tiagua. Por la parte N. queda totalmente abierta hacia los arenales de aquella zona; por el lado E la cierra Montaña Berrugo; por el S forma una pared más alta, rocosa y escarpada, por lo que esta parte es llamada El Risco. En el rincón de la izquierda se prolonga terminando en otra hoya más pequeña llamada El Bebedero, lugar famoso por los interesantes restos arqueológicos romanos en él exhumados. (V.)
 
Lion, La Hoya. Está en el término de Tinajo, al NO del gran volcán de Caldera Blanca y a unos 100 m o poco más al O de Montañeta Grande, entre los cuales pasa la pista de tierra que partiendo de la que baja hacia Las Malvas va a salir por La Montaña de Maso a unirse con la carretera general que pasa por Las Montañas del Fuego. Es de regular tamaño y profundidad, perfectamente distinguible del terreno circundante.
Del nombre pueden sacarse conclusiones verdaderamente sugestivas. A cuantas personas, buenas conocedoras de aquellos parajes, lo he oído decir, la pronunciación ha sido en todo momento clara y distintamente tal como lo escribo aquí, siempre bien diptongado, cosa difícil de ocurrir si fuera una deformación del apellido León, nada raro ciertamente en la isla, que parecería ser la opción más plausible. No pretendo fantasear, sino sólo exponer una opinión objetiva: ‘lion’, según Bory de Saint-Vincent –autor, por cierto, todo hay que decirlo, no muy fiable en estos temas–, era el nombre que los aborígenes daban al sol. Algo de esto cabría extraer también de Mulión, nombre de un barranco de la isla (V.). Debo añadir que ninguno de mis informantes tenía la menor idea sobre el origen del nombre.
 
Liria, Montaña. Pequeño cono volcánico de la serie II del Cuaternario situado a menos de 1 Km al NO del caserío de La Vegueta, apenas acreedor al calificativo de montaña que le aplican las gentes de los alrededores, pues no se eleva a más de 30 m del suelo. Es de planta irregular, más larga en el sentido E-O, ligeramente más elevado por el lado del primero de los puntos cardinales. La cumbre, de naturaleza terrosa, es hasta cierto punto allanada y espaciosa habida cuenta del pequeño tamaño de la montaña, y también alargada. En cuanto al cráter se refiere hay que decir que no se le aprecia nada claramente relacionable con un concavidad de tal naturaleza.
Liria es apellido documentado en la isla desde siglos atrás.
 
Llana, Caldera. Está próxima a San Bartolomé por el lado O del pueblo, junto y al N de la llamada por contraposición, Caldera Honda. Es de pequeño tamaño, unos 200 m de diámetro el cráter. Su edad se remonta a la serie III general o II del Cuaternario.
 
Llanos, La Montaña de los. Está situada junto a Máguez, por su lado NE.
El nombre debe recibirlo de la amplia cumbre allanada que posee, de 0.5 Km de longitud, dividida en dos mitades, una más espaciosa por el lado O y otra ligeramente más baja y estrecha por el E. Después de esta parte encumbrada continúa hacia el E perdiendo altura gradualmente durante unos 600 m más hasta alcanzar el nivel del suelo. Por ese lado, debido a la caída del terreno, mide unos 120 m de altura, en tanto que por el opuesto u occidental sólo alcanza poco más de 60 m. La llanada de la cumbre está cubierta de ‘picón’ de color oscuro, no sabría decir si depositado de forma natural o por mano del hombre, y en ella crece gran cantidad de ‘balango’ o avena silvestre, dando la impresión de tratarse de un campo que ha sido cultivado.
No se trata de un cono volcánico de cínder, sino de un bloque de terreno precuaternario formado por la erosión de millones de años.
 
Llanos, Los. Zona allanada, tal como lo indica su nombre, de cierta extensión que se encuentra a 1.5 Km al ENE de Tao y un par de cientos de metros al O de la corriente de lava que bajó por allí en dirección N.
 
Locas, Lajas. Tramo costero aplacerado de Bajo el Risco, en el Río, frente a La Graciosa, ligeramente saliente o curvado hacia fuera, de unos 300 m de longitud, que está a unos centenares de metros al E de las salinas. Limita al E con Caleta Blanca y al O con El Bajo de los Erizos. Tiene una gruesa hilera de callaos* en la parte alta o supramareal seguida de una espesa franja de ‘matos moros’ (Suaeda vera).
 
Lomillos, La Fuga de los. Es toda la parte más alta del Risco de Famara que cae casi a pico sobre el nivel medio del acantilado a lo largo del lugar de Gayo, al O de Máguez, que eso, un precipicio casi vertical desde el borde superior, es lo que recibe el nombre de fuga* en la isla.
 
Lomillos, Los. Es la parte baja de El Risco de Famara que corre todo a lo largo de la meseta o altiplanicie de Gayo, al O de Máguez, en un largo, por lo tanto, de alrededor de 1 Km.
 
Lomos, La Cueva de los. (V. Los Lomos).
 
Lomos, Los. Son un par de eminencias alomadas producto del amontonamiento de espesas coladas expulsadas por el volcán de Montaña Roja, el situado próximo a Playa Blanca, en el S de la isla, un poco al NO del cual se encuentran. Por su interior o subsuelo discurre la cueva que lleva su nombre, un túnel volcánico amplio y de bastante longitud cuya entrada se abre en el suelo a modo de pequeño jameo*.
 
Longueras, Las. Es el lomo que se alza frente, al NE, de Casa Honda, en el pueblo de Ye. Por su lado de naciente se forma la rinconada de La Tajonilla, por el del SO cae hacia el lugar de El Violín y por el del O, hacia Vega Chica.
 
Lorenzo, El Morro de. Suave elevación del terreno situada a poco más de 2 Km al SO de Las Breñas. Sigue al S de La Vega de Juan de León, frente a un gran rincón que forman allí Los Bebederos de las Casillas, y a un par de cientos de metros al E de la carretera que baja de Yaiza hacia Playa Blanca.
 
Luciana, La. Barranco que discurre por encima del caserío de Tabayesco, al SO del mismo, de 0.5 Km de largo. Según mis informantes se le llama también El Barranco de Curbelo. Lo que nunca han oído es lo de ‘seña’ que pone el M.M. precediendo a Luciana.
 
Luis, El Caletón de cho José. Se abre este caletón* inmediatamente a la izquierda del Frontón de la Playa de la Madera, al O de Tinajo. Su planta adopta figura de cuerno curvado hacia el S, con la bocana mirando hacia el NO, y termina en una covacha de un par de m de amplitud en la boca, en la que penetran las olas con fuerza. A su izquierda, separado por un saliente de unos 100 m de anchura, hay otro caletón*, el llamado La Piedra de cho Miguel Peña.
El M.M. pone en este lugar Playa de la madera, pero ese nombre corresponde a la ensenada que sigue a continuación por el lado E.
 
Luis, El Lomo de Pedro. Es el lomo, más bien estrecho, terminado en punta, de unos 600 m de largo, que está a menos de 0.5 Km al N de Ye, haciendo de separación entre El Valichuelo y Vega Grande.
 
Luluís, La Peña de. Se trata de un sector rocoso del borde superior del llamado Valle de Abajo de los dos en que se asienta el pueblo de Los Valles situado a unos 200 m al E de la ermita de Las Nieves.
Así, Luluís, es el nombre de este lugar, según me han confirmado diferentes vecinos de Los Valles, cuyo origen o significado, según ellos, se desconoce.
 
 
M –
 
Mácher. Pago de Tías, a poniente de la cual se extiende a uno y otro lado de la carretera general del S.
Una curiosidad en la onomástica de este pueblo es que hay muchas personas de esta región y de otras localidades del sur de la isla que pronuncian el nombre, bien distintamente, con /e/ paragógica, Máchere. A este respecto conviene citar la forma Maschera que da el doctor Chil y Naranjo en su mapa, inserto en la obra del profesor alemán J. D. Wölfel Monumenta linguae canariae, que bien pudiera ser un antecedente algo desfigurado de tal forma popular.
De su evolución demográfica he recogido los siguientes datos: El Compendio brebe de 1776, después de ocuparse del pueblo de Tías, dice sobre Mácher: “De éste, como tres millas al sur, están seis o siete vecinos dispersos en unos cortijos que se llaman el Cortijo de Macher”. En tiempos de P. de Olive (1860) Mácher tenía 50 casas y 8 chozas. Según J. de la Puerta Canseco (1897), este pueblo contaba entonces con 392 almas.
El Cascajo es su barrio más occidental.
Machín, El Robalaje de. Lugar en la costa, al N de Soo y a un par de Km de Caleta Caballo. A su izquierda está La Baja de Ferrera y a su derecha Los Corrales.
Según ancianos pescadores residentes en pueblos próximos al lugar de este nombre, el mismo le viene de que en ellos suelen cogerse robalos* (Dicentrarchus labrax).
 
Machín, La Vega de. Zona que se extiende desde el pie de Montaña Guatisea hasta las proximidades del pueblo de Güime. Mide, por lo tanto, casi 1 Km de largo por algo menos de ancho. Tiene muchos campos enarenados.
 
Machorras, La Peña de las. Otero o pequeño montículo apeñascado, el más alto no obstante de cuantos se levantan en los pedregales que se extienden al E de Tahíche pese a sus escasos 6 m de altura, pero que se destaca bien por ser el terreno allí bastante allanado. Sólo hay otro morro cercano, hacia el E de él, pero es algo más pequeño.
En lo alto de esta peña comprobé la existencia en 1986 cuando estuve en ella, de diferentes grabados rupestres: unos en la cima consistentes en rayas sin orden determinado; otros por el lado que mira al S, también en su parte alta, en forma de finos surcos curvos, como si fueran imaginarias mayúsculas en letra cursiva, pero dispuestos sin orden lógico, y otros a algo más de media altura, por el mismo lado que los anteriores, en forma de X, unos tres o cuatro juntos.
A unos 100 m escasos había unas construcciones modernas para distribución del agua.
Machorra’ es término pastoril canario con que se designa a la cabra joven que no ha alcanzado aún edad de procrear.
 
Maciot. Pequeño caserío del municipio de Yaiza situado al S de Femés, en la gran rinconada que se forma entre El Pico de la Aceituna y Pico Redondo por el lado E y La Atalaya y La Caldereta de Maciot por el del N.
Se supone que su nacimiento fuera consecuencia de haber construido allí Maciot de Bethencourt una casa cuando ya se encontraba al mando de Lanzarote, la cual sería el centro habitacional que dominaría el territorio que entonces, al parecer, llevaba por nombre La Dehesa de Tagaciago, que le habían donado los vecinos de la isla, territorio que debía abarcar buena parte de la extensa zona conocida aún en la actualidad por Rubicón. Hasta no hace muchos años podían verse todavía los vestigios de lo que parece haber pertenecido a un edificio de cierta magnificencia, que posiblemente pudo haber sido la tal casa de Maciot.
Sería también a este lugar a donde se trasladaron temporalmente las imágenes y demás adminículos dedicados al culto pertenecientes a la primitiva ermita de San Marcial de Rubicón a causa del estado de desvalimiento en que se encontraba ante las profanaciones de que era objeto por parte de los piratas, traslado que se efectuó por orden del obispo de la diócesis de Canarias Cristóbal de la Cámara y Murga con ocasión de su visita a la isla en 1629, pues la iglesia de Femés, heredera de la advocación de este santo, no se había construido aún.
A mediados del siglo XIX, según Madoz, esta aldeílla no tenía más de media docena de casitas, que ya habían duplicado su número unos años después, como nos lo hace saber el padrón municipal de 1866-67, a lo que siguió un ligero decrecimiento poblacional por los años ochenta siguientes según refleja P. de Olive en su Diccionario.
El nombre correcto del caserío debe ser este de Maciot, el de su fundador, que es en la actualidad el oficial, pero tradicionalmente, en documentos del pasado, se ha escrito Mación las más de las veces, así como con /s/, Masión, tal como se continúa pronunciando en nuestros días por la gente llana del pueblo.
 
Maciot, La Caldereta de. Pequeño cono volcánico de unos 450 m de diámetro en la base, que es más o menos circular, de la serie III, que se alza en la parte alta del caserío del que recibe el nombre. Su cráter es cerrado y elevado, de unos 200 m de diámetro. Mientras por el S la altura del volcán rebasa algo los 80 m, por el lado opuesto o N es casi nula por quedar adosado al volcán mayor de La Atalaya. El fondo del cráter, de unos 70 m de diámetro, es allanado, de tierra de color claro, con algunas piedras sueltas, rodeado de una pared de piedra casi derruida. Sin embargo el color de la montaña es en su mayor parte de un rojo bastante subido. Precisamente de su base, por el lado S, se viene extrayendo desde los años 80 pasados gran cantidad de picón rojo para embellecer los laterales de las carreteras del municipio, sobre todo en los alrededores del pueblo de Yaiza.
De la base del volcán sale, en dirección SO, una gran masa de lava de unos 300 m de largo, y otra en dirección S algo más corta, de naturaleza arenisca del mismo color rojizo de la montaña.
 
Madera, El frontón de la Playa de la. Es la lengua de tierra, de unos 80 m de ancho por otros tantos de saliente, de planta toscamente cuadrada, que se mete en el mar, al O de Tinajo, entre la caleta, más que playa, que le da nombre y El Caletón de cho José Luis.
El verdadero frontón, del que por extensión recibe el nombre, es su flanco derecho y al mismo tiempo flanco izquierdo de la ensenada de La Playa de la Madera, que al ser averilado, de un par de metros de altura en promedio, presenta oposición a las olas como un malecón. La parte frontal de fuera, la que mira de frente hacia el océano, es por el contrario baja y de suave declive, en forma de bajo*, introduciéndose así en el mar.
También se le da a este saliente costero el nombre de La Baja de la Playa de la Madera a causa de uno de estos escollos que vela en bajamares vivas junto a la orilla en su lado derecho. El M.M., por su parte, da el nombre tal como lo escribo aquí, pero sin el artículo inicial, y colocado fuera de lugar.
Este saliente costero está constituido por lavas que ganaron el mar en el siglo XVIII procedentes de alguna de las muchas bocas eruptivas que se abrieron en el conglomerado de Las Montañas del Fuego, si no es que son de Pico Partido, sin poderse saber a cuál de ellas corresponde, pues las corrientes de magma arrojadas por estos volcanes confluyen y se confunden en esta zona litoral.
 
Madera, La Playa de la. Amplia cala que se forma en la costa de Tinajo, a unos 600 m al O de La Playa de las Malvas. Queda cerrada por el lado de poniente por el Frontón que lleva su nombre y del lado de naciente por un tramo de costa de grandes bloques sueltos en que baten las olas, que termina en un pequeño saliente conocido por La Piedra de la Playa.
Los terrenos en que se encuentra esta pequeña ensenada están constituidos por coladas emitidas por el volcán de Pico Partido, que ganaron el mar después de recorrer unos 8 Km.
La razón de su nombre reside en el hecho de que en ella vara el mar abundantes ‘jallos’ o pecios flotantes, o traducido a una forma más utilitaria, ‘madera’, circunstancia debida a su estratégica posición con respecto a los vientos alisios dominantes y la configuración de la costa. En cuanto a lo de playa puede decirse que tal título le resulta algo excesivo, pues la parte de arena o de playa propiamente dicha se reduce a no más de 50 m de lapilli negro alisado que ha sido acumulado por las olas en el rincón interno o fondo de la cala.
 
Magdalena, La Ermita de la. Se encuentra al NNE de Conil, cerca de Montaña Tesa, por su parte de poniente, en una eminencia del terreno desde la que se domina una amplia vista de la zona de Masdache. Resulta un tanto curioso el edificio de esta ermita, pues no se asemeja mucho en su estructura a la mayoría de estos templos de la isla. No es muy pequeña. Tiene a la entrada una breve escalinata y sobre la puerta, pintada de color teja rojizo por los años ochenta cuando estuve allí, un ventanuco redondo a modo de claraboya. Las esquinas muestran alternadamente las piedras mayores con que fueron hechas y, cosa insólita, carece de campanario o espadaña.
Pegados a la ermita, por su costado S, siguen otros edificios modernos.
 
Máguez. Pago de Haría situado a muy escasa distancia al N de la población cabeza del municipio de ese nombre.
Se tiene noticia de la existencia de este lugar como aldea desde por lo menos 1730. En un escrito de ese año enviado por las autoridades de la isla a la Real Audiencia de Canarias poco después de manifestarse los primeros volcanes de la erupción que asoló entonces los territorios de la zona SO de la isla se le asignan ya 19 vecinos, cifra que traducida en habitantes supone algo menos de 90. En la década de los setenta de ese mismo siglo tenía ya, según Ruiz Cermeño, 53 vecinos, y 71 de acuerdo al Compendio brebe y famosso, población que se había elevado ya a 495 habitantes a finales de la centuria siguiente, tal como lo consigna J. de la Puerta Canseco.
En el antedicho documento de 1730 se escribe, curiosamente, con /z/ como en la actualidad. Sin embargo, en otros textos posteriores, como en los dos restantes citados y otros más también de época antigua, se escribió con /s/, y así se siguió haciendo hasta por lo menos el siglo XIX en que se empezó a escribir preferentemente con /z/ como se hace ahora. Lo procedente, desde luego, habría sido escribirlo con /s/ por las razones ya aducidas para estas palabras de origen guanche, de ser ese el caso de ésta, como parece serlo.
Wölfel lo incluye en el corpus de voces aborígenes de su Monumenta, pero no lo somete a interpretación alguna pese a su clara relación morfológica con otros nombres guanchinescos.
 
Máguez, El Malpaís de. Amplia zona de más de 1 Km de largo y algo menos de ancho que se extiende a continuación del pueblo que le da nombre, por su parte E.
 
Máguez, La Quemada de. Es el más occidental de la serie de volcanes surgida en el macizo de Famara hace unos 20.000 años. Se alza a menos de 1 Km al NO del pueblo del que toma el nombre. En cuanto al componente nominal de La Quemada respecta, el mismo le viene del aspecto que le dan las escorias y otros materiales que lo forman por su naturaleza requemada en contraste con el terreno más antiguo en que se asienta.
Su altura s. n. m. es de 562 m, pero la mayor parte de la misma corresponde al viejo macizo de Famara sobre el que se asienta, por lo que la que alcanza sobre su base es mucho menor y desigual, según por el lado en que se considere. La cumbre es espaciosa, ligeramente convexa, y ocupa la parte N del volcán. El cráter, de 350 m en su eje mayor, orientado casi de N a S, tiene una amplia escotadura por el lado S que llega hasta unos 20 m del fondo. Por el resto de su circuito las paredes son altas y muy pendientes, especialmente en la parte superior del lado N, donde su verticalidad es poco menos que total.
La caldera de este volcán se utilizó durante los últimos decenios del siglo pasado como vertedero de basuras municipal, para lo cual se trazó una pista de tierra que permitía a los camiones del servicio acceder a su interior.
Parece ser que éste fue el último de los volcanes de esta serie cuaternaria en reventar. Además de los materiales aéreos con que formó el cono vertió una abundante corriente de lava que luego de inundar El Valle de Máguez y rebasar el paso entre las montañas de Los Llanos y La Atalaya continuó su curso pendiente abajo hasta ganar el mar, constituyendo su parte frontal la línea de costa comprendida entre los caseríos de Punta Mujeres y Arrieta.
 
Majada, La. Rincón que se forma al E de Uga entre las montañas Casa y la que toma su nombre, por la parte S.
 
Majada, La. Paraje allanado de cierta extensión que se extiende por el lado ENE de Montaña Roja, al NO de Playa Blanca, ya seriamente afectado por construcciones y trazados viales de infraestructura turística.
Con el nombre de este lugar se cometió por los medios de comunicación un error al consignarlo en la forma alterada ‘La Masada’ con ocasión de una polémica surgida en 1991 con un proyecto de urbanización turística, error que se ha mantenido en algunos planos y escritos.
 
Majada, La Montaña de la. Contrafuerte en forma de loma que sale de Montaña Casa por su parte SO. Toma el nombre, por extensión, del rincón que se forma por la parte S entre las dos montañas citadas de Casa y de la Majada, a naciente de Uga.
 
Majadas, Las. Terrenos allanados que se extienden en suave pendiente hacia el N a partir de la carretera Tahíche-Guatiza a la altura del mojón quilómétrico nº 3, o sea poco antes de alcanzar la entrada de la carretera que baja hacia Costa Teguise.
 
Majadas, Las. Lugar allanado, en suave declive, situado a unos 4 Km al E de Playa Blanca, que se extiende próximo al pie de Los Morros de Ajache Chico por su parte SSO.
 
Majafija, El Barranco de. Está al S de Güime. Sigue al O del de Majaguirre. Es profundo, alcanza un largo de más de 0.5 Km y en la cabecera forma un gran rincón cuadrado de paredes altas casi verticales.
Del nombre no he podido saber su origen.
Majaguirres, El Barranco de. Así oí pronunciar a varios informantes de la zona el último componente del nombre, que debe tratarse de una aglutinación de Majada de Guirres*. Discurre este barranco, en forma de tajo profundo, al menos en la primera parte de su curso, por debajo del pueblo de Güime en un largo de algo más de 0.5 Km, entre el de La Pila de la Perra, a su izquierda o naciente, y el de Majafija, a su derecha. En lo alto de la loma o interfluvio que lo separa del primero, se halla la zona militar vallada del polvorín.
 
Majañasco. Zona de cierta amplitud que se extiende de NE a SO al pie de La Atalaya por su parte NO, a poco más de 1 Km al NE de Las Breñas y algo menos al O de La Degollada. Su naturaleza es más bien terrosa.
Este nombre, de indudable librea guanchinesca, no lo he visto incluido en léxicos de la lengua aborigen.
 
Majapolas, Las. Ligera depresión del terreno, de unos 500 m de extensión, distante de Teguise un par de Km, que ocupa el rincón que se forma entre la carretera que va de este pueblo al de Mozaga y la que partiendo de ésta va a La Caleta de Famara.
Majapola’ es un vulgarismo, muy extendido en la isla, por amapola.
 
Majarastes, Los. Trecho de costa de unos 100 m de longitud, ligeramente entrante, situado 1 Km al O de La Caleta de Famara, entre La Punta de la Respingona a la derecha y El Charco de San Juan a la izquierda. Su rincón E recibe el nombre de La Caletilla. En su parte central tiene un saliente de alguna extensión que a marea alta queda aislado de tierra formando un escollo.
Majaraste tiene, desde luego, todas las trazas de ser voz guanche, pero no la he encontrado nunca incluida en los repertorios de esta lengua, ni figura en el M.M.
 
Majarastes, Los. Tramo costero, saliente, comprendido entre la desembocadura de Barranco Mulión y unos 150 m más arriba o N, que están a un par de Km al N de las Casas de los Ancones. No se observa en este lugar nada extraordinario que pudiera arrojar alguna luz sobre el significado del nombre, que tiene todos los visos de ser aborigen. Lo único reseñable en este sentido sería la presencia de unos rincones o pequeños entrantes de paredes verticales de 4 a 5 m de altura que se abren en la misma orilla del mar, que se dan con cierta repetición, algunos de ellos terminados en socavones o pequeñas covachas en los que entraban las olas furiosamente.
La parte S de este lugar, que queda protegida de los vientos dominantes, recibe el nombre de El Soco de los Majarastes.
 
Majarastito, El. Pequeña punta que hace por el lado de sotavento un recodo bien resguardado de los vientos dominantes del primer cuadrante, en donde se puede pescar comodamente sentado en lo alto resguardado del viento por un risquete que queda a las espaldas. Debajo se forma una covacha que queda sumergida en mareas altas, que tiene comunicación mediante un agujerito con el techo, al lado de donde uno se coloca para pescar, por el que se oye resoplar el mar. El fondo, de varios metros de profundidad, es blanco en su mayor parte.
 
Majina. Zona, casi toda cubierta de campos cultivados, que comienza en La Peña de Tajaste sobre la cual se alza el monumento a la Fecundidad y continúa hacia el OSO por espacio de más de 0.5 Km de extensión. Por el S queda limitada por la carretera que va hacia La Geria.
Es nombre cuya fisonomía hace posible un origen guanche, pero sobre este particular el propio Wölfel se muestra indeciso.
 
Majo, El. Es todo el territorio que se extiende en torno al cortijo de su nombre, al N de Costa Teguise, hasta llegar a las inmediaciones de dicha urbanización turística, comprendiéndose en él todo el terreno bajo que queda al O del mismo, de una anchura de más de medio Km.
Majo* es nombre de origen guanche que se ha venido aplicando desde el tiempo de la ocupación de la isla por los europeos a sus habitantes indígenas. Aún se conserva vivo entre la gente del pueblo como idea vaga de unas gentes muy antiguas a las que hiperbólicamente siempre se les ha atribuido una estatura muy elevada a juzgar por los largos huesos de las ‘canillas’ que han sido encontrados.
Existen en la isla varios lugares que llevan en su composición onomástica la palabra majo*, voz, por otra parte, que citan los cronistas de Canarias más antiguos con este mismo significado.
Con respecto a la voz castellana homónima y su posible conexión con el majo* lanzaroteño, me limítaré a hacer notar lo incierto de su origen etimológico, y que su aparición en la escena lingüística española es claramente posterior a la ocupación de nuestra isla por los europeos. El majo castellano se aplica, como es sabido, entre otros significados, a la persona simpática, alegre, cariñosa, inteligente, de buena presencia, etc., cualidades estas que por lo común adornaban, según nos hacen saber los viejos cronistas del pasado de Canarias, a los naturales de Lanzarote. No se puede entonces desechar la posibilidad de que algunos de estos nativos lanzaroteños llevados a la Península como esclavos dieran nacimiento a este calificativo, que con el tiempo acabaría por extenderse a todo el país.

 

Majo, El cortijo del. Viejo cortijo, en estado ruinoso en la actualidad, situado en el paraje de su nombre, al N de Costa Teguise, en un altozano que forma allí el terreno. Está 1.5 Km al SE, unos grados al S, del pico de Montaña Tinaguache.

 
Majo, El Morro del. Es la parte más avanzada hacia Punta Fariones de la meseta o altiplanicie que se forma en el macizo de Famara al ONO de Órzola, entre Barrancos Blancos al O y el flanco N de El Vallito al E, que forma en lo alto una eminencia en forma de morro. A partir de este lugar el terreno comienza a perder altura en pendiente pronunciada hacia la citada Punta Fariones.
 
Majo, La Hoya del. Está al lado de la carretera que baja hacia La Caleta de Famara, a la altura del Km 5.5, justo enfrente de la caseta del transformador de la luz que está cerca de la casa con árboles en la que estaba la bomba de elevación del agua de Famara.
 
Majo, La Playa del. Ensenada bien pronunciada, de poco fondo, hasta el punto de que gran parte de la misma queda al descubierto al bajar la marea, de unos 150 m de anchura en la boca, que se forma al pie mismo de Montaña Bermeja por su costado NO, la próxima a La Santa. Tiene abundantes callaos* en su parte alta, por encima de los cuales se ven restos de lo que parecen haber sido chozas o corrales de pequeñas dimensiones, una de las cuales conservaba por los años 80 últimos parte de las paredes curvadas hacia dentro, como con tendencia a formar bóveda, en cuyas proximidades se veían abundantes restos de conchas de moluscos, especialmente de lapas y burgaos* de aspecto muy viejo. Otro nombre que también se le suele dar a este lugar, según viejos informantes, es el de El Charco de doña Manuela, la cual, según parece, era una aristocrática señora cuyos criados la llevaban allí para que tomara sus baños de mar.
Sigue a la derecha El Bajo del Picacho.
 
Majorero, Morro. Loma o montañeta achatada, de un par de centenares de metros de extensión, la eminencia más alta de todos modos de las que hay por allí, con la particularidad además de que no tiene rocas resaltadas en lo alto como ocurre con las demás de aquella zona. Su cumbre, por el contrario, es redondeada y de superficie suave, con todo lo más algunas rocas asomando casi a ras del suelo. Tiene en realidad dos cumbres o puntos culminantes, pues hacia el NE de la más alta tiene otra de menor altura, pero de características parecidas. El nombre, el característico gentilicio de los habitantes de Fuerteventura, es muy antiguo. Su situación es a unos 400 m al NE de San Bartolomé, justo a 950 m al SE del monumento Fecundidad. Por los años 90 últimos construyeron una casa en su cima.
 
Majos, La Cueva de los. Se abre esta conocida cueva en medio de una finca enarenada años atrás perteneciente al Cortijo del Patio, en Tiagua, a unos 250 m al E de la casa de dicho cortijo, hoy convertido en su mayor parte en museo etnográfico por la familia Barreto Caamaño, sus propietarios. Se trata de una cueva hundida, o sea de entrada vertical, interiormente bastante espaciosa, dividida en varios compartimentos mediante sólidas paredes de piedra seca. Dentro, al procederse a su limpieza para dejarla en disposición de poder ser visitada, se encontró material arqueológico vario de origen prehispánico, consistente en trozos de cerámica de tipología aborigen y diversos utensilios de piedra, tales como bruñidores, cortadores, trozos de piedras de molinos de mano giratorios, trituradores, etc., todo lo cual se exhibe en el referido museo. El descenso al interior se realiza mediante unos escalones de piedra que existían ya de viejo en su mayor parte. Un detalle curioso que se observa en esta cueva es que en el piso tiene un agujero pequeño por el que sale un chorro de aire fresco perfectamente perceptible que no se sabe por dónde entra.
El nombre de La Cueva de los Majos es de uso popular, según testimonio que he podido recoger de varios vecinos de edad del referido pueblo de Tiagua, próximo al cual se encuentra.
 
Majos, La Cueva de los. Es el nombre que dan los campesinos al Palacio de Zonzamas de los medios historiográficos. Está situada a un par de Km al O de Tahíche, a poca distancia al N de La Montaña de Zonzamas, al lado de la carretera que enlaza a San Bartoloné y Tahíche.
Se trata de un yacimiento arqueológico de primer orden de Lanzarote, morada, por lo que se cree, de al menos los últimos reyezuelos indígenas de la isla. Se abre esta cueva en el interior de un montículo rocoso que debió ser en origen un hornito o pequeño volcán adventicio de la montaña citada, el cual es conocido por la gente de los alrededores como La Peña de los Majos. A su vera y en los alrededores próximos se han exhumado abundantes restos habitacionales, útiles, etc. de la antigua civilización maja* y se cree que aún queda mucho por desenterrar.
 
Majos, La Cueva de los. En la actualidad, la entrada a esta cueva está cegada con tierra y escombros. Me han contado gente de La Degollada, próxima y al E de la cual se encuentra, que la entrada era tan estrecha que apenas permitía el paso de una persona, pero que dentro era bastante espaciosa, y que de ella se han sacado muchas cosas de los antiguos majos*. Está al lado del Barranco de la Guarda, por su lado O, unos 150 m por encima de Las Casas Hondas.
 
Majos, La Piedra de los. (V. La Quesera de Zonzamas).
 
Majuelo, El Camino del. Pista de tierra que atravesando El Jable, une a Teguise (barrio del Majuelo) con el pueblo de Soo.
 
Mala. Pago de Haría situado a unos 5 Km al SSE de la capital del municipio. Figura en el mapa con que acompaña Torriani su Descripción, si bien aplicado a un punto de la costa próxima al pueblo, obra que debió ser compuesta por los años ochenta del siglo XVI. El documento de Simancas de 29-XII-1730 dice que tiene 14 vecinos. El obispo Dávila y Cárdenas en sus Sinodales (1737) le da 26 vecinos. Sin embargo José Ruiz Cermeño, en su descripción de Lanzarote, compuesta treinta y cinco años más tarde (1772), rebaja el vecindario a 21 familias. En el Compendio Brebe, de 1776, se dice que tenía 18 vecinos. Olive le da 59 edificios; y De la Puerta Canseco, (1897), 479 habitantes.
El nombre Mala, a pesar de su fisonomía claramente latina, se tiene como un guanchismo. En apoyo de este supuesto está el nombre Tinamala de un volcán próximo, indiscutiblemente guanche, en el cual, como se ve, se halla inserto. Pero no he encontrado ningún estudio de interpretacíon sobre el mismo que ofrezca una mínima coherencia.
Se caracteriza Mala paisajísticamente, al igual que le ocurre al vecino pueblo de Guatiza, por las numerosas huertas* de tuneras que la rodean, en las que se cría la cochinilla.

Mala, La Presa de. Gran depósito o embalse para almacenar las aguas de lluvia que discurren por El Valle del Palomo, de 186.000 metros cúbicos de capacidad, que se construyó entre el final del mismo y el comienzo del Barranco del Estanque, nombre éste último que no tiene nada que ver con el del depósito en cuestión. Su construcción se finalizó en 1973.
 
Maleza, La. Los límites más aproximados de este extenso territorio serían al O una línea trazada desde La Montaña de Tahíche hasta el lugar de Las Caletas, en la costa; al N otra línea que va desde la misma montaña a Playa Bastián, y el resto, la orilla del mar, formando así un triángulo de unos 4 Km2. Es terreno áspero y pedregoso, de cuya circunstancia le viene el nombre, el cual suele precisarse añadiéndole ‘de Tahíche’.
Suele precisarse el nombre añadiéndole ‘de Tahíche’.
Malpaso. Cuesta que separa el pueblo de Femés del de Maciot, por la que discurre la carretera.
 
Malpaso, El Valle del. Amplio valle que se forma entre la ladera N de La Montaña, la zona más elevada de la isla, y la vertiente S de Montaña Aganá.
El rincón interno de este valle o parte más alta recibe el nombre de Elvira Sánchez.
 
Malpaso, La Cuesta del. Es el flanco derecho del valle de igual nombre, por la que sube la carretera dando vueltas en forma de zigzag, al S de Haría.
 
Malvas, La Playa de las. A pesar de no figurar este topónimo en los mapas oficiales, La Playa de las Malvas es con mucho el lugar no edificado más conocido y frecuentado de toda la zona litoral que se extiende a poniente de Tinajo, hasta el punto de que se ha abierto desde hace varias décadas una pista de tierra para darle acceso que continúa hasta La Playa de la Madera, unos cientos de metros más allá.
La playa propiamente dicha está al fondo de una ensenada abierta al N, de algo más de 200 m de anchura, siendo la arena que la forma de naturaleza volcánica negra con algunos guijarros entremezclados del mismo color. Su flanco O es parte del pronunciado saliente de Volcán Nuevo, producto de la corriente de lava del volcán que en 1824 recibió este nombre, ahora llamado La Montaña del Chinero. Por tierra la rodea el territorio de Las Malvas, en el que crecen muchas tabaibas*, pero ninguna malva, por cierto. Un poco por encima de la playa se forma una gran depresión a modo de jameo* cuyas paredes rocosas alcanzan de 2 o 3 m de altura, abriéndose en la E algunas covachas que han sido habilitadas como habitáculos y almacén para barquillos, al menos así las vi cuando estuve en este lugar hace años.
En esta ensenada, por su posición estratégica abierta a los vientos del N, varan muchos objetos flotantes.
 
Malvas, Las. Terreno antiguo pedregoso, de planta cuadrada de unos 400 m de lado, del llamado en la isla malpéis*, que se extiende en torno a la playa de su nombre y litoral que sigue hacia el E unos cientos de metros, quedando limitado hacia el interior por coladas modernas.
Curiosamente, en él no se ve ninguna de estas plantas, pero sí muchas ‘tabaibas’.
Mamerto, La Peña de don. Montículo rocoso, algo alargado, tendido de E a O, de unos 100 m de longitud, que se alza en el extremo NO de la zona de Guenia, a 1 Km al NE del pueblo de El Mojón. Es el más elevado de los que hay por allí en cientos de metros a la redonda.
 
Mancha, La Montaña de la. Pequeño cono volcánico de la serie III situado a un par de Km al NO de Yaiza, contigua a La Montaña de dos Picos por su costado O. El perímetro que forma su base es irregular y el cráter parece ser la concavidad muy abierta que forma en la mitad derecha de su lado N. Está cubierta en su mayor parte por arena volcánica negra, quedándole no obstante en lo alto y parte de la ladera E una gran zona de color claro muy visible desde lejos (que parece ser lo que le vale el nombre), consecuencia sin duda de la denudación del lapilli producida por el viento que ha dejado al descubierto el material de color claro de la propia montaña, no obstante lo cual también se ven en la cima pequeños trozos de lava escoriácea algo rojiza como suele ocurrir en muchos volcanes de la isla. En 1982 la mayor parte de su ladera O estaba plantada de viñas.
 
Manchas, El cortijo de las. Lugar situado a cosa de 1.5 Km al SE de Soo, junto, por su lado N, a una pista de tierra (o mejor valdría decir de arena) que sale del citado pueblo en esa dirección, y muy próximo a La Peña Omar. Según información recogida de gente mayor de dicho pueblo la casa de este cortijo nunca se ha conocido. Todo lo más se sabe que hubo allí, hasta no hace muchos años, una era en que se trillaba grano, cuyas piedras aún pueden verse dispersas junto a La Peña Omar. La situación de este lugar y su proximidad a la citada peña, me hace pensar que se trate del cortijo de Omaren de siglos atrás, que en su tiempo alcanzó una alta productividad agrícola.
 
Maneje. Zona allanada, algo en declive, con caída hacia el S, bastante amplia, que se extiende hacia el S de la montaña de su nombre.
 
Maneje, Montaña de. Ocupa este volcán de la serie III el extremo N de la zona de su nombre, a poniente de Tahíche. Es una montaña bastante cónica, salvo que por el costado NE presenta un ahuecamiento en toda su altura, que no debe ser otra cosa que el cráter, disposición crateriana que debe ser consecuencia de haber reinado durante su formación un fuerte viento de esa dirección. Sus faldas son empinadas y la altura que alcanza sobre su base, que tiene un diámetro de unos 600 m, es de unos 120 m por el lado N y de 170 por el S debido a la inclinación del terreno en que el volcán se asienta. La montaña está cubierta de escoria algo rojiza, más visible y abundante cuanto más arriba se vaya. La cima es bastante puntiaguda, un poco comprimida de NE a SO. El hecho de que a sus pies, por el lado S, el material existente sea lapilli negro, como lo evidencia el gran hoyo que allí se ha abierto, viene a demostrar que durante su erupción arrojó buena cantidad de ese material.
En la cúspide han colocado una luz de aviso para la navegación aérea alimentada con paneles solares, toda la instalación protegida con una sólida valla metálica.
 
Manguia. Gran valle, muy abierto, de fondo allanado con ligera caída hacia el S, situado muy próximo, al SO, del pueblo de Los Valles. Lo cierra por el lado de poniente Lomo Blanco y por el de naciente, El Lomo de Saavedra, en tanto que por su parte S queda delimitado por la carretera general del norte.
Desde por lo menos 1776 ya existía el cortijo del que en la actualidad sólo quedan las ruinas, según lo acredita el Compendio Brebe y Famosso de ese año.
Parece Manguia un topónimo de naturaleza bereber. Wölfel lo cita en unión de Muñique (de dudosa procedencia guanche) y Munguía, un apellido vasco, sin sacar nada en limpio.
 
Manguia, El Barranco de. Es el que corre por enmedio del valle de este nombre. Nace en lo alto, en el lado opuesto a Los Caletones o cabecera del Barranco Maramajo y llega hasta el pueblo del Mojón, a partir del cual toma nombres diversos según los tramos, añadiéndosele otros barrancos afluentes.
 
Manrique, Fundación César. (V. Los Chabocos de las Palomas).
 
Manteca, El Barranco de la. No es un barranco propiamente dicho, sino una caleta larga y estrecha de forma abarrancada (unos 15 a 17 m de longitud por 3 a 4 de anchura) de paredes rocosas altas (hasta 10 m o más en la mayor parte de su trayecto), con una playita al final formada por gruesas arenas de coloración gris oscura acumulada por las olas. Se encuentra en la parte frontal N del paraje de Las Cambuesas, al NO de Tinajo.
 
Mar, El Jable del. Extensa zona alargada de arenas eólicas o jable*, situada al E de Mala, que se extiende a lo largo de la línea litoral, aproximadamente desde el trecho de costa comprendido entre unos cien metros al E de La Puente y el Morro del Viento al N y Los Barranquillos al S, en un largo, por lo tanto, de poco más de 3 Km y un ancho máximo, hacia el centro, de algo más de 0.5 Km.
 
Maramajo, El Barranco. Gran corte o tajo del terreno, de 1.5 Km de largo, arrumbado de E a O, y anchura variable, que corre por el costado de poniente del macizo norteño de Famara al NO del pueblo de Los Valles. Sus costados o márgenes son sumamente pendientes en algunos tramos, en especial en su mitad superior, y en el fondo se estrecha o encajona formando de trecho en trecho unos saltos o desniveles de pronunciado desnivel y verticalidad que lo hacen imposible de salvar, máxime teniendo en cuenta que sus paredes se abren en un terreno terroso extremadamente friable e inseguro.
El nombre tiene todos los visos de ser un guanchismo. Así, ‘Maramajo’ lo pronuncian, bien distintamente, la gente de la comarca en que se encuentra. No obstante en obras de autores de siglos pasados y en protocolos o escrituras antiguas, suele figurar escrito mayoritariamente ‘Maramasgo’, mas pienso si tal modificación no será consecuencia de un exceso de cultismo al pretender equipararlo con casos análogos que se dan en nuestra habla popular en que alteramos algunas palabras de igual morfología diciendo ‘fija’ por ‘fisga’, ‘sejo’ por ‘sesgo’, etc.
 
Maramajo, La Fuente de. Está en el rincón en que se inicia en lo alto La vega de San José, a naciente del Pico de Maramajo. Aún existe la tanqueta, muy vieja, pero la fuente ya no mana.
 
Maramoya. Terreno bajo comprendido entre Montaña Timbaiba (Tiagua) y Las Morras de Yuco (barriada de La Vegueta), por donde pasa la carretera que va a Tinajo. En siglos pasados existió una mareta* de cierto renombre en este lugar, que parece haber ostentado el nombre de Mareta Bendita.
Es nombre de fisonomía claramente guanche, no obstante lo cual nunca lo he visto en listas o textos dedicados a la lengua aborigen.
 
Marcial, La Piedra de. Peñasco desde el que se pesca, que queda casi aislado del resto de la costa a mareas altas, situado en el punto más avanzado hacia el N del tramo costero comprendido entre La Playa de Tenésara y El Callaíto, a poniente de Tinajo.
 
Marcial, Los Pozos de San. Se denomina popularmente con este nombre al lugar de la costa S de la isla, situado a unos 4 Km al E de Playa Blanca, donde la expedición normando-gascona de conquista fundó sus reales a su llegada a Lanzarote en los comienzos del siglo XV construyendo en él un castillo o torre, una iglesia y otras dependencias accesorias.
El ámbito territorial del topónimo comprende una hondonada del terreno constituida por un ensanchamiento del tramo final del barranco que lleva su mismo nombre, de unos 100 m de amplitud de lado a lado y poco más de largo, cuyo fondo y laderas son superficialmente de naturaleza terroso-arenosa. Dichas laderas, de suave pendiente, la rodean por todos lados salvo por el de SO, que da directamente sobre la playa de igual nombre.
De las construcciones que se habían tenido siempre como llevadas a cabo en este lugar por los normandos sólo se conservan los pozos, precisamente las más representativas, pero sobre ellos ha surgido ultimamente la duda de que no hayan sido hechos por los conquistadores sino por bereberes romanizados en torno al cambio de era. Del castillo, que se hallaba sobre el extremo de la loma que forma el flanco derecho del barranco más próximo a la playa, se exhumaron en 1959 parte de sus cimientos, en tanto que el emplazamiento de la iglesia, que se levantaba sobre la eminencia del flanco izquierdo, se conoce por una cruz de madera que lo viene señalizando desde los tiempos de su demolición. Los pozos, en número de cuatro los que continúan abiertos, pues parece ser que hay otros más soterrados, se localizan en el álveo del barranco, y son llamados por las gentes viejas de los alrededores, como sigue: El más abajo y más monumental recibe el nombre de El Pozo de los Escalones (de abajo) por la serie de éstos que tiene al final de la rampa de entrada. Al siguiente hacia arriba se le llama El Pozo de la Pila o del Centro, que era donde lavaban la ropa las mujeres. Junto a éste hay otro que tiene también escalones (el Pozo de los Escalones de arriba), pero que fue entullido* o cegado porque tenía sanguijuelas que se le metían en las narices a las cabras; y al más retirado de la costa, El Pozo de las Cabras, porque era donde se ha acostumbrado abrevar a estos animales.
También es conocido este lugar por San Marcial sin más.
 
Marcial, San. (V. Los Pozos de San Marcial).
 
Marcos, La Punta de. Se trata de un saliente costero bien destacado situado al E de Guatiza que cierra a la ensenada de La Abrigada por el extremo de barlovento. A sus espaldas la costa es alta y rocosa, pero la punta propiamente dicha sólo tiene unos 4 m de altura en su primer tramo. A unos 10 m por fuera aflora un arrecife o baja* de unos 15 m de largo en el sentido N-S y 3 a 4 de anchura que queda cubierta por la marea al subir. Su costado S forma parte de la ensenada llamada La Abrigada.
Unos 300 m más al N se halla Puerto Moro.
Mares, La Mareta* de. Se localiza este antiguo embalse en el lugar de Manguia, en su parte más baja, a unos cientos de metros al S de la carretera que va de Teguise a Los Valles, en su Km 13.5, distando de El Mojón, el pueblo más próximo, que está hacia el SE, menos de 1 Km. Todavía pueden verse en este lugar grandes montones de tierra que fueron sacados de la mareta*, ya destruida, hace tiempo.
Existen referencias escritas sobre esta mareta* desde por lo menos mediados del siglo XVI.
 
Mareta*, La. Lugar situado al pie del Lomo de San Andrés por su parte N en que se encontraba la célebre mareta de Tao, citada como obra importante en libros y documentos de siglos atrás. Dicho depósito, ya desaparecido como tal, está señalado en la actualidad por una pared baja de piedras redondeada.
 
Mareta*, La. Se encuentra este lugar en el extremo S de la gran urbanización turística Costa Teguise. Recibe este nombre porque allí hubo hasta bien entrado el siglo pasado uno de estos típicos depósitos destinados al almacenamiento del agua de lluvia, a escasa distancia de la orilla del mar, no más de 50 m.
En la actualidad el nombre se ha consolidado con la construcción que lo ha heredado por contigüidad, una mansión que hizo levantar el rey Juseín de Jordania para uso personal que luego traspasó al gobierno español y que desde entonces ha servido de residencia de descanso a destacadas personalidades mundiales, incluidos los reyes de España.
Mareta* es nombre vernáculo lanzaroteño conocido desde los comienzos de la colonización de la isla, consistente en un depósito para recoger las aguas de lluvia, carente de techo, cuyo origen se desconoce. No obstante los lingüistas mejor impuestos en nuestra habla popular piensan que puede proceder del francés ‘mare’, ‘charca grande’, con el significado de alberca o charca acondicionada para recibir y conservar el agua de lluvia, que luego arraigaría en diminutivo, por lo que su creación habría que atribuirla a los conquistadores normandos. Ya Maciot de Bethencourt, durante su mandato en las primeras décadas del siglo XV habla de ‘mares’ que había que reparar (E. Aznar Vallejo, 1990:156).
 
Maretas*, El Caletón de la Cañada de las. Es mayor que el vecino de Rijo, pues alcanza como aquél unos 100 m de entrante, pero es mucho más ancho, d